Introducción

4- INTRODUCCIÓN

La educación para la salud forma parte fundamental de las políticas educativas y de salud, considerando los enfoques de derechos humanos, género e interculturalidad.

Durante las ultimas décadas, la Argentina ha sido testigo de diversos cambios en materia de salud y educación, desde distintas modalidades de intervención y concepciones varias hasta el cambio de estrategias de evaluación, eliminación de la educación técnica que ha llevado al deterioro paulatino de la calidad educativa.

El binomio EDUCACIÓN-SALUD como proceso de articulación orientado a mejorar la calidad de vida es el eje ideal para abordar el tema de la "prevención en salud. Las aulas con grupos poblacionales cautivos como son los niños escolarizados son receptoras de las acciones que de allí se implementen. En estos últimos años este aspecto ha recibido el impacto de un camino errante.

Optimizar los recursos humanos, materiales informativos, informáticos y financieros de los programas y proyectos, fomentando el uso del espacio escolar como un lugar estratégico para promover una cultura de salud ha tenido una frecuencia anual en el mejor de los casos o ha estado ausente.

Este último síntoma se evidencia cuando se indaga en niños institucionalizados en Escuelas Especiales donde no se adecuan las estrategias pedagógicas y no se buscan mediadores que se ubiquen en el rol de interlocutores válidos para promover en este caso SALUD BUCAL. Así es que las debilidades mencionadas se traducen en estados bucales altamente deteriorados.

La escuela es un espacio de promoción de la salud y la salud no sólo tiene un fin rehabilitador sino promotor de capacidades de autocuidado y decisión, que se transmiten principalmente a través de la educación y especialmente en niños con discapacidad como verdaderos dueños del derecho a la salud y a la educación en todas sus dimensiones.

La Educación Especial engloba la identificación, evaluación y los programas especiales para niños, adolescentes o adultos cuyas dificultades o desventajas para aprender requieren ayuda adicional para alcanzar su pleno desarrollo educativo.

Tales dificultades pueden abarcar disfunciones físicas, motrices, alteraciones visuales, auditivas o de lenguaje, trastornos de aprendizaje, emocionales o de conducta, discapacidades de origen genético, o un problema médico o de salud que trastoque los procesos de aprendizaje. Requerirán una ayuda extra para atender las necesidades especiales de educación y las mismas pueden darse en escuelas integradas o en escuelas especiales.

Se cree que alrededor del 20% de los niños necesitan algún tipo de educación especializada a lo largo de su escolarización. La gran mayoría de ellos tienen problemas que se resolverán dentro de las escuelas comunes y sólo una pequeña minoría de las ayudas educativas especializadas pueden requerir, por su mayor exigencia y complejidad, la existencia de medios, estrategias, contexto, centros y un conjunto de servicios y profesionales que en conjunto permitan asegurar que los procesos se ajusten a las necesidades de esos niños.

Por ello, las competencias que se elaboran para la Educación Especial no contemplan contenidos que sí aparecen en la Escuela Común y sí se enuncian una serie de aspectos que tienden mayormente a lograr la autovalidez, a lograr el manejo por sí mismo y a estimular aquellas áreas que el niño las tiene y que son aquellas capacidades que siempre están presentes aunque aparezcan ocultas. La importancia de trabajar con el individuo, en una educación personalizada conlleva a reconvertir las estrategias didácticas convencionales y planificar las etapas del proceso educativo en salud para ese niño diferente a los demás con la convicción de saber que lo NORMAL ES SER DIFERENTE.

En cada escuela y en cada aula hay un ciclo de evaluación, planificación, enseñanza y revisión de las necesidades de todos los niños. Esas fases generales tienen en cuenta el amplio abanico de habilidades, aptitudes e intereses que cada sujeto trae a la escuela. La mayoría de los niños aprenden y progresan dentro de estos condicionamientos locales. Pero quienes encuentran dificultad en ello pueden tener lo que se ha denominado necesidades educativas especiales.

A partir de 1980 se ha prestado una gran atención a la educación especial en los países desarrollados. En esa década se operó un cambio radical en las actitudes profesionales y públicas hacia las necesidades especiales marcando el comienzo de un gran movimiento hacia la integración de las personas con necesidades educativas especiales dentro de las escuelas comunes, hoy denominadas "escuelas integradoras". Los padres se han ido involucrando activamente en la evaluación y en la revisión de las necesidades educativas de sus hijos y cada vez muestran con más interés su preferencia (limitada a ciertas condiciones) a que sus hijos se eduquen en escuelas comunes. La ampliación de servicios sociales y de salud ha contribuido a valorar mejor las necesidades educativas especiales que permitan identificar los puntos fuertes y los débiles de cada alumno con el fin de asegurarle la educación más apropiada dentro de un amplio abanico de necesidades educativas especiales.

En la práctica, las buenas intenciones no siempre culminan en logros satisfactorios. En cualquier caso, hay que constatar que este proceso de cambio en la mayoría de los países de Europa y del mundo en general ha contribuido a que las familias afectadas y las escuelas demanden a los poderes públicos leyes y métodos de aprendizaje que garanticen el derecho a una mayor integración en las escuelas y centros de formación de las personas con necesidades especiales.

