Parte III. Las ciudades históricas como destinos patrimoniales: potencialidades y requisitos

El turista cultural, por así decirlo, no desea estar en parques temáticos cuando visitan ciudades históricas, sino introducirse, de algún modo y a un determinado nivel, en la vida del ciudadano local, en su historia, acercarse a su experiencia, haciéndola suya. Embeberse en las emociones del ambiente, implicarse en su atmósfera, percibir una forma de vida propia, ajena a la suya, vivenciándola a partir de los sentidos por lo que le es ofrecido, reconociendo, por fin, modos particulares de disfrute de la vida. En ello reside toda la experiencia cultural que podrá apropiarse y lo que el mercado turístico demanda cada vez más.

De ahí que constituir destinos patrimoniales, en los marcos conceptuales aquí defendidos, resulta oportuno por todo lo positivo que conlleva. Exceptuando los problemas que puedan darse, mucho más por mala planificación y gestión, o por su propia ausencia o insuficiencia, se valora el gran potencial que poseen las ciudades históricas y, en especial, aquellas reconocidas como Patrimonio de la Humanidad, por su inserción en el mapa cultural mundial, objetos de curiosidad, de alumbramiento, de deseo y de prestigio que a la gran mayoría despierta interés por conocer.

Los efectos que produce el reconocimiento de una ciudad como patrimonial generan oportunidades pero a la vez más responsabilidades en su tutela y gestión que, conforme indica Troitiño, pueden sistematizarse en los siguientes (TROITIÑO VINUESA, 1996: 37: 

  1. "reconocimiento de un valor cultural extraordinario o sobresaliente cuya conservación y tutela desborda el campo de las responsabilidades individuales y locales, entrando de lleno en el terreno de las responsabilidades colectivas;
  2. sitúa el núcleo declarado dentro de una red – la de los conjuntos históricos – que sobresale por sus valores arquitectónicos y urbanísticos;
  3. propicia una inserción más favorable en los circuitos y rutas del turismo cultural;
  4. refuerza o afianza la imagen del núcleo histórico con carácter "simbólico-cultural";
  5. propicia vías de acceso, algo más fáciles, a las ayudas [gubernamentales] (119) en el terreno de la conservación y rehabilitación", (…) posibilidades que son "frecuentemente más teóricas que reales ante las limitadas infraestructuras de gestión con las que cuentan muchos conjuntos históricos".

Para la realidad brasileña, cabe hacer mención a los desafíos actuales de la preservación, en cuanto cuestiones pendientes y candentes (ARANTES y BRITO, 2005):

  1. A pesar de las innumerables dificultades relacionadas con la inadecuada infraestructura de gestión, en la búsqueda de la preservación el patrimonio (120) cultural brasileño, presionadas por tantas circunstancias, las instituciones que vienen desarrollando acciones de preservación de ese patrimonio, se empeñan en mantener la respetabilidad que construyeron a lo largo de sus trayectorias;
  2. La coyuntura actual de reforzamiento de una nueva visión de la cultura brasileña como clave e indispensable en la estructuración del país y de su identidad, pone de relieve la oportunidad impar de consolidación y ampliación de las instituciones y organizaciones de la sociedad civil, responsables del patrimonio cultural.

A raíz de ello, muchos desafíos se presentan con vistas a desarrollar una postura innovadora capaz de reconocer las potencialidades inherentes a ese patrimonio para su adecuada inserción en la vida contemporánea como un activo de la sociedad y un bien vivo que forma parte de la misma, como son (ARANTES Y BRITO, 2005):

