LA MISIÓN DE ARTE EN LA ARGENTINA
Como conclusión a las intensas relaciones entre Mallorca y Argentina, especialmente Buenos Aires, cabe destacar un acontecimiento que resulta peculiar dentro del entorno cultural de los años veinte en Mallorca.
El cosmopolitismo se había convertido en sinónimo de modernidad y vanguardia y bajo estas dos premisas, dos jóvenes periodistas de El Día, Juan Alomar y Miguel Ángel Colomar, asumieron el patrocinio de una exposición internacional de pintura de Mallorca.
Respecto a este periódico, cabe destacar su voluntad de renovar el periodismo insular e integrar los nacionalismos liberales, la vanguardia artística e intelectual y el progresismo político en general.
Retomando la exposición de pintura , cabe destacar la estructura del evento, ya que partió de la difusión de la pintura de paisaje, aunque sí renovado, y en segundo lugar porque en lugar de mirar hacia Europa, lo hicieron hacia Argentina. Era evidente que Juan Alomar y Miguel Ángel Colomar pretendían la renovación intelectual mallorquina, pero no disponían de una producción artística ni de una conexiones internacionales que les permitieran entran de lleno en las vanguardias europeas.
El que Argentina se hubiera convertido en la meta de la Exposición, fue gracias a la existencia de una amplia colonia de mallorquines en el Río de la Plata que se habían desplazado por causas económicas y organizados a través de los Centros Baleares, ejerciendo un papel protagonista los de Buenos Aires, La Plata y Rosario. Tampoco podemos pasar por alto otro aspecto, y es que Buenos Aires era una ciudad casi mítica, partiendo del recuerdo impactante de los hermanos Borges, de modo que en los "felices años veinte", Argentina era inequívoca evocación de vanguardia.
Finalmente, debemos valorar el numeroso grupo de artistas argentinos, que como hemos visto a lo largo de estas páginas, desde principios del siglo XX residían en Mallorca de forma más o menos estable, tanto por motivos profesionales como personales.
El proyecto de la "Exposición de Pintura de Mallorca", conocido popularmente como "Misión de Arte", fue presentado al presidente del "Centro Balear" de Buenos Aires, Eusebio Guasp y el primero de enero de 1928 el periódico El Día recogía un artículo de la revista oficial, El Balear, donde se resumieron los motivos de la muestra: una exposición que involucrase las firmas más prestigiosas de los artistas locales y foráneos. Para llevarla a término, desde el Centro Balear, se solicitó el "Pabellón Nacional de Bellas Artes" entre los días 15 y 30 de julio de 1928: Cediendo al pedido del Centro Balear, la Comisión Nacional de Bellas Artes ha cedido sus locales del 15 al 30 de julio de 1928, para la celebración del certamen, base con la que se desea contar, para iniciar en firme los trabajos de preparación. Huelga encomiar el alto significado del certamen que se prepara, elocuente expresión de cultura que ha de favorecer en alto grado la divulgación de los méritos y valores de la tierra mallorquina, como país de belleza inspiradora de arte, fama bien merecida que tiene sus mejores pregoneros en la pléyade numerosa de pintores, literatos y turistas que de todas las latitudes, de todos los países europeos y americanos acuden en continua caravana a la Isla de Oro, que llamara Rubén Darío, para vivirle y guiarle en sus escenarios paradisíacos.
Durante los meses siguientes se perfiló desde Buenos Aires y Palma la estructura de la exposición, la cual debía estar ampliamente documentada con un catálogo y otras actividades complementarias a fin de conseguir su difusión internacional: Un catálogo primoroso ennoblecería la labor y guiaría fácilmente al espectador. Contendría además, reproducciones pictóricas, fragmentos en verso y prosa de los mejores cantores de nuestro paisaje y la opinión suscinta de nuestras mentalidades más destacadas, en cuanto al proyecto. El turismo hallaría también cabida, por medio de un folleto que contuviera fotografías y literatura selecta, apropiada al caso.
