¿Por qué se necesita una nueva mirada de la ciencia? Ecoagricultura, ecomedicina y nuevos paradigmas científicos

A. Molina.
Departamento de Química y Análisis Agrícola, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos, Universidad Politécnica de Madrid. Ciudad Universitaria, s/n. 28040 Madrid
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RESUMEN

Se necesita una nueva mirada de la ciencia porque se ha perdido el sentido de la unidad de la vida, no sólo en agricultura, sino en otras disciplinas como la medicina, psicología, economía y sociología.

Hay que reconocer las valiosas aportaciones realizadas por el pensamiento científico de los tres últimos siglos, pero como en tantas otras etapas de la humanidad, este pensar se queda falto de respuesta ante nuevas preguntas, vivencias y observaciones.

Por ello es necesario tener en cuenta los nuevos paradigmas surgidos en los últimos años, dados por investigadores de campos muy diversos del pensamiento. Por tanto, un camino para comprender mejor el sentido y la unidad de la vida y conceptos como los de organismo y salud de los agroecosistemas será el de abordarlos desde cimientos del pensamiento en los que se consideren las aportaciones de ideas como las de orden implicado y orden explicado, holograma, fuerzas formativas o hipótesis Gaia y los derivados de las llamadas ciencias de la complejidad (Teoría del Caos, Teoría de Sistemas). Ello nos permitirá pasar de una visión analítica, que sólo ve competencia en la naturaleza, a otra holística que resalte y valore la cooperación. De ellas, y muchas otras, están emergiendo los nuevos paradigmas, que permiten ampliar la visión reduccionista en muchos aspectos. Entre ellos se apuntan las aportaciones de K. Wilber en relación con el proceso de adquisición de conocimientos y el concepto de ciencia.

En este trabajo se hace referencia a dichas aportaciones y se comparan las analogías entre la actividad agrícola y la médica desde una y otra perspectiva.

INTRODUCCIÓN

En los últimos siglos, en occidente, se ha producido un desarrollo material, a partir de un conocimiento tecnológico y un desarrollo social, al fundamentar la convivencia en parámetros que buscan el consenso por encima de los sentimientos divergentes. Las consecuencias positivas se constatan en un mayor "tener", pero una mirada superficial de lo que ocurre a nuestro alrededor, de los problemas medioambientales, sociales o económicos, parece indicarnos que existe un caos creciente. En este sentido Fyerkenstad (1996) manifesta "aunque la ciencia, la industria y la tecnología moderna estén basadas en los antiguos principios herméticos, vierte todo tipo de sustancias tóxicas.... Este vertido es fruto de un proceso sin integridad, un proceso en el que falta el alma y que no puede provocar, por tanto, ninguna transformación útil".

Por ello desde ámbitos muy diferentes se está sintiendo la necesidad de una visión integradora, global, holística. Así, en el libro de Capra et al. (2000), en el prefacio, se encuentra este párrafo al referirse a la intervención de un ponente en un congreso: "Entre el panel de brillantes oradores se encontraba Glen, profesor de Física Ecológica en Granfield, que recibió una cerrada ovación al finalizar su charla sobre la necesidad de una filosofía holística de la naturaleza y el fracaso de la guerra química contra los insectos. También esbozó algunas de las incoherencias existentes en la teoría evolutiva y habló del delicado equilibrio del que depende el mundo creado y de cómo el ser humano, en sus esfuerzos por controlar las plagas a través de matanzas masivas mediante insecticidas, estaba jugando con fuerzas materiales que no podría controlar. Estas fuerzas se resistirían para sobrevivir y mantener la red ecológica".

Refiriéndose a la necesidad del cambio de la propia persona, Zweig y Abrams (1996) escriben "aunque ya hemos hipotecado el futuro de nuestros hijos armándolos hasta los dientes con todo tipo de tecnología bélica todavía podemos albergar, sin embargo, ciertas esperanzas de desmantelar toda la parafernalia bélica obsoleta y sacar algo en limpio de toda esta sin razón.

El mundo, no obstante, parece estar esperando una era de cooperación constructiva, un nuevo milenio en el que utilicemos nuestra energía en resolver los problemas en lugar de malgastarla en seguir creándonos enemigos. El verdadero adversario de nuestro tiempo- la contaminación ecológica, el efecto invernadero, la extinción de numerosas especies, el hambre y la pobreza de gran parte de la humanidad- está más allá de toda proyección y sólo podrán resolverse adecuadamente cuando asumamos y seamos dueños de nuestra sombra colectiva".

Una observación atenta y cuidadosa nos permite abrigar esperanzas de que podemos superar esta etapa y conseguir dar "un salto cuántico" en nuestra evolución. Como dice Campbell (1996): "La imagen del vientre de la ballena constituye un símbolo universal del tránsito a través de un umbral mágico en el que el héroe, en lugar de conquistar o reconciliarse con el poder del umbral, es engullido por lo desconocido y parece morir, hasta terminar renaciendo posteriormente", es decir, en la evolución o se vence o se es arrojado a lo desconocido, para lograr renacer con nuevas posibilidades. En la misma idea esperanzadora Peat (1995) señala: "Nuevas formas de orden están plegadas dentro del caos".

En la actual coyuntura ya existen pautas, inicio de caminos que nos pueden ayudar en la necesaria transformación. En este trabajo se pretende reflexionar sobre la posibilidad de dar ese salto cambiando desde la visión de la ciencia como esencialmente utilitarista a la de ciencia en su sentido más amplio, el de constituir un intento de comprender el universo y la relación del hombre con la naturaleza. Para ello se considera en primer lugar el impacto que ha teniendo en nosotros el desarrollo de la ciencia de los últimos siglos y en las limitaciones que conlleva. Posteriormente se hace referencia a algunas de las teorías y planteamientos que pretenden superar estas limitaciones y que marcan nuevos caminos para la evolución de la ciencia y que pueden contribuir a corroborar o justificar los fundamentos de la agricultura ecológica.

