Parte III. Las ciudades históricas como destinos patrimoniales: potencialidades y requisitos

PARTE III
LAS CIUDADES HISTÓRICAS COMO DESTINOS PATRIMONIALES: POTENCIALIDA
DES Y REQUISITOS

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1. POTENCIALIDADES: OTRA MIRADA HACIA LA CIUDAD HISTÓRICA

Esta investigación ha nacido de la necesidad de búsqueda de respuestas para un asunto recurrente en la gestión de sitios históricos urbanos, como es, la manera de desarrollar una actividad turística aprovechando el patrimonio cultural existente, sin provocar su destrucción o descaracterización, de tal modo que esa actividad consiga proporcionar bienestar para la población residente en esas áreas y, a la vez, contribuir, por un lado, a la dinamización funcional y económica del área mediante la reutilización de bienes culturales y la generación de empleo asociado, directa e indirectamente, a esa actividad y, por otro, a la valorización de las identidades culturales locales y a la promoción de la ciudadanía en función de sus valores culturales.

Como se ha podido verificar, la investigación ha tenido como punto de partida dos ámbitos básicos de análisis, como son, la evaluación, por un lado, de las potencialidades de las ciudades históricas como destinos patrimoniales y, por otro, de los requisitos necesarios para alcanzar esa finalidad.

La investigación se ha estructurado de esta forma, por entender, a priori, que no toda ciudad histórica es destino turístico y que aquellas que ya lo son, no son necesariamente destinos patrimoniales.

En Brasil, una de las primeras experiencias asociada a esa cuestión fue la del Programa de Ciudades

Históricas – PCH, en los años 70 del siglo pasado, donde el vector para el desarrollo de acciones de preservación del patrimonio cultural se basaba en su uso y disfrute turísticos. A la larga, acciones puntuales han sido desarrolladas que no siempre han resultado en acciones positivas de recuperación y revitalización de áreas patrimoniales.

Sin embargo, esas acciones, de un modo general, han demostrado que es posible reconocer la existencia de una vía de actuación que ha de ser perfeccionada y consolidada.

Dentro de un análisis más global, la investigación ha buscado enfocar determinados aspectos de las políticas generales de las administraciones públicas y su incidencia en el sector turístico, tanto en Brasil como en España, particularmente en lo que se refiere a lo cultural y territorial, este último de matiz urbano.

Dentro de un análisis más detallado, en Brasil, ha sido destacado el caso de Ouro Preto, en el estado de Minas Gerais, ciudad colonial declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, desde 1980. Ouro Preto se constituye en uno de los referenciales más expresivos donde la relación entre patrimonio cultural y turismo viene ganando contornos cada vez más intensos.

Como contrapunto externo, se ha destacado el caso español en el ámbito comunitario europeo, sea por su creciente liderazgo en cuanto destino turístico en el mundo, sea por los esfuerzos empleados, especialmente a partir de los años 90 del siglo pasado, cuando, en función de las políticas turísticas implementadas, inversiones importantes en la preservación del patrimonio cultural han sido a la larga realizadas y que, a su vez, han generado un significativo incremento en el turismo en ciudades históricas con bienes declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Pese a las contradicciones que la actividad turística pueda suscitar, especialmente en los sitios urbanos patrimoniales y en sus diversas configuraciones territoriales, el turismo es una realidad, con potencial de crecimiento evidente, en especial, el turismo cultural, modalidad con grandes expectativas de expansión en los próximos años en el mundo.

En la actualidad, se identifican nuevas tendencias cualitativas de la demanda turística, las cuales inciden en (TURISMO DE LA PROVINCIA DE SEVILLA, 2004: 26):

(i) "búsqueda de nuevos destinos y productos turísticos diferentes a los tradicionales;

(ii) posicionamiento activo del turista, frente al modelo pasivo;

(iii) especialización de los turistas: diferentes motivaciones;

(iv) aumento del turismo de colectivos especiales: jóvenes, mayores, discapacitados…;

(v) existencia de turistas cada vez más experimentados y exigentes;

(vi) mayor sensibilidad ambiental y cultural de la demanda turística;

(vii) progresiva familiarización y uso de las nuevas tecnologías de la información".