  1. "Garantizar la ampliación del objeto [de reconocimiento] y la democratización [del acceso] del público-objetivo: hacer tal recorrido y construir accesos adecuados es un desafío importante, tanto para el Estado como para la Sociedad, porque provoca cambios radicales, sobretodo en las instituciones públicas involucradas, que pasan a relacionarse sistemáticamente con segmentos hasta entonces excluidos [o ignorados] de las acciones de preservación. [En función de ello], se crea la necesidad de construir una nueva relación con el público, más participativa y más directa junto a los segmentos sociales [especialmente aquellos] diferenciados en términos étnicos y socioeconómicos. Además, se altera radicalmente la geopolítica del patrimonio, poniendo en valor regiones más tardíamente incorporadas a la vida cultural del país en su conjunto, así como losterritorios localizados en los intersticios de las áreas que presentan concentraciones patrimoniales ya consagradas;
  2. Valorizar el sentido político del patrimonio: aspecto inevitable de la problemática contemporánea del patrimonio es el sentido legitimador que la atribución de valor patrimonial, operada por los agentes gubernamentales por intermedio del registro y del tombamento viene adquiriendo en la sociedad. La protección de determinado bien en cuanto patrimonio nacional repercute positiva y eficientemente bien en el enfrentamiento de las diferencias sociales y culturales, como es el caso de las acciones afirmativas, en razón de su aspecto legitimador de las referencias culturales de los varios grupos constitutivos de la sociedad. Así, al reconocer referencias culturales de grupos sociales hasta entonces no contemplados en el conjunto de bienes culturales protegidos o salvaguardados, espacios de afirmación social son constituidos, bajo el reconocimiento del Estado, haciendo más democrático y plural ese conjunto de bienes y legitimando procesos y productos sociales hasta entonces no valorizados por el Estado y el conjunto de la sociedad brasileña;
  3. Considerar el patrimonio como riqueza: en la esfera de la economía, vale recordar, que la preservación del patrimonio en nivel federal ha consagrado de modo pionero, por medio del tombamento, el primado del interés público sobre la propiedad privada, es decir, el principio de la función social de la propiedad. De ese punto de vista, también, hay que resaltar la participación del patrimonio en la construcción del valor cultural agregado, tanto en lo que respecta al mercado inmobiliario, como al comercio de obras de arte y antigüedades, y en el desarrollo de bienes y servicios. El valor cultural asociado al patrimonio viene convirtiéndose un importante componente del valor de cambio, tanto en las relaciones de consumo, como en los servicios turísticos y de otros sectores de la economía que se hacen cada vez más ‘culturales’. En ese proceso de transformación de diferencias culturales en diferenciales de mercado, y en una coyuntura en que las tecnologías de comunicación y transporte tienden a comprimir y anular las distancias físicas, el mundo se queda cada vez menor. En esa coyuntura, las diferencias singulares resultan un recurso estratégico para el desarrollo económico, político y social. Por lo tanto, es preciso administrar esos recursos de modo que se evite su agotamiento o que se banalizacen, anulando su aspecto diferenciado, así como se garantice a las generaciones futuras el acceso al patrimonio construido por las generaciones anteriores;
  4. Responsabilidades concurrentes: el IPHAN, además de construir su propio espacio y legitimidad institucionales, ha inspirado y orientado [en Brasil] la formación de instituciones estaduales y municipales en diversos puntos del país. La existencia de esas instituciones, así como la inclusión de la preservación en los planes directores municipales, configura hoy en día lo que podría ser designada como ‘esfera pública institucional del patrimonio’. Esa tendencia hace progresivamente viable estructurar ese campo como dominio de responsabilidades concurrentes de los entes federados, conforme establece la Constitución Federal, mediante la conformación de un pacto federativo volcado hacia la construcción de una gestión compartida del patrimonio cultural. Con todo, aun perdura y es involuntariamente realimentada la expectativa – confortable para algunos agentes políticos y económicos – de que el agente federal, es decir, el IPHAN, sea una entidad proveedora, omnipresente y omnipotente. Tarea urgente es, por tanto, identificar posibilidades específicas de cada una de las esferas de poder público, en el sentido de construir e implementar mecanismos e instrumentos de gestión [idóneos, es decir] eficientes, eficaces y efectivos de articulación y concertación entre la Unión [el Gobierno federal], los estados y los municipios, así como ampliar la interfaz con la sociedad.

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Diseño de Álvarez Gámez, J. Año 1961.

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Diseño de García Fernández, A.A. Año 1964.