IMPACTOS DE LA CIENCIA EMPÍRICO-ANALÍTICA

El impacto que la visión científica de los últimos siglos ha producido en la concepción de la relación del hombre con la naturaleza puede resumirse en los siguientes aspectos:

Visión fragmentaria

Hasta la aparición de la ciencia moderna no existía la actual separación entre ciencia, filosofía y religión. Esta división surge a partir de los planteamientos de Descartes con su visión de la naturaleza como dividida en dos reinos, el de la mente y el de la naturaleza. A este respecto Capra (1995) señala: "Esta división cartesiana permitió a los científicos tratar a la materia como algo muerto y totalmente separado de ellos mismos, considerando al mundo material como una multitud de objetos diferentes ensamblados entre sí para formar una máquina enorme". Y continúa posteriormente "la famosa frase de Descartes Cogito ergo sum –pienso, luego existo- llevó al hombre occidental a considerarse identificado con su mente, en lugar de hacerlo con todo su organismo". A esta identificación atribuye Capra las consecuencias de que la mayoría de los individuos se perciban como egos aislados y fragmentados internamente, y perciban de igual manera el mundo exterior, como multitud de objetos y acontecimientos separados.

La consecuencia es que el entorno natural es tratado como si consistiera en partes separadas (que pueden ser explotadas) y que la sociedad se perciba igualmente dividida en naciones, razas y grupos religiosos, políticos o económicos. Por ello nos es difícil vernos a nosotros mismos, a la naturaleza o al sistema agrícola, como una unidad armónica, como un todo orgánico.

Estas ideas se vieron complementadas con las de Kant al señalar, a finales del siglo XVIII, en su obra "Crítica de la razón pura" nuestra imposibilidad de experimentar la realidad última de lo que percibimos con nuestros sentidos. En la esfera fenomenológica no tenemos más remedio que filtrar lo que es a través de la mente, y el noumenon o la cosa en si permanece inescrutable para nosotros, al no tener capacidad para aprenderla.

Sin embargo, los grandes logros alcanzados con la aplicación del método científico, llegaron a deslumbrar a los científicos y como consecuencia llevaron a la extrapolación de que lo que no podía verificarse con la ciencia empírico-analítica no existía. La ciencia no se limitó a describir lo que descubría, sino que negó la validez de otros enfoques de conocimiento y se convirtió en cientifismo.

Visión mecanicista

La influencia de la herencia científica occidental se manifiesta muy fuertemente en nosotros, hasta el punto de que el modo en el que hemos aprendido a pensar y muchas de nuestras autodefiniciones siguen los mismos modelos científicos utilizados por la física para describir el universo material, en términos de la perspectiva newtoniana. Ello nos lleva a considerar el mundo como algo sólido y en gran medida inmutable, con una serie de reglas que regulan su funcionamiento. Peat (1995) señala a este respecto "En su punto culminante, hacia finales del siglo XIX, la mecánica newtoniana se había convertido en un modelo para todas las demás ciencias, y el gran Lord Kelvin, dirigiéndose a la Sociedad Real de Inglaterra, mantenía que la física estaba llegando a su fin, un fin en el que todo fenómeno se podría explicar en términos de un puñado de leyes físicas, reduciendo, en principio, los campos más complejos de la biología y la química, a la certidumbre de la física".

Ello nos ha llevado a que todavía nos consideremos (y por analogía a animales, plantas y minerales), objetos sólidos, con un funcionamiento mecánico, y definamos gran parte de nuestra experiencia en términos de espacio tridimensional y tiempo lineal. Y como expresaba Prigogine (1980): "Según la física clásica todo está determinado: el cambio no es más que una negación del devenir y el tiempo es sólo un parámetro, indiferente a la transformación que describe".

Por otra parte hay que tener en cuenta que pensadores como Galileo, Kepler, Descartes, Kant o Newton contribuyeron a dar una visión del mundo basada en un Dios diseñador, hacedor, todopoderoso y fuerza motriz de una máquina inanimada. En contra de lo que algunas veces se piensa, Kant no negó la existencia de Dios, lo único que dijo fue que a través de las percepciones sensoriales y de la razón no podíamos captarlo. Sheldrake (1990) recuerda "En el siglo veinte es fácil olvidar que la visión mecanicista del mundo se engendró a partir de una concepción intelectual de Dios muy elevada; implicaba una nueva clase de teología así como una nueva clase de ciencia.... Pero la concepción moderna de las leyes físicas eternas tiene sus raíces en esta clase de teología, una teología en la que Newton profundizó en su nueva interpretación de la máquina del mundo y su correspondiente Dios".

Olvidada la necesidad de la existencia de un Dios todopoderoso actuando para mantener el correcto funcionamiento de la gran máquina universal, surge en el siglo XIX la visión evolutiva de Darwin. Ambos modelos de realidad, el de una eternidad física, en el que la naturaleza se rige por leyes eternas e inmutables, y el de un proceso evolutivo han coexistido durante muchos años en la ciencia. Ello ha sido a costa de admitir que "según la doctrina darwiniana la evolución de los organismos vivos no implica ningún proceso de esfuerzo deliberado, ni está diseñado o guiado divinamente, sino que los organismos varían al azar, su descendencia tiende a heredar sus variaciones, y a través del hacer ciego de la selección natural, las distintas formas de vida evolucionan sin diseño ni propósito, consciente o inconsciente" (Sheldrake, 1990).