Juan Alomar se comprometió a impartir una conferencia sobre "Estética pletórica y pintura mediterránea" y Miguel Ángel Colomar sobre "Tres mallorquines ilustres: Gabriel Alomar, Mossen Costa i Llobera y Joan Alcover". Igualmente, estaría representada la música mallorquina a través de piezas de Antoni Noguera y Baltasar Semper. Todas estas actividades se efectuarían en el Pabellón Nacional, decorado con muebles, tapices y vidrio de factura popular.
Esta iniciativa se halla unida a otro proyecto como es la realización de la película "Mallorca" , bajo iniciativa de José María Verger y gracias a una subvención de 5000 pesetas otorgadas por la Diputación Provincial. Dicha película tenía como función la difusión del turismo y gozaba de un valor añadido como el acompañamiento musical de la suite Aires y Danzas de Mallorca de Baltasar Semper: Ambos proyectos han de contribuir a divulgar y a exaltar las bellezas de Mallorca, y consiguientemente, a despertar en el forastero la curiosidad de conocer nuestra privilegiada isla.
De la Misión de Arte, llama la atención que las propuestas hayan venido dirigidas desde Argentina, ya bien a través del "Centro Balear", o del embajador de España, Ramiro de Maetzu. Situación inversa a la mallorquina, ya que en el momento de iniciar el proyecto, sólo se contó con la colaboración de la Diputación Provincial, pero no del Ayuntamiento de Palma ni de Fomento de Turismo: …queremos recalcar nuevamente sobre el apoyo que han decidido prestar al proyecto algunas corporaciones, sobre todo la Diputación Provincial de Baleares cuya decidida cooperación moral y pecuniaria ya comentamos en nuestro número anterior. Sin embargo, hemos visto hasta ahora una cierta frialdad, una tácita actitud de indiferencia por parte de otras instituciones, siendo de señalar, especialmente, la del Ayuntamiento de Palma, que, hasta este momento, no ha contestado en ningún sentido a la comunicación que le hiciera el Centro Balear…
Respecto a la prensa mallorquina, además de El Día, la Misión de Arte tuvo muy buena acogida por parte de La Última Hora y La Nostra Terra, mientras la conservadora La Almudaina mostró un silencio evidente ante un proyecto propiciado desde ámbitos más liberales.
El treinta de mayo, Juan Alomar partió hacia Buenos Aires, mientras Miguel Ángel Colomar, a último momento no pudo viajar. El Día fue el órgano encargado de comentar la partida de su promotor, así como de presentar el listado de artistas que enviaban obra a la muestra, listado que no coincide totalmente con el "Catálogo de la Exposición de Pintura" publicado por la Comisión Nacional de Bellas Artes y aun menos con el publicado por la editorial Lux de Barcelona , el cual iba acompañado de ilustraciones.
Sí coinciden los artistas de mayor renombre como Hermen Anglada Camarasa, Tito Cittadini, Francisco Bernareggi, Felipe Bellini, Joaquín Mir o Jacobo Sureda.
El mismo artículo de El Día especifica las actividades paralelas a la exposición: para los conciertos cuenta con importantísimos estrenos de Baltasar Samper y tres "improntus" mallorquines del maestro Domenico Rossi, con letra de Adela Ferrari, cuyas primeras audiciones formarán programa con otras composiciones de Antonio Noguera y Andrés Torrente. Igualmente nuestro compañero dará varias conferencias sobre "Pintura del Mediterráneo" y "Valores literarios de Mallorca".
