El Libertador Simón Bolívar en Lobatera (1820)

Esta tradición que nos ha llegado por transmisión oral, fue recogida por nuestro primer Cronista Oficial de Lobatera Don José el Rosario Guerrero Briceño, quien la tomó de personas mayores de reconocida seriedad y respetabilidad dentro de la comunidad lobaterense. Las fuentes, si bien son de tercer orden (por provenir de una segunda persona en oír el relato, ya que la primera es el testigo presencial), conservan un alto grado verosimilitud en lo que respecta a lo que pudieron ser los acontecimientos reales.

En cuanto a las fuentes, las clasificaremos en el siguiente orden:

1) Testigos presenciales:
Julián Guerrero
Pedro Rosales Quintero

2) Fuentes de 2° Orden
José Guerrero Rovira
Marcos Damián Ovalles (fallecido a los 94 años en 1984)

3) Fuentes de 3° Orden
Asunción Suárez de Briceño (fallecida a los 95 años en 1975)
Antonio Guerrero Medina (fallecido a los 85 años en 1957)
José Rosario Guerrero Medina (fallecido a los 90 años en 1941)
Marcos Elías Figueroa (fallecido a los 95 años)
José Trinidad Mora (fallecido a los 87 años en 1931)

4) Número de versiones: 2
1.- de la familia Guerrero Briceño de Lobatera
2.- de Pedro Rosales Quintero, residente en San Pedro del Río pero natural de Lobatera.

5) Puntos coincidentes de las versiones:
1.- El Libertador llegó a Lobatera en la tarde (3:00 pm)
2.- El padre Pedro José Casanova le brindó un puntal en la Casa Cural.
3.- Después del puntal, dio un paseo por la aldea La Parada.
4.- Regresó al pueblo a las 6 de la tarde a la hora de la Oración (toque del Angelus).
5.- Salió de Lobatera a las 9 de la mañana del día siguiente, por el camino real de La Grita.

Primera versión

"Al llegar a Lobatera, el Libertador fue recibido primeramente por el Pbro. Pedro José Casanova quien para la época en referencia, ejercía el oficio de Párroco. El padre Casanova le brindó un puntal al Libertador, en la Casa Cural situada entonces en la casa que hoy es sucesión de Jesús Sánchez Arellano: Calle Bolívar con cruce de la calle Bermúdez. Esta calle la separa hoy la actual Casa Cural. La tropa bolivariana se instaló bajo la sombra de un corpulento árbol llamado 'Higuerón', cuya frondosidad era digna de admirarse. El camino real en ese tiempo era por donde están ubicadas las casa de Ignacio Contreras y Víctor Guerrero (a) el ovejo; y en cuyas casas conocimos, ya en decadencia, el dicho higuerón. Este árbol se secó hace unos veinte años atrás. Las casas mencionadas están en la calle Urdaneta, entre Calles Páez y Miranda.

Luego que el Libertador tomó su puntal, salió con varios de los integrantes de su séquito y dio un paseo por el contorno del pueblo y enfiló por el camino real que va a Ureña-San Antonio-Cúcuta hasta una pequeña planada o sea donde ahora está el Cementerio Municipal a escasos 400 metros de la población. Al llegar al actual cementerio el Libertador otea un breve valle al fondo de donde estaba y divisa una casa, un trapiche y cultivos de caña de azúcar. Como la distancia es relativamente corta se acerca al lugar donde sólo halla unos esclavos. Se desmonta y amarra la bestia en que iba en un horcón de la casa. Jamás se supo que conversó con los esclavos. El dueño de la finca está ausente, pues ha huido. Se esconde en un cerro vecino desde el cual puede mirar su casa. Tal dueño de esta finca es un personaje consumadamente realista y responde al nombre común de Ñor Julián. Es Julián Guerrero, un español de San Sebastián, quien al llegar a Lobatera, como labriego que era, funda la finca aludida a la cual llama 'Corrales'. Actualmente es propiedad de los herederos de Rubén Darío Padrón Moreno. Ñor Julián era bisabuelo paterno del cronista José del rosario Guerrero Briceño y todas las personas nombradas en esta versión, lo trataban como 'taita Julián' o 'mi taita Julián' por el parentesco con el mismo. Bolívar estuvo en lugar enunciado poco rato, pues era la Oración (las seis de la tarde) y ya estaba de regreso.

Cuando taita Julián o Ñor Julián regresó del monte donde estaba escondido, preguntó a los esclavos qué gente había llegado a su casa. Estos les respondieron que el General Bolívar, quien había ido allí porque le gustó el paraje. Se había desmontado de su caballo y le señalaron el horcón donde había amarrado la bestia. Al oír la información dada, su rabia fue tremenda e incontenible y dijo: ese negro vagabundo de Bolívar e inmediatamente prendió fuego a la casa.

Cuando Bolívar retornó de su paseo a la Oración, fue donde estaba acampando la tropa a inspeccionarla. Al día siguiente como a las nueve de la mañana emprendió viaje por el camino real de La Grita".

Segunda Versión:

"En 1918 estando yo (Marcos Damián Ovalles) en San Pedro del Río, una tarde en compañía de Andrés Casanova, Hermilo Casanova y otros amigos más, hablábamos sobre el tema del Libertador. Un viejecito que nos oía más o menos dijo: Ojalá ustedes lo hubieran conocido como yo lo conocí. Los contertulios nos sorprendimos con lo dicho por el viejecito e inquirimos más datos. El expuso: yo era un hombrecito y tuve ocasión de verlo y saludarlo y darle la mano la tarde que llegó a Lobatera. El padre Casanova le obsequió un puntal. Era chiquito, flaco, moreno y con una mirada que mataba. Uno no le podía mirar bien la cara, pues su mirada le hacia quitar a uno la vista ligerito. Yo soy de Lobatera y tengo muchos años de haber venido de allá. Tengo más de 120 años y me he casado tres veces. Yo me llamó Pedro Rosales Quintero. Soy de la misma familia de Pedro Armegol Quintero y allá tengo mucha familia todavía. Bolívar llegó como a las tres de la tarde. El puntal que le dio el padre Casanova fue con chocolate paradero (de la aldea La Parada), dividida entre los Municipios Lobatera y Constitución. La finca de taita Julián estaba en jurisdicción de éste último Municipio. Después del puntal salió a caballo con otros. Ahí fue cuando le conocí y le di la mano. Había mucha gente y una gran novelería. A caballo se fue a La Chócora (planada donde está actualmente el Cementerio de la ciudad) y de ahí bajó hasta la casa de Ñor Julián. Como a eso de la Oración regresó y se fue hasta donde estaba la tropa. Se quedó en Lobatera y al otro día como a las nueve se fue por el camino que va para La Grita".