VI. Estudio sobre las organizaciones microfinancieras y sus beneficiarias

En este apartado se realiza un estudio sobre la caracterización de las organizaciones microfinancieras y sus beneficiarias en la Provincia de Buenos Aires. Los resultados que se presentan constituyen la combinación de datos primarios y secundarios. La obtención de los datos primarios se elaboró a partir de un relevamiento efectuado a entidades microfinancieras de la Provincia de Buenos Aires y a partir de una base de datos secundarios realizada por el Fondo de Capital Social (FONCAP SA).

En general, se puede afirmar que la población de bajos recursos que accede al microcrédito está conformada en su mayoría por mujeres. Las que tienen como peculiaridades que son subempleadas, desempleadas o realizan trabajos por cuenta propia, habitan en barrios periféricos o marginales de centros urbanos, con bajos ingresos familiares, poseen escasa calificación, con niveles de escolarización bajo, con familias numerosas y en muchos casos son jefas de hogar.

A partir de la información primaria y secundaria se elaboró una nueva base de datos llegando a un total de 52 organizaciones que realizan sus actividades en barrios carenciados de la Provincia de Buenos Aires, lo que permitió contar con una muestra variada y representativa del sector. Seguidamente, según la cantidad de beneficiarios que posee cada una de las organizaciones incluidas en la base, se efectuó su clasificación denominándolas: Tipo A, Tipo B y Tipo C.

Tabla 2 

Organización

Cantidad de beneficiarias

Tipo A

más de 800

Tipo B

entre 150 a 799

Tipo C

Hasta 149


Fuente:
Elaboración propia, 2006

 

La tipología de las organizaciones fue establecida, como se observa en la Tabla 2, según la cantidad de beneficiarias activas que poseen en su cartera. Se ha obtenido como resultado una muestra (Véase Gráfico N° 1), relacionada con respecto al total absoluto de N = 52 organizaciones, donde el 3,8% de organizaciones se ubica en el Tipo A (NA = 2), el 32,7% le corresponde el Tipo B (NB = 17) y por último, un 63,5 en el Tipo C (NC = 33).

Gráfico N° 1

grafico 1

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

Las organizaciones que se han incluido en la muestra son heterogéneas pues difieren en varios aspectos, en primer lugar el inicio de sus actividades es diferente, es decir, algunas son todavía muy jóvenes y otras ya poseen experiencia en el trabajo dentro del sector; además, implementan metodologías diferentes para el otorgamiento de los créditos y varían en la segmentación del grupo poblacional al cual se destina el crédito.

Las distintas organizaciones para funcionar como microfinancieras adoptan diferentes formas jurídicas.

En la Tabla 3 se puede observar la distribución de las organizaciones según la forma jurídica adoptada.

Tabla 3 

Forma Jurídica

%

OSC

77%

Institución Pública

9%

Entidad Religiosa

6%

Cooperativas o mutuales

4%

Sin forma jurídica

4%

Total

100%


Fuente:
Elaboración propia a partir de datos primarios y
secundarios, 2006.

La gran mayoría se encuentra inscripta como OSC (asociaciones o fundaciones sin fines de lucro), le siguen las instituciones públicas, luego las entidades religiosas y en menor medida las cooperativas o mutuales (6), y por último, aquellas organizaciones que por haberse iniciado recientemente todavía no han obtenido su personería jurídica.

Los servicios financieros ofrecidos por la mayoría de las organizaciones de la muestra, están orientados casi exclusivamente al otorgamiento de créditos para generar un microemprendimiento (servicio, comercio o producción). Asimismo, existen organizaciones que entregan el microcrédito para la realización de mejoras, ampliación o construcción de viviendas. Y un reducido número ha manifestado ofrecer otros servicios financieros, específicamente el ahorro.

Muchas organizaciones sostienen que el servicio de las actividades de las microfinanzas debe estar acompañado de un servicio no financiero. Por ese motivo, el entrenamiento y la asistencia técnica que ofrecen, con diferentes niveles de dificultad; además, de la incentivación para el desarrollo humano de cada persona, el apoyo psicológico o legal, introduciendo una gama de temáticas muy diversas para inculcarles a las beneficiarias un mayor conocimiento sobre el modo de resolver los problemas que enfrentan diariamente las diferencian de las netamente economicistas o financieras.

