Segunda Parte: La inversión del flujo migratorio
1- La Argentina a partir de 1960
Desde 1930 se inicia en la Argentina una etapa de transformaciones económicas, demográficas, sociales y políticas, con alternancia, de gobiernos militares y civiles, donde se advierte un cambio en la composición y el volumen migratorio (Romero, 1994). Se tratará, en este apartado, de vincular esos cambios a nivel de la estructura política y social con el movimiento migratorio. A partir de la revolución de 1955, que produce la caída del gobierno de Juan Domingo Perón, se trató de encontrar una forma para encaminar al país hacia el establecimiento de una democracia legítima, que, según Romero fue buscada intensamente e infructuosamente a través de una fórmula supletoria hasta 1973, a partir de allí: ..."comenzó a ser evidente que ya no estaban en presencia solamente los viejos partidos políticos, incluyendo el peronismo. Estaban también los viejos grupos de poder: la iglesia, las fuerzas armadas, los terratenientes, el capital extranjero. Y estaban los nuevos, que habían cobrado fuerza en los últimos tiempos: los empresarios de la pequeña y mediana industria, los sindicatos obreros y...las masas populares". Este autor califica al período entre 1955 y 1973 como "un cuadro muy complejo" que produjo "una sacudida tremenda" que conmovió a todos. Hay que destacar que no fue solamente una "sacudida" política, sino también, profundamente social y cultural.
En este contexto se debe recordar además que los flujos inmigratorios, tanto los europeos como los de los países vecinos y las migraciones internas, habían ido cambiando las características del país afectando especialmente sus niveles de urbanización y la conformación de sus clases sociales, con la consolidación de una clase media, creciente en número y de gran heterogeneidad, puesta de manifiesto por Gino Germani en sus estudios sobre estructura social de la Argentina y movilidad social, con efectos muy importantes en la vida del país.
Se suceden, en este complejo marco, como ya se expresó, la alternancia de gobiernos militares y civiles que convierten a la Argentina en un "país inestable", inestabilidad que fue la excusa para el golpe militar del 24 de marzo de 1976 que dio origen a una dictadura violenta. Se instaura, entonces, la Junta Militar que gobernará hasta fines de 1983. Son los años del "autodenominado proceso... que provoca con su intervención un verdadero salto cualitativo en la crisis del Estado". Pero sobre todo se inicia un proceso de profunda transformación social y política que tiene consecuencias hasta la actualidad. Según Sidicaro: ..."la dictadura se propuso desarticular el intervencionismo económico y restablecer la libertad de mercado"...que "iba más allá de la economía y buscaba la reestructuración general de la sociedad, de la política y de la cultura" .
Se pone de manifiesto la desorganización estatal de los años de la dictadura, que multiplicó las actividades especulativas y la consolidación de lo que Weber denomina el "capitalismo aventurero" . Sidicaro distingue entre: 1) actores socioeconómicos, más beneficiados y visibles, a los que llama "grupos económicos concentrados" formados por el capital financiero nacional e internacional, con excelentes oportunidades para obtener ganancias. 2) un amplio número de minoristas involucrados en negocios financieros. Se introduce también un nuevo e importante actor socioeconómico: los acreedores internacionales. Se debe recordar como hecho fundamental que la deuda externa fue multiplicada entre cinco y siete veces (según distintos especialistas en el tema), incorporando poderosos interlocutores como son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial "que comenzaron a participar en la política doméstica". Los préstamos se convierten así en relaciones de poder, muy bien definidas por Max Weber. Este aumento de la deuda externa significó para la Argentina su ingreso al proceso de globalización financiera, permaneciendo en situación de aislamiento en otros planos.
En 1982 aflora a la superficie la poderosa crisis de endeudamiento, como consecuencia de la derrota en la Guerra de Malvinas, el aislamiento internacional, la falta de crédito, la indiferencia de los organismos que rigen los destinos del mundo, el sistema bancario interno en quiebra y las empresas más significativas del país en situación de convocatoria de acreedores. La apertura al ingreso de importaciones sin límites dejó a la industria nacional, que no podía competir, en estado calamitoso. La deuda externa, que había pasado desde 1974 a 1982 de 6.000 a 35.000 millones de dólares, eran fondos que habían salido del país sin generar una capacidad productiva interna. Pero se debe remarcar que en 1976 la dictadura militar puso en marcha el actual sistema económico (que se infiltró en los partidos políticos mayoritarios que luego se sucedieron en el poder).
América del Sur inicia en la década de 1980 su ingreso al sistema democrático. Pero en general estas democracias de "primera generación" heredaron enormes pesos, traducidos en gravísimos problemas de índole económica, social y cultural. En Argentina, la situación de depresión económica, descripta, posterior a la Guerra de Malvinas, empuja al Ejército a ubicar al General Reinaldo Bignone en la presidencia, quien llama a elecciones a fin de encaminar al país hacia un gobierno constitucional. Así llega para la Argentina 1984, con la presidencia de Raúl Alfonsín, frente a un pueblo que lo recibe con esperanzada alegría y él es un presidente convencido de que puede sacar el país adelante, creyendo tener el remedio para todos los males a partir de la recuperada democracia. Pasada la luna de miel, el gobierno de Alfonsín debe afrontar insurrecciones de algunos sectores del Ejército y catorce huelgas encabezadas por dirigentes peronistas, entre otros males. Al respecto expresa Cheresky: ..."Los años 80 constituyeron un período de transición puesto que en ese lapso, y en particular bajo el gobierno de Alfonsín, persistió un cuestionamiento del orden democrático proveniente de dos fuentes principales: por una parte de la corporación militar, que resistió subordinarse definitivamente a la ley común y por parte del sindicalismo, que asumió un rol de oposición política que cuestionaba la legitimidad de orden institucional"... En febrero de 1989 se produjo un golpe de mercado cuando los principales grupos económicos le quitan el apoyo al Presidente, retirando sus depósitos de los bancos, retienen divisas producidas por las exportaciones y demoran el pago de sus impuestos. Los salarios no alcanzaban a cubrir las necesidades ni de quince días del mes, los supermercados remarcan precios minuto a minuto, se producen saqueos en diversas ciudades del país, se organizaron grupos vinculados a diversos sectores, que los incentivaban, y el gobierno radical, ante esta situación, se ve completamente desbordado. En este clima completamente enrarecido se realizan las elecciones nacionales del 14 de mayo y gana Carlos Saúl Menem, del partido Justicialista, con la promesa de una "revolución productiva" y "salariazo". La alternancia de un gobierno democrático a otro, pese a las dificultades enunciadas, fue un factor decisivo y positivo en la institucionalización política.
