XV. Los Operadores de Campo: su experiencia

Un aspecto relevante de la investigación fue dar a conocer las apreciaciones de la labor de los OC que participan en tres organizaciones de la provincia de Buenos Aires localizadas en Monte Chingolo, San Martín y Villa Adelina. Se llevó a cabo un grupo de discusión abierta en cada organización, a partir de lo cual se obtuvieron los resultados que se desarrollan en este apartado conjuntamente con los aportes brindados a partir de las entrevistas en profundidad.

Los OC ocupan puestos con diferentes niveles de responsabilidad que varían de una organización a otra, las tareas que asumen, la carga de actividades y las labores que efectúan presentan diferencias. En las organizaciones, cumplen también la función de responsables, administrativos, preparan reuniones con otros OC, es decir, no sólo se limitan a sus tareas específicas.

Las tareas que desempeñan son múltiples y esquemáticamente se pueden indicar las siguientes:

  1. Organizan la convocatoria (charla pública) para dar a conocer la metodología a potenciales beneficiarias.
  2. Difunden el método y los requisitos para acceder al microcrédito
  3. Coordinan los grupos para la transmisión de la metodología, la elaboración de cada proyecto y la conformación de grupos solidarios de cinco personas.
  4. Realizan los talleres de iniciación para evaluar a los grupos y su posterior entrega de microcréditos
  5. Organizan la llamada Reunión de Centro que permite mantener un vínculo estrecho entre los OC y las beneficiarias y realimenta el sentido de pertenencia del grupo del sistema de grupo solidario. Además, recaudan las cuotas, completan las planillas de asistencia y de pago, firman las libretas de las beneficiarias para su propio control, por lo tanto, se conoce el estado de evolución de una semana de los microemprendimientos.
  6. Monitorean y supervisan a las microemprendedoras realizando visitas en sus lugares de trabajo para conocer en detalle los avances o problemáticas que deben ser solucionadas.
  7. Incrementan el número de beneficiarias del barrio en el método del grupo solidario para darle continuidad al sistema.

La información fue obtenida a partir del relevamiento de tres cuestionarios semiestructurados a las respectivas organizaciones que permitió obtener datos cuantitativos de la estructura organizacional; junto a la realización de seis entrevistas individuales en profundidad donde los OC fueron reconstruyendo su diario quehacer según sus propias percepciones, intereses y obligaciones.

Según lo declarado, los recursos humanos de las organizaciones cuentan con personal rentado y no rentado. Se verificó que el 82% realiza su labor en forma voluntaria y un 18% como rentado del conjunto de las organizaciones. Se señala que la organización de Villa Adelina que comenzó a operar recientemente, desarrolla sus tareas sólo con voluntarios.

Por otro lado, se pudo observar que las tres organizaciones microfinancieras que se analizan varían en cantidad de microcréditos otorgados, siendo la de San Martín la más grande, le sigue Monte Chingolo y por último Villa Adelina; este factor, el tamaño de la institución según cantidad de beneficiarias incide en la cantidad de personal rentado.

El alto porcentaje de no rentados que puede observarse en la Gráfico 1 muestra el alto compromiso de los OC con la labor emprendida puesto que sus actividades son motivadas principalmente, para ayudar a los más necesitados coincidentemente con lo manifestado en las entrevistas en profundidad.

Un rasgo a resaltar es el buen clima de trabajo que se crea entre los OC, donde comparten los problemas que enfrentan las microemprendedoras y los resuelven a partir de su propia experiencia y conocimiento.

La integración entre los OC permite una mayor cohesión grupal entre las beneficiarias y un mayor involucramiento en las tareas operativas.

Gráfico 1

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Fuente: Elaboración propia, 2006.

La cantidad de horas promedio de dedicación de los voluntarios es de tres horas semanales y los rentados alcanzan las veinte horas como mínimo. Sin embargo, pese a las horas promedio dedicadas a trabajo en el barrio, los OC manifestaron que su labor es constante; a partir de lo cual se observa el interés y compromiso de los OC en su tarea con las beneficiarias, debido al vínculo que se establece entre los mismos y al incentivo social que los motiva; deduciéndose que el tiempo de trabajo real de los OC es mayor al estimado.