Entre el 19 de julio y el 3 de agosto se celebró la exposición en Buenos Aires, inaugurada por el presidente Marcelo Torcuato de Alvear, además de contar con la presencia del Embajador Ramiro de Maetzu; el Cónsul general, sr. Bohigas de Dalmau; el Ministro de Instrucción Pública, dr. Sagarra; el Intendente Municipal, dr. Casco y el presidente del Centro Balear, sr. Eusebio Guasp. Con posterioridad, la exposición se presentó en a La Plata, concretamente en el Museo Provincial de Bellas Ares entre el 12 y el 19 de agosto y en Rosario, en el Salón Municipal de Bellas Artes entre el 5 y el 18 de septiembre.
Diferente tratamiento recibió la muestra por parte de la prensa mallorquina y argentina. La primera lo hizo desde la simpatía y la valoración de la juventud de sus patrocinadores, que fueron presentados como "paladines", "embajadores" o "caballero del optimismo" en el caso de Juan Alomar.
Respecto al análisis de la obra expuesta, se partió de la exaltación del valor pictórico del paisaje, negando cualquier nota de snobismo, pero siempre desde la necesidad de difundir las bellezas de Mallorca: Demostrar la fuerza de sugestión de aquella tierra propicia a todos los temperamentos y todas las escuelas. Propagar los encantos y bellezas naturales, y muy particularmente, de aquel rincón paradisíaco, excepcionalmente atractivo para los turistas.
Se trata, pues, de reseñas muy poco comprometidas que se limitaron a difundir un hecho que resultaba novedoso, pero obviando los resultados finales de la muestra.
La prensa argentina, consideró a la Misión de Arte, más como un acontecimiento social que artístico y en términos generales se centraron en las figuras más conocidas en Argentina, dando un papel protagonista a Anglada Camarasa
Basta comparar dos fragmentos de prensa para ver la desigual significación. Juan Torrandell publicó el siguiente artículo en El Día: Ahí palpitaba Mallorca, la Mallorca estilizada, cantada por los poetas y purificada por los artistas; la Mallorca de las bellezas naturales, de las aldeas de pesebre, de las "posesiones" acogedoras, de los castillos en ruinas, de las carreteras vertiginosas, de las grutas de ensueño, de los jardines románticos, de las montañas de todos los colores, el cielo nítido y del sol de fuego…
En contrapartida, La Nación publicó un extenso artículo en el que se hacía una crítica exhaustiva a cada una de las obras, y que con posterioridad se transcribió en La Última Hora, pero sin hacer una lectura profunda de las palabras que de él se desprendían: La idea de reunir y de exponer un centenar de paisajes de una misma región habría alcanzado el mayor interés si los pintores concurrentes fuesen todos de cierta categoría. Hubiese sido un espectáculo ilustrativo. Ello hubiera permitido apreciar cómo reaccionan en el mismo medio hombres de análogas posibilidades. Los gustos, el grado de sensibilidad, las preferencias individuales hubieran permitido observaciones dignas de ser cotejadas. Este examen no es ahora posible. No lo permite la disparidad de cuadros que integran el conjunto aludido. Los hay excelentes, no escasean los discretos y no faltan los de valor escaso y nulo. Se trata, pues, de un conjunto heterogéneo, unificado, conforme se ha dicho, por una mera circunstancia geográfica.
Partiendo del catálogo presentado en Rosario, el listado definitivo de pintores y sus obras es el siguiente:
Anglada Camarasa, Hermen
1- "Olivos de Son March"
2- "La Higuera"
3- "Caserío de Son March"
4- "Camino de Lluch"
Barceló, Pedro
5- "Els Olms"
6- "El Recó"
7-"La Cuesta"
8"Las Casucas"
9- "Nota"
10- "Nota"
Bellini, Felipe
11- "Els Marges"
12. "Invierno"
13-"Caserío del pueblo"
14- "Nota"
Bernareggi, Francisco
15- "Torrent de Pareys"
16-"Barcas"
17-"Bonanza"
18- "Paz"
Bruck, Herman
19- "Desde mi ventana"
20."Chumberas"
Cittadini, Tito
21- "Picacho"
22-"Montesión" (Pollensa)
23- La Caleta
Cordiviola, Luis
24- "Paisaje"
Derqui, Luis
25- "Rincón de Deyá"
26- "Pobre Payés"
27- "Atardecer"
28- "Una cala de Santañy"
29- "Olivo (Deyá)"
Fibla, Clotilde P.