Además, nuevas tendencias en la oferta turística demuestran cada vez más (TURISMO DE LA PROVINCIA DE SEVILLA, 2004: 29):

(i) "adopción de enfoques de planificación en relación al desarrollo turístico;

(ii) protección, potenciación y aprovechamiento racional de los valores naturales y culturales del territorio;

(iii) especialización de la oferta: ofrecimiento de productos a la carta;

(iv) fuerte proceso de difusión espacial de la oferta turística;

(v) atención y desarrollo de la oferta complementaria;

(vi) decidida incorporación y utilización de las nuevas tecnologías de la información".

Según Pedersen, "un turismo exitoso y sostenible exige un proceso de profundo compromiso. Supone tener ideas claras sobre las metas y los objetivos, saber dónde se desea llegar, situar esas metas y objetivos en el contexto de las limitaciones que plantean las normas jurídicas y sociales y, luego negociar con los grupos de interés pertinentes para tratar de incorporar sus necesidades en el conjunto" (PEDERSEN, 2005: 07). En efecto, ello parece ser la clave hacia el éxito en la puesta en valor de destinos patrimoniales.

Por otro lado, la experiencia española indica que no se puede solamente invertir en infraestructuras turísticas aunque sean necesarias para acondicionar los lugares para que se conviertan en destinos turísticos. En el caso de las ciudades históricas, dicha cuestión merece además una particular atención.

Como ha indicado Martín, las claves para el éxito en el diseño de productos turísticos en ciudades históricas son (MARTÍN, 2003):

(i) un proyecto organizado y planificado de interpretación de la ciudad como territorio y su entorno si procede;

(ii) accesibilidad interna, tanto en lo referente a la promoción y publicidad de los recursos culturales a los que se puede tener acceso (guías, planos, folletos, señalización urbana, horarios amplios, superación de barreras arquitectónicas, controles de seguridad etc.) como lo que la mayoría de los visitantes esperan obtener de su experiencia turística en un lugar patrimonial, es decir, disfrutar de la comprensión de lo que ven o experimentan, y sentir el valor positivo que le da al hecho de aprender algo;

(iii) información, fundamentada sobre todo en la satisfacción de la demanda del visitante, por atender a sus exigencias de orden intelectual – información cualificada de los recursos turístico-culturales – como de carácter general – información básica de las prestaciones y servicios disponibles complementarios;

(iv) imagen, tratada teniendo en cuenta la idiosincrasia de los habitantes de la localidad y los hechos e hitos referenciados en su historia y trayectoria, aportando una narrativa coherente, auténtica y verosímil;

(v) servicios y equipamientos, elementos de soporte a la realización de la visitación turística y fundamentales para lograr la permanencia del visitante – sector de hospedaje por ejemplo – y para propiciar un mejor disfrute de los atractivos existentes – sector constituido por restaurantes, bares, cafeterías etc.;

(vi) estrategia de marketing basada en la diferenciación y en lo novedoso como ventaja comparativa a ser lograda bajo una mejor capacidad de negociación, el fomento a la fidelización de la clientela, a la menor sensibilidad al precio y al mayor valor agregado a la marca del producto turístico-cultural a ser difundido.

Además, asociado a lo antes referido, hay que añadir dos aspectos igualmente importantes, como son:

(i) accesibilidad externa, tanto en lo referente a la generación, mejora o acondicionamiento de infraestructuras urbanísticas como carreteras, autopistas, aeropuertos, puertos etc. que faciliten e induzcan el acceso a los sitios de interés, así como la comunicación fácil, directa y simple al público, bajo las diversas formas y vías;

(ii) el desarrollo de modelos de gobernanza (107), a partir de un sistema de gestión, que traduzca el sentido transversal que corresponde a la actividad turística en estos términos, ya que por si misma, la política turística no cuenta con los instrumentos y medios suficientes para lograr una acción sostenible sin involucrar a otros sectores públicos, al menos de cultura y desarrollo urbano y ordenamiento territorial, por un lado, así como, el sector privado, por otro, en materia de servicios turísticos y capacitación profesional, por ejemplo. Aquí hay que destacar la primacía de la función de gerencia de las acciones mediante el fomento de capacidades como meta central en el campo de la gobernanza.

