Tipologías

En el mundo objetual todos los productos podrían ser sustentables (o al menos intentar serlo) si cualquiera de sus variables llámese constructiva, de uso o de desecho fueran pensadas en pos de una mejora o beneficio con el medio ambiente. Existe por caso determinados grupos de productos que ejemplifican bien esto y son los más preocupados por mejorar la calidad de vida de las personas y del planeta.

Siguiendo a Rupérez (2008) clasificamos a los productos en dos grandes categorías:

A. Productos Activos: son aquellos que demandan recursos tales como energía, agua o componentes químicos para su funcionamiento, generado emisiones en forma de contaminantes de la atmósfera, del agua o residuos sólidos. Por defecto tienen un mayor impacto global y concentran su mayor parte en la fase de uso. Ejemplo de ellos son: electrodomésticos, electrónica, transportes, maquinas-herramientas, etc.

B. Productos Pasivos: son aquellos que no requieren prácticamente recursos para cumplir su función concentrando sus impactos en la etapa de producción, distribución o fin de la vida útil (dependiendo de sus características físico-constructivas o la distancia y medio de transporte empleado desde el punto de fabricación al de su uso o consumo). Ejemplo de ellos son: utensilios, mobiliario, papel, vajilla, indumentaria, calzado, accesorios, packaging, objetos decorativos, gadgets, etc.

Dentro de estas dos categorías clasificaremos 5 grandes grupos de productos con posibilidades de desarrollo sustentable de amplia magnitud y de beneficios notables para el medio ambiente. Cada categoría será ejemplificada con un caso modelo ya desarrollado y en uso.

9.1. Tipologías de productos sustentables

  • Tipología 1: Transportes (automóviles).
  • Tipología 2: Electrodomésticos.
  • Tipología 3: Envases, packaging y bolsas reutilizables.

Tipología 1: La primer categoría son los automóviles dentro de una categoría mucho más amplia que es la de los transportes. Si bien los autos aún no han podido alejarse del uso de combustibles tradicionales, ya existen casos de vehículos con uso de energías alternativas, sin que ello signifique la pérdida de las características de confort, velocidad y seguridad de uno tradicional.

Caso Modelo: Prius de Toyota

Se trata de un vehículo híbrido lanzado en el mercado japonés por primera vez en 1997, siendo el primer vehículo híbrido producido en masa. En 2001 fue lanzado en otros mercados a nivel mundial y en 2009 pasó a ser vendido en más de 40 países.

Lo curioso de este automóvil es que no es un auto eléctrico, sino que trabaja coordinadamente con un motor de gasoil dentro de un motor eléctrico en una configuración denominada híbrida. El motor eléctrico ayuda al de gasolina a encontrar condiciones ideales de funcionamiento y, bajo ciertas circunstancias y por determinados lapsos, puede mover independientemente al automóvil, el cual entonces se desplaza sin consumir combustible y reduciendo significativamente el ruido producido.

El motor eléctrico se alimenta de una serie de baterías que se recargan mientras el auto está en movimiento y por lo tanto no requiere una fuente externa, problema que sufren los vehículos eléctricos que tienen que ser "enchufados" periódicamente para recargarse. Estas características han convertido al Prius en el auto con motor de combustión interna de más alto rendimiento y más bajas emisiones disponible en la actualidad.

Tipología 2: La segunda categoría es la de los electrodomésticos de hogar: heladeras y freezer, hornos microondas, lavarropas y secarronas, lavavajillas, calefacción y equipos de aire acondicionado.

Dentro de todo este grupo, las heladeras y freezer son quizá los más importantes dado su uso extendido y uno de los de mayor consumo eléctrico. Para identificar cuales presentan un ahorro de energía respecto a otra de su misma topología, existen las etiquetas denominadas Etiquetas Energéticas (ver apartado) que indican su eficiencia en el consumo. Así la eficiencia energética se presenta con una escala de clases, con un código de color y letra que van desde el verde y la letra A hasta el rojo y la letra G para los equipos de menos eficiencia. Un equipo de letra A puede ahorrar hasta un 55% más que el mismo en una clase media.