Carteles de las Ferias primaverales de Sevilla adquiridos en tienda de recuerdos de la ciudad, donde se reconocen íconos de la cultura sevillana que expresan sus señas de identidad: la Giralda, manifestación del patrimonio cultural material y el flamenco – representado aquí por un modo de vivir y ser del sevillano – manifestación del patrimonio cultural inmaterial.

Fuente: RECARSE, 2007.

Por lo pronto, cualquier avance en Brasil relacionado con la potenciación de las ciudades históricas como destinos patrimoniales, en los términos indicados, significará mejorar los nexos entre patrimonio y desarrollo, entre lo público y lo privado, entre especialidad y transversalidad y, por último, entre corresponsabilidad y concertación, aspectos que, según sus particularidades, son también extensibles a la realidad española.

REQUISITOS: GESTIÓN DE LAS COMPETENCIAS EN DESTINOS PATRIMONIALES

El esfuerzo por contrastar aquello que se escucha, con lo que se lee y con lo que se ve, obliga a reconocer que hay que primar una gestión sostenible, tal como se ha indicado, eficiente, eficaz, efectiva y responsable de los recursos disponibles y de los que se pueda disponer para el desarrollo de destinos patrimoniales.

Ello significa que gran parte de los problemas existentes, en grados diferenciados y con sus matices, tanto en Brasil como en España, son oriundos y tiene su incidencia en la propia gestión, aquí entendida en su ciclo completo, es decir, planeamiento, desarrollo, ejecución, seguimiento y evaluación.

A raíz de ello, resulta casi natural que se haga un esfuerzo de primar por la gestión de las competencias en el momento de desarrollar políticas para la constitución de destinos patrimoniales en cuanto productos turístico-culturales de primera magnitud.

Así, algunas claves son fundamentales para afrontar ese desafío:

(i) Al poder público cabe fomentar las iniciativas: tanto gubernamentales, como del sector privado, de manera que se estimulen y orienten los procesos de formulación e implementación de políticas públicas y de acciones de la iniciativa privada, en un proceso interactivo permanente entre la administración, el sector empresarial y la sociedad civil organizada;

(ii) el patrimonio cultural más allá de bien cultural tiene potencialmente la posibilidad de convertirse en un recurso turístico diferenciado: su naturaleza particular y no renovable, sin embargo, exige cuidados y desvelo;

(iii) el patrimonio cultural es un activo importante para la sociedad en su conjunto: no puede ser objeto de banalización como mero producto de consumo, sin las implicaciones que su propia naturaleza conlleva, ya que tiene la potestad de constituirse en un recurso para el desarrollo socioeconómico y turístico-cultural sostenible, como los sitios reconocidos como Patrimonio Cultural del país y aquellos incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO;

(iv) el turismo en el mundo tiende a la diversificación de la oferta: tanto en Brasil como en España, la percepción y la toma de conciencia sobre esa realidad es un hecho, a pesar de que se presenten en grados variables las iniciativas concretas, lo que indica que todavía hay mucho por hacer en ambas realidades, según las dinámicas distintas existentes e inherentes a cada una, en que pese a los avances ya producidos, por ejemplo, en el territorio español en ese campo;

(v) constituir destinos patrimoniales implica invertir en conocimiento: la especificidad que la actividad comporta demanda niveles de capacitación más elevados para su pleno y adecuado desarrollo, tanto para la actividad turística en si misma, como para las acciones sostenibles de preservación del patrimonio cultural, lo que tanto en uno como en otro caso precisa generar información cualificada de las ciudades, de sus atractivos y sus entornos;

(vi) el turismo, más allá del ocio y entretenimiento, es una actividad educativa: educar para el patrimonio por intermedio del turismo es estratégico, donde el proceso educacional debe producirse de modo natural, experimentado y placentero;

(vii) los destinos patrimoniales deben ser sostenibles: exige inversión en la producción de conocimientos, en la preservación y salvaguardia del patrimonio cultural material e inmaterial, en la provisión de equipamientos y servicios turístico-culturales de calidad y en la presentación e interpretación de los productos turístico-culturales;