Por esto, y entendiendo que la salud no es solamente la ausencia de enfermedad, es que tiene que instalarse en la vida diaria de las Escuelas Especiales a modo de contenido: hábitos, saberes y competencias de acuerdo a la población escolar con sus particularidades específicas y hacerlos extensivos a los padres, maestros, cuidadores, y por qué no en el caso del tema que nos atañe "la salud bucal" a los profesionales de la salud que atienden a estos niños, ahora con una mirada desde la integralidad.

El concepto "educación" denota los métodos por los que una sociedad mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta a los aspectos físicos, mentales, emocionales, morales y sociales de la persona. El trabajo educativo se desarrolla a través de la escuela, un profesor individual, la familia o cualquier otro grupo social. La educación formal es la que se imparte por lo general en una escuela o institución que utiliza hombres y mujeres que están profesionalmente preparados para esta tarea. La estrategias no formales de educación en donde se incluyen principalmente los medios masivos de comunicación favorecen la llegada a aquellos lugares remotos donde el médico una vez por mes realiza el examen familiar y aunque parezca increíble los líderes comunitarios ejercen ese rol entre visita y visita.

Esta es la realidad de nuestros pueblos alejados de los centros urbanos, y ellos deben ser los destinatarios de programas sociosanitarios con cobertura familiar.

La distancia es una dificultad, pero existen hoy un sinnúmero de estrategias en donde el BINOMIO SALUD –EDUCACIÓN acercan esas distancias.

PREVENIR dice mucho y no dice nada?

Dice e implica mucho si se planifican y ejecutan acciones pensando en los grupos vulnerables para promover la salud, conseguirla y mantenerla.

No dice nada si simplemente terminan resultando programas esporádicos e infrecuentes que no se mantienen en el tiempo, permitiendo el reciclaje de aquellas medidas que permiten a estas comunidades autosubsistir y no ser rehenes de los políticos de turno. Menos aún cuando esas acciones aparecen poco antes de elecciones a modo de dádivas coyunturales.

La comunidad argentina no escapa al deterioro económico y social por la que atraviesan muchos otros países actualmente. Dentro de los múltiples problemas que afronta nuestra población se encuentra el de la salud, particularmente el de la salud oral cuya atención esta a cargo de los sectores público, privado y seguridad social.

La cátedra Atención Odontológica del Paciente Discapacitado de la Facultad de Odontología, Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, Argentina, desde sus inicios ha venido trabajando en una línea de investigación dirigida a construir un perfil de necesidades bucales de las personas con discapacidad y desarrollando actividades de promoción de salud bucal cuyos destinatarios son niños y adolescentes que concurren a Instituciones Educativas Especiales. Por otra parte, se encuentra trabajando en la una línea asistencial con la finalidad de programar planes y políticas de salud bucal que abarquen los aspectos educativos, preventivos y de recuperación para esta población en riesgo a cargo de estudiantes de grado universitario del último año de la carrera.

El componente educativo se traduce en incentivar la educación para la salud, la importancia de la salud oral, por medio de charlas, enseñanzas de técnicas de cepillado y el uso de medios auxiliares. En definitiva, la mediación de los contenidos preventivos odontoestomatológicos para que puedan ser apropiados por niños con trastornos sensoriales, auditivos, genéticos, intelectuales, etc., sus familias, y las comunidades educativas e instituciones diversas a los que ellos concurren con el propósito de sostener en el tiempo esas acciones a través de distintos actores.

Las precarias condiciones sociales y económicas de una comunidad , el crecimiento de la población en progresión geométrica y los altos índices de natalidad, los bajos presupuestos del estado para programas de Salud Pública; la organización de las Instituciones de Salud orientadas hacia lo "curativo" más que lo "preventivo", criticables muchas de ellas por sus administraciones defectuosas, la carencia de objetivos y aprovechamiento limitado del recurso humano, profesional y auxiliar, hacen entre otras circunstancias, que el volumen del problema caries dental haya crecido entre la mirada impotente y la actitud apática de la profesión.

Los bebés, niños, adolescentes, adultos y ancianos con discapacidad representan un grupo vulnerable olvidado en el aspecto de Salud Oral. Por ello, la Educación para la Salud resulta un aporte interesante desde el punto de vista de y específicamente en el campo de la Educación Sanitaria, para promover la Salud Oral en conjunto con la comunidad educativa que concentra a este grupo de riesgo y de acuerdo a las características físico-socio-culturales de los destinatarios: niños con discapacidad.

El estado de salud de la población es un reflejo de desarrollo material y espiritual de una sociedad referente a la salud social, es un sistema valioso para evaluar la eficiencia y eficacia del sistema de salud y un instrumento para demostrar la capacidad del estado en garantizar la salud de la población más aún la población vulnerable con distintos tipos de discapacidad (San Martín, H., et Col, 1990).