Por último, teniendo en cuenta una perspectiva educativa, las ciudades históricas pueden, por medio del turismo cultural, de vertiente patrimonial, ayudar y constituirse en una vía para el aprendizaje, el respeto y la cohesión social, valorando las identidades culturales existentes.

Al mismo tiempo, el turismo que se desarrolla basado en y sensible a los valores culturales imprime, por consiguiente, una mayor comprensión de las identidades culturales locales y regionales junto a los residentes y visitantes, requiriendo que los destinos visitados expresen con vigor sus particularidades y que las mismas sean preservadas, traduciendo un turismo que ha alcanzado una etapa de madurez en su desarrollo (UNESCO, 1997).

Sin embargo, la inversión en la constitución de productos turísticos sostenibles expresa el gran desafío que se vislumbra en ese campo.

Como apuntan los análisis recientes de la cuestión, se evidencia una fecunda relación entre turismo y desarrollo local a partir de las siguientes claves (TURISMO DE LA PROVINCIA DE SEVILLA, 2004: 33-34):

(i) "la revalorización del territorio como elemento fundamental a tener en cuenta en estos procesos, como corresponde a todas las prácticas derivadas del modelo de desarrollo endógeno, en el que dicho territorio pasa de ser un mero soporte pasivo de las actividades económicas, turísticas en ese caso, a constituir un recurso fundamental para las mismas; el hecho distintivo de que el turismo, a diferencia de otros sectores, no precisa de grandes inversiones para coadyuvar en los procesos de desarrollo local. Lo más costoso sería la rehabilitación o construcción de edificaciones específicas para alojamiento o restauración [alimentación] pero en general es una actividad que, para su implantación en áreas deprimidas, puede basarse en pequeñas y medianas empresas, accesibles a la reducida capacidad de inversión existente en dichas áreas;

(iii) el destacable papel ejercido por el turismo como dinamizador respecto a otros sectores de la economía local (…) que en el ámbito del desarrollo local adquiere particular relevancia en lo referente a su función de arrastre de otras actividades, como las artesanías o la rehabilitación del patrimonio inmobiliario. A ello se suma la ya recurrente utilización del turismo como argumento o justificación para la atracción de inversiones públicas a unas áreas, en tanto que deprimidas, tradicionalmente postergadas en la dotación de infraestructuras, equipamientos y servicios públicos;

(iv) el planteamiento de que toda propuesta de vinculación del turismo a procesos de desarrollo local debe tener como objetivo básico el implicar en el mismo a los diferentes agentes sociales autóctonos presentes en la población local. Única forma ésta de que los proyectos sean asumidos como propios por la comunidad y estrategia idónea para lograr la difusión de los beneficios económicos de la actividad, tanto desde el punto de visto social como territorial;

(v) la necesidad de tomar en consideración la multiplicidad de factores que inciden en la competitividad de un destino turístico, factores que superan la calidad de las propias empresas turísticas, para abarcar aspectos tales como el paisaje, el urbanismo, la dotación de infraestructuras y equipamientos, la limpieza urbana, la seguridad ciudadana etc. (…) en el que cada una de sus partes o componentes sectoriales incide en el nivel de satisfacción del visitante, por lo que debe ser integrada en la estrategia global de convertir la actividad turística en factor clave para el desarrollo local".

CUADRO 18 – CIUDADES ESPAÑOLAS INVESTIGADAS Y SU PATRIMONIO CULTURAL URBANO
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Foto 86: Vista aérea parcial de Santiago de Compostela
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Foto 87: Trazado de Santiago
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Foto 88: Vista aérea parcial de Córdoba
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Foto 89: Trazado de Córdoba

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Foto 90: Vista aérea parcial de Sevilla

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Foto 91: Trazado de Sevilla
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Foto 92: Vista aérea parcial de Granada
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Foto 93: Trazado de Granada

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Foto 94: Vista aérea parcial de Toledo
Fuente: Microsoft Corporation/Blom, 2007.

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Foto 95: Trazado de Toledo
Fuente: Image Digital Globe, 2007.

Algunas referencias son importantes respecto a como afrontar ese desafío, situaciones que no están directamente vinculadas a la cuestión turística, pero tienen fuerte incidencia en la preparación de los mencionados productos, visto que están, por ejemplo, directamente asociados a la mejora del estado de conservación de los atractivos culturales, es decir, del patrimonio cultural material.

