J.M. FLORES SERRANO, J. A. RUIZ MARTÍNEZ, J.M. RUZ LUQUE, F.PUERTA PUERTA
CENTRO ANDALUZ DE APICULTURA ECOLOGICA (C.A.A.P.E.).
Campus Universitario de Rabanales.
Ctra. N IV, km 396.A 14071 CORDOBA (ESPAÑA).
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Resumen

El ácaro Varroa es el principal problema patológico de la apicultura actual. La selección de abejas con alto comportamiento higiénico frente a celdillas de cría de obreras parasitadas, es considerada una útil forma de lucha alternativa a los tratamientos químicos. En el presente trabajo hemos estudiado esta respuesta frente a celdillas de obreras artificialmente infestadas con parásitos vivos y muertos. La respuesta fue positiva e igual en ambos casos, lo que nos permite diseñar técnicas para valorar este carácter empleando parásitos muertos, y evitar algunos de los problemas que plantea trabajar con varroas vivas.

Palabras clave. Abeja, Apis mellifera, Varroa, tolerancia, comportamiento higiénico.

Introducción.

El parásito Varroa jacobsoni Oud. es el principal problema patológico de la apicultura occidental. Su presencia ha provocado enormes pérdidas, obligando al empleo de tratamientos químicos de síntesis para evitar la muerte de las colmenas y los colmenares. Estos tratamientos han ayudado a paliar la situación, pero a su vez han generado nuevos problemas, especialmente de aparición de residuos en los productos de las colmenas y presentación de resistencias del parásito a algunas de las moléculas empleadas. (Revisado por Milani, 1999 y Wallner, 1999)

Distintas vías alternativas de lucha se están planteando, entre las que destaca la selección de abejas tolerantes al parásito. Como modelo de trabajo en este sentido se emplea la relación de Varroa con su hospedador originario, la abeja asiática Apis cerana Fabr. Entre esta abeja y el ácaro existe un equilibrio, de tal forma que, no hay riesgos para la supervivencia de las colonias, y no es necesario el tratamiento químico. Uno de los caracteres que permiten este equilibrio es el comportamiento higiénico de A. cerana, que es capaz de localizar las celdillas de cría de obreras donde se introdujo Varroa para reproducirse y limpiarlas, interrumpiendo el ciclo reproductivo del parásito. (Peng et al., 1987; revisado por Büchler, 1994; Boecking y Spivak, 1999 y Rath, 1999)

Este mismo comportamiento se desarrolla en nuestra abeja de la miel Apis mellifera L., aunque en un grado inferior. La investigación de esta respuesta en A. mellifera y su aplicación en la selección de abejas tolerantes al parásito se considera una de las vías más importantes en el desarrollo de formas alternativas de lucha contra Varroa. (Revisado por Büchler, 1994 y Boecking y Spivak, 1999)

La infestación artificial de celdillas de obreras con Varroa es una de las técnicas habitualmente empleadas para valorar la respuesta de las abejas. Generalmente estas celdillas son inoculadas con uno o más ácaros, y se mantienen por un periodo de entre 7 y 10 días (revisado por Boecking y Spivak, 1999) . El principal problema es que durante este tiempo no es posible controlar la reproducción de Varroa o su papel como vehículo de transmisión de otras enfermedades, lo que sin dudas genera riesgos de distorsión en los resultados (Boot et al., 1995; Vandame, 1998) .

En investigaciones previas Flores et al. (1999), sugirieron el desarrollo de técnicas de corta duración (24 horas) y el empleo de parásitos muertos como solución a los problemas descritos. El objetivo de este trabajo es analizar la viabilidad de estas técnicas y su empleo en la valoración y selección de abejas tolerantes a Varroa.

Material y métodos.

Los ensayos fueron realizados en Córdoba (España), entre el 21 de junio y el 23 de diciembre de 1999. Fueron empleadas colonias de A.m. iberica (Goetze, 1964), albergadas en cajas Langstroth de 10 cuadros, cubriendo las abejas entre 7 y 10 cuadros.