A continuación el gráfico de barras detalla los valores de consumo energético promedio en un hogar y los costos de los mismos.

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(Fuente: http://www1.eere.energy.gov/consumer/consejos/aparatos_electrodomesticos.html)

Caso Modelo: Whirlpool: La firma produjo la colección Green Generation, una gama de electrodomésticos sostenibles basada en la exclusiva tecnología 6º sentido que consigue el máximo ahorro de energía, agua, tiempo y dinero gracias a que son electrodomésticos inteligentes que controlan y adaptan los recursos para conseguir resultados idóneos con el mínimo consumo.

En las heladeras por ejemplo, la tecnología Sexto Sentido permite llegar a la temperatura ideal de manera rápida y automática. Sus censores inteligentes sienten y adaptan la temperatura al instante haciendo que los alimentos se conserven mejor. Poseen además una alarma para cuando la puerta queda abierta, emitiendo una señal acústica que avisa sobre esta pérdida de temperatura en el interior. Los lavarropas, por su lado, miden la cantidad de ropa cargada y sugiere el ciclo apropiado de lavado en función del tipo de prenda que se desee lavar, determinando el consumo automáticamente.

Tipología 3: La tercera categoría es la de Envases. Dentro de ésta también podemos incluir una subcategoría: packaging.

Esta tipología es una de las más contaminantes a nivel mundial, dado que los envases poseen una vida útil muy corta y los volúmenes de consumo y desperdicio son exageradamente altos. Aunque los envases se presentan en un sinfín de materiales, formas, colores, texturas y realizados bajo las más diversas y complejas tecnologías, cabe decir que el plástico y el papel son los materiales por excelencia más utilizados. En este nivel se aplican además pegamentos y terceros elementos (como tapas, roscas, cintas, etc.) que les dan forma y estructura y los ayudan en sus prestaciones.

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Gráfico de consumo y desecho de envases. Fuente: elaboración propia.

El packaging han pasado a tener en las últimas décadas un rol protagónico, y en algunos casos se ha vuelto tan o más importante que el propio producto. Esto reside en que la oferta ha superado las escalas de demanda, transformando su rol inicial en un elemento de diseño y comunicación que actúa como protagonista en la estrategia de marketing de la marca.

Un pack puede ser decisivo para la compra o no, según se encuentre en línea con el mensaje, la comunicación y los atributos del producto. Pero cabe decir que no todas las categorías de envases tienen la función de comunicar y vender. Existe por el contrario otras categorías que tienen la sola función de proteger o cuidar: nos referimos a los embalajes usados en los electrodomésticos, mobiliario, objetos decorativos, etc. y que por su fragilidad se presentan con 2 o 3 materiales distintos que los protegen.

Entre las empresas que hacen uso extendido del pack hay muchas que ya comenzaron a incorporar el sistema de reciclado, sobre todo aquellas relacionadas con la industria alimenticia. Grupo Danone México es el primero en lanzar un envase de agua embotellada 100% de PET reciclado.

Con este botella, la marca se convierte en la primera a nivel mundial en contar con un envase de agua embotellada 100% reciclado en su presentación de 4 litros, mientras que el resto de los envases de pequeño formato están elaborados en un 25% de PET reutilizado. Ambas medidas ayudarán a evitar que 20.000 toneladas de bióxido de carbono lleguen a la atmósfera anualmente.

El ciclo del reciclado del PET empleado en la presentación de 4 litros de Bonafont consta de varios pasos: la recolección de plástico ya utilizado, la purificación del elemento y, por último, la reutilización del material ya listo para uso alimenticio. Con esta iniciativa de reciclado y aprovechamiento de los materiales PET, se logra disminuir la generación de residuos, transformando un desecho en un recurso o nuevo insumo que además implica un menor consumo de energía.

A nivel internacional

En el año 2008 surgió el Proyecto Global de Envase, organizado por un grupo llamado Foro de Ceos, que agrupa a directivos de las principales compañías dueñas de marca y almacenes de cadena, como Unilever, Walmart o Procter & Gamble. Su función es tratar las crecientes preocupaciones acerca de posibles ineficiencias derivadas de la insuficiente coordinación de acciones en torno a la sostenibilidad. El proyecto es una iniciativa para establecer parámetros comunes que permitan medir la sostenibilidad de los envases.

