Generalidades sobre el mundo objetual

Comprender el mundo objetual es entender el mundo artificial. Todo acto o intervención humana en el ambiente pone en funcionamiento algo artificial. En este sentido no debemos interpretar lo artificial como algo malo o falso, sino como algo profundamente humano. Por tal motivo estamos en condiciones de afirmar que existe una delgada línea entre lo que podemos denominar natural y artificial si consideramos por ejemplo, que algo tan "natural" como las frutas o las verduras -por citar solo un caso- pueden ser intervenidas en sus estructuras atómicas (genéticas) para obtener de ellas mayores tamaños o mejoras en aspectos de color y textura.

En este ámbito -y en un planteo opuesto- Manzini opina que: “debajo de todo producto artificial existe una base natural: todo polímero y todo circuito electrónico existe en cuanto que secunda leyes naturales. Sin embargo, nosotros no vemos ni las uniones entre los átomos ni los electrones que se mueven en los campos eléctricos". (Manzini, 1990: p.42)

Para comprender esta afirmación nos remontamos hasta la Revolución Industrial, etapa que fue puntapié para que los materiales, ayudados por las tecnologías entonces emergentes, empezaran a sufrir sustanciales manipulaciones. La incorporación de la investigación científica a este campo permitió ampliar el espectro de materiales existentes y dar vida a otros inexistentes, como el caso de los polímeros.

Las intervenciones en las estructuras atómicas y moleculares de estos materiales permitieron evolucionar y traspasar una época en donde la madera o la piedra, eran reconocidas como tal, a plásticos con rasgos estéticos difícilmente reconocibles.

Bajo este panorama, podemos decir que el mundo artificial es cada vez más amplio y complejo y que los costos de haber construido una plataforma inmensa de objetos destinados a cubrir las mil y una necesidades (reales e inventadas) han sido muy altos.

La tala indiscriminada de bosques, la contaminación de la capa de ozono (y el agujero de ozono), el efecto invernadero, el deshielo de los glaciares, la contaminación de ríos, mares y océanos, la extinción de miles de especies de flora y fauna son solo algunos de los fenómenos sucedidos durante las últimas décadas.

La reciente preocupación por la salud del planeta pone de manifiesto la intención de frenar estos males o por el contrario intentar no seguir produciéndolos en beneficio de las generaciones presentes y futuras.