Se debe destacar que los funcionarios del Banco Mundial, FMI y otros organismos internacionales se habían reunido en Washington en 1989, concluyendo que ayudarían con créditos a los países periféricos que aplicaran durísimas políticas de ajustes que terminaran con la expansión del Estado, se desprendieran de las empresas estatales, facilitaran la instalación de empresas extranjeras y redujeran el deficit fiscal. El peronismo, con acuerdo del radicalismo, propone realizar profundas reformas sobre el malogrado "Estado benefactor" y comienza a partir de 1989 y hasta 1998 su plan de privatizaciones: teléfonos, canales de televisión, carreteras, ferrocarriles, servicios de agua corriente, gas natural, electricidad, aeropuertos, correo, radios, Caja Nacional de Ahorro, Yacimientos Petrolíferos Fiscales, entre otros. Las privatizaciones beneficiaron a los grupos más poderosos del país, asociados a capitales internacionales. En enero de 1992 el ministro de economía, Domingo Cavallo, puso en marcha la Ley de Convertibilidad: el peso equivalía a un dólar, hecho que produce una gran confianza y que motiva a la clase media a vivir con "cierta euforia económica" . El Estado se fue desprendiendo de sus empresas, había recaudado dinero por las privatizaciones, en la mayoría de los casos mal hechas (con o sin intención), y tras casi diez años de cambios económicos estructurales, si bien se había recuperado la confianza en la moneda y se había vuelto al crédito, el 20% más rico de la población se quedaba con la mitad del ingreso nacional, en tanto que el 20% más pobre sólo recibía 5%. Casi la mitad de la población estaba en la pobreza y el 45 % de los niños argentinos ya en ese momento eran pobres. Volviendo a la etapa menemista, resulta muy interesante destacar el discurso neoliberal de Menem, dejando de lado la promesa del "salariazo" y la "revolución productiva", en tanto que exaltaba la economía popular de mercado, rompiendo con la tradición peronista. Toda la etapa de su gobierno se destaca por la escasa combatibilidad del sindicalismo, pese al incumplimiento de sus promesas electorales. En general se observa un debilitamiento de este sector, debido a diversas causas, muchas de ellas asociadas a la pérdida de conquistas logradas en anteriores gestiones peronistas y relacionadas con el cambio de rumbo en el pensamiento menemista. Así mismo en la década de 1990 sigue creciendo la deuda externa, con las consecuencias ya señaladas con respecto a la capacidad del Estado para tomar decisiones diferentes a las impuestas por los poderosos organismos internacionales, que van disminuyendo su poder de autonomía. En 1993 se firma el Pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín a fin de convocar a la Asamblea General Constituyente, a fin de reformar la Constitución Nacional permitiendo la reelección presidencial por un sólo período consecutivo de cuatro años. Se produce de esta forma la reelección de Menem como Presidente en 1995, debido más al pánico de la gente a retornar a épocas de hiperinflación, que por consideraciones de índole política.
En 1993 se había formado un frente opositor (Frente Grande), liderado por Carlos "Chacho" Alvarez, disidente del Peronismo, con sectores de la Democracia Cristiana y de grupos socialistas. En agosto de 1997 se realiza una coalición entre la Unión Cívica Radical y el Frente Grande, que se denominó Alianza, presentándose como polo opositor al Peronismo. En octubre de 1999 la Alianza gana las elecciones que llevan a Fernando de la Rua como Presidente y a Carlos "Chacho" Alvarez como Vicepresidente, derrotando a la fórmula peronista Eduardo Duhalde-Ramón"Palito" Ortega. Según Sidicaro "El gobierno de la Alianza fue el crisol en el que se fundieron las manifestaciones de varias crisis presentes en la sociedad argentina. La vieja y la nueva ingobernabilidad de la economía...con los mecanismos de endeudamiento del "modelo", se precipitó cuando se cerró el acceso a esos recursos y se agudizó la recesión dejada por el menemismo". El Presidente De la Rua optó por continuar con el modelo instaurado, es decir el proyecto neoliberal y un discurso moralizador que evidentemente no sirvió en la aplicación práctica, donde ya la corrupción estaba institucionalizada y las presiones de los grupos de poder eran cada vez mayores, produciendo un notable deterioro de la soberanía. Cabe destacar que el Vicepresidente Carlos "Chacho" Álvarez renuncia al cargo en la primavera de 2000, cuando intentaba esclarecer los sobornos en el Senado de la Nación siendo, de este modo, evidente la ruptura política de la Alianza. La crisis se fue profundizando por el proceso de endeudamiento externo, se acentúa la recesión económica, se hace notable la falta de recursos presupuestarios que llevan al colapso de sectores públicos con sus consiguientes funciones, reflejadas esencialmente en atención de la salud, educación y desarrollo de la investigación científica.
La continuidad del modelo se ve reflejada en la designación, como Ministro de Economía a Domingo Cavallo, quien se había desempeñado como tal durante la administración menemista. El Estado no garantiza los contratos privados, no cumple con los propios, baja los salarios estatales y las jubilaciones y no cumple con el pago a sus proveedores, llegándose a congelar los depósitos bancarios -"el corralito"-, desconociendo los derechos vigentes, establecidos por la ley. Los sectores perjudicados de la sociedad llevan a los hechos violentos del 20 de diciembre de 2001, que concluyeron con la renuncia de Fernando de la Rua. Se suceden cuatro presidentes en pocas semanas elegidos por la Asamblea Legislativa, culminando con la elección de Eduardo Duhalde como Presidente, quien se compromete a realizar la convocatoria a elecciones populares en abril de 2003, siendo electo Néstor Kirchner, representante del Partido Peronista.
"El colapso argentino en 2001 es uno de los más recientes fracasos de los últimos años. Dada la alta tasa de desempleo durante casi siete años, lo asombroso no es que los ciudadanos se amotinaran sino que sufrieran en silencio durante tanto tiempo" ... La crisis se precipita por la falta de acceso a nuevos préstamos. Ha llegado evidentemente el fin del "modelo" y tal cómo lo expresa Sidicaro "es un hito ante el cual cabe preguntarse sobre el desenvolvimiento de las relaciones de dominación que lo originaron y lo agotaron". En tanto, haciendo referencia al escenario ciudadano, Cheresky expresa que: "La ciudadanía permanece en estado hipotético, es decir, como una posibilidad si se la entiende como una fuente activa de promoción de identidades políticas, puesto que esta posibilidad puede quedar reducida a un ejercicio potencial o efectivo de derechos políticos mínimos".
La crisis actual de la Argentina es sumamente compleja, ya que no pasa solamente por el aspecto económico, aunque éste sea a primera vista el que más sobresale, sino que fundamentalmente es una crisis política, social y cultural, de tal magnitud como jamás ha vivido el país en toda su historia.
Como síntesis de lo expresado debe destacarse que la recuperación de la democracia en Argentina a fines de 1983 debió enfrentarse a dos problemas fundamentales. Por un lado, lograr la normalización institucional, tarea para nada sencilla después de casi una década de dictadura militar. Por otra parte, el contexto internacional estaba consolidando el proceso globalizador, del cual Argentina había permanecido al margen(excepto su acceso a la globalización financiera), debido a la situación de aislamiento en todos los planos, sometida por los militares. De acuerdo a estas circunstancias, Argentina debió pasar, en una década, del autoritarismo a la democracia y de una economía dirigida a una economía regida por las leyes del mercado y, como si ello fuera poco, insertarse en el complejo contexto mundial.