Anne Johnson, quien dirige SPC, Sustainable Packaging Coalition (Coalición de Envase Sostenible, por sus siglas en ingles), afirma que el objetivo del proyecto es plantear lineamientos para medir la sostenibilidad de los envases mediante un conjunto básico de indicadores, con el fin de ayudarles a los miembros de la cadena de suministro de envases a hacer un seguimiento de su desempeño con respecto a los puntos clave de la definición de envase sostenible propuesta por la SPC.

Los aspectos contemplados en el documento son: uso de material, energía y agua; salubridad de los materiales; prácticas limpias de producción y transporte; costo y desempeño; impacto en la comunidad, e impacto del trabajador.

Uno de los consensos clave que se identifican es que las métricas utilizadas para medir la sostenibilidad necesitan estar basadas en el ciclo de vida de los envases.

La sostenibilidad de los envases no se limita únicamente a lo medioambiental. Está compuesta por aspectos sociales, económicos y también ambientales. La forma en la cual se logran balancear estos tres pilares da como resultado la sostenibilidad.

Los envases sostenibles deben beneficiar tanto a los individuos como a las comunidades a lo largo de su ciclo de vida. “Un envase no es realmente sostenible si, por ejemplo, fue fabricado en unas condiciones no favorables para los trabajadores, si intervino mano de obra de menores de edad o si algunas comunidades se ven afectadas por su posterior desecho. Por razones como estas, es que creemos que el pensamiento de ciclo de vida es más amplio que el análisis de ciclo de vida. De igual manera, los aspectos económicos son importantes. Tenemos costo y desempeño como una de las métricas de nuestro marco de trabajo”. (Johnson, 2010)

Caso Modelo: Puma: Se sumó al rediseño de sus packs con el objetivo de contribuir en el mejoramiento del medio ambiente. Durante 21 meses, el diseñador Yves Behár desarrollo una nueva forma de trasladar las zapatillas. El resultado fue "Clever Little Bag", una estructura de cartón, troquelada y plegada, que permite sostener el calzado y una bolsa reutilizable que envuelve este cartón y termina por formar la tradicional "caja". Con este nuevo pack, esperan ahorrar 8.500 toneladas de papel, reducir la cantidad de desechos y emisiones de CO2, generando un ahorro en toda la cadena productiva. Además el cambio significará una reducción del 60% en agua y energía durante el proceso de producción y un ahorro en el transporte por ser el empaquetado más liviano y pequeño.

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Bolsas reutilizables: Si bien esta tipología podría ser parte de la anterior, hemos decidido determinarla como una categoría independiente dada su importancia en el cuidado del medio ambiente. Las bolsas de polietileno (fabricadas en todos los tamaños y colores) son ampliamente utilizadas por ser un producto económico, resistente, versátil y de fácil traslado.

Tan desmedido es su uso (y mal uso) que se han vuelto un problema: desagües pluviales tapados y ríos o arroyos que se trasforman en focos infecciosos por la acumulación de plásticos que se transforman en "hábitat" para los microbios o gérmenes son dos de los casos mas comunes provocados por las bolsas tiradas. Cabe decir que este problema no es propio de las bolsas sino de las conductas de quienes las utilizan y su responsabilidad social para con los vecinos y el medio ambiente (ver aparte ítem C).

Caso Modelo: Ballybag: Son bolsas de tela reutilizables, de fácil traslado ya que pesan alrededor de 40 grs. y se compacta hasta al tamaño de una pelotita de tenis, pudiendo guardarse en bolsillos, carteras, mochilas y hasta colgar en el llavero, evitando olvidos y teniéndola siempre a mano. Usando una bolsa reusable durante un año una persona remplaza entre 300 a 700 bolsas plásticas. Esto es lo que hace que el uso de bolsas reusables sea beneficio para el medio ambiente.

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