El Psicólogo y su Formación
Propuestas Curriculares
Lic. Miguel Fincheira
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU)
He tenido ocasión de trabajar con programas de las carreras de psicología en varias universidades. He seguido mucho más de cerca el desarrollo de los pensa de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña; es a partir de esta vivencia que quiero presentar una serie de propuestas con el propósito de que encuentren acogida, no necesariamente de aceptación, sino para que formen parte del intercambio de pareceres que ojala las hagan fructificar en provecho de todos.
En primer lugar, la posibilidad misma de hablar de 30 años de experiencia en la formación de psicólogos, que ha quedado plasmada en un aporte importante a la sociedad en su quehacer de vida sana, escolarización y apoyo al capital humano de la empresa productiva, nos autoriza a reconocer un crecimiento, un progreso. Sin embargo, a nivel de organización institucional, no se encuentran todavía estos 30 años en un departamento dependiente de un decanato de Filosofía y Humanidades o de Humanidades y Educación.
Es como si a nivel institucional, estos 30 años hubieran sido inútiles, como si la ciencia psicológica se hubiera quedado estática y hubiera sido vano su constante redefinirse.
La psicología hace tiempo que dejó de ser una parte de la filosofía y simple disciplina humanista. Con sus dificultades, se pretende una ciencia de la conducta humana de relación, de la persona humana en su interacción social, que la construye precisamente como persona humana. Es por esto que se la clasifica entre las ciencias del hombre o entre las ciencias sociales.
Por todo esto, mi primera propuesta es la configuración de un proyecto bien fundamentado para hacer reconocer a nuestras escuelas de psicología un estatus institucional de decanato. No seríamos la excepción, numerosas universidades están organizadas de esta manera. Quiero citarles solamente el caso de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, precisamente porque ha tenido un gran influjo como modelo del pensum de la UNPHU:
- En 1892 se organiza el primer laboratorio de psicología experimental en el Instituto Superior de Filosofía. En 1923 se funda la Escuela de Pedagogía y de Psicología aplicada a la Educación. En 1935, en colaboración con la Facultad de Medicina se establece un servicio de consulta psicológica para niños.
- En 1944 se funda el Instituto Universitario de Psicología con el nombre de Instituto de Psicología y de Ciencias de la Educación. En 1967 se convierte en Facultad de Psicología y de Ciencias de la Educación.
La condición de Decanato nos aportaría más peso y autonomía y al paso, nos alejaría más de la tentación de definirnos como una sub-ciencia dentro de las ciencias de la salud, peligro que siempre nos ha rondado y que, en un pasado no tan lejano, le costó un esfuerzo enorme a la Asociación Dominicana de Psicólogos (ADOPSI) para no ser instalada como una de las profesiones auxiliares de la medicina dentro de un proyecto de colegiación médica.
Mi segunda propuesta se refiere a una especialización que ha alcanzado un gran desarrollo dentro de la educación dominicana actual.
La gran reforma de los pensa en la UNPHU data de 1978. El proyecto original presentaba un programa de Psicología Escolar, cuyo objetivo era producir un profesional ampliamente, capaz de intervenir en la interacción escolar del proceso enseñanza-aprendizaje. Conocedor en áreas como comunicación, capacitación de maestros, trastornos del desarrollo, evaluación e intervención correctiva.
Sin embargo, el concepto clínico lo fue llevando poco a poco a lo que es hoy, algo así como un profesional preparado en psicología infantil. Incluyendo ciertos determinismos absurdos: como que en la especialidad clínica no se enseñan las técnicas de evaluación infantil por ser privativas del psicólogo así llamado escolar. El psicólogo clínico estudia las escalas adultas del Weschler y el psicólogo escolar sólo las infantiles.
Por otra parte, paulatinamente hemos visto desaparecer al profesional de la orientación propiamente como tal, por falta de candidatos para esa carrera porque algunos de ellos ya graduados, han seguido su formación hasta convertirse en psicólogos y porque los psicólogos escolares han ocupado sus plazas en los colegios.