Dentro del sistema de microcrédito se pueden detallar tres metodologías principales, que ya fueron explicadas previamente: individual, grupal y banco comunal. Paradójicamente, pese a los grandes avances y al gran crecimiento de la implementación del microcrédito siguiendo la metodología del Grameen Bank, el método Grupal es puesto en práctica sólo por el 30% del total de las organizaciones incluidas en la muestra; mientras que este porcentaje alcanza el 70% para la metodología Individual, (Véase Gráfico N° 2). Con respecto a la metodología del Banco Comunal como la misma es muy incipiente en nuestro país no se poseen datos significativos.

Gráfico N° 2

grafico 2

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

Los diferentes tipos de garantías propuestos por las organizaciones se distribuyen del siguiente modo: la Garantía Real alcanza el 59%; le sigue la Garantía Solidaria con un 30% y finalmente, Sin Garantía Material, el 11%.

Tal como puede observarse en el Gráfico N° 3 se registra que el otorgamiento de microcréditos Sin Garantía Material es relativamente bajo en comparación con la Solidaria. Esto podría estar indicando que la joven trayectoria de las organizaciones y de las beneficiarias requiere aún más tiempo para que se asuma la palabra del otro como garantía y así, poder otorgar microcréditos Sin Garantías Materiales para aquéllos que más lo necesitan. Conjuntamente con esto, las organizaciones deberían poner en práctica acciones que posibiliten la ausencia de la garantía material para incrementar las posibilidades de los beneficiarios para acceder al microcrédito e incentivar el crecimiento del sector.

Gráfico N° 3

tabla 3

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

Con respecto a los montos de microcréditos que ofrecen en el mercado las organizaciones, cubren un amplio tramo que oscila entre menos de 300 pesos y puede llegar a más de 1000 pesos. En el Gráfico N° 4 se visualizan los resultados de los montos de los créditos percibidos por los beneficiarios según rangos.

El porcentaje de montos que se entrega inferiores a 300 pesos cubre el 7% del total de las organizaciones. En el tramo entre 300-499 pesos la proporción de organizaciones asciende al 20%. Mientras que entre 500-1000 pesos asciende al 47%, lo que configura una brecha de 27 puntos de por ciento entre ambos. Esa diferencia se reduce a 21 puntos en el último tramo de más de 1000 pesos, que llega a un 26%. Lo que significa que en su mayoría las organizaciones tienden a otorgar montos de créditos mayores de 500 pesos para la puesta en marcha o mejora de una pequeña actividad que genere ingresos.

El monto prestado puede ser para una actividad en funcionamiento o para el inicio de la misma, la beneficiaria debe demostrar el conocimiento y la capacidad en ella para poder acceder al crédito. Sin embargo, un número reducido de organizaciones entrega créditos a aquellas beneficiarias que sólo tienen que hacer mejoras en sus microemprendimientos, esto garantizaría que se cumpla con la devolución del crédito en tiempo y forma, y consolidaría el crecimiento del microemprendimiento.

Gráfico N° 4

grafico 4

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

El microcrédito otorgado a los beneficiarios se reembolsa con una tasa de interés determinada por cada organización, ya que no existe una reglamentación vigente que paute un máximo en los intereses. Se destaca que existe una diferencia significativa de las tasas de interés cobradas entre los programas públicos y las OSC u otras instituciones privadas; siendo las primeras mucho más bajas. Cabe señalar que aproximadamente las tasas aplicadas por los programas públicos es menor del 10% anual y en promedio las tasas cobradas por las OSC son entre el 20% y el 40% anual, e incluso en algunos casos es superior.

En los programas implementados sobre microcrédito no se cuenta con datos precisos sobre la incobrabilidad (7) de las beneficiarias pues la mayoría de las organizaciones no ha establecido criterios sobre ello.

Con respecto a los plazos de la prestación del microcrédito, es decir, el tiempo que se establece para la devolución del crédito otorgado. Los plazos varían dependiendo del servicio brindado según criterios establecidos por cada organización.

Se observa en el Gráfico N° 5 cuando las organizaciones que otorgan plazos de pago entre 3 a 12 meses concentran la mayor proporción, alcanzado el 49%.

En cambio, aquellas otras que dan plazos de menos de 3 meses, presentan una proporción del 35% y por último, aquellas que dan plazos mayores de 12 meses tienen una menor proporción, alcanzado un 16%.

Gráfico N° 5

grafico 5

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

La recaudación de los montos prestados por parte de las organizaciones microfinancieras, se realiza, mayoritariamente, en pequeñas cuotas fijas (véase Gráfico N° 6). Es decir, que el pago de las cuotas se establece en períodos cortos; de tal forma, prevalece la frecuencia de pago semanal llegando a una proporción del 48%; le sigue el pago mensual con una proporción del 27% y el quincenal alcanza una proporción del 25%.