En los ensayos utilizamos celdillas conteniendo cría de obreras 7 días después de la operculación, en estado de pupas blancas con ojos oscuros (Rembold y Kramer, 1980). Para conocer la edad de la cría se marcó el momento de la operculación en una lámina de plástico transparente en un periodo máximo de 24 horas. Los parásitos eran obtenidos de abejas adultas procedentes de colmenas donantes altamente parasitadas. Las varroas fueron capturadas empleando polvo de azúcar (Boecking y Ritter, 1993).

Fueron aplicados 4 tratamientos:

1.- Celdillas artificialmente infestadas con tres varroas vivas.
2.- Celdillas artificialmente infestadas con tres varroas muertas.
3.- Testigos I: celdillas abiertas y cerradas sin introducir parásitos.
4.- Testigos II: celdillas no manipuladas.

Los parásitos fueron introducidos en las celdillas a través de una pequeña abertura en el lateral del opérculo (De Ruijter, 1987; Boecking y Ritter, 1993). Los ensayos se realizaron en 9 colmenas. Un total de 23 repeticiones fueron hechas. En 4 colonias se realizaron al menos 3 repeticiones, en el resto fueron realizadas 1 ó 2 repeticiones. Para cada tratamiento y cada repetición se emplearon 10 celdillas.

En los resultados se valoró la respuesta de las abejas, localizando y limpiando las celdillas artificialmente infestadas, retirando los parásitos y la cría de las abejas.

Para el análisis estadístico se emplearon pruebas no paramétricas. Para comparar los resultados de los diferentes tratamientos se aplicó el Friedman ANOVA test cuando trabajamos simultáneamente con los 4 tratamientos y el Wilcoxon matched pairs test cuando fueron comparados dos a dos. Para calcular la correlación de la respuesta de las abejas frente a celdillas parasitadas con 3 varroas vivas y 3 muertas, se aplicó el Pearson Product Moment Correlation Test.

Resultados

No fueron detectadas diferencias significativas entre los testigos I (celdillas abiertas y cerradas no parasitadas) y los testigos II (celdillas no manipuladas) (p=0.142). Sí existieron diferencias significativas en la respuesta higiénica entre los testigos I y las celdillas infestadas con 3 varroas vivas (p<0.001) y 3 varroas muertas (p<0.001). También fueron encontradas diferencias significativas entre los testigos II y las celdillas infestadas con 3 varroas vivas (p<0.002) y 3 varroas muertas (p<0.001). Por el contrario, no fueron encontradas diferencias significativas en la respuesta higiénica frente a celdillas parasitadas con 3 varroas vivas y 3 varroas muertas (p=0.638). (figura 1)

Los datos muestran una correlación positiva entre la limpieza de celdillas infestadas con 3 varroas vivas y 3 varroas muertas (r=0.65).

En la figura 2 se pueden consultar los valores obtenidos por las cuatro colmenas en las que se repitieron los ensayos al menos en 3 ocasiones. Aunque no fueron encontradas diferencias significativas entre ellas, se puede comprobar un amplio rango en la respuesta.

Discusión.

 El comportamiento higiénico de las abejas frente a celdillas de obreras parasitadas por Varroas es uno de los caracteres que permiten el equilibrio entre parásito y hospedador en A. cerana (Peng et al, 1987; revisado por Büchler, 1994 y Rath, 1999) . Este comportamiento también se encuentra presente en A. mellifera, aunque con una intensidad inferior (revisado por Büchler, 1994 y Boecking y Spivak, 1999) , no obstante, se suele presentar en un alto grado en poblaciones tolerantes al parásito de esta última especie (Vandame et al., 1998; revisado por Boecking y Spivak, 1999; Guzmán-Novoa, 1999 y Rosenkranz, 1999).