(vii) la constitución de destinos patrimoniales depende de la gobernanza instituida para lograrlo: su desarrollo está condicionado a la existencia de adecuadas infraestructuras de gestión, integrando temáticas – típicamente transversales – y compartiendo responsabilidades – fundamentalmente sectoriales – en un marco de competencias que prime la racionalidad y austeridad en el gasto público, la convergencia de esfuerzos en el establecimiento de iniciativas prioritarias y la coordinación en la ejecución de las tareas quecorrespondan a cada parte involucrada;

(ix) si la infraestructura de acogida turística es necesaria para cualquier destino, en ciudades históricas es un imperativo: la motivación central de la visita, al basarse en el conocimiento del patrimonio y de la historia del lugar, exige la existencia de infraestructura de acogida de visitantes que les permita acercarse a la historia de la ciudad, la cual podrá estar solucionada mediante la instalación de un centro de acogida de visitantes, con un centro de interpretación de la ciudad, en forma de museo de la ciudad – o asociado a uno –, de centro de referencia de la memoria urbana o de otra organización que atienda a los reclamos antes indicados;

(x) el marketing de la ciudad histórico-turística se impone como una estrategia de posicionamiento y de promoción turístico-cultural como objetivo central: debe constituirse en herramienta para la comunicación inteligente de lo intangible – naturaleza simbólica – existente en la localidad, incrementando su notoriedad y/o la mejora de su imagen (121), como ventaja comparativa a que debe jugar como fuente de inspiración/motivación e interés en un mercado cada vez más competitivo o en su propia inserción en un nicho de mercado todavía no ocupado pero latente.

Teniendo en cuenta las claves antes indicadas, las ciudades históricas como destinos patrimoniales deben ser objeto de certificación específica, lo que significa que el desarrollo de destinos patrimoniales debe suponer la calidad en todo el sistema de turismo cultural que se establezca en esas localidades, constituyéndose en una herramienta para acreditar sitios urbanos patrimoniales como destinos culturales sostenibles de dominante patrimonial.

Se considera necesaria esta certificación dada la especificidad de la materia. Teniendo en cuenta la experiencia acumulada en España con la implantación del Sistema de Calidad Turística Español – SCTE, desde los años 90, donde se ha dado "importancia a la calidad como garantía de diferenciación, frente al aumento de la oferta de otros destinos turísticos emergentes competidores" (ICTE, 2007: 08), se verifica que las ciudades históricas como destinos turísticos no están entre los sectores que integran este sistema para la certificación, lo que desde la realidad española podría constituirse en un sector más para la certificación "Q" ya consolidada en el país, o quizás, y ese es un planteamiento más audaz, establecer una certificación "P", de ‘PATRIMONIO’ para aquellos destinos certificados como patrimoniales por atender a una serie de requisitos, en cuanto marca de excelencia en ciudades históricas que desarrollan un turismo cultural de dominante patrimonial de calidad, estableciendo, igualmente su normalización, promoción, formación y asistencia técnica especializada.

Este planteamiento podría ser extensible a Brasil y a otras latitudes.

Sugerencia de la marca "P" para la certificación de Destinos Patrimoniales, como ocurre con la marca "Q" existente en España para la certificación de calidad en destinos turísticos españoles.

En la tabla 08 se presenta una síntesis de variables básicas, consideradas necesarias para una certificación "P" susceptible de aplicación, así como indicación de sus instrumentos de verificación.

Considerando tales claves respecto a la certificación de destinos patrimoniales y haciendo un ejercicio de su transposición a la realidad de los casos estudiados – sin la debida aplicación de los instrumentos de verificación planteados, lo que exigiría análisis específicos no disponibles o inexistentes –, no se puede decir que haya, en dichos términos, destinos patrimoniales, sea en Brasil sea en España. Obviamente, cabe hacer la reserva de que, los casos estudiados en España presentarían pautas más próximas de los planteamientos propuestos en esta investigación, dado el avance en algunos aspectos indicados, como las infraestructuras de acogida, los sistemas de información, la promoción y marketing turístico y la base logística existente. En cambio, en Brasil dichos aspectos se hallan todavía en situación muy incipiente. Sin embargo, son deduciones que merecen una incursión más detenida para una evaluación más precisa de cada situación.