Gráfico N° 6

grafico 6

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

La cartera activa de clientes según los tipos de organizaciones establecidas en A, B y C, correspondientes a grandes, medianas y pequeñas, muestra un panorama general del nivel de inserción de los microcréditos en la actualidad.

 

Tabla 4

Cartera activa y montos otorgados

         

Tipo de

Organización

Cantidad Org.

Cartera
activa

Montos

%

Tipo A

2

3561

$ 13.475.398

70,6%

Tipo B

17

4602

$ 3.037.324

15,9%

Tipo C

33

3211

$ 2.586.541

13,5%

Total

52

11374

$ 19.099.264

100%

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

 

Entre las 52 organizaciones se han otorgado 11.374 créditos con un monto total de $19.099.264. Los montos promedios de los créditos otorgados son para las organizaciones del Tipo A de $ 3.784; para el Tipo B es de $ 660 y para el Tipo C de $ 806, en valores absolutos.

A partir de la suma total de los montos de microcréditos otorgados ($19.099.264) se deduce lo incipiente de esta actividad y que todavía falta crecimiento dentro del sector.

El 64% de los beneficiarios (véase Gráfico N° 7) que pertenecen a las organizaciones analizadas son de sexo femenino, donde el 67% se reconoce como Jefa de Hogar, o sea, es el miembro del hogar que percibe los mayores ingresos mensuales y los aporta para el sostenimiento del hogar. Aproximadamente la mitad de las Jefas de Hogar está casada o vive en concubinato, y el 19% se encuentra divorciada. Se puede inferir que las mujeres, en su mayoría con hijos a cargo, acude a la realización de un microemprendimiento como una estrategia de supervivencia ante su situación de vulnerabilidad.

El 33% de las beneficiarias que no son Jefas de Hogar trabaja, esto responde a la necesidad de completar los ingresos en el núcleo familiar debido a la precariedad laboral de su pareja.

Con respecto al sexo masculino, alcanzan a un 77% los que se reconocen como Jefe de Hogar y solamente un 8% como parejas de las Jefas. La proporción de casados o en concubinato es del 81% en los Jefes de Hogar.

Gráfico N° 7

grafico 7
Fuente:
Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

 

Los créditos son solicitados para la realización de microemprendimientos de servicios, comercio y de producción cuyos resultados, distribuidos por sexo, se pueden observar en la Tabla 5.

 

Tabla 5

Distribución por actividad según sexos

       

 Actividad

Femenino

Masculino

Total

Servicio

1120

486

1606

 

15,4%

11,9%

14,1%

Comercio

4412

2063

6475

 

60,6%

50,4%

56,9%

Producción

1747

1546

3293

 

24,0%

37,8%

29,0%

Total

7279

4095

11374

 

100%

100%

100%


Fuente:
Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios, 2006.

El 61% de las mujeres acceden al microcrédito para realizar microemprendimientos de comercio y para actividades productivas se dedican el 24% y las que desarrollan actividades en el rubro servicio alcanza el 15%.

Según los datos arrojados los hombres están distribuidos mayoritariamente en actividades de comercio alcanzado un promedio cercano al 51%, en lo que respecta a la producción llega a un 38% y finalmente, sólo un 12% de hombres se dedica a actividades de servicios.

Para completar la caracterización de las organizaciones dedicas a las actividades de las microfinanzas es necesario efectuar algunas generalizaciones sobre las consecuencias que ha tenido el otorgamiento de microcréditos en la estructura productiva y el éxito alcanzado por las actividades.

En primer lugar, con respecto a la estructura productiva, los resultados demuestran que no es significativo el impacto que se produce dada la pequeña escala de los microemprendimientos.

En segundo lugar, los logros alcanzados en las diferentes actividades son relativos; los mismos, tienen más una marca social que económica, ya que en los primeros años del crédito se produce un fortalecimiento del entramado social, siendo los aspectos económicos de escasa magnitud comercial. Sin embargo, la situación extrema de pauperización del mercado no formal hace que los beneficios sean importantes para el grupo poblacional que recibe el crédito, produciendo un crecimiento económico que permite superar la subsistencia.

Sintéticamente, se puede delinear que la tendencia por parte de las organizaciones microfinancieras es la de efectivizar el cobro de las cuotas en pequeñas cantidades fijas de dinero, con un control frecuente, primordialmente semanal, otorgando montos menores de 1000 pesos y aplicando una metodología individual, con garantía real o garantía solidaria.