Interacción agricultura de subsistencia y ambiente en la región semiárida de Puebla, México
S. Vargas López,* ** A. R. García Martínez,** M. Sánchez Rodríguez,** D. Castro Rodríguez*
* Colegio de Postgraduados, A.P. I-12, 72130 Col. La Libertad, Puebla, México.
** Universidad de Córdoba, Departamento de Producción Animal. Avda. Medina Azahara s/n, 14005 Córdoba (España).
Palabras clave: Agricultura tradicional, sistema agrosilvopastoril, ganadería familiar, parcela agroforestal.
Resumen
El objetivo del trabajo fue caracterizar y determinar las relaciones existentes entre las actividades agrícolas y ganaderas y las consideraciones medioambientales que los campesinos utilizan para sobrevivir en la región semiárida de Puebla, México. El uso del suelo fue para cultivos agrícolas (24,4%), ganadería (32,5%), bosque (2,4%) e improductivo (40,2%). La familia tuvo en promedio 6,1 integrantes (864 jornales disponibles/año), que cubren sus necesidades de alimentación con grano de maíz (1.146 kg), frijol (132 kg), huevo (85 kg), carne de pollo (66 kg), verduras (236 kg) y leña (1.481 kg) por año. Los componentes del sistema de producción son el traspatio, la parcela agrícola, la parcela de tipo forestal (agostadero) y la ganadería pastoril. El traspatio de la casa, es un ecosistema muy complejo donde la familia aprovecha al máximo la relación suelo-planta-agua-animal, la superficie mínima es de 250 m2, en donde tiene el resguardo de sus animales, plantas (ornamentales, medicinales, hortalizas y frutales), aves (que se alimentan de grano de maíz, malezas y larvas que crecen en el estiércol) y cerdos (alimentados con los desperdicios de la cocina, que no aprovechan las aves). La parcela agrícola (3,9 ha) es un ecosistema modificado que abastece de grano de maíz (2.115 kg), rastrojos (2.475 kg), frijol (389 kg), haba (35 kg), malezas de corte (2.229 kg), leña (444 kg), aguamiel (630 litros), insectos comestibles, verduras y forraje (pastoreo de animales). El agostadero abastece durante todo el año de leña (1.136 kg), madera (138 kg), forraje (1.248 kg) y fibra para artesanías (364 kg). En la ganadería pastoril se crían ovinos, caprinos, bovinos de trabajo y equinos. En todas las actividades agropecuarias los campesinos cuentan con calendarios desarrollados con el conocimiento que tienen de las condiciones naturales de la región y de los ecosistemas, lo que determina el éxito o fracaso de las decisiones en la unidad familiar de producción.
Introducción
En los últimos años, la apremiante necesidad de combatir la pobreza rural y regenerar la base de los recursos naturales de los pequeños agricultores, ha estimulado la búsqueda activa mundial de nuevos enfoques de desarrollo agrícola que involucren la participación campesina, el conocimiento, recursos locales y que estimulen la productividad (Altieri, 1996); varios enfoques se han desarrollado para explicar las relaciones complejas entre las actividades agropecuarias que desarrollan los productores de subsistencia, como los estudios en sistemas de fincas (Redclift, 1981), el desarrollo rural integral y la agroecología (Altieri, 1990).
La agroecología, que es uno de los enfoques más aceptados, proporciona las bases científicas para el estudio de la agricultura tradicional (Altieri, 1996), con la idea central de que un campo de cultivo es un ecosistema donde interactúan vegetales, animales, ciclo de nutrientes, relación predador/presa, competencia, comensalía y cambios sucesionales (Torquebiau, 1993; Hecht, 1996); capitalizando el conocimiento y la habilidad de los agricultores para reducir riesgos (Altieri, 1995; Gliessman, 1989a; García, 1996). Para el estudio de los agrosistemas se utiliza como metodología el enfoque de sistemas (Altieri, 1996). Los métodos de la agricultura agroecológica comprenden: rotación de cultivos; diversificación de ganado y cultivos; incorporación de materia orgánica y de nutrientes naturales al suelo; prácticas de conservación de suelo y agua; control biológico de plagas y la reducción del empleo de las sustancias químicas y mecanización (Epplin, 1991; Blklacich et al., 1991; Altieri, 1995).