30- "Gall"
31- "Peixos i taronges"
32- "Figues i vidre vert"
33- "Rosas i pot de vidre"
34- "Peixos i sanalle"
35- "Sebes"
36- "Peixos, vidre i flors"
Franco, Rodolfo
37- "Noche en el puerto (Pollensa)"
38- "Castillo del Rey"
39- "Nubes en la noche"
Fuster Valiente, Juan Antonio
40- "Tarde de verano"
41- "Mañana de invierno"
Hubert, Erwin
42- "Puesta de sol (Valldemosa)"
43- "Mañana de Abril (Deyá)"
44- "Palma de Mallorca (Luna)"
45- "Cala de Deyá"
46- "Plaza de Pollensa"
47- "Rocas blancas"
48- "Palma de Mallorca (Atardecer)"
Junyer, Juan
49- "Jovintut"
50- "Llauradó"
51- "Cavalls, donas i barques"
Junyer, Sebastián
52- "Abril"
53- "Nocturno"
Haberkon
54- Colec. de 8 dibujos y 3 acuarelas
López Naguil, Gregorio
55- "Reflejos"
56- "Últimos rayos"
57- "Valle de Colonia"
Llinás, Miguel
58- "Barranco de Ariant"
59- "Cala Castell"
60- "Pino de Formentor"
Más, Bartolomé
61- "Almendros"
62- "Entre rocas"
63- "Son Armadams"
64- "Estanque"
65- "Sa Cova"
66- "Desde Bellver"
67- "Pinos de Sa Font Santa"
Montaner de Sureda, Pilar
68- "Olivos de Son Moragues"
69- "Olivos del Encantamiento"
Montesinos, Mariano
70- "Pinos"
71- "Bodegón"
72- "Deyá"
Mir, Joaquín
73- "Jardín"
Ramírez, Manuel
74- "Cala"
75- "Sol de tarde"
76- "Algarrobos"
77- "Garúa"
78- "Tarde gris"
Ribas, Antonio
79- "Es Recó"
80- "Miramar"
81- "Costa de Miramar"
82- "Almendros"
Seguí, Bartolomé
83- "Pollensa"
84- "Impresión"
85- "Bodegón"
86- "Almendros en flor"
Sjostrand, Acke
87- "Paisaje"
Sureda, Jacobo
88- "Paisaje emocionado"
89- "La verdadera luz"
Villalonga Olivar, Gabriel
90- "Gorc"
91- "Puig d’es cá"
Vechioli, F.
92- "Paisaje"
Westmann
93- "Paisaje"
94- "Dibujo"
95- "Dibujo"
De manera categórica, y como ya hemos anunciado, la prensa argentina destacó la obra de Anglada Camarasa. El artículo de La Nación, atribuido por Manuela Alcover a José León Pagano, aunque no está firmado, halla en falta su obra de figuras de tradición simbolista y que había estado presente en otras ocasiones en Buenos Aires. Opina que sus cuadros plasmaban una realidad objetiva con la cual pretendía ser descriptivo, a la vez que lo presenta como …otro Anglada, menos fantasista, menos suntuoso, menos opulento, pero tan fino, tan sutil, como le plugo serlo en los días de su mayor ardor imaginativo… Realmente Anglada Camarasa, desde su llegada a Pollença había llegado a unos principios sumamente personales sobre la técnica de la pintura: la necesidad de conocer íntimamente aquello que pretende reproducir y que en esta oportunidad, el crítico parece desconocer sus reflexiones teóricas.