Todos los aspectos enunciados generaron en el plano social resultados muy costosos, que Rofman y Romero resumen en tres procesos: 1) el explosivo crecimiento del desempleo y el subempleo estructural; 2) las tendencias cada vez más desalentadoras en las condiciones de vida de la población; 3) una distribución del ingreso con un perfil de creciente regresividad. Se destaca, además el aumento del número de habitantes bajo la línea de pobreza, llegando al año 2002 a cifras realmente escandalosas, y el incremento de pérdida de empleos estables de los trabajadores, ya sea de empresas privadas, privatizadas o de entes estatales que respondieron a la política de "achicamiento" del Estado. Se produce una "polarización social" entre los más ricos y los más pobres (se observa la vigencia de dos países: uno rico y minoritario y otro pobre, altamente subdesarrollado y mayoritario). Hay una disminución de la hasta entonces importante clase media argentina, muchos de los cuales comienzan a integrar el sector de los llamados "nuevos pobres". Desaparecen numerosas empresas, especialmente PYMES, comercios (hasta aquellos tradicionales, de muchas décadas de existencia, de tradición familiar). También se producen impactos sobre el territorio, modificando características regionales tradicionales, aunque no en forma fundamental, pero, tal como lo destaca Rofman (Op. Cit. Pág. 324), refiriéndose a la región Centro-Litoral, "redujo el peso de la región más desarrollada del país".
En cuanto a las migraciones, éstas cobran nuevas características. Se producen desde zonas deprimidas a capitales de provincia. En las ciudades se marcan los contrastes entre áreas degradadas: villas, y al mismo tiempo áreas con signos de riqueza, con símbolos como los "shopping " en el comercio y los "country" como áreas residenciales de lujo. La nueva configuración social en el proceso de las migraciones muestra en principio, como muy evidente, una significativa "exclusión social" que es una de las causas generadoras de las migraciones, especialmente de la empobrecida clase media, que opta por buscar nuevos horizontes en aquellos países de origen de sus padres y abuelos: Italia y España; en Estados Unidos y hasta en Australia. Resulta interesante destacar que quienes migran no son justamente aquellos más pobres, puesto que ellos están totalmente inhibidos de hacerlo por falta absoluta de medios. Migran aquellos que, a pesar de sentirse excluidos, aún pueden pensar en buscar nuevos horizontes en otras partes del mundo, cosa que puede concretarse o no, según las circunstancias.
En este contexto institucional y socioeconómico de la Argentina se produce a partir de 1960 la inversión del flujo migratorio entre ella y los países europeos. La etapa se caracteriza por el ingreso de población proveniente de los países vecinos y Perú, como ya se ha expresado. Hay una primera etapa de inversión de los flujos migratorios, que no resulta importante en cuanto a volumen, pero sí en cuanto a cualificación de los emigrados. Todo comienza el 28 de junio de 1966, cuando las Fuerzas Armadas destituyen al Presidente Arturo Illia y al día siguiente jura como presidente de la Nación el Teniente General Juan Carlos Onganía. El 29 de julio de 1966 el Poder Ejecutivo Nacional promulga la Ley 16.912 que pone bajo su cargo a las Universidades Nacionales y sus respectivas Facultades. La policía ingresó a las Casas de Altos Estudios y actuó con inusitada violencia contra estudiantes, profesores, consejeros académicos y autoridades universitarias que resistían dentro de los claustros, en la llamada "noche de los bastones largos". Centenares de estudiantes fueron encarcelados y, es entonces, cuando se produce un masivo éxodo de profesores y valiosos científicos hacia el exterior. Comienza así la etapa denominada "fuga de cerebros". En esta época también se inicia un acentuado éxodo de técnicos, especialmente hacia Estados Unidos.
Bertoncello y Latteshan analizado diversas fuentes para calcular la migración internacional de argentinos, poniendo en evidencia la deficiencia de las mismas, especialmente las relativas a los registros censales de 1960, 1970, 1980 y concluyendo que, los Registros de entradas y salidas, a pesar de ser imperfectos e incompletos, las cifras resultantes y las estimaciones son las más factibles. Toman en cuenta datos desde 1955 hasta 1984, teniendo como fuentes movimientos de ingreso y egreso de personas, Dirección Nacional de Migraciones de Buenos Aires. Entre 1977 y 1981 no hay datos oficiales, pero sí estimados. El saldo de egresos entre 1955 y 1984 es de 433.099, al cual si se le suma el saldo estimado de máxima entre 1977 y 1981, da como resultado 687.494. Si se le suma el saldo estimado de mínima se contabilizan 552.009 personas. (Op.Cit., Pág. 70). Con respecto a los destinos se destaca la gran cantidad de argentinos censados entre 1970 y 1980 en EEUU, Paraguay, Brasil, Israel y Chile. (Op. Cit. Pág.98). Lattes concluye, según los censos del exterior, que hacia 1980, aproximadamente el 22% se había radicado en los EEUU; 41% en los países vecinos: Bolivia, Paraguay, Uruguay, Brasil y Chile y el resto sobresalía en Inglaterra, Israel, Venezuela y España (Op. Cit. Pág.141).
Resulta interesante destacar que hay una cantidad apreciable de argentinos que van hacia EEUU y hacia países desarrollados europeos a realizar posgrados y luego no regresan, porque son recursos altamente calificados que estos países incorporan en su mercado de trabajo en sectores gerenciales altos o en instituciones académicas y de investigación científica.
La migración de técnicos y profesionales se había iniciado en 1955 y se fue acentuando con el paso de los años y la alternancia en Argentina de gobiernos civiles y militares. Para 1965 (antes del golpe militar que desencadenó la "noche de los bastones largos") ya la prensa argentina calculaba en cifras superiores a 20.000 los técnicos y científicos radicados en el exterior. La diferencia en los salarios y en los medios para la investigación científica ayudaron a la pérdida de esta población.
En la etapa de la última dictadura militar (1976-83) se produce una emigración masiva denominada "éxodo político", que se va a radicar en diversos países, entre los cuales están los europeos y que se calcula del orden de los 30.000 ó 40.000. Es una migración de alta calificación, especialmente de profesionales o estudiantes universitarios que culminaron sus estudios en los destinos, incorporándose a su mercado laboral.
Sara Pallmacalcula que para 1970 costaba entre 20.000 y 25.000 dólares preparar a cada profesional que nos abandona, asegurando que en realidad lo importante sería medir lo que perdemos por los beneficios que estos profesionales darían si estuvieran trabajando en el país. Para esa fecha, ya la autora, con excelente visión de futuro expresaba: ..."si se agrava la situación laboral en Argentina con pérdida de las posiciones adquiridas y por otro lado, se diera una mejora en la demanda en el mercado internacional, la emigración adquiriría un volumen mayor, como lo revelan las actuales intenciones de encuestados". ( Op.Cit. Pág.60). En este punto cabe reflexionar que así como para el Estado argentino la formación de un profesional es muy costosa, también este mismo Estado debiera pensar en su responsabilidad como para crear las condiciones adecuadas para saber retenerlos.
En este proceso hubo retornos hacia Argentina, como en toda migración, especialmente con la recuperación de la democracia a partir de 1984 y se intensificaron en la etapa de estabilidad económica a partir de mediados de 1992. En muchos casos estos retornos fueron temporarios, al ver que la situación en el país no era óptima y no había una sensación de mejor futuro. Se producen entonces reemigraciones.