El estudio de este comportamiento en nuestras abejas es fundamental para diseñar técnicas que permitan valorar y seleccionar colmenas tolerantes al parásito. Habitualmente estos estudios se realizan infestando artificialmente, con uno o más parásitos vivos, celdillas con cría de obreras poco después de la operculación, y manteniéndo estas celdillas por un periodo de entre 7 y 10 días (revisado por Boecking y Spivak, 1999) . Esto genera dos problemas: por un lado Varroa puede reproducirse, generando descendencia e incrementando la respuesta higiénica de las abejas (Boot et al., 1995), y por otro, Varroa puede actuar como transmisor de otras enfermedades de la cría (Ball, 1988; Puerta et al., 1990), , pudiendo deberse la respuesta higiénica de las abejas a estas otras enfermedades y no al parásito (Vandame, 1998) . En ambos casos se puede producir una distorsión de los resultados que puede inducirnos al error. En investigaciones previas, Flores et al. (1999) propusieron emplear periodos de tiempo más cortos (24 horas), y parásitos muertos en lugar de vivos, como medio de evitar estos problemas.

Con los resultados ahora presentados confirmamos que nuestras abejas respondieron en un grado aceptable ante las celdillas artificialmente infestadas con Varroa. Además, la respuesta se debió a los parásitos introducidos, y no a la manipulación de las celdillas, como muestra el hecho de que no existieron diferencias significativas entre los testigos I y II, y sí de estos testigos con las celdillas infestadas. Aún más, los datos muestran que no existieron diferencias en la respuesta frente a celdillas infestadas con 3 varroas vivas (20.55%) y 3 varroas muertas (22.55%), y que existió una correlación positiva (r=0.65) entre ambos grupos, lo que indica que se pueden sustituir unas por las otras sin interferir, de forma notable, en los resultados. Estos datos entran en contradicción con los resultados presentados por Boecking y Drescher (1994), quienes no registraron respuesta frente a parásitos muertos. Por otra parte, la respuesta de las abejas frente a celdillas infestadas con varroas muertas ha sido también constatada en  A. cerana (Rath y Drescher, 1990) .

La posibilidad de emplear parásitos muertos en el diseño de técnicas para valorar la respuesta higiénica de las abejas frente a cría infestada es importante, pues permite obviar los problemas de reproducción no controlada del parásito y la transmisión de enfermedades. Aún más, los resultados muestran que hubo respuesta cuantificable en 24 horas frente a parásitos vivos y muertos, lo que permite acortar la duración de los ensayos, ahorrando tiempo.

El empleo de parásitos muertos también nos permite ahorrar trabajo y tiempo, desde que el manejo es más fácil que el de varroas vivas.

Finalmente, aunque no fueron constatadas diferencias significativas entre las colmenas, si existió una amplia variabilidad en la respuesta (ver gráfico 2), lo que es fundamental a la hora de plantear futuras estrategias de estudio y selección de abejas con alto comportamiento higiénico frente a Varroa.

Conclusiones

- En nuestros experimentos hemos podido constatar la respuesta higiénica de las abejas con que trabajamos frente a celdillas conteniendo cría de obreras artificialmente infestadas por Varroa.
- La respuesta fue igual ante celdillas artificialmente infestadas con 3 varroas vivas y 3 varroas muertas.

.- Es posible diseñar técnicas para valorar y seleccionar abejas tolerantes a Varroa basándonos en la respuesta higiénica frente a celdillas artificialmente infestadas con parásitos muertos.

Agradecimientos

Estas investigaciones han sido financiadas por los proyectos API 98.003 (INIA) y IFD97-1061 (Ministerio De Educación Y Cultura-FEDER).

Bibliografía

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Tablas y figuras

Figura 1. Comportamiento higiénico de  A. mellifera frente a celdillas de obreras artificialmente infestadas por Varroa. Se han aplicado 4 tratamientos: 1.- Celdillas artificialmente infestadas con tres varroas vivas; 2.- Celdillas artificialmente infestadas con tres varroas muertas; 3.- Testigos I: celdillas abiertas y cerradas sin introducir parásitos; 4.- Testigos II: celdillas no manipuladas. Los datos se expresan como la media ± error estandar. (n=23).

Gráfico 2. Porcentaje medio de cría artificialmente infestada con 3 varroas muertas, localizada y limpiada por las abejas. Se trabajó con 4 colonias de A. m. iberica. Los datos se expresan como media ± error estandar.