Capítulo IV. Las problemáticas socioeconómicas de algunos espacios sociales de los emigrantes argentinos a las Islas Baleares
Se seleccionaron dos espacios sociales del universo de análisis del territorio argentino, que sirven como aplicación de los conceptos desarrollados en el capítulo III: Bahía Blanca y Mar del Plata En el caso especial de Mar del Plata se debe tener en cuenta que el mayor porcentaje de argentinos asentados en las Islas Baleares procede de este municipio y alrededores.
IV.1-Los problemas en el mercado laboral y las transformaciones en la estructura productiva de Bahía Blanca en los noventa
En el transcurso de los años noventa la ciudad de Bahía Blanca permanece como un lugar central importante y nodo de transportes al nivel regional y nacional. Si bien la estructura productiva de la región presenta cierto grado de diversificación, continúa siendo altamente dependiente del sector agropecuario, lo que la hace muy vulnerable al comportamiento variable del mismo. Además, dada la relevancia de esta actividad, está estrechamente ligada a la política económica nacional.
El ámbito regional próximo se mantiene ligado a las actividades agroexportadoras que influyeron desde los inicios en la organización de este territorio y su núcleo, Bahía Blanca. Se evidencia en esta década una pérdida importante en su área de influencia como resultado del desarrollo de otros núcleos funcionales y la aplicación de políticas de promoción en regiones próximas (área pampeana marginal y región patagónica).
Los problemas económicos en los años noventa y las políticas nacionales implementadas para lograr la estabilidad no cambiaron la situación económica local, sino más bien se acentuó la tendencia decreciente de los ochenta. La reducción de los establecimientos comerciales e industriales tuvo su manifestación directa en el mercado laboral. Los problemas de empleo y de contracción en la actividad económica que se registraron a nivel nacional, que afectaron en particular a determinados sectores industriales y en gran medida al comercio, tuvieron manifestaciones pronunciadas en Bahía Blanca. Esta realidad se evidencia en el hecho de encontrarse entre los conglomerados urbanos con los valores más altos de desempleo del país desde 1994.
Se toma este tema laboral como síntesis de la situación en la década de los noventa hasta la actualidad pues, a través de la variación en las tasas, se pone de manifiesto la gravedad de la crisis económica hacia mediados de la década, y posteriormente a la crisis 2001- 2002, cuando se registra en el mes de mayo la máxima tasa de desempleo desde el inicio de la aplicación de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) en la ciudad, en 1985.
Bahía Blanca presenta el grave problema de tasas de desempleo abierto que superaron el 20% entre 1994 y 1996. En la onda correspondiente a octubre de 1997 se detecta un descenso importante (tasa 13,4%), que coincide con la tendencia generalizada que presentan al nivel nacional los aglomerados urbanos, resultado de una cierta reactivación económica. Se mantiene esta tendencia durante 1998, aunque en esta ciudad se observa un leve repunte del desempleo (tasa 14,0%).
Es importante tomar en cuenta que, desde 1998, se incorporaron nuevas actividades comerciales y de servicios, lo que pone de manifiesto que el problema laboral se presentó en las actividades más tradicionales.
Tres tipos de acciones se destacan en la transformación de la estructura productiva de Bahía Blanca. En primer lugar y relacionada con el proceso de privatización, se introdujo en el complejo portuario una nueva forma de gestión, mixta, que cambia de manera significativa su proyección y que tiende a convertirlo en una terminal portuaria moderna y acorde con sus condiciones de puerto de aguas profundas y el potencial de su hinterland. De allí la ampliación de actividades, incorporación de modernas tecnologías y la generación de nuevos emprendimientos, que facilitaron su articulación en el espacio del MERCOSUR y el Corredor Bioceánico. También la privatización de las empresas del Polo Petroquímico implicó la reestructuración del conjunto por parte de empresas multinacionales y la introducción de modernas tecnologías (que prescindieron de gran cantidad de trabajadores), lo conviertieron en un conjunto productivo competitivo a nivel internacional.
En segundo lugar hay que destacar la concreción de grandes inversiones por parte de empresas internacionales, vinculadas a actividades petroquímicas y agropecuarias, que se localizaron en el espacio portuario-industrial.
Por último se aprecia la existencia de un grupo de importantes proyectos en distintos niveles de realización que consolidaron y ampliaron los efectos de los cambios anteriores. Se encuentran aquí la Zona Franca Bahía Blanca-Coronel. Rosales, cuya concesión ganó la Unión Transitoria de Empresas (UTE) formada por el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca y la Cooperativa Eléctrica de Punta Alta. Además, se avanzó en las gestiones para la concreción del Trasandino del Sur y Corredor Bioceánico, así como la posible localización del Proyecto Metanol.
Sin embargo, los puestos creados por estas nuevas actividades no compensaron evidentemente la pérdida registrada en las actividades tradicionales de la ciudad y que eran responsables de la mayor parte de la oferta de empleo, especialmente la relacionada con el comercio, que cayó notablemente.
Se presentan a continuación algunos datos comparativos entre las zonas más críticas respecto al desempleo, como consecuencia final de este complejo proceso de la década de los 90, que culmina con la crisis del 2001-2002. La zona de Bahía Blanca se manifiesta con valores muy altos, casi similares a los de Mar del Plata-Batán y el Conurbano Bonaerense, siendo evidentemente uno de los puntos de la Provincia de Buenos Aires más afectados por la crisis, que derivó en la emigración de una franja muy importante de su población, especialmente jóvenes y familias jóvenes con hijos pequeños.