La visión cartesiana, unida a las ideas de una evolución fundamentada en la lucha por la supervivencia, es la que nos ha llevado a valorar más la competencia que la cooperación, y por consiguiente, a actuar enfrentándonos a la naturaleza en lugar de cooperar con ella y a profundizar en la visión de la separación en lugar de hacerlo en la interconexión.

El modelo que se generaliza con esta visión afecta a todos los ámbitos. Toub (1996) refiriéndose a la actitud fundamentalmente negativa hacia los síntomas y hacia la enfermedad escribe en un artículo que titula "La utilidad de lo inútil": "Para nosotros, la enfermedad no sirve para nada y, por consiguiente, la consideramos como un obstáculo y tratamos de eliminarla a toda costa.

Esta actitud frente a la enfermedad es consecuencia del reduccionismo causalista del modelo médico occidental que da por supuesto que las enfermedades son perjudiciales e inadecuadas y que una vez que hayamos eliminado su causa el paciente se recuperará". Esta misma actitud es la que se mantiene en la agricultura convencional. En la tabla I se recogen algunos de los aspectos análogos derivados de la visión reduccionista de la actividad agrícola y médica.

Todos estamos impregnados de estas ideas porque, según Peat (1995) "Existe una ventaja obvia al explicar las cosas complejas en términos de cosas más simples, o grandes sistemas en términos de sistemas más pequeños. Por lo tanto, el análisis, con su reducción de la complejidad a la simplicidad, es tradicionalmente un modo útil de practicar la ciencia. No obstante, sus desventajas se hacen aparentes cuando el análisis adopta la posición del «nada más». Cuando la química es «nada más que la física de las moléculas», un organismo es «nada más que su química constituyente» y la mente «nada más que células nerviosas y neuroquímicas en acción» el resultado es la estrechez de perspectiva... el reduccionismo cualificado tiene su lugar, pero cuando pretende ofrecer un informe exhaustivo de la naturaleza, el resultado es la representación falsa y la confusión". Y en otro párrafo señala "la causalidad newtoniana tiene un efecto unificador sobre toda la ciencia, ya que demuestra como una profusión de fenómenos se puede explicar basándose en un puñado de leyes y suposiciones. Pero... existe una hueste de fenómenos distintos en el mundo natural que requieren un planteamiento totalmente diferente "

NUEVAS APORTACIONES DE LA CIENCIA

La ciencia está realizando actualmente aportaciones que conllevan la necesidad de superar la visión reduccionista surgida en las primeras etapas de su desarrollo. A continuación se resumen algunas de las más relevantes, en relación con el objetivo de este trabajo. Unas se han originado a partir del estudio de la materia inerte, surgidas fundamentalmente desde el ámbito de la física (Teoría de Bohm, concepto de holograma), ciencias de la complejidad, que tienden un puente entre lo material y lo biológico y finalmente otras que han surgido fundamentalmente del estudio de lo vivo (campos mórficos, hipótesis Gaia). Finalmente, dados los objetivos de esta comunicación, los de presentar posiciones científicas que permiten superar la visión reduccionista de la ciencia, y por tanto de la agricultura, es necesario reseñar a Goethe por su anticipación a algunas de las aportaciones contemporáneas. En la obra de Pretty (1995) se encuentra una relación de numerosas teorías que constituyen un reto al paradigma positivista.

Tabla I. Analogías entre la agricultura y la medicina convencionales, derivadas de la visión fragmentaria.

Agricultura Convencional

Medicina Convencional

El origen y la evolución de la vida es resultado del azar y de la necesidad.

El origen y la evolución de la vida es resultado del azar y de la necesidad.

La finca es el resultado de la suma de suelo, cultivos, y animales. Eliminar alguno de ellos no afecta sensiblemente a los demás.

La persona es una suma de órganos. Eliminar alguno de ellos no afecta sensiblemente a los demás.

Se estudia, se investiga el estado de enfermedad.

Se estudia, se investiga el estado de enfermedad.

La enfermedad o plaga es producida por agentes externos (las bacterias, virus....constituyen la causa primaria).

La enfermedad es producida por agentes externos (las bacterias, virus....constituyen la causa primaria).

Se pretende destruir los posibles patógenos y sus refugios (setos, adventicias...). Excesiva preocupación por la "limpieza" del suelo.

La terapia se centra principalmente en la cirugía y en destruir los posibles patógenos (bacterias,virus....). Excesiva preocupación por la higiene corporal.

Utilización de fitosanitarios.

Utilización de antibióticos.

Utilización de nutrientes de síntesis (abonos).

Utilización de alimentos de síntesis (vitaminas.........).

Estudios de dosis. Se da gran importancia a la cantidad y escasa importancia a lo cualitativo, como diseño, biodiversidad ó historia de la finca.

Estudio de dosis. Se da gran importancia a la cantidad y escasa importancia a lo cualitativo como el carácter, estilo vida, alimentación ó características del habitat.

Se da escasa importancia a la prevención.

Se da escasa importancia a la prevención.

Se apoya con fondos públicos el estado de enfermedad (aplicación de fitosanitarios, nutrientes,....).

Se apoya con fondos públicos el estado de enfermedad (uso de medicamentos.......).

Gran influencia de las empresas de fertilizantes y plaguicidas en las políticas agrícolas.

Gran influencia de las empresas farmacéuticas en las políticas sanitarias.

Produce contaminación.

Produce contaminación.