TABLA 08 – VARIABLES BÁSICAS PROPUESTAS PARA EL ESTABLECIMIENTO DEL SISTEMA DE CERTIFICACIÓN "P"

CONCEPTO

CARACTERÍSTICAS

RECONOCIMIENTO OFICIAL

La existencia de reconocimiento oficial del bien, en el caso, de la ciudad histórica, como un Patrimonio Cultural, confiere notoriedad y, por lo general, interés, que son, sin lugar a dudas, elementos de importancia en la conformación de destinos turísticos de dominante patrimonial.

Fuente de verificación: Existencia de declaratoria oficial de reconocimiento del bien como un Patrimonio Cultural (Local, Regional, Nacional y Mundial).

PATRIMONIO CULTURAL MATERIAL PRESERVADO

La conservación de los bienes culturales materiales es condición sine qua non para la puesta en valor turístico de recursos culturales y va relacionada, por un lado, con la integridad del bien, que indica las posibilidades de la visita y, por otro, con el disfrute adecuado del bien, es decir, al modo en como están presentados y acondicionados los recursos culturales en cuanto productos turístico-culturales y como esta presentación y acondicionamiento favorece a la preservación del bien.

Fuente de verificación: Informes de inspección a bienes culturales planteados u objetos de visita turística.

PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL SALVAGUARDADO

La pervivencia de las manifestaciones y prácticas culturales autóctonas asociadas a los espacios donde se produce la actividad turística, posibilitando su conocimiento, formas de transmisión y reproducción, es fundamental para asegurar la vivacidad y dinamismo de las relaciones socioculturales locales, lo que confiere vitalidad e identidad propios al sitio, elementos que confieren autenticidad al bien que importa conocer y salvaguardar, así como de generación de interés, motivación y curiosidad para el visitante que se moviliza por un acercamiento más activo al local.

Fuente de verificación: Inventario de referencias culturales y su incidencia en la ciudad histórico-turística e Informes de Evaluación de la autenticidad de bienes culturales inmateriales integrantes del conjunto de productos culturales locales para consumo turístico.

INFRAESTRUCTURA DE ACOGIDA EN PLENO Y ADECUADO FUNCIONAMIENTO

La existencia de los equipamientos específicos en atención a las funcionalidades turísticas en ciudades históricas que van desde un centro de acogida de visitantes, como punto de llegada y recepción local al sitio; un centro de interpretación de la ciudad, en local estratégicamente bien ubicado, de forma que permita un breve acercamiento a la ciudad, su historia, evolución e hitos culturales de interés, así como una correcta distribución del flujo de visitantes en la ciudad histórico-turística; un museo de la ciudad, para un acercamiento más detenido de su historia urbana; y oficinas de información turística localizadas estratégicamente para un fácil acercamiento a las informaciones y orientaciones turístico-culturales y de los servicios urbanos relacionados por parte tanto de visitantes como de residentes.

Fuente de verificación: Informe de Evaluación de los Equipamientos existentes y Encuestas de satisfacción de visitantes y residentes.

SISTEMA DE INFORMACIÓN CUALIFICADA IMPLANTADO

Existencia de un sistema de información cualificado y jerarquizado de la ciudad (teniendo en cuenta, la ciudad histórico-turística y sus recursos turístico-culturales) y de la base logística existente, atendiendo, por un lado, a aspectos de legalidad, visibilidad, legibilidad, y seguridad y, por otro, a la percepción y visualización de la ciudad, de su historia, trayectoria, valores y manifestaciones culturales, modos de vivir y de ser etc.

Fuente de verificación: Informe sobre el funcionamiento de los diversos soportes de información en la ciudad, con atención a la señalización urbano-turístico-cultural, a los contenidos de los materiales informativos y sus medios de comunicación y Encuesta de satisfacción de visitantes y residentes.

