La ciencia ante los retos del siglo XXI . Agricultura Ecológica

DAVID SEMPAU

Cierta cartografía del Tiempo

El recuento de este misterioso concepto que denominamos "tiempo" es cuestión de pura convención. Valga co- mo ejemplo de ello el hecho de que, lo que en Occidente denominamos año 2000 -y sobre lo que no parecemos ser capaces de ponernos de acuerdo ni tan sólo en si es o no es el inicio de un nuevo Siglo y un nuevo Milenio- es, según los budistas el año 2544, para los musulmanes el 1420 y el 5760 para los judíos.

En cualquier caso, bienvenido sea el advenimiento de un nuevo "siglo" de un nuevo "milenio', si con ellos tiene que ve- nir la reflexión que tanto precisa el modelo occidental de 'civilización" (o de falta de ella) que, como un tumor maligno, se va extendiendo mucho más allá de las fronteras de¡ "Occidente'geográfico.

Valga pues esta primera reflexión, pa- ra desmitificar la parte de¡ título de¡ pre- sente trabajo que alude al "Siglo XXI", ci- ta destinada únicamente a rendir cortés pleitesía a esta ilusión colectiva que de- nominamos calendario. conocimiento", en la medida en que nos dicta qué actitud tomar en relación con éste, qué hacer o no hacer con él, a qué aplicarlo y a qué no, etc., etc'

De¡ mismo modo que no resulta recomendable dejar en manos de un niño un arma de fuego cargada, tampoco lo es confiar "conocimientos", "tecnologías" y "recursos", a quienes no estén dotados de la sabiduría adecuada (léase: reve- rencia, prudencia, humildad, templanza, amor, compasión y ecuanimidad), para manejarlos.

Nos topamos aquí con una reflexión directamente relacionada con la ciencia. Todo científico debería tener el derecho y la obligación de estar puntualmente informado de¡ alcance, los objetivos y las posibles consecuencias de¡ fruto de su tra- bajo. Asimismo, la sociedad humana debería ser capaz de dotarse a sí misma de los mecanismos y los recursos adecua- dos, que la pusieran al abrigo de una "ciencia' desprovista de "sabiduría", má xime cuando ésta estuviera manifiesta- mente al servicio de los intereses espurios de¡ capital anónimo transnacional, para el que el concepto de "globalización" consiste en socializar las pérdidas y los ries- gos y privatizar los beneficios.

Tal vez haya llegado la hora de abandonar el culto a la "información "y al "conocimiento" para comenzar a honrar a la "sabiduría", sin la cual cualquier esfuerzo por aumentar nuestros 'conocimientos" no hará más que agravar nuestros problemas.

Información, conocimiento y sabiduría

"Aldea global", "Era de la Información"... ¿y qué? Para empezar, ¿qué in- formación? ¿Quién la controla? ¿Quién de- cide sobre qué hay que informar y cómo hay que hacerlo? No por mucha información aumentará nuestro conocimiento. tA-@ creación de conocimiento requiere de¡ tiempo, de¡ espacio y de la actitud necesarios para poder seleccionar, destilar, re- finar y metabolizar la información. El diluvio de información es, por consiguiente, directamente contrario a la creación de las circunstancias favorables para la generación de conocimiento, en la medida en que absorbe, precisamente, este tieffi- po, este espacio y esta actitud indispensables para esta. génesis.

Pero es que, aún en el supuesto de que una mayor información (verídica, ho- nesta,, imparcial, objetiva ... ) nos permitie- ra generar más conocimiento, ¿seríamos por ello más sabios? Podríamos afirmar que la sabiduría constituye la "ética del

Aspectos históricos

Según la descripción que de ella nos da el diccioryar,,@D, debemos entender por "ciencia" el "Conjunto cae conocimientos objetivos (exactos o abioximados) de las cosas, obtenido por medio del razona- miento ordenado, al aplicar métodos de observación y experimentación".