La Prensa, a pesar de haberse centrado en los pintores argentinos, no dejó de agradecer esta exposición tan sólo por haber gozado una vez más del artista catalán: La posibilidad de ver reunidos cuatro grandes paisajes de Hermen Anglada Camarasa, pintados los cuatro en Mallorca en los mejores momentos de su carrera artística es de suyo motivo suficiente para alabar la iniciativa del Centro Balear de Buenos Aires…
La revista especializada Nosotros, destacó la obra "Caserío de Son March" a la que valora por el tratamiento del color así como por la resolución definitiva: Este óleo es, indiscutiblemente, alta pieza de gran museo. Tema difícil, complejo, está resuelto sin vacilación, en gamas suaves que evidencian finísima, sutil visión.
Como era de esperar, la prensa argentina puso especial atención en la presencia de los ocho argentinos: Felipe Bellini, Francisco Bernareggi, Tito Cittadini, Luis Cordiviola, Rodolfo Franco, Gregorio López Naguil, Mariano Montesinos y Francisco Vecchioli, artistas que eran conocidos por el público argentino ya que habían expuesto individualmente en Argentina o habían enviado obra a los Salones oficiales.
Cabe aclarar, que no fueron ocho, sino nueve quienes expusieron, ya que Atilio Boveri a petición de Joan Alomar presentó dos obras: "Castell del Rei" y "Paisatge de Pollença".
Francisco Bernareggi con su ya clásica pincelada matérica, provocó la admiración de los espectadores, en particular gracias al tríptico "Torrent de Pareis" y que fue definido como …cuadro vivo, de armonías abundantes de tonalidades rosas y bermejas, resueltas en esa técnica peculiar del artista, especie de bordado o bajorrelieve primoroso…
La Nación le dedicó un amplio comentario a raíz del conocimiento que tenían de su evolución pictórica, fruto de haber participado de forma individual o colectiva en exposiciones argentinas: Francisco Bernareggi es un desterrado voluntario. Mallorca le atrajo y le retuvo. La vida es allí dulce, blanda, y para él de ritmo lento. Es un trabajador que produce poco. Suele emplear dos, tres años en pintar un paisaje. El tiempo es suyo, como la constancia. "Torrent de Pareys" –tema tripartito- es uno de esos paisajes de aliento largo y paso corto. El sol enardece la roca y pone el calor de su fuego en la atmósfera. Arriba, en el centro, un cielo azul verdoso, visto a través de unas ramas, cuyo tronco está fuera del cuadro; abajo se reflejan un agua inmovil el cielo azul y la roca encendida.
De Tito Cittadini, la crítica se centró en el cambio operado tanto en su temática como en la técnica. Debemos tener presente que desde hacía 14 años Cittadini vivía en Mallorca y por lo tanto su visión era mucho menos decorativa: Si el cambio de Cittadini es radical, no es menos significativo su avance. Merced a él llega a Mallorca una vibración animadora, oportuna, según lo evidencian el lugar común y las normas cristalizadas. Hoy Cittadini es un pintor sobrio. Va a lo esencial de la forma, construyendo por planos simples y enérgicos. A la exhuberencia de la policromía exasperada, opone hoy tonos grises y sólidos, y a los halagos decorativos –cuando no escenográficos- opone la estructura formal reciamente concertada.
Las notas realizadas sobre Francisco Bernareggi y Tito Cittadini demuestran un conocimiento profundo a la hora que recuerdan continuamente que se trata de dos artistas argentinos, a pesar de haber vivido en Mallorca. Con estos apuntes, la crítica simplemente apunta la peculiaridad de sus obras, a la vez que se los vincula una vez más a Anglada Camarasa.