Con respecto a España se destacan los lazos culturales, siendo este antecedente un elemento muy interesante para tener en cuenta como inicio de las redes de relaciones sociales que potencializarán este destino posteriormente. Hay relatos orales que confirman este hecho y en muchos casos el escenario receptor son las Islas Baleares.
Se puede identificar el comienzo del llamado "éxodo económico" en la etapa hiperinflacionaria comprendida entre 1989-1991, aunque como ya se ha expresado no es generado exclusivamente por causas económicas. Entre 1992 y 1996 se producen retornos debido a la estabilidad de la moneda, pero en muchos casos esos retornos son temporarios y se produce nuevamente la reemigración. La movilidad territorial se va incrementando a partir de 1998, convirtiéndose en un verdadero éxodo que se agudiza en el período 2000-2002. Resulta interesante destacar que los recién llegados, empujados por la crisis, no son bien acogidos por los migrados en etapas anteriores y al mismo tiempo los recién llegados también quieren diferenciarse de los que habían llegado precedentemente, dada la imagen negativa que muchos de ellos han dejado en los nuevos destinos. De todas maneras funcionaban las redes de relaciones sociales activadas por razones de parentesco y amistad, incrementando el flujo también como causa de emigración. No son solamente factores económicos los que mueven a emigrar, se le suman aquellos relacionados con la búsqueda de tranquilidad, mayor seguridad en todos los ámbitos y muy especialmente una percepción generalizada de falta de futuro para los jóvenes, a la que se le suman luego familias jóvenes con niños y padres de los jóvenes que se habían marchado en la primera etapa del proceso migratorio.
El imaginario del argentino en la mayoría de los casos idealiza esta situación, pensando que la "salida por Ezeiza" será la solución a todos sus males. Pero en realidad no tiene en cuenta una serie de factores, como son las leyes de los países receptores, la integración al mercado de trabajo en ellos, la problemática de la vivienda y otras situaciones derivadas que complican la vida del migrante, que no es tan fácil como se la piensa desde los espacios sociales de origen. Ese "imaginario" de la población desde el espacio de la crisis es realizar una "elección", que en realidad comienza siendo una "opción" de irse del país para lograr vivir plenamente, para poder sobrevivir si la situación es angustiosa cuando se trata de un desocupado, para buscar tranquilidad y seguridad ante el aumento de la violencia, para encontrar un lugar en donde se pueda pensar en el futuro, para huir de la tristeza que implica convivir con un porcentaje abrumador de pobres, para superar la depresión que implica la pérdida de proyectos a corto y más aún a largo plazo. Ello cobra fuerza con las noticias que reciben a partir de familiares y amigos que ya han migrado, que a veces no concuerdan con la realidad, pues en general se difunden las ventajas y los logros y se ocultan las dificultades.
2- Los Datos. Argentina y su población...una breve referencia.
La República Argentina de acuerdo al Censo Nacional de Población de 1991 tenía 32.615.386 habitantes. El Censo de 2001 registró 36.027.041, es decir, una variación porcentual del 10,5%, según los datos proporcionados por el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos). Esta población está muy irregularmente distribuida por el territorio nacional, que cuenta con una superficie de 2.780.400 kilómetros cuadrados, lo que implica una densidad de 13 habitantes por kilómetro cuadrado. Como se aprecia, ni la cantidad absoluta de población, ni su crecimiento constituyen un problema para el país.
La desigual distribución muestran una región que concentra las mayores densidades en una "zona en forma de semicírculo con centro en la Capital Federal, abarcando un área importante de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, es decir , en la Región Pampeana" ... La mayor densidad se ubica en la Capital Federal, con 13.647,3 habitantes por kilómetro cuadrado. La provincia con mayor densidad es Tucumán, por su escasa superficie (59,1 hab/km cuadrado), Buenos Aires con 44, 7 hab. /Km cuadrado (es la de mayor superficie: 307.571 km cuadrados); en tanto que la provincia de Santa Cruz registra 0,8 hab./km cuadrado. Estos datos son interesantes, como preliminares al análisis de los datos de la crisis por la que atraviesa el país.
3- Se desata la crisis y los números crecen...
De acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC), entre octubre de 2001 y mayo de 2002 el número de pobres aumentó en 1.547.000 personas, afectando al 42,6% del total de la población. Estos son datos oficiales, en tanto que consultoras privadas daban datos superiores.
A fin de ejemplificar que la crisis ya se estaba viviendo desde varios años anteriores se exponen datos del Partido de La Plata, según la Encuesta Permanente de Hogares- INDEC:
Mayo 1998:
Total de hogares: 217.756
Hogares pobres: 29.698 13%
Hogares indigentes: 6.822 3,1%
Octubre 2001:
Total de hogares: 220.993
Hogares pobres: 39.152 17,7%
Hogares indigentes: 9.873 4,5%
Mayo 2002
Total de hogares 215.000
Hogares pobres 45.123 21%
Hogares indigentes 11.493 5,3%
Si consideramos la cantidad de población afectada en estos hogares, se pasa en números absolutos de 133.473 personas en mayo de 1998 a 208.788 en mayo de 2002, es decir que casi se duplica la cifra de platenses bajo la línea de pobreza. En porcentajes se pasa de 19,2 a 28,6% de la población. Pero además se estima que hay un 5,3% de la población que es indigente. Por lo cual 2 de cada 10 (20%) de hogares no llegaban a cubrir una canasta mínima de alimentos, bienes y servicios. Hay dos elementos para destacar: 1) Se ha triplicado la cantidad de gente que asiste a los comedores comunitarios en el último año, en donde niños, en algunos casos acompañados por sus padres reciben una única comida diaria. 2) Ha disminuido el número de hogares debido a la imposibilidad de pagar un alquiler, por lo cual muchas familias jóvenes se integran al hogar paterno o conviven con amigos.
Antes de continuar con el análisis de la situación conviene aclarar algunos conceptos, que podrán dar una idea de que la crisis es mayor a la reflejada por los números. Para mayo de 2002 el INDEC definía población debajo de la línea de pobreza a aquellos cuya canasta familiar básica de alimentos, bienes y servicios era de 170 pesos (alrededor de 50 euros), en tanto que cálculos privados establecían 193 pesos (poco más de 50 euros). En tanto que población debajo de la línea de indigencia es aquella que cuya canasta familiar de alimentos era de 69 pesos (menos de 20 euros). Cálculos privados establecían 81 pesos (poco más de 20 euros). También es necesario destacar que para ser considerado "desempleado" para el INDEC hay que cumplir con dos condiciones: 1) no haber trabajado ni 1 hora en la semana anterior a la que se hace la encuesta, 2) haber buscado empleo activamente. Si la persona no buscó empleo porque no tiene dinero o está desalentado, no es desempleado, es "inactivo".
Otros datos para el mes de junio de 2002 indicaban que los precios (INDEC) subieron 25,9% en los primeros cinco meses del año.
La Consultora Equis (Sociólogo Artemio López), en un artículo publicado en el Diario El Día (6/6/02) calculaba para ese mes que en la Argentina 19 millones de habitantes se ubicaban bajo la línea de pobreza por el alza de precios y el aumento del desempleo, que afectaba ya al 25% de su población activa. Del total de 19 millones, 7 millones están por debajo de la línea de indigencia, (21% de la población).