De acuerdo con esta vertiente aludida de ' observación, descripción y explicación de fenómenos naturales', la ciencia antigua era eminentemente contemplativa. De hecho, la palabra "teoría' significaba en griego antiguo "contemplación" (de theórds, 'espectador, observador'). Conocer consistía pues en descubrir el orden del mundo -tal vez aquel "principio organizativo inherente" al que se refiriera Jan Christian Srnuts en su Holísm and Evo- lutionl, oeste "orden implicado" al que se refiere David Bohm en su Wholeness and the lmplicate Order_2, así como en gozar de esta contemplación. Según Aristóteles (384-322 a C), contemplación y dicha eran una misma cosa. Con Francis Bacon (1561-1626) y René Descartes (1596- 1650)'@in embargo, la ciencia experimental iba a caracterizarse por el rechazo, precisamente, de esta actitud contemplativo: la palabra clave iba a ser "acción", el ob- jetivo la utilización "práctica' de los frutos del saber. Se pá"a así de una "ciencia" respetuosa y reverente con la Naturaleza, a otra cuyo objetivo consiste en la mani- pulación y el sojuzgamiento de la misma; a una ciencia puramente operativo, des- vinculada de toda perspectiva espiritual, astutamente adaptada a los hábitos men- tales y a las necesidades materiales de la burguesía moderna.

1 De este modo Occidente iría deslizándose, poco a poco y de forma sutil e inadvertida, hacia una noción de "ciencia" equivalente a la de "conocimiento utilizable", 'es decir, explotable, comercializable, vendible. Los proyectos de investigación científica pasarían a depender ca- da ve7 más de los intereses de¡ capital. Quien paga a los músicos escoge la can- ción hasta que llegamos, ya en nuestros días, a disparates "cientffíelos'como el DDT (cuya invención mereciera en su día un Premio Nobel), las "vacas locas', los "pollos con dioxínas' o la manipulación genética de especies, nunca desde cri- terios de prudencia y precaución y con objetivos de interés general, sino desde la mayor irresponsabilidad, con el único objetivo de¡ máximo beneficio dinerario en el mínimo tiempo posible y con la aquiescencia, cuando no la complicidad, de los representantes y administradores de la ciudadanía.

Ciencia y tecnología

Esta noción de "cíencía "como medio para la manipulación y dominación de la Naturaleza ha ido generando una confu- sión generalizada,' en la que tendemos a confundir ciencia con tecnología. Los avances de¡ "saber'se mezclan así con los de¡ "hacer", en una apoteosis de au- toafirmación que nos aleja, cada vez más, de¡ contexto natural al que pertenecemos y de¡ que dependemos. Sin embargo y co- nw señala Neil Postman en su artículo ti- tulado Blessíng or Burdán? (¿Rendicíón o servidumbres', antes de ace@tar una tec- nología deberiamos preguntarnos:

- ¿Qué problema pretende resolver?
- ¿De quién es ese problema?
- ¿Qué nuevos problemas nacerán al tra- tar de resolver ese problema?
- ¿Qué personas e instituciones se verán más perjudicadas por la aplicación de esta nueva tecnología?
- ¿Qué,cambios en el lenguaje provocará?
- ¿Qué nuevas fuentes de poder econ6- mico y político surgirán como conse- cuencia de su aplicación?

Efectivamente, la transformación de una tecnología en "próducto'siempre pro- vocará un realineamiento de¡ poder eco- nómico y político. Probablemente, a esto es a lo que se refería E. F. Schumacher con su "tecnología a escala humana", una tecnología que se planteara, antes que na- da y por encima de cualquier otra consi- deración de interés particular, el interés colectivo, la atención a las verdaderas ne- cesidades (por ejemplo, el hambre en el mundo) y no a las creadas e impuestas por la civilización de¡ consumo irrespon- sable, así como las consecuencia§ de su eventual aplicación.