Desocupación en la Provincia de Buenos Aires
Estimación de desempleo
Junio 2002
Bahía Blanca entre 24,6% y 25,8%
Gran La Plata entre 21,9% y 23,1%
Mar del Plata-Batán entre 25,9% y 27,2%
Partidos del Conurbano entre 25,6% y 27,2%
Fuente: CEB (Centro de Estudios Bonaerenses) en base a datos del INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos). Diario El Día, 14-7-02
IV.2-Los ejes económicos marplatenses en la crisis de los noventa
La ciudad de Mar del Plata es la cabecera del partido de General Pueyrredón, en la provincia de Buenos Aires. La ciudad gira sobre tres ejes económicos fundamentales: el turismo; la pesca y su industria derivada y la industria textil.
2.a-Crisis del turismo: la actividad turística, netamente estacional, en el ciclo de esplendor, convirtió a la ciudad en receptora de mano de obra de otras regiones de Argentina. Además generó el auge de ramas económicas como el comercio y los servicios orientados a esta actividad. Pasada la mitad de la década de 1970 se implanta en el país el modelo económico aperturista y este ciclo turístico exitoso entra en crisis. Por un lado hay que tener en cuenta la disminución del poder adquisitivo de la clase media; los sindicatos, poseedores de grandes hoteles, ya no tenían el poderío económico como para afrontar el gasto turístico de sus asociados durante la temporada y los sectores medios asalariados bajaron su poder adquisitivo, por lo cual se acortaron los lapsos de estadía en hoteles y disminuyó la demanda de alquileres de viviendas para vacaciones. Por otra parte la clase media-alta accede a ofertas ventajosas en zonas turísticas de países vecinos, especialmente Uruguay y Brasil y posteriormente el Caribe y Miami. Se produce de esta forma el agotamiento del modelo turístico masivo-social con consecuencias nefastas y por ende se genera una situación de aumento del desempleo en esta actividad y en todas las que dependen de ella. Este proceso de deterioro se inicia a mediados de la década del '70 y se prolonga a lo largo de más de tres décadas.
Recién en la temporada enero-febrero 2003 se apreció el inicio de una recuperación de esta actividad.
2.b- Crisis pesquera: el otro eje económico de Mar del Plata, como puerto, es la pesca, actividad que también tiene un ritmo de estacionalidad impuesto por el comportamiento de las especies y por lo tanto también hay un condicionamiento en cuanto a los ritmos del empleo de mano de obra. Ambas actividades: el turismo y la pesca generan ritmos socio-económicos por su condición de estacionalidad.
"A nivel de capturas mundiales la Argentina pasó en seis años del puesto 33 (1989: 475.529 Tn) al 22 (1995: 1.148.761 Tn)" (64) Los mismos autores exponen que en el año 1997 se alcanzó el máximo de capturas de la última década. Entre 1998/99 se produce la máxima presión sobre la merluza común que llevarán a límites peligrosos de extinción.
Si bien la actividad pesquera venía desarrollándose con enormes dificultades desde mediados de la década de los '70, la presencia de pesqueros extranjeros sobre los recursos argentinos se institucionaliza en 1986 a partir de los Acuerdos Marcos firmados con Unión Soviética, Polonia, Bulgaria, Cuba y Japón. Comienza aquí la fuerte presión sobre la captura de la merluza, no hay una significativa participación argentina en el personal embarcado y no se procesa en tierra la pesca capturada. El problema alcanza su mayor dimensión con los Acuerdos en los años '80 con Taiwán, Corea del Sur y la Unión Europea, a través de los cuales el armador extranjero podía tener 100% del capital.
En marzo de 1993 se habían conformado trece empresas mixtas de capitales españoles y argentinos, que comprometían niveles altísimos de exportación de la merluza y el calamar, dos especies con signos de sobreexplotación en el momento de aprobarse el Tratado. Debido al tipo de configuración de flotas utilizadas se produce una sobrepesca, por lo cual se denunció el Acuerdo en 1998 y dejó de regir en 1999.
Para que se pueda apreciar el impacto de toda esta problemática hay que tener en cuenta que alrededor de 20.000 personas vivían de esta actividad, de los cuales 12.000 lo hacían en forma directa y 8.000 indirectamente. Este colapso, producido por la sobreexplotación de las especies afectó la supervivencia de los trabajadores relacionados socioeconómicamente con esta actividad. Algunos pesqueros de mayor envergadura se trasladaron a puertos de la costa patagónica. La crisis pesquera dejó otro tendal de desocupados, no sólo entre los pescadores, sino en las industrias de tierra.
2.c-Crisis de la industria textil: el tercer eje de la economía marplatense lo ha representado desde hace años la industria textil, especialmente la relacionada con tejidos de lana e hilo. En este sector económico la historia se repite, ya que la apertura del mercado nacional, la reducción de aranceles de importación, los créditos con altos intereses para las pequeñas y medianas empresas fueron creando serias dificultades en la industria textil marplatense en forma particular. Esta industria tuvo que competir con el ingreso de prendas provenientes de China o Corea, que tienen una mano de obra más barata y que ponen las prendas en el mercado a precios muy bajos. Si bien la calidad de los productos no tiene comparación, la competencia generada produjo la merma de las ventas de las prendas marplatenses y las fábricas empezaron a cerrar sus puertas con el consiguiente aumento de la desocupación. En 1982 había 126 fábricas en funcionamiento, reduciéndose el número a menos de la mitad a fines de 2001, recién partir del 2003 se aprecia una lenta recuperación.
El resultado de la crisis en estos tres ejes fundamentales ha sido el alarmante índice de desempleo en la zona, similar al del conurbano bonaerense, tal como se aprecia en los valores presentados en el item anterior y que derivó también en la emigración de una gran cantidad de jóvenes, familias con hijos pequeños, familias con hijos adolescentes y padres de los jóvenes emigrados en principio, cuyo destino fundamental fue la Comunidad Autónoma de las Illes Balears.