Se destacaba que el 70% de la población del Gran Buenos Aires es pobre, de los cuales el 30% es indigente. Como causas de esta situación se mencionan la inflación, la caída del empleo y la caída del ingreso.
Para mayo de 2002 se informaba que la actividad industrial había caído en los primeros cinco meses del año 15,4%, según datos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), siendo los sectores más afectados la industria automotriz, metalmecánica, minerales no metálicos, textiles, alimentos y bebidas. También destacan que la actual recesión lleva 29 meses de duración, es decir más de dos años. La caída durante ese período es del orden del 25%, lo cual indica un retroceso industrial de 11,2% anual.
En sólo un año se perdieron 1 millón de puestos de trabajo, afectando no sólo a la industria, sino también al comercio y a la construcción. Hay que considerar además que cada año hay un promedio de 250.000 jóvenes que intentan ingresar al mercado de trabajo.
La Encuesta Permanente de Hogares (INDEC) reconocía en el mes de julio, para una encuesta realizada en mayo, que la desocupación récord alcanzaba el 21,4% de la población activa (25% para consultoras privadas, como ya se ha expresado). Para el INDEC había 3 millones de personas desocupadas y otros 3 millones subempleadas, concluyendo que en el país había 6 millones de personas con problemas laborales, que corresponden al 45% de la población económicamente activa, aumento considerable, si se tiene en cuenta que para octubre de 2001 el porcentaje era de 34,6% y en mayo 2001 había sido de 31,3%.
Para especialistas del ámbito privado las cifras son mayores, debido a la estructura metodológica aplicada por el organismo oficial (INDEC), llegándose a estimar que la desocupación real llega al 30%, de los cuales 22% son desempleados, un 5% vive haciendo "changas", es decir, trabajos circunstanciales y un 2% ya no busca empleo debido a dos factores: el desaliento ante la búsqueda infructuosa y el costo que implica la búsqueda, que no pueden afrontar.
Hay que puntualizar que el 90% de la caída del empleo corresponde, en el año 2001-2002 al sector privado. El salario medio del trabajador industrial cayó alrededor del 37%. El 6% de los trabajadores ganan menos de 100 pesos por mes (alrededor de 30 euros), en tanto que el 21,7% de la población tiene ingresos inferiores a 200 pesos y el 50% gana menos de 400 pesos (poco más de 100 euros), siendo el salario medio de 540 pesos. Pero no solamente estos salarios corresponden al sector industrial, ya que un empleado en un estudio jurídico, con bachillerato completo y estudios universitarios en curso, trabaja seis horas diarias y cobra 200 pesos. En tanto, una empleada en una tienda trabaja seis horas diarias, con turno doble los sábados y cobra 400 pesos (generalmente se exige bachillerato completo), a ello se suma la irregularidad de que la mayoría son jóvenes que no están contratados como establece la ley, por lo cual no hacen aportes jubilatorios, carecen de obra social para la atención médica y de todos los derechos establecidos por las leyes laborales.(Datos 2002-2003; encuesta propia).
El 38,4% de los trabajadores (más de 3 millones) se desempeñan "en negro", ganando entre 40 y 50% menos que los que están en blanco. La situación de crisis genera formas de explotación, ya que se aceptan todas estas condiciones por el sólo hecho de tener trabajo.
La demanda de trabajo es tan intensa que genera enormes colas, generalmente de jóvenes, ante algún pedido de mano de obra. En el Diario El Día de la ciudad de La Plata se publicó el 18 de febrero de 2003 una nota titulada: "Hasta abogados y contadores por un puesto de cajero". El artículo destaca que se presentaron alrededor de 700 personas que realizaron una cola de varias calles de extensión, ante la solicitud de recursos humanos para desempeñarse como cajeros en un supermercado que abrirá próximamente sus puertas y lo curioso de la situación es que se solicitaba como condición, tener bachillerato completo; sin embargo el perfil de los aspirantes mostraba abogados, arquitectos, visitadores médicos, contadores, radiólogos y estudiantes universitarios avanzados..."hace un año que estoy buscando trabajo. Como de mi carrera no encuentro un espacio vine a probar suerte acá. Ahora ya no me importa si es de lo mío"... (Paula C.; arquitecta); otro aspirante, estudiante de abogacía declaraba: ..."necesito el dinero porque de lo contrario no puedo seguir con la carrera"...
La desocupación aumentó más en el interior del país que en el Área Metropolitana, en ésta la subocupación crece más que el desempleo (los cartoneros son considerados subocupados...). La desocupación afecta más a los hombres y a los jóvenes. El mayor desempleo se encuentra:
1. entre los 15 y 19 años----------46,1%
2. entre 20 y 34 años--------------24,8%
En esta última franja se encuentran los jefes de hogares, por lo cual la cifra es récord.
Por primera vez desde la década del '90 la tasa de desocupación es mayor entre los varones. El 23,2% de los hombres están sin empleo, en tanto que el 20,1% corresponde a las mujeres. Los hombres perdieron empleos por la destrucción de la industria, de los transportes y el descenso en la construcción. La mujer ha conservado más sus empleos en salud, educación y servicios sociales, aunque se destaca que ha habido una importante pérdida de empleos entre el personal doméstico.
Hay 1.200.000 desocupados en Capital Federal y Conurbano, de los cuales el 63% son hombres y el 37% son mujeres. En la misma región hay 1.141.800 personas subocupadas. Además de 4.170.000 ocupados, 2.303.000 personas (55%) tiene empleos precarios.
La mitad de la población de ciudad de Buenos Aires y Conurbano es pobre y en el segundo cordón del Gran Buenos Aires la pobreza alcanza el 59,2%, pero si se consideran a los menores de 14 años se llega al 80%.
En la década del '80 los jefes de hogar desocupados eran de 3%. En la década de los '90 era de 8%. A partir de esta década mucha gente que se desempeñaba en empresas públicas que se privatizaron perdieron sus empleos y a partir de 1998 comienza la recesión y destrucción masiva de empleos que llevó a la escandalosa cifra récord de casi 20% de jefes de hogar desocupados.
En un año se generaron 6.156.000 nuevos pobres, a razón de 16.865 por día, 702 por hora ó 12 por minuto, y dentro de estos números el grueso corresponde a indigentes.
En mayo de 2001 el 35,9% de la población era pobre y en mayo del 2002 había crecido al 53%, calculándose que para agosto de 2002 alcanzaría el 56%, es decir un poco más de 20 millones de personas, destacándose que la indigencia se duplicó en doce meses. Los índices del INDEC para el mes de agosto de 2002 eran de 53% de población viviendo bajo la línea de pobreza (18.500.000 habitantes), de los cuales 8.700.000 son indigentes (24,8%), considerando bajo la línea de pobreza los hogares integrados por cuatro personas, matrimonio y dos hijos y que recibieran menos de 650 pesos por mes (establecido para el mes de mayo). Pero en la realidad más gente gana menos, por reducción de horas extras o reducción de las horas normales de trabajo (media jornada), o suspensiones.