En el caso español, una de ellas es el 1% Cultural, instituido por la Ley de Patrimonio Histórico Español – LPHE (1985) y desarrollado por la Administración del Estado, por intermedio de una Comisión Interministerial para la coordinación de la gestión de su aplicación (108), bajo la gestión directa de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura.

En dicha ley, conforme indica su art. 68, se establece la obligación de destinar en los contratos de obras públicas una partida de al menos el 1% a trabajos de conservación, restauración, rehabilitación, consolidación, incluyendo la elaboración de proyectos técnicos" o acciones de enriquecimiento del Patrimonio Histórico Español, como adquisición de bienes culturales, exposiciones, publicaciones, entre otras finalidades (ESPAÑA, 1985) (109).

Su implantación, sin embargo, viene produciéndose de modo complejo, ya que no resulta fácil manejar los fondos aportados por el Estado en presupuestos de cada obra pública financiada total o parcialmente por él o por las obras públicas realizadas y explotadas por particulares en virtud de concesiones administrativas, especialmente considerando que su disposición para los fines de la preservación sólo se produce a posteriori de la realización de dichas obras, conforme establecen los procedimientos en vigor. Su gestión se realiza mediante comisiones mixtas, involucrando a los sectores de la Administración Central más directamente relacionados, como Fomento y Medio Ambiente. De cualquier modo, dicho instrumento ha posibilitado generar otros semejantes en las Comunidades Autónomas – gobiernos regionales (110))– y poner en relieve la gran necesidad de inversión, ya que no se dispone de recursos suficientes para atender a toda la demanda que se presenta en cada ejercicio fiscal. Otra cuestión a apuntar es la dispensa de definición del uso de los bienes en la aplicación del 1% Cultural, visto que se considera, de antemano, el uso que el bien ya posee y que, por general, es de naturaleza cultural.

Aun dentro de esa perspectiva, el Ministerio de Cultura español viene, por intermedio del Instituto del Patrimonio Histórico Español – IPHE, desarrollando planes nacionales para la conservación y restauración de bienes constitutivos del Patrimonio Histórico Español, como lo son el Plan de Catedrales (111), con sus planes directores y programas de inversiones, y los Planes de Patrimonio Industrial, de Paisajes Culturales y de Arquitectura Defensiva que ora se detallan.

El Plan de Catedrales, resultante de negociaciones entre el Estado español y la Conferencia Episcopal Española – CEE (112), está en marcha desde 1997 y tiene como pieza absolutamente imprescindible y necesaria para la programación de las intervenciones la consagración de la figura del Plan Director, destinado para el bien, universalizándose en las actuaciones de conservación de las iglesias catedralicias (MINISTERIO DE FOMENTO, 2003). En dicho instrumento "se describe minuciosamente la situación de las estructuras de cada templo, sus patologías y urgencias, el estado de sus bienes muebles y los fondos documentales, las actuaciones necesarias y su valoración económica y periodización" (MINISTERIO DE FOMENTO, 2003: 15).

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El Plan de Catedrales en España viene permitiendo orientar importantes inversiones públicas en acciones de restauración y conservación de monumentos de gran envergadura como lo son las catedrales españolas. La Catedral de Sevilla, Santiago de Compostela, Toledo, Granada y la Mezquita-Catedral de Córdoba fueron beneficiadas por esa iniciativa.

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La actuación del Plan de Catedrales (1997-2001)
Fuente: IPHE, 2002.

 

Otras vías de incentivo son igualmente importantes pero no han surtido todavía los efectos deseados de estímulo y difusión de buenas prácticas, como el Premio "Ciudad Patrimonio de la Humanidad" que tiene como objetivo promover el reconocimiento público a la labor llevada a cabo en acciones de preservación del patrimonio cultural, por personas físicas y jurídicas, en las ciudades españolas cuyos conjuntos históricos han sido declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (113).

En el caso brasileño, cabe mencionar, por un lado, los instrumentos de fomento basados en los incentivos fiscales, sean de origen federal o estadual, como el PRONAC – Programa Nacional de Apoyo a la Cultura y la llamada Ley ‘Robbin Hood’, respectivamente y, por otro, el instrumento de promoción y reconocimiento de acciones de preservación del patrimonio cultural en el país, el Premio Rodrigo Melo Franco de Andrade.