CIENCIA con mayúsculas

Desde que Heisenb)ffpforrnulara su "principio de indeterminá@cióW-,,,ila,cien- cia de vanguardia ha ido evoludicimando hacia postulados de creciente humildad, validando tal vez aquella frase que pro- nunciara Mohandas "Mahatrna" Gandhi afirmando que, "el verdadero conocimiento es el que nos hace humildes". los verdaderos científicos, los que tra- tan de poner su saber y su esfuerzo al ser- vicio de la Humanidad y no de¡ mejor pos- tor, son plenamente conscientes de que el conocimiento es algo parecido a un glo- bo hinchaba: cuanto más lo llenemos de contenido, mayor será su superficie de contacto con lo desconocido. Efectiva- mente, no hay punto final. Desde esta ac- titud de perpetua humildad ante la incon- mensurabilidad de lo que no conocemos, desde la reverencia que debería inspirar- nos aquello que nos supera por todas partes, desde el principio de precaución que debería aconsejarnos la abstención prudente antes que la acción irresponsable, la CIENCIA con mayúsculas tiene ante sí un camino apasionante en el servicio a la Humanidad, siempre dentro de¡ respeto por el medio natural que nos sustenta y al que, sin duda alguna, pertenecemos.

¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos? ¿A dónde queremos ir'?

En ocasiones y para ilustrar el ciego decurso de nuestra civilización, David Orrl suele contar, en alguna de sus charlas y con el sentido del humor que le caracte- riza, la anécdota del piloto de avión que, dirigiéndose por el sistema de megafonía a los pasajeros, les dice, "Señoras y se- ñores pasajeros, les habla el comandan- te. Tengo dos noticias para ustedes, una buena y otra mala. La buena es que va- mos según el horario previsto, la mala es que nos hemos perdido". Efectivamente, tal sería probablemente la opinión de un observador extraterrestre que, a la vista de nuestros recursos y nuestra tecnología por un lado, y de nuestras desigualdades, nuestras injusticiaéi-sbiiiaies y nuestro des- precio por el medio natural que nos sus- tenta por otro, tuviera que enjuiciar nues- tra actitud y nuestro comportamiento.

@ Abundan los trabajos y las evidencias que manifiestan claramente que nos aden- tramos, con velocidad creciente y con ca- da vez menos posibilidades de enmien- da, en una vía de @nsostenibilidad en lo medioarnbiental, en lo económico y en lo social. Pero, ¿Qué hay detrás de tanta irresponsabilidad? ¿Qué causas podemos apuntar para tanto'despropósito? Simple- mente -como señala Pierre Thuillier en La Grande Implosíon: Rapport sur I'effondre- ment de I'Qccident, 1999-2002-,' la eco- nomía, actividad humana otrora al servi- cio de la humanidad, ha pasado a poner a lathümanidad a su servicio. ¡Qué lejos está esta@pseudoeconomia de la defini- ción que de "ecónomfa'nos da el diccio- nario como "prudente@administracíón de los recursos disponibles "!, Ya no adora- mos al becerro de oro sino, directamente, al oro del becerro.

Crisis

Poco a poco va creciendo, en la van- guardia internacional de¡ pensamiento, el convencimiento de que, como especie, la humanidad se aproxima a lo que en len- guaje sistémico se conoce como un "pun- to de bifurcación"-. una encrucijada histórica en la que el "sistema" social huma- no puede "saltar" a un modelo comple- tamente distinto. Los indicadores de la ín- minencia (según la escala temporal que se quiera utilizar) de tal salto son cre- cientes y revisten el aspecto característi- co de las fluctuaciones, cada vez mayo- res, que anuncian y preceden a tales en- crucijadas históricas., Como dice Fritjof Capra en El punto cruciall citando a Piti- rim Sorokin y a Arnold Toynbee, nos apro- xirnamos a una "crisis de crisis", a un cam- bio profundo de modelo de civilización. ¿Debería ello asustarnos? Depende. Ve- amos la etimología que para la palabra cri- sis nos propone, en su Breve diccionario etímológico de la lengua española,' el Dr. Guido Gómez de Silva:

CRISIS: 'momento decisivo, situación inestable'. Del latín crisis. Del griego krísís, 'punto decisivo', de krineíni 'se- parar, decidir', de¡ indoeuropeo krin- yo, de kri, de krei, variante de skeri-, ,cortar, separar'.