En el caso de otros artistas, la información que se tiene de ellos es mucho más sesgada. El ejemplo más significativo es el de Luis Cordiviola, quien presentó un paisaje realizado en una zona cercana a Pollença ente los años 1914 y 1923. Vivió en la isla medio año y había pasado inadvertido para el mundo cultural mallorquín, motivo por el que resultan interesantes las notas que de él se efectuaron : El público argentino no lo conoce bajo este aspecto por un cuadro suyo que figura bajo el número 25 del catálogo, un hermoso paisaje vespertino de tonos dorados y veladuras grises, afronta dignamente en la primera sala la peligrosa vecindad del maestro. Luis Cordiviola pintó este magnífico lienzo cerca de Pollensa el año 1913, lo envió al Salón Nacional del año siguiente y fue rechazado por los miembros del jurado sin que nada, sino una extraña incomprensión de la buena pintura, pudiera explicar entonces lo que hoy, en presencia de cuadro, parecía por lo menos absurdo.
Del mismo modo, la prensa permitió conocer la producción de artistas residentes en Mallorca, con un papel protagonista a los platenses Felipe Bellini y Mariano Montesinos, quienes fueron tratados particularmente por la prensa de su ciudad, que presentó una amplia información en El Argentino: Bellini y Montesinos, con gran preparación, y despierto espíritu pictórico avanzan con paso firme y seguro en su difícil carrera artística. Ambos vienen estudiando con gran amor y animosidad de artistas honestos el peligroso paisaje mallorquín en busca de un modo personal, aspiración de todo artista consciente de sí mismo o de su misión en el arte.
Felipe Bellini participó con 4 obras, de las cuales La Prensa señaló las conexiones con la tradición decorativista de Anglada Camarasa, mientras que El Argentino hizo referencia a una ejecutoria mucho más personal al margen de cálidas audacias y del frío academicismo.
Muy buena acogida tuvo Mariano Montesinos, al considerar que su pintura era de alternativa ante el paisaje de tradición angladiana. Se presentó como un artista desconocido, cuya producción había llegado gracias a la crítica internacional: Es un pintor interesantísimo y original: muy parco de técnica y muy rico de sensibilidad. Su visión de Mallorca difiere completamente de la visión de los angladistas: más que el color y la estilización decorativa le interesa describir el carácter de las cosas. Construye por planos sintéticos, procurando, sobre todo, definir sensaciones de volumen, y su paleta, generalmente en el modo menor…
La prensa de La Plata no quiso prescindir de Atilio Boveri, quien presentó dos telas efectuadas durante su estancia en Mallorca: Boveri, radicado ya hace algunos años en La Plata, en su gira anterior por Europa, hizo escala en las Islas Baleares, que encontró como un maravillosos punto de mira para sus incursiones pictóricas, que gestaron telas ricas en color y propiedad de paisaje… Aunque mucho más rico y adecuado resultó el análisis de Nosotros, en el que vemos combinar la objetividad de su pintura con aspectos simbolistas tan propios del artista: En los cuadros de Boveri la objetividad no impide la posibilidad de un mundo ficticio. Y es porque la intimidad de la luz de cierta hora ha envuelto a estos paisajes de Mallorca con velo suavísimo de conmovida aristocracia visionaria.
Encontramos en falta comentarios sobre Rodolfo Franco, Francisco Vecchioli y Gregorio López Naguil, sobre todo de este último, ya que diseñó el cartel anunciador.