El rol de los OC es necesario porque vincula a la organización con las beneficiarias; siendo su inserción local importante para la viabilidad de las operaciones crediticias, para detectar a potenciales beneficiarias, mantener la disciplina de pago y hacer cumplir las reglas establecidas. Dicha relación, según lo enunciado por los OC, es personalizada; por ese motivo, se logran conocer aspectos familiares, educativos, laborales, necesidades, factores sociales y psicológicos, etc. Esto demuestra que se establece un vínculo más estrecho que en el sistema bancario tradicional; a partir de lo cual se deduce que esta estrategia crea organizaciones más confiables ante sus beneficiarias.

La vinculación entre los OC y las beneficiarias se construye a partir de las visitas a los microemprendimientos y en los encuentros semanales en la reunión de centro, en la cual recogen relatos de las necesidades y urgencias de las beneficiarias. Esta información es utilizada por los OC para verificar el estado situacional, y destacan que es importante el "oír" a las beneficiarias para conocer su capacidad de pago, lo que garantizará la continuidad. Señalan los OC que la estrecha relación con las beneficiarias a veces, hace que se pierda la objetividad para la evaluación y el monitoreo, lo cual podría perjudicar el reembolso de los créditos.

Se ha corroborado que los OC con dedicación a tiempo parcial no tienen continuidad y en muchos casos abandonan, recayendo sus tareas en otros. La no continuidad en la tarea desestabiliza a la organización requiriendo una reasignación de funciones, hasta la incorporación de un voluntario que muchas veces empieza su rol sin ser entrenado, lo que repercute directamente en las beneficiarias al perder días de encuentros, a tener que contar nuevamente su situación, esto lleva al deterioro y a la frustración porque perciben que no se cumple con lo propuesto. Por ese motivo, las organizaciones, en general, firman convenios con sus voluntarios comprometiéndolos a cumplir un mínimo de tiempo como OC; lo cual garantiza en cierto modo que el impacto negativo de la deserción sea menor.

Cerca del 70% de los OC son profesionales y entrenados en la actividad específica de las microfinanzas, con cierta antigüedad en la institución. Mientras, que alrededor del 30% son exbeneficiarias o jóvenes estudiantes, que provienen principalmente de las Carreras de Ciencias Económicas y de Administración.

Gráfico 2

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Fuente: Elaboración propia, 2006.

Los OC manifestaron que la juventud tiene entusiasmo en la temática, pero, sin embargo, no permanece por períodos largos en la organización; siendo su participación fluctuante.

Los resultados de las entrevistas en profundidad permiten hacer una clasificación de los motivos por los cuales los OC abandonan su tarea:

  1. El entorno laboral negativo, cuya responsabilidad la debe asumir la organización
  2. La falta de reconocimiento: es cuando el voluntariado no siente que se aprecie el trabajo que efectúa y se siente que no se da importancia a lo realizado
  3. La existencia de demasiados obstáculos y la carencia de recursos para superarlos: principalmente porque hay burocracia en la estructura organizacional
  4. La ausencia de oportunidades de capacitación que los voluntarios demandan
  5. La falta de retribuciones justas junto a la no aplicación de incentivos, como bonificaciones al reconocimiento de su labor
  6. La no buena comunicación entre voluntarios y la organización institucional

Se comprueba a partir de los datos obtenidos que existe entre los OC de las organizaciones analizadas, un estereotipo que cumple los siguientes patrones: mayoritariamente son mujeres, de profesión docente, poseen vínculos con la Iglesia Católica, realizan su trabajo en forma voluntaria, viven fuera de los barrios y tienen permanencia en la tarea.

Pese a este patrón, se destaca que las organizaciones de San Martín y Monte Chingolo han incorporado como OC a ex–beneficiarias que viven en el barrio y son reconocidas como líderes, y demuestran que su desempeño en la tarea impacta positivamente, logrando un mayor éxito en cuanto a la captación de beneficiarias, una mejor asistencia en la reunión de centro y en el pago de cuotas a término. Se logra una mayor comunicación fluida y una mayor empatía. Por otra parte, realizan visitas con mayor frecuencia a las atrasadas en el pago, comprenden sus realidades y pueden sugerir soluciones más acertadamente. Esto indica que el rol de los OC llevado a cabo por personas del mismo barrio permite obtener una mayor llegada a las microemprendedoras con resultados más eficaces. La consecuencia negativa es que al haber sido pares en el pasado, a muchas mujeres les cuesta aceptar el nuevo rol ex-beneficiarias como OC y se producen ciertas confrontaciones que deben ser solucionadas por los responsables.

Los OC han manifestado que es difícil alcanzar los objetivos, pues los logros de las microemprendedoras rápidamente se desvanecen por nuevos problemas a solucionar, por lo demandante de la tarea de seguimiento y por las precarias condiciones en que viven las beneficiarias y sus familias.