Con relación al área de estudio, se ha señalado que se establecieron pueblos prehispánicos que tuvieron como actividades económicas la artesanía (elaboración de petate de palma y tule) y la agricultura en pequeñas superficie de tierra (Olivera, 1978; Acuña, 1985); con la conquista, los habitantes se convirtieron en estancieros, con lo que cambio el uso del suelo a una utilización agrícola-ganadera (Olivera, 1978), siendo la región importante en la producción de trigo hasta que se dio el reparto agrario en el año de 1920. Al tratarse de una región frágil y al utilizarse las tierras para el cultivo de trigo como monocultivo, trajo como consecuencia un deterioro muy avanzado del suelo; en la época actual la agricultura tradicional, continua con la utilización de estos suelos, obteniendo muy bajos rendimientos de cosechas y la preocupación más fuerte de los productores es la recuperación de los mismos. En los años 50, con la implantación de la revolución verde en la mayoría de los países en vías de desarrollo (Griffin, 1974), el área de trabajo fue considerada en los trabajos pilotos de modernización agropecuaria, sin embargo, por la pobreza de los suelos y la mala distribución de la precipitación, los productores del área de estudio no adoptaron los paquetes tecnológicos.
Con los antecedentes reportados en la literatura revisada, se considera importante aportar información que ayude a entender la relación entre agricultura de subsistencia y ambiente, sobretodo el conocimiento que los productores de subsistencia tienen de su medio ambiente para obtener, en condiciones muy difíciles, de la tierra productos para su alimentación y la generación de ingresos económicos que le permiten sobrevivir en regiones deterioradas y como están haciendo frente a la recuperación y conservación de los recursos naturales.
Materiales y metodología
El estudio se llevó a cabo en la región semiárida del estado de Puebla, México, que comprende los municipios de Tecali de Herrera, Cuautinchán y Tzicatlacoyan, que abarcan un total de 32 comunidades, superficie de 57.683 ha y 2.897 unidades de producción. El clima del área de estudio cae dentro de la clasificación AC(W1)(W) que se describe como templado subhúmedo con régimen de lluvias en el verano (promedio anual de 700 a 800 mm) y menos del 5% de la precipitación cae durante el invierno; como características sobresalientes de las lluvias son que inician a finales de mayo y terminan a principio de octubre, con un período de sequía ("canícula") muy marcado de mediados de julio a finales de agosto. La temperatura promedio de varios años osciló entre 16 y 18 oC. La clasificación del uso del suelo fue 24,4% agrícola, 32,5% pecuario, 2,4% forestal y 40,7% improductivo.
La unidad básica de estudio fueron 74 unidades familiares de producción y como metodología de trabajo se utilizó el enfoque de sistema de finca propuesta por Tienhoven et al. (1982) y Hildebrand et al (1993). El trabajo tuvo una duración de dos años (agosto 1997 a agosto 1999), donde se abordó la revisión de la información documental disponible acerca del marco ecológico, socioeconómico y de las tecnologías que se han desarrollado para la región. La caracterización de las unidades de producción y el sistema de producción tradicional se realizó con la información obtenida de los diferentes componentes. En la familia se obtuvo información de integrantes, del productor (edad, escolaridad), mano de obra, ingresos, tenencia de la tierra y medios de producción. En los cultivos agrícolas se obtuvo información acerca de la superficie agrícola, tecnología, insumos, plagas y enfermedades, diversidad de cultivos, medios de producción, productos y subproductos obtenidos, comercialización, costos y prácticas de conservación de suelos y agua. En la ganadería se obtuvo información de las especies en manejo, estructura de rebaño, alimentos y alimentación, reproducción, sanidad, productos obtenidos, comercialización, ingresos, insumos utilizados y costos de producción. En el agostadero se obtuvo información de la superficie, tipo de suelo, especies forrajeras, productos obtenidos e ingresos. Como material de trabajo se utilizaron fotografías aéreas a escala 1:50.000 y cartas topográficas editadas para el área de estudio. Para el análisis de la información se utilizarán tablas de frecuencias y promedios.