PROGRAMA DE PROMOCIÓN, DIFUSIÓN Y MARKETING IMPLEMENTADO

El desarrollo de una estrategia de marketing basada en destacar los valores y recursos culturales existentes, debidamente presentados y acondicionados a la visita turística y su disfrute, así como al establecimiento y difusión de un calendario de oferta turístico-cultural de alcance compatible a los recursos culturales existentes es una garantía para que los servicios culturales desarrollados puedan generar, de modo efectivo, una marca propia y una fidelización del destino.

Fuente de verificación: Informe sobre los Planes de Marketing desarrollados y Encuesta de satisfacción de residentes y visitantes.

INFRAESTRUCTURA DE GESTIÓN PERMANENTE Y ADECUADA A LA COMPLEJIDAD DE LA CIUDAD HISTÓRICA

Los requisitos de organización administrativa, aunque puedan significar el soporte político-institucional para el alcance de las condiciones necesarias al desarrollo del destino, son considerados un imperativo para el mantenimiento y progresiva mejora del mismo, de manera que le confiera competitividad sin pérdida de los atributos culturales esenciales – autenticidad e integridad –, teniendo en cuenta los mecanismos e instrumentos de gestión desarrollados e implementados, así como la logística administrativa correspondiente para su puesta en funcionamiento. Sin embargo, depende de cada situación específica donde se actúe.

Fuente de verificación: Informes de Progreso y de Evaluación de Desempeño de la Gestión de la Ciudad Histórica.

BASE LOGÍSTICA TURÍSTICA DE CALIDAD EN PLENO Y ADECUADO FUNCIONAMIENTO

Existencia de prestaciones y servicios turísticos bien evaluados, mediante sistema de calidad propio para el sector – conforme la certificación "Q", por ejemplo – constituyéndose en una base logística adecuada para las necesidades de alojamiento, alimentación, ocio, compras, entre otros, así como existencia de infraestructuras urbanísticas adecuadas que faciliten el acceso y la movilidad a y dentro de la zona de interés turístico. No se trata de variable exclusiva para la certificación "P", pero se constituye en variable imprescindible para cualquier destino turístico.

Fuente de verificación: Informes de las condiciones funcionales de las actividades inherentes a los servicios y prestaciones turísticos, Informes del funcionamiento de las infraestructuras urbanísticas relacionadas y Encuestas de satisfacción de visitantes y residentes.

Fuente: elaboración propia.

Considerando el sistema "Q" existente en España, otra posibilidad con vistas a la certificación en este campo sería la creación de un Comité Técnico de Normalización – CTN para el Patrimonio, dada su naturaleza y, obviamente, las particularidades que podría tener, con normativa propia, teniendo en cuenta el marco español, o el comunitario europeo o aún el internacional.

La experiencia reciente en el ámbito del SICTED – Sistema de Calidad Turística en Destino, en el marco del Plan Integral de Calidad Turística Española – PCTE 2000-2006, corrobora con los planteamientos presentados en esta investigación que residen en la necesidad de la cualificación de los destinos patrimoniales, visto que los esfuerzos que se están haciendo, desde 2004, con la creación del Club de Producto Ciudades Patrimonio, como indica García Hernández, podrá "mejorar la competitividad turística de las ciudades miembro, [así como] buscar la excelencia para el conjunto de la actividad a nivel de destino, [además de] impulsar la calidad turística y homogeneizar pautas de funcionamiento" (GARCÍA HERNÁNDEZ, 2007: 16).

El "club de producto" tiene como principio la conformación de un conjunto de destinos que ofrecen un producto semejante y que se organizan de modo cooperativo para obtener ventajas comparativas en relación a otros destinos. En este sentido, la temática patrimonial posee un llamamiento no despreciable y se define mediante contornos inconfundibles (122).

Para el desarrollo de destinos patrimoniales, se considera pertinente hacer un abordaje previo de identificación y evaluación de las condiciones preexistentes en el sitio urbano patrimonial, así como de sus potencialidades para transformarse en un destino patrimonial.

Por tanto, se considera como parámetros para la planificación de ciudades históricas como destinos patrimoniales la cara cterización del objeto patrimonial y su tutela, de los recursos turísticos potenciales y el consumo deseado, así como de la gestión pretendida y sus medidas operativas.