El PRONAC, instituido mediante la Ley Federal nº 8.313/91, fue creado con la finalidad de captar y orientar recursos para el sector cultural, teniendo, entre sus objetivos, el de contribuir a la preservación de los bienes materiales e inmateriales del patrimonio cultural brasileño.

Apoyado, por un lado, en el Fundo Nacional de Cultura – FNC, constituido especialmente mediante la captación de fondos de loterías nacionales y, por otro, el mecenazgo cultural, mediante la anticipación "in cash" de recursos procedentes de la renuncia fiscal del Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas y Jurídicas, a título de donación y/o patrocinio, las finalidades para los cuales, dichos instrumentos pueden ser utilizados, dejan margen para interpretaciones y, por tanto, aplicaciones que pueden ser, según el caso, positivas o no, conforme los resultados alcanzados, como concentración territorial, prioridades no contempladas, inversión de pautas etc., lo que está exigiendo del Ministério da Cultura, gestor del programa que sus respectivos instrumentos sirvan para impulsar las políticas públicas deseadas, estando menos sometidos a los intereses del mercado (114).

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Marca aplicada en los proyectos patrocinados bajo la Ley de Incentivo a la Cultura en Brasil.

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Número de Proyectos en Patrimonio beneficiados.

MECENATO - CAPTACIÓN DE RECURSOS EN 2007 (NOV)

ÁREAS

Total (R$)

Artes Escénicas
74.799.378,05

Artes Integradas
61.632.504,16

Artes Plásticas
45.304.737,90

Audiovisual
44.463.747,06

Humanidades
42.230.030,72

Música
107.346.481,60

Patrimonio Cultural
53.703.430,03

Total General
429.480.309,52

Recursos aplicados en Patrimonio Cultural en 2007(noviembre) en Reales
Fuente: MINISTÉRIO DA CULTURA, 2007.

Ya la Ley ‘Robbin Hood’ (115), basada en el impuesto sobre circulación de mercancías y servicios – ICMS, administrado por el Gobierno del Estado de Minas Gerais, busca establecer un proceso de redistribución de recursos financieros, desde el Gobierno Estadual a los Municipios, definiendo una serie de criterios de la gestión pública hacia su optimización, entre ellos, el relacionado al patrimonio cultural, que aplica 1% de los recursos del ICMS recaudados en el Estado (116). La obtención de tales recursos está a depender siempre y cuando la administración local aplique con eficiencia y eficacia los recursos que percibe en función de ese dispositivo legal. En ese caso, su orientación básica está dirigida a la creación de los mecanismos e instrumentos de gestión municipal de preservación del patrimonio cultural y su puesta en marcha por la administración local.

Sin embargo, conforme indica Miranda, "las exigencias legales para acceder al llamado ICMS Cultural son básicas y la experiencia ha demostrado que atenderlas no significa, necesariamente, que el municipio contemplado cuente realmente con una política eficaz de protección a sus referencias culturales" (MIRANDA, 2007: 01). En contraposición, Rangel defiende que "la Ley ‘Robin Hood’, desde el punto de vista de la subvención a la cultura, no somete el municipio a un mercado, caso de las leyes de incentivo a la cultura. Al realizar correctamente su trabajo, el municipio recibirá semanalmente y durante todo el año, los recursos referentes al criterio del patrimonio cultural, independiente de cualquier tipo de patrocinio. Así, pasará a tener recursos financieros para aplicar en cultura, proteger y fortalecer los valores locales. El volumen de recursos distribuidos por el criterio del patrimonio cultural viene creciendo, lo que aumenta el interés de los municipios" (RANGEL, 2004: 07).

De cualquier modo, dicha situación no invalida su existencia, sino que indica la necesidad de ajustes para hacer más efectivos los instrumentos de financiación que pueden solventar el proceso de puesta en valor del patrimonio cultural del país.