Creo que sería sabio abocarse a una definición de qué es el Psicólogo Escolar, cuáles son las herramientas que necesitan para intervenir en el proceso enseñanza-aprendizaje, con cierto peso. Y cuestionarnos sobre el porvenir de la Orientación que cada vez se hace más importante y necesaria en la educación. El perfil de este profesional ¿Es un grado técnico? ¿Coincide con el del psicólogo escolar? Esta es mi segunda propuesta.
La tercera propuesta se refiere al área de Investigación, área siempre tan difícil y marginal en la práctica. Desgraciadamente, en estos últimos años se hizo frecuente la opción de no hacer una tesis de investigación como requisito final del pensum de psicología. La justificación no podía ser otra sino la facilidad.
En la UNPHU hemos vuelto a la práctica de exigir una tesis, un buen proyecto de investigación como demostración final de la preparación científica del nuevo profesional.
Lo que quiero proponer lo he propuesto tantas veces y lo he escuchado también en boca de tantos colegas que tiene ya visos de ilusión. De todas maneras, ahí va una vez más.
No podemos seguir desperdiciando año tras año, el esfuerzo de investigación de profesores y alumnos en temas totalmente dispersos, a voluntad de cada uno de los interesados, a veces incluso sin ningún valor para la situación actual de nuestra ciencia.
Cada universidad debería poseer unas líneas determinadas de temas de investigación en consonancia con la realidad actual de nuestras necesidades nacionales y orientar por esos caminos cualquier tesis de grado que se quiera realizar. Así todo alumno insertaría su proyecto en un proyecto mayor del que sería un aporte significativo y en el que se vería mucho más apoyado y asesorado, por el interés de un área de investigación.
Mi propuesta va más allá, sería también sabio, que la determinación de áreas de investigación, de proyectos de investigación fuera inter-universitaria, de manera que pudiéramos encontrarnos los profesores de ambas universidades, o de muchas universidades en el esfuerzo común de hacer avanzar una investigación en un ámbito interesante para nuestra realidad.
Mi cuarta propuesta tiene que ver con los "intocables" cursos de Estudios Generales. Son intocables porque cualquier intento de reforma se va a encontrar con la realidad de que no dependen de nosotros.
De todas maneras, y con el interés que esos primeros semestres no sean sólo un refuerzo de la preparación que no dieron los años finales de bachillerato, y así se vea el pensum reducido de 4 a 3 años de estudios de psicología propiamente tal, quiero concentrar nuestra atención sobre dos áreas importantes de estos cursos, Lengua Española e Historia Dominicana.
Creo que debemos conseguir hacer del curso o los cursos de Lengua Española, una presentación y estudio profundo de la literatura contemporánea, lo que ubicaría desde el inicio a los candidatos a psicólogos en el contexto de los grandes temas de la problemática humana en el momento presente. Se trata de 6 créditos en el caso de la UNPHU, nos daría tiempo y espacio suficiente para motivar en los alumnos una reflexión sobre la realidad humana que es amplia y compleja.
De igual forma, Historia de la Cultura, Historia Crítica Dominicana debe transformarse en un estudio acabado de los elementos culturales del hombre dominicano, no en un simple relato de episodios sino en un análisis profundo de las variables culturales que estarán presentes en definitiva en la patología, en la enseñanza y en la organización laboral.
Para esto no basta motivar a un profesor de Lengua Española o de Historia. Es necesario elaborar un marco conceptual de temas indispensables a la preparación del psicólogo y que ofrezca como objetivo a ser alcanzado en estos cursos. Y por supuesto, este marco conceptual tenemos que elaborarlo nosotros, de acuerdo a las necesidades que reconozcamos en nuestro trabajo clínico, en nuestra realización de aprendizaje-aprendizaje y en nuestra realidad de empresa productiva.
Mis propuestas finales tienen que ver con una realidad imperiosa ¿Estamos preparando psicólogos? ¿Estamos conscientes que preparamos terapeutas? En 5 años, peor en 3 años, ¿Se prepara un terapeuta? Legalmente tienen su grado profesionalizante que les hace acreedores a un exequátur.