Esta muestra, debía presentarse en otras ciudades, pero la crisis gubernamental provocó un retraimiento económico y las ventas no fueron tan fluidas como se esperaba. El silencio de la prensa es un buen ejemplo de que los resultados no habían sido tan espectaculares como opinaron sus promotores, siempre dejando de lado aquel aspecto en que todos los periodistas coincidían como es la exaltación de Mallorca: Tal fue el clamor de los conocedores de Mallorca y la presunción de cuantos solamente la presienten a través de la obra pictórica. Esta voz fue unánime, la bella tarde de la inauguración, repetida en los días sucesivos…
Ya para finalizar, cabe detenerse en un artículo de Juan Alomar firmado en diciembre de 1928 y publicado en La Nostra Terra bajo el título de "Mallorca i La Pintura", que no es otro que aquel que el 23 de marzo del año anterior había firmado para una exposición de Tito Cittadini. Además de reconocer que Mallorca como tema ya no era motivo estético, sintetizó las impresiones extraídas del ambiente artístico argentino, concretamente el de Buenos Aires, y que definió como de antimediterraneidad, hecho que explica a partir de la consideración de Argentina como un país joven, con gran curiosidad y afán de conocimiento, y por lo tanto un campo propicio para cualquier novedad: …l’Argentina és un pais jove, adolescent, amb una gran curiositat i un gran afany de saber i, per tant, camp abonat per fruitar-hi tota mena de modes. De la ignorància es sol passar a l’esbonisme. No convè, però, maleir l’esnob. Ho he cregut sempre una injuustícia. Se li deuen més coses bones que dolentes.
Siguiendo con el mismo artículo, cree que la causa del rechazo a la mediterraneidad viene dada por la decadencia del impresionismo y la aparición de nuevas corrientes que van desde figuras aisladas como Cézanne, Gauguin, Matisse o Picasso llegando a los movimientos de vanguardia como el fauvismo y el cubismo. Dos respuestas que no hacen más que buscar una alternativa a una pintura retiniana en un momento en que siguiendo las afirmaciones de Guillaume Apollinaire, la "pintura es cerebro y no retina".
Detrás de este comentario de Alomar hay un regusto más amargo. Para él, mediterraneismo no deja de ser más que angladismo. Si consideramos el panorama de las Islas, Anglada y sus discípulos habían contribuido a la renovación de la pintura de paisaje y aunque Cézanne o Matisse desde la Provenza, mediterráneo en definitiva, habían sido capaces de posibilitar el paso a la pintura vanguardista del siglo XX, no así Mallorca, donde las circunstancias sociopolíticas y culturales habían llevado el arte por otros derroteros.
Igualmente la visión de Alomar respecto al arte argentino siguió siendo parcial, sin darse cuenta de las nuevas estrategias que se estaban dando a partir del año 1924 con la publicación del Manifiesto de Martín Fierro: Nos hallamos en presencia de una NUEVA sensibilidad y de una NUEVA comprensión, que al ponernos de acuerdo con nosotros mismos nos descubre panoramas insospechados y nuevos medios y formas de expresión.
Estamos ante la realidad de las vanguardias, especialmente del cubismo y del futurismo, movimientos que fueron seguidos de cerca por artistas como Emilio Pettoruti, Alejandro Xul Solar y Pablo Curatella Manes con una "militancia moderna" que fue más allá de las acciones de choque, hasta las de desgaste, a través de filtraciones dentro del sistema oficial.
Juan Alomar es consciente que el mediterraneismo ha pasado de moda, pero no valoró profundamente los nuevos caminos que buscaba la pintura argentina al margen de la influencia española, la cual quedó más ligada al oficialismo, ni tampoco analizó la ironía que podía traslucirse de algunas páginas de Martín Fierro, donde Oliverio Girondo, tenía la siguiente opinión de Anglada: Membretes: ¡Los vidrios catalanes y las estalactitas de Mallorca con que Anglada prepara su paleta!.
La Misión de Arte fue una aventura cosmopolita y llena de buenas intenciones con unos resultados que no fueron los esperados. A día de hoy y haciendo un repaso a las revistas especializadas de la época, así como a la actual historiografía argentina, podemos apuntar que desde los círculos de vanguardia, ésta exposición pasó casi desapercibida y unida a las corrientes de la pintura tradicional española en las que Mallorca continuaba siendo considerada la "Isla de Oro" de Rubén Dario: Los colores de Mallorca tienen alas; los colores de Mallorca andan esparcidos por el mundo en centenares de bellos cuadros. Al modo que se dice en nuestra tierra "el granero del mundo", podemos decir que Mallorca es su paleta, su arco iris; el granero mundial de los colores…