Ya el Premio Rodrigo Melo Franco de Andrade (117), instituido por el IPHAN – Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional desde 1987, con el objetivo de valorizar y reconocer acciones de preservación del patrimonio cultural brasileño, es ofrecido a empresas, instituciones y personas físicas de todo el país y fue establecido en una serie de categorías, hasta un total de siete, como son (IPHAN, 2006c, 2005):

(i) Apoyo institucional y/o financiero: para acciones o programas que hayan objetivado dar soporte institucional, captar recursos o dar apoyo financiero a la preservación y/o promoción del patrimonio cultural;

(ii) Divulgación: para acciones o programas que hayan objetivado divulgar y difundir el patrimonio cultural;

(iii) Educación patrimonial: para acciones o programas integrados con sectores comunitarios, en el campo de la educación, que hayan sido dirigidos hacia la valoración de la memoria y del patrimonio cultural;

(iv) Investigación e inventario de acervos: para acciones o programas que hayan objetivado el inventario, la investigación y la referencia de los acervos y procesos culturales;

(v) Preservación de bienes muebles e inmuebles: para acciones o programas que hayan objetivado dar soporte a la preservación material o protección legal administrativa de acervos culturales;

(vi) Protección del patrimonio natural y arqueológico: para acciones o programas de gestión y desarrollo cultural en áreas consideradas patrimonio natural o en sitios arqueológicos; y

(vii) Salvaguardia de bienes culturales de naturaleza inmaterial: para acciones o programas de identificación, investigación, tratamiento de informaciones, registro iconográfico o audiovisual o de apoyo a las condiciones sociales de continuidad y sostenibilidad de bienes culturales inmateriales.

Lo más positivo en esa iniciativa, en definitiva, es el desarrollo de un ideario de buenas prácticas hacia el patrimonio cultural y su estimulo junto a la sociedad, pues se verifica, "que entre las soluciones presentadas, muchas de ellas han sido desarrolladas e implementadas por las propias comunidades involucradas, en contraposición a la visión estrictamente académica o institucional de la acción de preservar (…) que implica no solamente la técnica y el conocimiento, sino también la creatividad y la emoción" (IPHAN, 2005: 14).

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El Premio Rodrigo en su 20 edición. Promoción de buenas prácticas basadas en las tradiciones y en los valores étnicos de la sociedad brasileña.
Fuente: IPHAN, 2007.

 

Otro dispositivo interesante y que cabe mencionar, ya en el marco europeo comunitario, es el proyecto de capitalidad cultural europea, donde inciden a la vez la vertiente cultural como foco central de interés y la vertiente turística por la promoción que conlleva a nivel de la región.

La capital cultural europea es un proyecto de gran trascendencia. Un invento de promoción y comunicación, un acto de política cultural de dimensión continental (MARTÍNEZ SAIZ, 2000), que ha repercutido en el territorio europeo de modo inesperado, al favorecer la inserción de localidades en el mapa de destinos turísticos europeos, primero, por la añadidura de un título de excelencia y prestigio, segundo por su proyección nacional e internacional, y, por fin, por la oportunidad de renovar la ciudad, ponerla en valor, de donde se derivan una serie de beneficios culturales, sociales y económicos, ocasión excepcional en que ciudadanos e instituciones políticas, sociales y culturales vengan a participar en una tarea colectiva (MARTÍNEZ SAINZ, 2000).

Además de favorecer el desarrollo y mejora de la oferta cultural de la ciudad y la difusión de la identidad cultural local hacia el mundo – especialmente el europeo, por más cercano –, la capitalidad europea de la cultura ha resultado ser una iniciativa codiciada por las administraciones municipales (118).

Es sorprendente el movimiento de candidatura para 2016 cuando toca a una ciudad en España la capitalidad cultural europea. La candidatura de la ciudad de Córdoba se desarrolla bajo una fuerte acción de city marketing asociada a la sensibilización de la ciudadanía, de los agentes económicos locales y de la región y de los demás entes públicos que puedan apoyar políticamente la iniciativa y, por tanto, fortalecerla.

Los motivos inherentes a la participación se basa en un proyecto cultural de contenido socioeconómico para la ciudad cuyas expectativas difundidas abarcan desde convertir a Córdoba en el referente de la cultura europea, animando a la cultura a los ciudadanos y ofreciendo la mejor oferta cultural, hasta promover el disfrute de las nuevas infraestructuras culturales a que se brindarán a la ciudad, rentabilizando las visitas turísticas a la ciudad, así como la generación de empleo asociada a la capitalidad cultural (AYUNTAMIENTO DE CÓRDOBA, s.f.b).