Yo pienso que 5 años son pocos, otros piensan que 3 años son suficientes, y por supuesto, como publicidad es llamativa y es lamentable que sea así.
No sé si a ustedes les ha ocurrido, últimamente he encontrado varios jóvenes que han elegido psicología y han optado por irse a estudiar al INTEC por que se termina antes. Yo creo que eso también es una realidad importante. La preparación universitaria implica un gasto económico, sin duda, que si se lo acorta es mejor, es obvio.
Pero, se acuerdan del mito griego del lecho de Procustes...
Lo importante es el grado de preparación necesario para la práctica psicológica, sobre todo clínica. Yo pienso que nuestros pensa nos preparan bien como psicólogos y que la preparación terapéutica exige algo más. De hecho gran parte de nuestros graduados busca un programa de postgrado para completar su preparación. Con lo que fácilmente el pensum se les alarga a 7 años. Yo no creo que sea asunto de acortarlo. La preparación de un profesional es también cuestión de madurez y esto exige un tiempo, no es lo mismo hacer un cierto número de créditos en el menor tiempo posible.
Mi propuesta es que tomemos en serio la preparación de un psicólogo general o con cierta especialización en 5 años. El debe conocer extensa y profundamente la estructura del humano y su desarrollo normal y patológico. Debe poder evaluar e intervenir en asesoría, orientación, profilaxis. Al mismo tiempo, estos conocimientos deberán estar cimentados en una buena capacidad de investigación científica que hagan objetivos sus conceptos y afirmaciones.
Para esto, los cursos que en estos últimos años han comenzado a engrosar más o menos oficialmente nuestros currículos como: terapia psicoanalítica, familiar, gestáltica, grupal, deberían ser dejados a los programas de Maestría y en su lugar lograr un buen conocimiento del método de investigación e intervención psicodinámico, sistémico, conductual, etc. Y además lograr intensificar el conocimiento de la personalidad normal, desprendiéndonos de la espontánea identificación de la psicología clínica=patología. Piensen lo mucho que sabemos por ejemplo, de la patología sexual y lo poco que sabemos de la sexualidad normal. Lo mucho que sabemos de patología infantil y lo poco que sabemos del desarrollo normal. Lo mucho que sabemos de conflictos de pareja y lo poco que sabemos de una pareja normal. Sin esto es imposible que un profesional pueda cumplir su papel de asesor en intervenciones preventivas tan necesarias en cualquier área sobre todo en la educativa.
Dejar los cursos específicos de terapia para las Maestrías significa varias cosas:
1. Que las Maestrías queden reservadas a personas con grado académico en Psicología. No podemos ofrecerle un curso de terapia a quien no tenga formación psicológica.
2. Que los programas de Maestría sean prácticos y no una repetición teórica de la metodología ya estudiada. Esto exige condiciones de edificación, personal secretarial y sobre todo supervisores. Y esto significa dinero.
3. Que no podemos dejar estos cursos de Maestrías sólo para que sean buscados en el exterior. No todos tienen esta disponibilidad de tiempo y sobre todo, las terapias tienen que ver con realidades culturales específicas.
Bibliografía
Depto. de Psicología y Orientación. Proyecto de Modificación de los Pensa de las carreras Psicología Clínica, Psicología Escolar, Psicología Industrial y Técnico en Psicometría e Investigación Psicológica. UNPHU, 1996.
Facultad de Educación y Humanidades. Departamento de Psicología y Orientación Ante Proyecto del Plan de Maestría en Psicología Clínica, en Psicología Escolar, en Psicología Industrial y Organizacional. UNPHU, 1984.
Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Psicología y Orientación. Ante-Proyecto de Maestría. Maestría en Psicología y Orientación Escolar. UNPHU, 1984.
Méndez, Carlos E. Metodología. Mc, Graw Hill, Bogotá, 1997.
UNPHU. Proyecto de Planes de Estudios de las Carreras de Psicología Clínica, Psicología Escolar y Psicología Industrial. 1978.