Desocupación en la Provincia de Buenos Aires
Estimación de desempleo
Junio 2002
Bahía Blanca entre 24,6% y 25,8%
Gran La Plata entre 21,9% y 23,1%
Mar del Plata-Batán entre 25,9% y 27,2%
Partidos del Conurbano entre 25,6% y 27,2%
Fuente: CEB en base a INDEC. Diario El Día, 14-7-02
Para revertir estas cifras se calcula que se tardará más de una década.
Las causas de dicha situación son:
-el aumento de la desocupación.
-destrucción del empleo.
-crecimiento del empleo precario.
-devaluación del peso ( se pasó del valor del dólar de 1,40 a casi 4 pesos en pocas semanas).
-caída de los salarios nominales.
-fuerte aumento de los precios de productos básicos (30% en un año).
Las consecuencias afectan a toda la población, en especial a los sectores más pobres, pero también a una clase media que se encuentra cada vez más empobrecida, que busca empleo en "bolsas de trabajo" que siempre estuvieron vinculadas a los más pobres, como puede ser la de Cáritas. Según un informe de esta institución en La Plata, para julio de 2002 recibió 2.700 inscripciones, de las cuales 25% corresponden a profesionales. Cabe destacar que la media de inscripciones históricamente fue de 500.
Hay una imposibilidad de acceder a créditos para los sectores medios, pérdida de sus ahorros por la imposibilidad de recuperarlos (corralito) y empobrecimiento generalizado.
Las consecuencias son sumamente negativas para la posibilidad de desarrollo de las generaciones futuras debido a las deficiencias de la alimentación, sanitarias y educativas para un amplio sector de la población. Entre las consecuencias más dolorosas se puede mencionar el aumento de los índices de desnutrición. Algunos estudios calculan que más del 60% de los niños argentinos de hasta cinco años son pobres como consecuencia de la desnutrición y falta de cobertura de salud. 1.400.000 niños de hasta cinco años viven en la pobreza (para noviembre de 2002 se calculaban 2 millones) y 450.000 madres embarazadas están en la misma situación.
Hay un 60% del total que se ve afectado por la falta de cobertura en salud y el 20% por desnutrición. También se calcula que el 20% tiene insuficiente peso al nacer. Todos estos elementos los ubica en sectores de alto riesgo, incidiendo en el aumento de tasa de morbilidad y mortalidad, como así también en un retraso intelectual. Se calcula que un 20% no asiste al Jardín de Infantes.
Según datos de UNICEF, uno de cada dos niños argentinos menores de dos años sufre anemia, es la "desnutrición oculta", como consecuencia del consumo de harinas y falta de componentes básicos para el crecimiento (lácteos, carnes, verduras, frutas, huevos).
También las mujeres en edad fértil están anémicas, entre el 20 y 25% y las adolescentes entre 10 y 15%. En tanto los valores suben al 50% entre las embarazadas. En cifras absolutas hay 8 millones, entre niños y mujeres, con deficiencias de hierro, situación preocupante porque afecta el rendimiento escolar y disminuyen las defensas inmunológicas, haciendo vulnerables a los niños a las infecciones.
Un estudio realizado en el Gran La Plata por el CEREN (Centro de Estudio de Rehabilitación y Desarrollo infantil), dado a conocer en el mes de agosto 2002 (Diario El Día, 27-8-02) determinó que el 37,5% de los niños menores de tres años evaluados tiene problemas de desnutrición. De ellos, el 66,6% padece desnutrición crónica y el 33,4% desnutrición aguda. Se traducen estos datos en problemas de crecimiento, de menor capacidad física e intelectual y de padecimiento de graves parasitosis entre otros males.
También se produce el abandono escolar de una proporción muy importante de niños y adolescentes, hecho directamente relacionado con la pobreza y la indigencia. Muchos abandonan para integrarse al trabajo informal y otros porque no tienen medios , pues les faltan cuadernos, lápices o zapatillas para asistir a la escuela. El 79,3% volvería a estudiar si tuvieran los medios para hacerlo. La mayor deserción se aprecia entre los 15 y 18 años. Muchos de los niños menores no abandonan porque el estar integrado al sistema escolar les asegura una comida diaria o la copa de leche que el comedor de la escuela les ofrece.
Casi 1.200.000 jóvenes no trabajan ni estudian, hecho que entre otros males, puede favorecer el aumento de la delincuencia juvenil.
El 58,9% de los que viven en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano no terminó el colegio secundario y sólo el 28% tiene la primaria completa. Entre los que están por debajo de la línea de pobreza los indicadores se agravan: 76,9% no terminó el bachillerato y el 40% de ellos sólo cursó el nivel primario. Esta problemática aumentó en un 25% en los últimos 3 años, en un país que se destacaba por sus índices de alfabetización.
En la Provincia de Buenos Aires se calcula que 100.000 adolescentes abandonaron el Polimodal en el año 2002 (25% del total), según SUTEBA (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos Aires), aunque desde el ámbito oficial sólo se reconocen 39.000.
Pero el problema también llega al ámbito universitario. Un estudio realizado por la Prosecretaría Estudiantil de la Universidad Nacional de La Plata, el 24% de los 89.000 estudiantes de esta casa de altos estudios disponen de 100 pesos por mes para estudiar y afrontar gastos de subsistencia. Otro 24% cuenta entre 200 y 300 pesos (el máximo corresponde a menos de 100 euros) para afrontar gastos de vivienda, alimentación y apuntes (fotocopias). La alimentación es precaria, por lo cual los Centros de Estudiantes han diseñado un menú económico en algunas facultades. El Centro Regional Universitario Bariloche de la Universidad del Comahue reveló que el 10% de sus estudiantes ingieren una sola comida diaria y por ende padecen una insuficiencia alimentaria. La deserción en el ámbito universitario también es muy alta.
Otras de las consecuencias es el colapso de los centros de salud públicos, ya que aumentó el número de pacientes que pertenecían a clase media y antes tenían obra social, por lo cual en estos centros los presupuestos no alcanzan para proveerse de los elementos básicos para una atención digna. Al mismo tiempo ha disminuido notablemente el número de pobres estructurales que asistían a estos centros, por falta de dinero para llegar hasta ellos (no pueden afrontar el gasto de transporte), y por la falta de leche y medicamentos que antes se entregaba en los centros. Recién en el mes de agosto de 2002 se empezó a regularizar la situación en cuanto a la entrega de leche y a fines de octubre la de medicamentos, por ello la mayor deficiencia se da en el primer trimestre. Es decir, que en las salas (centros de salud) municipales de La Plata pasaron seis meses sin medicinas...y esto solamente considerando un municipio de la provincia de Buenos Aires, en donde está situada la capital de la provincia más importante de la Argentina.
También la crisis ha afectado a la Educación en su totalidad y en lo que se refiere a la universitaria, los problemas son muy graves por la demora en el envío de los fondos necesarios para su funcionamiento.
Otra consecuencia es el aumento de asentamientos precarios (villas), tanto en la Capital Federal como en el Conurbano. Muchos de ellos proceden de clase media, que no han podido seguir pagando el alquiler de sus viviendas.