Por otro lado, el ideograma chino pa- ra "crisis" (weí-ji) se construye por yux- tápósición de los correspondientes a "pelí,qro"y "oportunidad'.'

Nada que temer pues de las crisis, a condición de valorarlas como 'momentos decisivos' y afrontarlas con volun- tad de:

1 - 'separar' lo accesorio de lo importante y lo negativo de lo positivo.
2. 'decidir' el camino a seguir y andar por él.
3. 'coirtarl las amarras con el pasado inmovilizador.
4. reconocer el 'peligro' de la inhibición. 5. aprovechar Inoportunidad' de cambio evolutivo,

En el escenario que nos ha tocado vi- vir se representan en la actualidad, de for- ma simultánea, dos obras distintas: la de la perpetuación y la de la innovación. Des- de la perspectiva de la autopoiésis (auto- construcción, creación de sí mismo) y la autoorganización, Fritjof Capra define la evolución como el "avance creativo hacia la novedad" '10 La biología nos enseña que la especie que se resiste al impulso evolu- tivo está condenada a la extinción. Por otro lado, la biología sistémica nos demuestra que la evolución no se produce de forma lineal y progresiva en el tiempo, sino que tiene lugar mediante "saltos evolutivos".

¿Un nuevo paradigma?

Ampliando al ámbito social la definición que de paradigma científico formulara Thomas Kuhn en su ensayo Qué son las revoluciones científicas," Fritjof Capra define el paradigma social corno:

El verdadero reto consiste pues en la superación de¡ actual nivel de percepción para situarnos en otro superior, más ele- vado, con mayor "perspectiva". Tal es el laborioso camino de la evolución. Tal es el reto que aguarda a quienes quieran despertar. Para hacer frente a este reto será necesaria la construcción colectiva de una nueva "constelación de concep- tos, valores, percepciones y prácticas', que nos conduzca a una visión de la realidad muy distinta de la actual que, a su vez, nos mueva a organizarnos en comu- nidades hur-nanas sostenibles.

es SOSTENIBILIDAD?

Sostenibilidad

En uno de sus trabajos más recientes, titulado "El lengü@aje de la NatUraleZa ", 13 Frifjof Capra define la sostenibilidad como la capacidad para "satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones, sin disminuir con ello la integridad del mundo natural ni las oportunidades de las generaciones venideras". Esta noción de sostenibilidad difiere notablemente, ampliándola, de la del famoso informe de la Comisión Brundtiand (1987) que, desde una perspectiva totalmente antropocéntrica, tan sólo se refería a "las necesidades de las generaciones venideras', obviando por completo toda referencia al respeto por el medio natural e insistiendo, de paso, en la necesidad de una aceleración del crecimiento eco- nómico, es decir, de la raíz misma de la degradación del medio natural, en los términos en que parece seguirse concibien- do, trece años después, la "economía".

Un modo de pensar, una forma de vivir

Para la plena emergencia de un nuevo paradigma que nos mueva a organizarnos y actuar de forma sostenible, re- sulta indispensable un cambio individual que preceda al cambio colectivo, cuyo cambio individual -o "camino interior" al que antes me referí- precisará, a su vez, de un nuevo modo de pensar que conduzca a nueva forma de vivir. La perspectiva de la ECOLOGIA PROFUNDA, es- cuela de pensamiento fundada por el fi- lósofo noruego Ame Naess a principios de los setenta, nos proporciona este modo de pensar.

Las religiones convencionales pierden terreno por momentos, Las ansias evolutivas de¡ ser humano no caben ya en sus estrechos planteamientos. Tal vez el desarrollo espiritual de la humanidad deba pasar, en esta encrucijada histórica que nos ha tocado vivir, por la recuperación de la armonía de¡ ser humano con el me- dio natural que le sustenta y de¡ que forma parte inextricable, no ya desde un planteamiento animista perteneciente al pasado, sino desde la plena consciencia, avalada cada vez más por la propia ciencia, de que macrocosmos y macrocosmos, átomo y galaxia materia y espíritu, son manifestaciones de una misma y única realidad omnipresente, a su vez en constante evolución .14

La ciencia ante los retos del Siglo XXI

Dos grandes tendencias caracterizan a la ciencia de vanguardia de nuestros dí- as. Por un lado están los partidarios de la huida hacia adelante a toda máquina y por otro los que, desde una comprensión ca- da vez más profunda de la realidad y de la mucho que desconocemos, postulan un cambio de rumbo hacia la humildad y el verdadero conocimiento.