Física cuántica

A principios del siglo XIX se descubrieron los fenómenos electromagnéticos que llevaron al concepto de campo, y a la idea de un universo lleno de campos creando fuerzas mutuamente interactivas que no se podrían describir mediante la física newtoniana, pero los conceptos principales de la visión newtoniana quedaron invalidados cuando a principios del siglo XX A. Einstein publicó su teoría de la relatividad. Según esta teoría el espacio no es tridimensional, sino que está conectado con el tiempo formando un continuo tetradimensional «espacio-tiempo». Por tanto, no podemos hablar de espacio sin tiempo y viceversa. Además no existe flujo universal de tiempo, es decir, el tiempo no es lineal ni absoluto, sino relativo. El continuo espacio-tiempo de Einstein indica que la aparente linealidad de los acontecimientos depende del observador.

Otra consecuencia importante de esta teoría es la comprensión del hecho de que materia y energía son intercambiables. La materia es simplemente energía que ha perdido velocidad o se ha "cristalizado". Nosotros, nuestros cuerpos y lo que observamos en el exterior es energía, campos de energía que están interaccionando.

A medida que se penetraba más a fondo en el estudio de la materia a través de los experimentos realizados a lo largo del siglo XX los físicos han descubierto que a nivel subatómico no hay certidumbre de que la materia exista en lugares definidos, sino que, más bien, muestra cierta tendencia a existir. Las partículas se pueden transmutar en otras, crearse a partir de la energía o desvanecerse en la energía. Se ha comprobado que las partículas subatómicas tienen un comportamiento dual, como ondas o como partículas según el experimento, que se producen cambios «cuánticos» de energía, pasando de un estado energético a otro sin pasar por los estados intermedios y que es un problema localizar una partícula subatómica que se comporta como onda (principio de incertidumbre de Heisenberg), ya que existe un límite a la precisión de la información. Conceptos tales como «partícula elemental», «sustancia material» u «objeto aislado» han perdido su significado. El universo se nos presenta como una trama de pautas energéticas inseparables, como un todo dinámico, que incluye de forma esencial al observador.

Ortoli, y Pharabod (1997), refiriéndose a lo que implican estas ideas, en la introducción de su libro escriben "La física cuántica contiene en si los gérmenes de una inmensa revolución cultural que por el momento sólo se realizó en el seno de un pequeño cenáculo de grandes científicos" y en las conclusiones manifiestan "Las revoluciones republicanas, marxistas, islámicas y de otro género pueden llegar a parecer un día insignificantes frente a la revolución cuántica. Nuestra organización sociopolítica y nuestros modos de pensamiento se modifican o van a ser modificados por esta teoría tal vez más que por cualquier otro acontecimiento.... Ahora todo se hace posible, y la visión bastante negra, según la cual nosotros sólo seríamos el resultado efímero y significación de choques de combinaciones de "bolitas" que van errando por el espacio, ya no es más la visión científica. En el mejor de los casos, el determinismo no es más que un enfoque estadístico y los elementos constitutivos últimos del universo pueden estar ligados entre si ignorando las distancias que los separan a nuestros ojos: éstas son las enseñanzas de la física cuántica, confirmadas por las experiencias recientes. Sin embargo, la mayor parte de nuestros contemporáneos, incluso hombres de ciencia que no son físicos, continúan ignorando estos datos fundamentales. La filosofía básica de nuestra civilización continúa siendo el materialismo mecanicista: las ideas simples ( y hasta simplistas) tienen una fuerza terrible y sus fracasos sólo impresionan a los especialistas. Fue menester que transcurrieran decenios para que la hipótesis de Galileo sobre la rotación de la tierra fuera aceptada y pasaron siglos antes de que la Iglesia anulara su condenación ¿cuánto tiempo será necesario que pase para desmoronar las creencias actuales?".

Orden implicado-orden explicado

Existen muchas interpretaciones de la teoría cuántica, pero una de las que está teniendo más repercusión por sus implicaciones filosóficas es la de Bohm (1998). Este físico hace una interpretación causal de esta teoría cuántica, según la cual un electrón, por ejemplo, es conceptualizado como la unión inseparable de una partícula y de un campo. Las propiedades de este campo sugieren que lo consideremos como un contenido de información objetiva y activa ya que la actividad de esta información es semejante, en ciertos puntos, a la de nuestra experiencia subjetiva corriente. El campo cuántico puede representarse, del mismo modo que los campos eléctrico y magnético, en términos de un potencial denominado potencial cuántico, que a diferencia de los anteriores sólo depende de la forma y no de la intensidad del campo cuántico. Por consiguiente, incluso un campo cuántico muy débil puede afectar intensamente a una partícula.

El aspecto radicalmente nuevo de este planteamiento está en lo que se denomina no localidad, es decir la aptitud de partes distantes del entorno a afectar el movimiento de la partícula de manera significativa. Como consecuencia, puede decirse que el comportamiento fundamental de la materia implica propiedades como son la totalidad, la no localidad y la organización del movimiento con un fondo común de información.