Han crecido los hogares liderados por mujeres, aumentando la cantidad de divorciadas, separadas y madres solteras, atribuyéndose este crecimiento al impacto de la crisis sobre las relaciones afectivas, al aumento de desocupación entre los hombres y a la maternidad precoz.
El desplome del empleo industrial afectó primero a los puestos de trabajo de menos preparación y luego a los de alta calificación. Pero se ha vislumbrado en los últimos meses del año 2002 una incipiente reactivación en la producción de algunos sectores industriales. Algunas industrias incrementan sus exportaciones, beneficiadas por la diferencia cambiaria y en otros casos hay sustitución de importaciones, con signos de recuperación en aceites y subproductos, productos químicos básicos, actividad siderúrgica(especialmente aluminio), materias primas plásticas, caucho y neumáticos.
También se debe consignar que según datos del INDEC publicados en diciembre de 2002, pero que corresponden a la Encuesta Permanente de Hogares realizada en el mes de octubre, bajó la desocupación a 17,8%. Da cuenta de 2.509.000 desempleados y 2.321.000 subempleados, siendo el porcentaje de subocupación de 19,9%. Los índices siguen siendo altos y la desocupación bajó por efecto de los planes sociales desarrollados por el gobierno (Jefes y Jefas de Hogar; Plan Trabajar), y no por efecto de una reactivación económica.
4- El "éxodo económico"...una realidad que angustia
Se puede identificar el comienzo del "éxodo económico" en la etapa hiperinflacionaria comprendida entre 1989-1991. Entre 1992 y 1996 se producen retornos debido a la estabilidad de la moneda, pero en muchos casos esos retornos son temporarios y se produce nuevamente la reemigración. La movilidad territorial se va incrementando a partir de 1998, convirtiéndose en un verdadero éxodo que se agudiza en el período 2000-2002. Las redes de relaciones sociales (de parentesco y amistad) entre los emigrados en etapas anteriores y los actuales se reactivan incrementando el flujo, pudiéndose considerar también a dichas redes como causa de emigración. No son solamente factores económicos los que mueven a emigrar, se le suman aquellos relacionados con la búsqueda de tranquilidad, mayor seguridad en todos los ámbitos y muy especialmente una percepción generalizada de falta de futuro para los jóvenes, a la que se le suman luego familias jóvenes y padres de los jóvenes que se habían marchado en la primera etapa del proceso migratorio.
Hay que destacar que se han realizado diversas encuestas para medir la intención de migrar, datos que a continuación se expondrán. Hay que remarcar que la migración puede resultar un gran negocio, por lo cual aparecen empresas que incentivan esta decisión ofreciendo una serie de posibilidades, ya sea en el ámbito laboral como legal para ingresar a diversos países. La propaganda es difundida hasta por correo electrónico, especialmente dirigida a profesionales. También se expondrá sobre estos mecanismos, que muestran una red formal, a partir de la cual pueden desarrollarse redes informales con parientes, amigos y vecinos de un espacio social de procedencia. Estas situaciones recuerdan la acción de agentes reclutando migrantes por los pueblos de los países europeos mediterráneos y en particular por algunos de Mallorca, como ya se ha expuesto al tratar este tema, observándose que son dos hechos simultáneos: acción de agentes y conformación de redes.
En primer lugar se expondrá sobre algunas de las múltiples encuestas que miden la intención de migrar Entre las numerosas encuestas realizados desde diferentes organismos y consultoras privadas se han obtenido los siguientes resultados:
1. Estudio de la FUBA (Federación Universitaria Buenos Aires): para agosto del 2000, el 43 % de los estudiantes universitarios de la UBA pensaba en irse del país.2. Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES): han realizado un estudio muy interesante titulado "Migración desde Argentina" (3-9-2002) con "el objetivo de recabar las opiniones de la población sobre posible emigración dada la situación actual del país de crisis en todas sus instituciones"... La muestra contempla las entrevistas realizadas a 300 personas, mediante un cuestionario basado en preguntas abiertas y cerradas, que tomaban en cuenta variables como: sexo, edad, educación, ocupación, desocupación, lugar pensado, tiene parientes afuera, lugar donde viven los parientes, conocidos viviendo fuera del país, aconsejaría a sus hijos a irse del país, aconsejaría a sus nietos a irse del país, piensa irse algún allegado fuera del país.
El sector de desocupados con un alto nivel de educación es el principal interesado en irse del país. En cuanto a los "destinos más pensados" se encuentran España y EEUU. En general a España la eligen personas mayores, de clase media y desocupados de mediana edad con educación elemental, en su mayoría con parientes ya radicados allí. En el segundo lugar se encuentran los que tienen allegados en EEUU, son de menor nivel educacional, en su mayoría jóvenes. En general a España aspiran irse personas con metas de superación laboral y profesional; mientras que EEUU es la "Meca de las realizaciones monetarias", en especial para los jóvenes. El estudio también demuestra la importancia, en cuanto a porcentajes, de la información, del conocimiento sobre el mundo exterior que adquieren a través de allegados. Ello genera, como se ha expresado anteriormente, el funcionamiento de las redes de relaciones sociales que se suman a la percepción generalizada de que Argentina se ha convertido en un país sin futuro y de la sensación de "bronca", es decir de fastidio ante una situación que se ve de difícil solución debido a la falta de una clase dirigente competente y honesta. A través de la Encuesta se percibe el deseo de abandonar el país con "componentes fantasiosos" en cuanto a las probabilidades de inserción en el mundo laboral de otros países. Alrededor del 20% de los entrevistados están deseosos de abandonar el país.
3. Otras consultoras privadas para el año 2000 daban datos como que el 76% de entre 3.000 jóvenes encuestados querían irse del país; o que 50% de la clase media deseaba hacerlo.Resulta interesante destacar, como resultado contrastante con las conclusiones del estudio realizado por la UCES, que el Diario La Nación publicó un artículo en el que destaca que hacia EEUU migra mayor porcentaje de clase media y alta; clase media hacia España y clase baja hacia Italia. El 43% son jóvenes entre 18 y 24 años; el 29% entre 25 y 34 años; el 22% son "aventureros" de entre 50 y 64 años, que se dirigen en su mayoría hacia España. En cuanto a este último punto se tratará especialmente en el apartado que corresponde a Mallorca, realizando algunas puntualizaciones pertinentes.
Con respecto a la conformación de diversas "empresas", "estudios" "consultoras" que promueven la emigración, se pueden citar, entre muchas, a Can Achieve Consultants Ltd., consultora canadiense situada en la ciudad de Vancouver y que posee representaciones en más de 30 países de América y Asia. Funciona, de acuerdo a su propaganda, desde 1994 y está dedicada a evaluar, asesorar, tramitar y obtener la residencia permanente en Canadá de profesionales y técnicos calificados, así como ayudarlos en su futura inserción laboral. Cuenta con un equipo de abogados, contadores y ex oficiales del servicio de migraciones canadiense. Además de la obtención de la visa, ayudan a los clientes a integrase en su nuevo ambiente económico, social y cultural. También asesoran a inversores y empresarios en la búsqueda de oportunidades para canalizar sus inversiones. Los honorarios dependen de la complejidad de los expedientes.