Nuestro énfasis tecnológico 'ha tenido como consecuencia un desfase cada vez mayor entre desarrollo técnico y sabiduría (reverencia, prudencia, humildad, templanza, amor, compasión y ecuanimidad), entre la capacidad de hacer y la conveniencia de no hacer, entre la acción auto- afirmadora y la no-acción contemplativo. Ciencia, tecnología y economía no son intrínsecamente buenas o malas, Son, simplemente, actividades humanas, cuyas consecuencias podrán ser positivas o negativas, según sean los motivos que las inspiren. Como escribe David 0. Korten'5 en el epílogo de su obra El Mundo bajo las Corporaciones" la

"Una de las grandes y misteriosas maravillas del cosmos consiste en que, a medida que cada una de las etapas de nuestra evolución se consume en la preparación de la próxima, va generando el imperativo de desprender- se de lo familiar y dar un paso incierto hacia lo desconocido. Estoy entre los que creen que nos encontramos ante un momento así, invitados a cruzar el umbral de una nueva era. Un paradígma científico que ha desprecia- do en gran medida la consciencia, concentró nuestras energías vitales en la tarea de controlar los secretos de la vida y desarrollar unas capacidades técnicas, que abren hoy enormes posíbílidades para la construcción de comunidades sanas, dedicadas al desarrollo de nuestro crecímiento social, intelectual y espiritual. Hemos utiliza- do mal esta,-capacidad en múltiples forrnas terribles, quedando aún por demostrar nuestra madurez como espe- cie para utilizar con sabiduría estos poderes recientemente adquiridos. Es- ta misma tecnología, sin embargo, nos proporciona la capacidad para elímí- nar de la faz del mundo la necesidad física y la privación, para ofrecer a ca- da ser humano la libertad necesaria para poder dedicar una mayor parte de su tiempo y de sus energías, a ac- tividades más enriquecedoras que la lucha por-la supervivencia cotidiana, así como a restablecer nuestro equilíbrio con la Naturaleza.

... debemos ser constantemente conscientes de que estamos comprometí- dos en un acto de creación para el que no existen modelos. Somos todos aprendices en un proceso en des- pliegue, que requiere una mirada crí- tica en la búsqueda de la'brizna de verdad en cada idea y de la chispa de divinidad en cada persona. Estamos embarcando en lo que podría ser el cambio más profundo en la historia de la humanidad, que requerirá la plena manifestación del potencial creativo de nuestra especie. "

Ante la actual prepotencia de los intereses económicos frente a los de la sociedad y la Naturaleza, resulta indispensable que la ciudadanía recupere el protagonismo que le pertenece en la definición de su propio destino. De ello dependerán nuestra relación con la Naturaleza, nuestras vidas, las de nuestros descendientes y las de las demás especies que comparten con nosotros este pequeño planeta azul: nuestro hogar La Tierra.

¿Modificar la Naturaleza o modificar nuestros objetivos para con rmarnos a ella? He aquí la cuestión. Sin embargo, quizás en otro nivel de realidad y desde su correspondiente nivel de percepción - como postula la teoría de¡ Tercero Incluido de Stephan Lupasco-II, ambas ten- dencias (la 'ultra-tecnológíca "y la "ecológico-sístémica') deban llegar a ser par- tes de un mismo todo, de una estrategia global capaz de asegurar lá pervivencia de nuestra especie en armonía con la Naturaleza, con el apoyo de la ciencia y de la tecnología de vanguardia.

En la era apasionante que nos ha to- cado vivir, ¿será tal vez éste el verdadero reto que se abre ante la ciencia?.

EDUCERE. Asociación educativa sin ánimo de lucro.