Resultados
El sistema campesino de subsistencia se presenta en la Figura 1, en la cual se observa que los componentes principales son la familia, parcela agrícola, ganadería y agostadero.
Componente Familia. Las familias de área de estudio tienen en promedio 6.1 miembros. Los productores tienen una edad promedio de 46,7 años y escolaridad de 4,4 años. Para la alimentación de la familia (consumo promedio anual) se utiliza principalmente maíz (1.146 kg), verduras frescas (236,3 kg), frijol (131,7 kg), huevo (85,2 kg), pollo (65,8 kg) y arroz (58,9 kg) y es bajo el consumo de otros alimentos (Tabla 1). Para la compra de los productos de primera necesidad que no se producen al interior de la unidad de producción las familias utilizan en promedio US$ 1.819.
Componente agrícola. La clasificación que realizan los productores de los suelos son: "pedregoso" (Litosol), "tepetate" (Xeroxol) y "barreal" (Cambisol). El tamaño promedio de la parcela agrícola fue de 3,9 ha. Como cultivos principales los productores (100%) siembran la asociación maíz-frijol-calabaza y el 27% siembra trigo como monocultivo. En maíz tienen dos tipos diferenciados por el color (azul y blanco). El maíz azul se siembra en pequeñas superficies, para consumirse antes de que madure el grano ("elotes"), ya que cuando este es secado y almacenado es fácilmente atacado por las plagas de los graneros. El maíz blanco ocupa más del 90% de la superficie cultivada por las familias, entre los ecotipos identificados por los productores se encuentran el "bolita" y "olotillo", aunque hay otros que se pueden observar por la variabilidad de las plantas en los terrenos de cultivo. En frijol tienen variedades bien diferenciadas: "ayocote", "capulín", "mantequilla", "flor de mayo" y "enredadera". La producción de granos que las unidades de producción cosechan al año fue de 2.115 kg de grano de maíz, 389 kg de grano de frijol, 682 kg de trigo (lo siembran 27% de las familias) y 2.475 kg de rastrojo (Tabla 2). Como principal fuente para proporcionar nutrientes al suelo se encuentra el abono orgánico proveniente de los animales domésticos (90.5% de los productores) y en menor proporción los fertilizantes químicos (54% de los productores).
Para la conservación de suelo y agua, desde 1980 los productores han participado, por iniciativa personal o fomentado por el gobierno, en programas de conservación de suelo y agua, con la construcción de terrazas de formación paulatina y muros piedras para la contención del suelo. Lo datos encontrados reportan que 68,8% de los productores de la región han construido zanjas y/o bordos en los límites de las parcelas y 24% han establecido muros vivos; en total 84,8% de los productores han fomentado el establecimiento de sistemas agroforestales en terrazas de vegetación arbórea de "coatillo" (Ensenhartia polystachya), que es una leguminosa nativa forrajera, y "maguey" (Agave spp), entre las terrazas establecen los cultivos tradicionales. Para el caso de los bordos (20% de las obras realizadas), los productores los construyeron con el apoyo de programas oficiales.