Teniendo en cuenta estos parámetros, y con carácter orientativo, se hace posible establecer un "Guión para el análisis de la problemática de la gestión de sitios históricos urbanos con vistas a su manejo desde la perspectiva turística", llegándose, al menos, a los siguientes puntos:

(i) Caracterización del objeto patrimonial y su tutela: 

    • Tipología del objeto declarado:

a) territorialidad (base territorial): si urbano o rural;b) espacialidad: compacto o disperso;c) estructura física: si se trata de monumento y su entorno, conjunto histórico, centro histórico o ciudad histórica.

    • Tipología de la gestión de la tutela del bien:

a) origen: eminentemente local, regional o estatal (o federal, en el caso de países federativos);
b) competencia: si concurrente, compartida o exclusiva;c) naturaleza: si gubernamental, privada, comunitaria o mixta.

(ii) Caracterización del recurso turístico y su consumo:

    • Tipología del recurso turístico (considerando su percepción y preparación como recurso cultural para el destino):

a) recurso vivo – integrado en el contexto donde se ubica;
b) recurso musealizado;
c) recurso mixto.

    • Tipología del uso turístico pretendido (desde el planeamiento) (123):

a) uso de baja intensidad: visita de corto plazo, con conocimiento superficial sobre el bien – de naturaleza incidental;
b) uso de media intensidad: visita de medio plazo, con conocimiento más detallado sobre el bien;
c) uso de alta intensidad: visita de largo plazo, con conocimiento más profundo y más allá del propio sitio (bien), comprendiendo lo que hay en sus alrededores, lo que demanda más tiempo.

    • Tipología de usuarios:

a) origen: si locales, nacionales o extranjeros;
b) perfil: edad, género, nivel de estudios y de ingresos, etc.;
c) motivación: ocio, conocimiento, investigación u otro.

    • Tipo de Frecuentación/ Flujo de visitantes:

a) estacional;
b) a lo largo del año;
c) en fechas/calendario específico y con foco.

    • Tipología de problemas inherentes a la visita (existentes o potenciales):

a) físico-ambientales estructurales: asociados a la materialidad, accesibilidad, entre otros;
b) conceptuales/ aspectos culturales: carga simbólica, reconocimiento de valores, autenticidad etc.;
c) económicos: relacionado a la intensificación del uso (masificación) o bajo aprovechamiento (marginación);
d) funcionales: monocultivo turístico, vaciamiento funcional y abandono, saturación y congestión.

(iii) Caracterización de la gestión pretendida y sus medidas operativas

    • Mecanismos de gestión (evaluación y diseño, si se trata):

a) intra-institucional;
b) interinstitucional.

    • Instrumentos de gestión (evaluación y diseño, si se trata):

a) normativos: leyes, decretos, reglamentos etc. relacionados;
b) estratégicos: planes y programas correlatos;
c) operacionales: proyectos, estudios y actividades.

    • Operatividad del proceso:

a) funcionamiento: racionalidad, organicidad, transversalidad y coordinación u otra situación a destacar;
b) logística necesaria: espacio, equipamientos, mobiliario etc.;
c) interacción: intercambio, colaboración, cooperación y difusión necesarios;
d) resultados: eficiencia, eficacia y efectividad en las acciones.

Por fin, teniendo en cuenta que tales requisitos se presentan como indispensables en el proceso de formulación de políticas, planificación y gestión de destinos patrimoniales, para su seguimiento y perfeccionamiento permanente, se considera fundamental la institución de un observatorio de gestión de las competencias en destinos patrimoniales que más allá de observatorios turísticos, realice el seguimiento de la actividad turística, promueva estudios analíticos y estratégicos para el desarrollo y perfeccionamiento de la actividad bajo la triple vertiente, es decir, patrimonio cultural, turismo y desarrollo urbano/territorial y valore el destino en función del mantenimiento de su certificación de calidad. En definitiva, que entienda la realidad y sugiera claves para hacer funcionar el complejo sistema de competencias existente.

