1.2- Actores rurales pampeanos en crisis

En el territorio en estudio, se observan múltiples interconexiones entre los procesos globales y los locales; interconexiones que homogeinizan a los territorios, diluyen las dicotomías urbano-rurales, operacionalizan las articulaciones entre los diferentes sectores, agentes y sistemas y ocasionan desequilibrios territoriales profundos y permanentes.

Los problemas trastocan al espacio rural en el trayecto de articulación a la dinámica global y homogeinizan la diversidad que lo caracterizaba décadas atrás.

Dos factores han contribuido a profundizar la situación de crisis socioeconómica de pequeños y medianos productores rurales. Uno ha sido la competencia sin límites por el alquiler de tierras, la suba consecuente de los valores de las mismas y sus cánones de arrendamiento. Las condiciones macroeconómicas que requieren el acrecentamiento de la superficie trabajada para mantener la escala, inducen los cambios enunciados.

A lo anterior se agrega la competencia de los capitales financieros organizados en los pools de siembra que provocan una presión adicional, y muy fuerte, sobre el mercado de tierras de alquiler, elevando los precios y condiciones.

El segundo factor adicional resultó la inserción de los productores en un sistema de endeudamiento creciente y sin rentabilidad suficiente para su repago.

Hacia fines de 1999, informes oficiales estimaban que los productores rurales argentinos registraban un endeudamiento con el sistema financiero cercano a los 6.000 millones de pesos, de los cuales más del 60% se registraba con la banca oficial. A ello se agregaba la deuda comercial con las empresas de provisión de insumos y el endeudamiento con sistemas no formales.

Este modelo originó cambios muy profundos en la dinámica socioterritorial pampeana: la alta concentración de tierras con su correspondiente valor en expulsión de agentes y el aumento de escala de las unidades de producción.

En otras palabras, a mayor modernización, que origina mayor competitividad, se observa un deterioro en las condiciones de producción y en la calidad de vida de los agentes de pequeña y mediana escala; por otro lado, si estos sectores no se reconvierten en aras de esa modernización/competitividad, deberían enfrentar condiciones adversas que pondrían en duda su continuidad como agentes productivos.

En este contexto se consolidaron algunas tendencias que, de no revertirse, redefinirán profundamente la estructura social rural y el rol del espacio rural en la economía y la sociedad argentina.

La primera tendencia expresa una mayor subordinación de la producción primaria respecto de los otros eslabones del sistema. Con ello se profundiza la inclusión de los agentes productivos en un sistema de relaciones asimétricas, en las que pierden autonomía de decisión, no tienen beneficios del valor final de los bienes producidos y son más vulnerables y dependientes de las redes financieras.

La segunda tendencia, se define por las nuevas condiciones de acumulación que profundizan la desestructuración territorial.

Los agentes del espacio rural debieron implementar nuevas estrategias frente a un escenario que por un lado, es manejado por sucesivos decretos del Poder Ejecutivo, y por otro, está invadido de incertidumbre y riesgo.

Las sombras de un modelo que mantiene un carácter más extractivo que productivo en el cual el valor añadido territorial se da en otros escenarios, constituye el mayor peligro para inducir el desarrollo. Por ello, algunos actores han decidido reconvertirse a través de actividades no tradicionales como el turismo rural.

En el próximo apartado se expondrá el marco de análisis a través del cual interpretar el turismo rural en territorios emergentes y en crisis como el argentino.