Otra consultora es "Bermann & Associates" que realiza todas las gestiones para emigrar legalmente a Australia.
También existen "gestores" argentinos que ofrecen obtener la ciudadanía italiana o española haciendo las gestiones correspondientes para la obtención de partidas de nacimiento, traducciones (en el caso italiano), y obtención de otros documentos necesarios. Arman la carpeta con toda la documentación, piden los turnos en los Consulados y ofrecen toda la información que sea necesaria visitando la página web, y por supuesto, para llegar a un acuerdo hay que tener en cuenta los honorarios establecidos.
En un renglón más sencillo se ubican "los coleros", es decir gente que "vive" cobrando una suma de dinero por vender un lugar en la cola que se debe hacer para acceder a los Consulados de Italia y España ubicados en las distintas ciudades de Argentina, a fin de iniciar los trámites, o solicitar turnos de atención, etc. Con estos pocos ejemplos se puede afirmar que la "migración" supone un negocio, y desde ya que lo es, no solamente para las empresas que la promueven, sino también para quienes utilizan una mano de obra, en la mayor parte de los casos ilegal, que acepta situaciones de explotación por el sólo hecho de tener un trabajo y entrever la posibilidad de tener éxito en un futuro, situación esta última que no siempre se logra.
5- ¿Cuántos argentinos han emigrado?
Ante este panorama surge la pregunta: ¿cuántos argentinos en realidad emigraron?. Las cifras son inciertas, difíciles de obtener por diversos motivos entre ellos porque la mayoría sale del país con la categoría de "turista". Algunos de ellos poseen doble nacionalidad por su ascendencia italiana o española y un abrumador porcentaje permanecerá en situación ilegal en el destino. De todos modos se calcula que hay un millón de argentinos viviendo en el exterior. Según datos de la Dirección de Migraciones en el año 2000 salieron por Ezeiza 1.719.768 argentinos y regresaron 1.632.700, lo cual muestra un saldo negativo de 87.068 personas en un año. La situación de crisis se agudizó en el 2001 con cierre de locales comerciales en todas las ciudades del país, cierre de pequeñas y medianas empresas, aumento de la desocupación, culminando con la pérdida de los ahorros por el famoso "corralito", por lo cual la emigración siguió creciendo.
A continuación se detallan algunas cifras significativas de salidas y entradas de argentinos por Ezeiza, aportadas por la Dirección Nacional de Migraciones correspondientes al período 2000-2003, de este último año los datos corresponden a los meses de enero-marzo. La diferencia muestra la cantidad que no regresó. Obsérvese que durante el año 2002 decrecen los egresos, pero también es mucho menor la cantidad de ingresos, por lo cual en este año se aprecia la mayor diferencia.
Año | Egresos | Ingresos | Diferencia |
2000 | 1.719.768 | 1.632.700 | 87.068 |
2001 | 1.662.861 | 1.599.981 | 62.880 |
2002 | 1.049.917 | 960.237 | 89.680 |
2003 (enero-marzo) | 249.859 | 229.187 | 20.672 |
Total: | 4.682.405 | 4.442.105 | 260.300 |
Los destinos preferidos han sido España e Italia, tal como lo demuestran las cifras aportadas por la Dirección Nacional de Migraciones:
España | Egresos | Ingresos | Diferencia |
2001 | 162.710 | 138.002 | 24.708 |
2002 | 122.186 | 76.113 | 46.073 |
2003 (enero-marzo) | 20.857 | 16.115 | 4.754 |
Total: | 75.535 |
Italia | Egresos | Ingresos | Diferencia |
2001 | 62.134 | 54.049 | 8.085 |
2002 | 106.181 | 49.580 | 56.601 |
2003 (enero-marzo) | 16.096 | 10.144 | 5.952 |
Total: | 60.638 |
El hecho más notable y ejemplificador es el número de pasaportes expedidos por los Consulados de Italia y de España. Entre 1998 y 2000 hubo un incremento de 50% entre los que gestionaron pasaporte español; y en el caso de los Consulados Italianos en el año 2000 se accedió a un sistema de sorteo. De todos modos vale hacer la referencia de que no todos los que logran la ciudadanía emigran, se calcula que lo hace alrededor de un 20%. Muchos abuelos y padres hacen los trámites para asegurar el futuro de sus hijos y nietos, reservándola como una última carta. También hay que hacer notar que la mayoría de los que obtienen la nacionalidad italiana y emigran, no lo hacen hacia Italia, sino hacia España, porque son descendientes que no han aprendido la lengua italiana, constituyendo este hecho una barrera más para la integración. En muchos casos llegan como primer destino a Italia, pero pasados algunos meses y ante las dificultades expuestas, se desplazan hacia España; en tanto que la mayoría directamente ingresa y se establece en España.
Cabe acotar que también es una dificultad para la obtención de una cifra más o menos confiable la intensa movilidad de la población, ya que se producen retornos a veces definitivos y en otros casos temporarios que dan lugar a reemigraciones y en esos movimientos de ida y vuelta se complejiza aún más el fenómeno. El ejemplo es el relato de un joven A.M. que vivió en Italia durante dos años, juntó un capital como para instalar un negocio en La Plata. Tenía el dinero en un Banco, mientras organizaba su nueva actividad...y llegó "el corralito". Cuando vio que perdió en una noche todo aquello por lo cual había trabajado tan duramente decidió volver a Italia...y comenzar de nuevo... Este es un claro ejemplo de reemigración, no elegida, prácticamente empujada o forzada. No es el único caso, ya que se han recogido muchos testimonios similares al expuesto, en donde afloran la rabia, el dolor y finalmente la resignación y la aceptación de la situación.
Emigrar no significa no regresar. Siempre está presente la posibilidad del regreso. Algunos se imponen metas: uno o dos años, tal vez cinco. Otros no quieren ni imaginar un regreso. Algunos quieren regresar y no pueden, pues han fracasado y no tienen dinero para el pasaje. Algunos se animan a confesar la verdad a la familia que quedó en Argentina y ellos le ayudan a regresar. Hay quienes fracasan y no lo dicen porque se sienten avergonzados, no regresan porque no quieren mostrar su fracaso. Muchos, a pesar de tener legalizada su situación y haber encontrado trabajo, añoran a su familia, a sus amigos, no logran integrarse al nuevo lugar y al cabo de un tiempo no muy largo regresan. Están los que tienen éxito y van adquiriendo compromisos laborales, vivienda propia, y ya no regresan porque no quieren desprenderse de lo que han conseguido con esfuerzo. Están los que encuentran la "tranquilidad" y ya no quieren perderla. También van tejiendo lazos afectivos, especialmente si son familias con hijos. La gama de posibilidades es muy amplia. Pero siempre está abierta la puerta para el regreso, pues nunca se sabe...y si no, que lo digan aquellos baleares que llegaron a la Argentina en la década 1950-60 y que ahora han regresado a sus Islas de origen.
En cuanto a las consecuencias de este fenómeno, tanto en los espacios sociales de procedencia de los flujos, como en los ámbitos sociales complejos de destino se analizarán al tratar específicamente el caso de la migración de argentinos a Mallorca , en la tercera parte de este trabajo.