Dicho observatorio necesitaría ser constituido bajo algún instrumento formal de participación y compromiso de las áreas involucradas, incorporando además al sector empresarial correspondiente, de modo que refleje las necesidades, las demandas y el contexto en que el observatorio viniera a actuar (124). Su composición naturalmente podría ser variable, desde que considerara dicho diseño básico para su constitución (125).

A título indicativo, se consideran claves para el seguimiento de la implantación de destinos patrimoniales en ciudades históricas el establecimiento de indicadores, tanto de gestión como de preservación y salvaguardia, teniendo en cuenta, a partir de los valores de autenticidad e integridad, los motivos y argumentos que sostuvieron su reconocimiento como bienes culturales en sus respectivos ámbitos político-territoriales.

Tomando como base las ciudades con bienes culturales reconocidos como Patrimonio de la Humanidad (126), se considera fundamental en ese seguimiento, evaluar en que medida se está asegurando el valor universal excepcional atribuido al sitio histórico urbano, valor de una importancia cultural extraordinaria que trasciende a las fronteras nacionales y se reviste de carácter inestimable para las actuales y futuras generaciones de toda la humanidad, valor ese de carácter histórico, artístico o científico (127).

Para ello, indicadores de impacto sobre el estado de permanencia de las estructuras materiales e inmateriales integrantes del sitio histórico urbano declarado, así como indicadores de desempeño de la gestión desarrollada hacia él son fundamentales (128).

De ese modo, cabe destacar aspectos relacionados como amenaza, daño o pérdida del valor universal excepcional atribuido, teniendo en cuenta (BRITO, 2006a) (129):

    • La integridad del área: evaluar en que medida las acciones desarrolladas aseguran su significado cultural/naturaleza simbólica (intangible), es decir, la capacidad de aprehender, tanto por el residente como por el visitante, el carácter intacto del objeto y de sus atributos simbólicos, los cuales dependen del examen minucioso de las condiciones de integridad que, aunq posean una carga subjetiva, puedan ser acotados en función de tener:

a) todos los elementos necesarios para expresar el valor universal excepcional indicado y reconocido;
b) dimensión suficiente para expresar una representación completa de las características y de los procesos que trasmiten la importancia del objeto;
c) efectos negativos o no derivados del desarrollo de acciones o de su ausencia o escasez.

    • La autenticidad del área: evaluar en que medida las acciones desarrolladas aseguran su acreditación histórica/naturaleza objetiva (tangibilidad), es decir, la capacidad de comprender, tanto por el residente como por el visitante, el valor atribuido al bien cultural declarado conforme el grado de credibilidad y de veracidad que se atribuya a las fuentes de información relativas a ese valor, las cuales dependen del conocimiento y de la comprensión de esas fuentes de información en lo referente a las características originales y subsecuentes del objeto, y a su significado cuyas referencias se constituyan en las bases necesarias para la evaluación de todos los aspectos de autenticidad en atributos como:

a) forma y concepción;
b) materiales y sustancia;

c) uso y función;
d) tradiciones, técnicas y sistemas de gestión;
e) carácter y espíritu local.

Estos aspectos señalados deben ser objeto de consideración en el momento de detallar un sistema de indicadores para tal finalidad. Para el caso en cuestión, se estima como necesaria la elaboración de estudios específicos que posibiliten establecer factores que directamente impacten en dichos valores universales excepcionales atribuidos y que, a título de ejemplo, pueden ser sugeridos en relación con los sitios históricos urbanos – SHU, algunos indicadores de permanencia, conforme Tabla 09 (BRITO, 2006a: 06).

En cuanto a los indicadores de desempeño de la gestión propuesta – en su triple alianza – el desarrollo de instrumentos de evaluación en los ámbitos patrimonial, urbano/territorial y turístico, se hacen necesarios, considerando (130):

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La Mezquita-Catedral de Córdoba, un interesante ejemplo para la comprensión de los aspectos relacionados a la autenticidad e integridad del valor universal excepcional atribuido por las aportaciones que ha recibido a lo largo de su historia.

Foto 97: BRITO, M. ,2007.