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Material promoción Córdoba 2016
Fuente: AYUNTAMIENTO DE CÓRDOBA, s.f.a, s.f.b.

 

Expone en su defensa 10 razones para lograr el reto de 2016 como son (AYUNTAMIENTO DE CÓRDOBA, s.f.a): 

  1. el legado de su historia de más de 2000 años de antigüedad;
  2. ser un Patrimonio de la Humanidad;
  3. tener una oferta cultural singular durante todo el año;
  4. poseer ricas tradiciones que siguen vivas;
  5. posibilitar una actividad turística para una gama diversificada de visitantes;
  6. una preocupación con el medio ambiente;
  7. ser una ciudad solidaria basada en el respecto a la diversidad cultural y a la tolerancia;
  8. una convivencia con la ciudadanía pautada en la participación y en la democracia;
  9. una ciudad abierta y comunicada, bien conectada y con una ubicación privilegiada;
  10. apostar por la innovación que se plasma en su parque científico-tecnológico.

Trasladada a otras latitudes, como Brasil, la iniciativa busca difundir en su ideario "las ventajas para la ciudad elegida, [que] no se circunscribe solo al periodo de un año [cuando se realiza la programación de la candidatura victoriosa] pues, [se defiende que] las acciones desarrolladas por la ciudad en la condición de capital cultural darán como resultado en beneficios que permanecerán en ella para los años futuros [como] (< http://www. capitalbrasileiradacultura.org/cbc/>):

  1. Proyección de la ciudad como referencia de la cultura nacional;
  2. Aumento del flujo turístico motivado por la divulgación de los atractivos locales (cultura, historia, ecología etc.);
  3. Participación de la la comunidad en el proyecto, incentivando la ciudadanía;
  4. Atracción de inversiones privadas en el sector del turismo y servicios, generando empleo y renta;
  5. Identificación cultural de los ciudadanos con su ciudad, aumento de la autoestima;
  6. Incorporación de eventos al calendario cultural de la ciudad de modo permanente;
  7. Recuperación del Patrimonio Histórico;
  8. Creación de nuevos polos de actividad artística y cultural;
  9. Establecimiento de nuevas vías de comunicación y relación con otras ciudades en el país y en el exterior".

Efectivamente, el desarrollo de esa iniciativa en Europa a lo largo de más de dos décadas ha puesto en evidencia la necesidad de singularización de las ciudades, apoyando sus políticas en la identidad cultural, dotándose de una imagen propia aplicada a lo que podría llamarse de ‘lo intangible’, lo que correspondería considerar que valores son atinentes a la realidad y a la vida cotidiana y a la historia ciudadana, en cuanto dimensión inmaterial de un patrimonio cultural quizás a percibir y valorar.

Ese esfuerzo de reconocimiento de la ciudad y de su identificación – "somos así" – significa proyectar un imaginario para si misma y para el mundo, destacándose, en su relación pasado/presente, su forma de vida actual, su nivel de bienestar, su cultura y valores, su herencia patrimonial, en definitiva, su patrimonio cultural material e inmaterial presentes en el cotidiano de la ciudad. Asimismo, corresponde a su relación presente/futuro, sus expectativas, deseos y pensamiento hacia el por venir, su actitud precursora, de vanguardia y en las iniciativas contemporáneas de calidad que han de incorporarse al patrimonio cultural heredado. Se trata de una gran oportunidad de hacerse presente, vinculando pasado a la visión de futuro deseada, aprovechándose del reclamo turístico que pueda suscitar.

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Las iniciativas recientes que se están llevando a cabo en Palma de Mallorca demuestran que es factible diversificar las señas de identidad local como fuente de expresión de valores culturales que pueden agregar sentido e interés hacia el desarrollo turístico de la ciudad, que en el caso del turismo local sigue todavía muy vinculado a los segmentos de sol y playa y náutico. Las intervenciones en la Catedral de Palma y su entorno son un ejemplo en esa dirección al valorar su historia, su cultura, sus monumentos, sus tradiciones, su gastronomía…

Vista del Parc de la Mar, con la Seu (Catedral) destacada.

Foto 96: AJUNTAMENT DE PALMA, 2007a, 2007b; IBATUR, 2007; CATEDRAL DE PALMA, 2007.