La importancia de estas ideas para otros ámbitos de la experiencia humana la podemos entrever de las siguientes frases, entresacadas de un trabajo del propio Bohm (1993) "Toda la noción de información activa sugiere que la materia tiene un comportamiento de espíritu rudimentario, en la medida en que la característica esencial del espíritu es precisamente más la de una actividad de forma que de substancia. Así, por ejemplo, cuando usted lee una página no asimila la substancia del papel sino más bien la forma de las letras, la cual da lugar al contenido informativo y tiene una influencia efectiva en los actos del lector. Un comportamiento de la misma naturaleza se da en el nivel cuántico, en el sentido en que la forma de la función de onda se actualiza a través del movimiento de las partículas......El contenido de nuestra propia conciencia es, por tanto, una parte del conjunto del proceso, lo que implica, por consiguiente, que, en cierto sentido, en todos los niveles de las partículas físicas existe un hálito de espíritu rudimentario y según avancemos hacia niveles más sutiles, este hálito se fortalece y desarrolla. Para el ser humano todo esto implica una totalidad realizada, en la que los niveles mental y físico participan estrechamente el uno en el otro. Del mismo modo, el intelecto, las emociones y la globalidad del individuo participan de manera fundamental en un mismo flujo de informaciones. Si ampliamos esta concepción, veremos que, de igual modo, cada ser humano forma parte de la sociedad y del planeta de manera inseparable y global. Entonces podríamos apuntar que dicha participación prosigue hasta un espíritu colectivo mayor, para desembocar finalmente en un espíritu extenso que engloba toda la especie humana (concepto que puede compararse a algunas de las ideas de Jung)".

Ferguson (1997) en relación a las ideas de Bohm señala "Lo que parece ser un mundo estable, tangible, visible, audible, decía Bohm, es una ilusión. Es dinámico y caleidoscópico, no está realmente «ahí». Lo que normalmente vemos es el orden explícito, desplegado, de las cosas, como si viéramos una película. Pero hay un orden subyacente que es la madre y el padre de esta realidad de segunda generación. Denominaba a ese otro orden implicado o plegado. El orden implicado alberga nuestra realidad, lo mismo que el ADN del núcleo de la célula contiene la vida potencial y dirige la naturaleza de su despliegue".

En el «orden implicado» de Bohm los conceptos de espacio y tiempo ya no tienen validez. Otra característica de su teoría es que en cualquier elemento del universo se contiene la totalidad del mismo una totalidad que incluye tanto materia como conciencia.

Holograma

Este último punto está basado en lo que el premio Nobel Dennis Gabor denominó holograma y que constituye uno de los inventos realmente destacados de la física moderna, que esta haciendo converger a científicos de campos, en principio, tan dispares como físicos, neurobiólogos y psicólogos.

Según Wilber et al. (1997) "El holograma es un tipo especial de sistema de almacenamiento óptico que puede explicarse con un ejemplo: si se toma una fotografía de un caballo, pongamos por caso, y se corta una sección de ella, la cabeza, por ejemplo, y se amplía luego al tamaño original, no se obtendrá una gran cabeza, sino la imagen de todo el caballo. En otras palabras, cada parte individual de la foto contiene toda la imagen de la forma condensada. La parte está en el todo y el todo está en cada parte, una especie de unidad en la diversidad y diversidad en la unidad. El punto crucial es sencillamente que la parte tiene acceso al todo. Así que, si el cerebro funcionase como un holograma, tendría acceso a un todo mayor, a un campo o «esfera de frecuencia holística» que trascendería los límites espaciales y temporales"

La idea del holograma, sin embargo, ya aparece en la tradición budista, en el sutra "En el cielo de Indra se dice que hay una red de perlas dispuesta de tal manera que si miras a una ves a todas las demás reflejadas en ella. Del mismo modo, cada objeto del mundo no es solamente él mismo, sino que implica a todo otro objeto, y de hecho es cada uno de los otros objetos "

Ciencias de la complejidad

El delicado equilibrio en el que se desarrolla la vida está empezando a estudiarse también desde nuevas perspectivas. Una de las más interesantes es la teoría del caos, que resumiendo se fundamente en el desarrollo matemático de ecuaciones diferenciales de segundo orden que dan lugar a trayectorias que poseen órdenes de grado infinito. Los tipos de curvas obtenidas tienen la característica de ser extremadamente sensibles a las trayectorias iniciales. Otra consecuencia importante de esta teoría es que lo que parece caótico en la naturaleza no lo es, ya que los procesos que ocurren están sujetos a órdenes bajos, cuando transcurren suave y regularmente, como el agua que se mueve sin obstáculos en un río tranquilo. En otras ocasiones lo será de órdenes altos debido a las relaciones entre los elementos que intervienen en el proceso. Cada elemento resulta afectado por todos los demás y como dicen Bohm y Peat (1998) "la mayor parte de los sistemas de alguna complejidad pueden desarrollar inestabilidades, de modo que pueden resultar profundamente afectados e incluso por débiles interacciones externas". Recordemos a este respecto lo sensible que puede llegar a ser el sistema agrícola frente a las diferentes intervenciones que requieren su manejo.

La teoría del caos es, según Wilber (1996), una de las teorías de las nuevas ciencias que tratan con los sistemas «autoenergetizados» y «autoorganizados». Otras teorías que este autor incluye en las denominadas ciencias de la complejidad (también llamadas teoría de sistemas, teoría dinámica de sistemas o teoría evolutiva de sistemas) son: la teoría general de sistemas, la cibernética, la termodinámica del desequilibrio, la teoría del autómata celular, la teoría de las catástrofes, la teoría de los sistemas autopoiéticos y la teoría dinámica de sistemas.

A partir de ellas se pueden encontrar puentes que relacionan de forma inherente la materia y la vida. Y escribe Wilber (1996) "Este tipo de sistemas puramente materiales también conllevan una flecha temporal, pero esta apunta en la misma dirección que en los sistemas vivos, es decir, hacia órdenes y estructuras organizativas superiores.... El mundo material es perfectamente capaz de reenergetizarse mucho antes de la aparición de la vida y así la naturaleza «regenerativa» de la materia misma prepara el escenario, o las condiciones, para la compleja organización llamada vida".