Los intereses que motivaron a los OC para vincularse son diversos; sin embargo, han manifestado como prioridad la necesidad de "hacer una sociedad más justa" o "mejorar la sociedad". En lo que respecta a logros personales mencionan que "la tarea de OC enriquece como persona" y "brinda grandes satisfacciones". Como se puede advertir, la motivación para ser OC se basa en objetivos sociales, pero no consideran lo arduo de la función a la que se comprometen, la constancia que se necesita y lo lento en la obtención de resultados, sin dejar de mencionar la insuficiente o nula retribución económica, que provoca el desánimo y su posterior alejamiento.

En todas las organizaciones analizadas se identificó que el desarrollo de las tareas en el barrios es ejercida por dos OC, esto se fundamentó "para evitar los errores y enriquecer el debate con las beneficiarias" (Rocío de Monte Chingolo) y porque "se agiliza la reunión de centro, ya que mientras uno completa los formularios con el pago de las cuotas, el otro OC escucha el desarrollo de los microemprendimientos durante esa semana" (Noemí de San Martín). Indudablemente, el crítico entorno social y familiar en el que se encuentran las beneficiarias produce en las reuniones de centro que no sólo narren éxitos y dificultades de sus microemprendimientos, sino que afloran los problemas, muchas veces cotidianos, de violencia familiar, desnutrición, alcoholismo, drogadicción, deserción escolar, carencia de alimentos y falta de ánimo para seguir luchando.

"Nosotros como organización pertenecemos a dos redes, que nos brindan información sobre microcrédito; además, estamos en contacto con otras organizaciones que también trabajan en el barrio" (Juana de San Martín). La propuesta de trabajar en red dentro de la comunidad entre las diferentes organizaciones que ejecutan programas específicos, permite abarcar y dar soluciones a mayor cantidad de inconvenientes que demandan las beneficiarias y su grupo familiar, además garantiza que cada entidad no se desvíe de su misión y objetivos. A través de la conformación de una red se logra una economía de recursos y una mayor eficiencia en la operatoria. Por lo tanto, se considera que se debe propiciar el trabajo en red porque el establecimiento de vínculos entre instituciones, permite aprovechar las experiencias y conocimientos, facilita el intercambio de información, logra la coordinación de capacitaciones, incrementa el desarrollo institucional, racionaliza gastos y se fortalece al sector.

El encuentro semanal en la reunión de centro fue concebido para el seguimiento de los microemprendimientos y para mantener la pertenencia grupal según lo planteado en la metodología, además de la recolección de las cuotas. Sin embargo los OC han manifestado que "es un problema mantener el interés de las beneficiarias para que asistan a la reunión de centro ya que se aburren y consideran que pierden el tiempo, por eso muchas veces envían el dinero de la cuota por algún familiar" (Rocío de Monte Chingolo). Esto comprueba que el rol del OC es importante en cuanto al funcionamiento de la organización. Su formación en el manejo de grupos permite mantener la cohesión grupal y el interés por asistir al encuentro semanal.

En el mayoría de las organizaciones el encuentro semanal se planteó como un problema pues la participación e involucramiento de las beneficiarias decae rápidamente por el desinterés de contar sus avances y problemas ante todo el grupo y la reunión se reduce a un trámite para el cumplimiento del pago de la cuota. Esto marca una debilidad en la metodología, que debería ser reelaborada para obtener los resultados esperados.

La metodología solidaria es respetada por los OC al considerar que "correrse es caer en errores a veces difíciles de salvar" (Rocío de Monte Chingolo) y "todavía estamos aprendiendo el manejo de la metodología por eso no sentimos más seguros siguiendo todos los pasos" (Nancy de Villa Adelina). Pese a que hay aspectos metodológicos que deben corregirse, los OC se sienten resguardados al cumplir con los pasos prefijados.

En síntesis, el perfil de los OC es que sean personas extrovertidas, con llegada a la gente, preocupadas por el desarrollo de las actividades e interesadas en tratar de tener un vínculo más cercano con las beneficiarias, es decir, pueden crear relaciones, interesarse por los problemas cotidianos de las beneficiarias y preocuparse por las mejoras del microemprendimiento.

Por último, se destaca que el funcionamiento de las organizaciones varía según la formación de los OC especialmente a partir del conocimiento de técnicas grupales, del tiempo dedicado a la tarea, o sea, la permanencia diaria en el barrio, a que residan en el barrio, y también a la capacidad de involucrar a las beneficiarias en el sistema.