Posteriormente resume: "La idea general de la teoría de sistemas es que han sido descubiertas regularidades básicas, patrones o leyes que se aplican de forma amplia a los tres grandes reinos de la evolución, la fisiosfera, la biosfera y la noosfera, y que en la actualidad es posible una unidad de la ciencia, una visión del mundo unificada y coherente, afirman, en otras palabras, que «todo está conectado con todo lo demás»: el entramado de la vida como una conclusión no meramente religiosa sino científica" Wilber denomina fisiosfera al dominio de la materia, biosfera al de la vida y noosfera al de la mente.

Campos mórficos

La idea actual de que el universo empezó con una gran explosión, el Big Bang y que desde entonces ha estado creciendo, expandiéndose y diferenciándose para crear nuevas formas y modelos da lugar a una visión orgánica del universo, considerándolo como un sistema en evolución. La nueva cosmovisión es muy diferente de la de un universo regido por leyes eternas e inmutables que eran ideas en la mente de Dios, que gobernaban átomos eternos y cantidades eternas de energía.

Ante esta situación Sheldrake (1989) se pregunta "ahora consideramos que el universo empezó con el Big Bang ¿qué ocurre con las leyes de la naturaleza?. Si ya existían en aquel momento, estarían en alguna especie de ámbito metafísico; no podían formar parte del universo antes de que existiera....¿Por qué las leyes que gobiernan el funcionamiento de nuestros cuerpos y el crecimiento de los naranjos y los instintos de los insectos tenían que estar ahí antes de que hubiera un universo?. Si la naturaleza evoluciona, ¿por qué no habrían de evolucionar también las leyes de la naturaleza?.

Este bioquímico propone la existencia de una especie de memoria inherente a la naturaleza, que ayuda a organizar las cosas en todos los niveles de complejidad, de manera que quedan influidas por acontecimientos similares del pasado. Esta memoria colectiva la hereda la especie a través de un proceso que llama «resonancia mórfica», por el cual lo similar influye en lo similar, a través del espacio y del tiempo.

Pigen (1989) especifica "Sheldrake ha socavado muchas viejas ideas de la biología, pero sus teorías tienen implicaciones sugestivas para el conjunto de las ciencias, tanto naturales como humanas.... Gracias a estas ideas podemos entender la naturaleza de la misma manera que la experimentamos: viva, espontánea, creativa, libre y autónoma, en vez de verla como el barroco mecanismo de relojería que pretende la ciencia aún vigente".

El mayor precursor de Sheldrake puede encontrarse en Whitehead, que en los años veinte desarrolló la filosofía organicista, según la cual deberíamos contemplar la naturaleza como un conjunto de organismos en diferentes niveles de complejidad y no intentar comprenderlo todo a partir de lo más pequeño, como átomos o partículas subatómicas.

Hipótesis Gaia

En este contexto encaja también la hipótesis Gaia, según la cual la Tierra es un sistema orgánico compuesto de ecosistemas y otros subsistemas que a su vez se componen de sistemas menores. Lovelock (1992) el investigador "padre" de esta hipótesis escribe: "Gaia es el nombre con que los antiguos griegos llamaban a la diosa de la Tierra. Esta diosa era a la vez cariñosa, femenina y nutridora, pero también despiadadamente cruel con cualquiera que no viviera en armonía con el planeta.....Ahora se ha formulado la Hipótesis Gaia, que considera la evolución de los organismos como algo tan estrechamente emparejado con la evolución de su medio ambiente físico y químico que juntos forman un único proceso evolutivo, que es autorregulador. Por tanto, el clima, la composición de las rocas, el aire y los océanos no vienen dados simplemente por la geología: también son consecuencia de la presencia de la vida. A través de la incesante actividad de los organismos vivos, las condiciones en el planeta se han mantenido favorables para la persistencia de la vida durante los últimos 3.600 millones de años. Cualquier especie que afecta negativamente al medio ambiente, haciéndolo menos favorable, a la larga será expulsada, al igual que los miembros más débiles no pasan el examen de estado físico evolutivo".

En esta hipótesis se supone que la Tierra como conjunto tiene, en cierta forma, capacidad de percepción o de conocimiento. A este respecto la microbióloga Margulis "la madre" de esta hipótesis, en una entrevista realizada por Capra (1990) manifiesta: "Todas las bacterias, todos los animales, protozoos e incluso los hongos poseen aparatos sensoriales. Cambian respondiendo a los estímulos que reciben. Así es como funciona básicamente la conducta de Gaia. La sensibilidad del sistema regulador de Gaia se debe a la vista, el tacto, la experiencia, a la suma de operaciones de los innumerables aparatos sensoriales de cada individuo. Si cada organismo individual es capaz de sentir y todos ellos interaccionan en formas complejas ¿por qué no creer que la sensibilidad es una propiedad de todo el sistema planetario?.

Como prueba científica de que la piel de Gaia no es tierra muerta, sino un tejido vivo, hace referencia en la misma entrevista al estudio de las capas de sal que esconden vegetación de marismas saladas en canales trazados por la marea y expone: "se desarrolla un tipo de sedimento muy peculiar: una estructura laminar dominada en su totalidad por bacterias. Son sedimentos de unos 2 cm de espesor, donde la superficie del suelo está cubierta por millones de organismos que interaccionan entre si y que mantienen su equilibrio gaseoso. Estos pocos centímetros de sedimentos rebosan de vida. Actualmente tenemos una lista de especies con cerca de doscientos tipos diferentes, y estamos lejos de completarla. Nadie estudia estos organismos, ya que no causan enfermedades ni contaminan los alimentos; no tienen ningún interés económico. Ahora bien, son en realidad un tejido vivo altamente organizado de la superficie de la Tierra. Las alfombras bacterianas tienen varias capas que interaccionan entre sí de diversas formas, produciendo y eliminando gases. Tienen un tipo de organización que cualquier médico podría identificar pues es análoga al de los tejidos orgánicos. Hemos ignorado que la Tierra no sólo está viva en el sentido obvio de grandes organismos vivientes, sino que también el suelo está altamente organizado".

Visión goetheana

En el estudio preliminar de la obra "Teoría de la naturaleza", (Goethe, 1997), Sánchez Meca señala: "Cuando se presta atención a los escritos científicos de Goethe, un rostro poco conocido de éste se nos muestra. No el de insigne poeta y dramaturgo, capaz de suscitar tanta admiración y entusiasmo como para poder ejercer un indiscutido reinado literario que dura ya dos siglos, sino el de un hombre obsesionado por penetrar en el secreto del «orden móvil» de la vida, de la síntesis viviente de necesidad y libertad, que busca sin descanso el modelo teórico capaz de captar las regularidades ideales en el devenir temporal de las metamorfosis de las formas" y posteriormente se encuentra esta idea "en la polémica entre Goethe y Newton se produjo una genuina competencia entre teorías.... el punto de vista de Goethe habría tenido un mayor éxito si hubiese existido entonces, como hoy, la necesidad de conservar el medio ambiente y «si lo importante no fuera sólo la naturaleza, como campo de posibles manipulaciones, sino también el papel de la naturaleza en la vida del hombre; si lo importante no fueran sólo los experimentos del hombre con la naturaleza, sino también la experiencia de sí mismo que el hombre hace por mediación de la naturaleza». Goethe dio gran importancia a la observación empírica y se definió como un contemplador de formas captadas a la vez en su concreción y en la armonía que las une. Por tanto tenía un concepto de ciencia en la línea de los que actualmente propugnan por pasar del análisis a la síntesis, de la visión fragmentaria a la visión global, del estudio de las partes aisladas al de la totalidad.

NUEVOS PARADIGMAS CIENTÍFICOS

De todo lo anterior puede deducirse que en la actualidad están emergiendo nuevos paradigmas que, como señala Kuhn (Bohm y Peat, 1998), "no son sólo una teoría científica sino una manera de trabajar, pensar, comunicar y percibir".

Todavía no se perciben cláramente porque, de momento, no ha cambiado sensiblemente la infraestructura tácita, prácticamente inconsciente, que invade el trabajo y el pensamiento de la comunidad científica ya que se mantienen las técnicas e ideas que se transmiten durante el aprendizaje de un científico, por ejemplo en la Universidad. Esto tiene lugar porque en los últimos siglos se ha llegado a tener la sensación de que la ciencia puede conducir a cierta verdad absoluta sobre la naturaleza y que la verdad, tradicionalmente enmarcada en las ideas religiosas, puede llegar a ser encontrada en el trabajo de los científicos.

Sin embargo, la propia dinámica del método científico occidental que implica el desarrollo de nuevas formas y teorías más amplias capaces de describir fenómenos nuevos, siempre amplía nuestros puntos de vista y sugiere que hay que estar dispuestos a aceptar cambios interminables en los conceptos básicos.

A este respecto conviene hacer algunas observaciones sobre el proceso de adquisición de conocimiento:

- Lo que llamamos percepción corresponde a un proceso en el que participan nuestros órganos sensoriales, pero se elabora en el interior de la mente. Por tanto, hay un elemento subjetivo en nuestro conocimiento sensorial, derivado de los planteamientos mentales y sociales en los que se desarrolla la ciencia.

- Actualmente, la aproximación al conocimiento de la naturaleza se fundamenta, en gran parte, no en la percepción directa, sino en los datos obtenidos utilizando complejos equipos instrumentales, construidos a partir de las teorías imperantes. Ellos, a su vez, predisponen al científico a percibir la naturaleza a través de esas teorías y a planificar los nuevos experimentos.

- Es necesaria reconsiderar la visión Kantiana en cuanto a que nuestra capacidad de conocimiento se limita a lo empírico y a lo racional.

Las dos primeras han sido abordadas por numerosos investigadores (Bohm y Peat, 1988) pero se escapan de las posibilidades del presente estudio. Respecto a la última, son interesantes y esclarecedoras las aportaciones de Wilber que con su extensa obra construye lo que él llama generalizaciones orientadoras de las diferentes ramas del conocimiento, desde la física, a la biología, la psicología y la teología, llegando a conclusiones sorprendentes y a menudo muy profundas. Proporcionan un amplio mapa orientador del lugar de los hombres y de las mujeres en relación al Universo, a la vida y al espíritu presentando un Universo coherente, una trama de conexiones con un sentido concreto y sustentada en un orden.

Según este autor la existencia está graduada y con ella la cognición. Es decir, existen niveles de ser y niveles de conocimiento. Lo absoluto es tanto el nivel más alto de la realidad como la condición o naturaleza real de cada nivel de la realidad. Es el peldaño más alto de la escalera, y es la madera de la que esta hecha la escalera. Las diferentes disciplinas, al igual que los niveles a que se refieren, son jerárquicas, de manera que cada una transciende e incluye a su predecesora pero no a la inversa. Por ejemplo, el estudio de la biología utiliza la física pero el estudio de la física no emplea la biología. En este sentido plantea seis niveles para las diferentes disciplinas (Wilber, 1997):

El estudio del nivel 1 es básicamente el de la física y la química, el estudio de las cosas inertes. El nivel 2 es la esfera de la biología, el estudio de los procesos vivos. El nivel 3 es el de la psicología (cuando se «conecta» el conocimiento) y la filosofía (cuando se «desconecta»). El nivel 4, lo sútil, es el ámbito de la religión que persigue la intuición arquetípica. El nivel 5, el causal, no persigue tanto experiencias superiores como la transcendencia de toda dualidad sujeto-objeto. El nivel 6, corresponde a la conciencia última.

La aproximación a estos niveles (Wilber, 1994) se hace teniendo en cuenta que los seres humanos disponen, por lo menos, de tres formas de adquirir conocimiento, de tres ojos, el ojo sensorial , por medio del cual percibimos el mundo del espacio, el tiempo y los objetos (conocimiento sensorial), el ojo de la razón o mental, que nos permite alcanzar el conocimiento de la filosofía, de la lógica y de la mente (conocimiento simbólico). y el ojo de la contemplación o espiritual, mediante el cual tenemos acceso a las realidades transcendentes (conocimiento espiritual). Es importante tener en cuenta que, según este autor, el ojo de la mente, aunque depende del ojo sensorial para adquirir parte de su información, lo incluye y lo trasciende. De igual manera el ojo de la contemplación es transracional , translógico y transmental.

La ciencia empírico-analítica no es más que el cuerpo organizado de conocimiento verificable que nos ofrece el ojo sensorial (lo detectado por los cinco sentidos o sus extensiones). Obviamente esta ciencia también utiliza el ojo de la razón y el de la contemplación para la intuición creativa.

Antes del año 1600 el conocimiento humano estaba dominado por la Iglesia, por el dogma, que no diferenciaba entre el ojo de la contemplación el ojo de la razón y el ojo sensorial. Nadie se preocupa por emplear el ojo sensorial y mirar sin más el mundo natural. Galileo y Kepler lo hicieron y esa especial forma de mirar constituyó el descubrimiento del método científico. Sin embargo, a pesar de los grandes logros, también se han cometido errores en especial el error categorial que tiene lugar cuando uno de los reinos pretende sustituir totalmente al otro o como también podríamos decir, cuando las cosas (mundo sensorial ) se confunden con los pensamientos (mente) o estos se confunden con las visiones transcendentes (contemplación). Cuando esto ocurre los hechos intentan reemplazar a los principios y los principios terminan tratando de sustituir a Dios. La sensación, la razón y la contemplación, revelan sus propias verdades en sus propios ámbitos. Por tanto, una nueva respuesta científica a una pregunta filosófica será necesariamente insatisfactoria y fuera de lugar, del mismo modo que una solución filosófica a una pregunta científica estará vacía de significado y no será científicamente válida.

Surgen ahora las preguntas ¿qué entendemos por ciencia en el nuevo paradigma? ¿Cómo se transmiten las nuevas ideas?.

Ante la primera pregunta Wilber (1994) matiza "no científico ha llegado a significar, por diversas razones, no verificable, y real o cognitivamente inválido. Según esto, si por «no científico» entendemos «no susceptible de observación y de verificación directa» por «científico» deberíamos entender todo lo contrario. Pero si esto fuera así, la ciencia no sería la simple verificación (o refutación) empírica porque entonces cualquier disciplina, comenzando por las matemáticas sería «no científica». Debemos entender el término ciencia en su sentido más general, como cualquier disciplina que clara, sincera y conscientemente permanezca abierta a las tres vertientes de recogida y verificación de datos".

Ante la segunda pregunta contesta (Wilber, 1997b) "La conciencia global no es una creencia objetiva que pueda ser enseñada a nadie, sino una transformación subjetiva de las estructuras internas para que puedan mantener esa creencia". Los problemas ecológicos no se resolverán mientras no se muestren interés por las dinámicas internas de la persona, por muchos datos abrumadores que se presenten.

En la tabla II se recogen las analogías entre la ecoagricultura y la ecomedicina a partir de los nuevos paradigmas emergentes.

Tabla II. Analogías entre la ecoagricultura y la ecomedicina derivadas de la visión holística

Ecoagricultura

Ecomedicina

La vida es consecuencia de un principio de organización que coordina constantemente la materia.

La vida es consecuencia de un principio de organización que coordina constantemente la materia.

La finca se entiende como un organismo, en el que el todo es más que la suma de las partes.

La persona es un organismo en el que el todo es más que la suma de las partes.

Se pretende mantener la finca en estado de salud.

Se pretende mantener la persona en estado de salud.

La persona es responsable de la salud de la finca.

La persona es responsable de su salud.

Es fundamental un manejo de la finca cuyo objetivo sea prevenir las posibles patologías (rotaciones, fertilidad, laboreo adecuado....).

Es fundamental una aptitud personal que prevenga las enfermedades (buena alimentación, ejercicio físico, descanso adecuado....).

Los insectos, los hongos, bacterias o virus, son factores sintomáticos de un transtorno biológico subyacente.

Los insectos, los hongos, bacterias o virus, constituyen factores sintomáticos de un transtorno biológico subyacente.

Las causas subyacentes de las plagas y enfermedades pueden ser debidas a una mala fertilidad, a una simplificación del sistema, un mal laboreo, etc.

Las causas subyacente de la enfermedad hay que buscarlas en una mala alimentación, falta de ejercicio, tensión emocional excesiva, etc.

Ante las enfermedades y plagas se trata la finca en su conjunto.

Ante la enfermedad se trata al organismo en su conjunto.

Se pretende utilizar técnicas adaptadas al ambiente y a la cultura.

Se pretenden utilizar técnicas adaptadas a la capacidad personal y ambiental.

Cultivos siguiendo los ritmos naturales.

Sistema de vida siguiendo los ritmos naturales.

Agricultura biodinámica.

Medicina antroposófica, homeopatía.

Se pretende conseguir mínima contaminación.

Se pretende conseguir mínima contaminación.

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