Componente ganadero. Los productores manejan una combinación de especies animales (Tabla 3), que incluye animales de trabajo (bovinos y equinos), pequeños rumiantes (cabras y borregos) y animales de traspatio (aves y cerdos). La combinación animales de trabajo-caprinos-animales de traspatio es la más importante en la región (40,5%). Los productores manejan en orden de importancia aves (89,2%), equinos (71,6%), caprinos (64,9%), bovinos (52,7%), cerdos (51,3%) y ovinos (39,2%). El promedio de animales que manejan es de 22,7 caprinos (rango 1-69), 16,7 aves (rango 1-52), 12,8 ovinos (rango 1-55), 3,2 bovinos (rango 1-8), 2,6 cerdos (rango 1-13) y 2,3 equinos (rango 1-6). Como objetivos de la producción, 100% de los productores reportó que utiliza a los bovinos como animales de tiro y a los equinos como medio de transporte. Los ovinos y caprinos se crían como ahorro de la unidad de producción (100% de los productores) y se venden en caso de urgencias económicas familiares y para la compra de insumos agrícolas. Las aves se destinan 96% al autoconsumo y el resto para venta. Los cerdos se destinan 100% para la venta en el mercado local.
Componente agostadero. La leña es uno de los principales productos que utilizan como combustibles los productores de la región (97% ), la cual se extrae de áreas ejidales (70,25 % productores), de la parcela agrícola (62,2% productores) y parte es comprada (8,1% productores); en promedio las familias utilizan 1481 kg de leña/año (rango de 480 a 3.360 kg/año) para la preparación de alimentos. La extracción de madera para usos domésticos la realiza el 67.7% de los productores, principalmente de las inflorescencias de Agave spp, con promedio de 137,7 kg por familia. La extracción de fibra la realiza 23% de los productores, con promedio de 364,3 kg cosechados por año. El Aguamiel se extrae por 16,2% de los productores, con una cantidad promedio de 630 litros/año, que se utiliza para la elaboración de pulque para el consumo regional.
Discusión
En el análisis realizado del sistema de producción de subsistencia que practican los campesinos del área de estudio este queda comprendido dentro de los sistemas agroforestales reportados por Altieri (1990) y Gliessman (1989a, 1989b), donde los campesinos con los amplios conocimientos que tiene del potencial productivo de las plantas y animales, del ambiente biofísico y de las políticas de estado logra obtener de la tierra productos que requieren las familias para consumo directo y sus satisfacciones culturales; de acuerdo con el trabajo y lo reportado por Vargas (1990), mientras más pobres son las familias, éstas hacen un mayor uso de los recursos naturales para sobrevivir.
En el componente familia es importante señalar que el número de integrantes sigue siendo elevado, igual al reportado por Amachi (1986), ya que las familias culturalmente tienen los hijos que en forma natural pueden tener, lo que también les da una seguridad económica cuando se alcance la vejez, bajo el supuesto de que alguno de los hijos contribuirán económicamente en ayuda de los padres. La alta tasa de crecimiento de la población rural hace que la mayor parte de la población económicamente activa emigre a las ciudades o a Estados Unidos en busca de empleo, quedando en las comunidades los jefes de familia, ancianos y niños.
En la parte agrícola es importante resaltar que desde tiempos prehispánicos la población de la región ha sido dependiente del cultivo del maíz, como lo señala Olivera (1978), por lo que existe una cultura muy grande alrededor de este cultivo, donde se han desarrollado variedades resistentes a sequía y plagas, tecnología de producción, conservación de granos y toda una cocina regional. La parcela agrícola es un ecosistema modificado como lo señala Torquebiau (1993) y Hecht (1996), donde la familia interviene como parte de la misma, consumiendo malezas e insectos que son nocivos a los cultivos agrícolas, por lo que es durante la época de lluvias donde la familia tiene una dieta más diversificada, ya que la completa con gusanos, insectos y verduras. Es importante señalar que, los animales monogástricos (aves, cerdos) su dieta depende en más del 60 % de las malezas durante la época de lluvias.
La lluvia (cantidad y distribución dentro de años) es uno de los factores que más afectan a la agricultura tradicional; cuando las lluvias inician a tiempo, los productores siembran la asociación Maíz-frijol-calabaza; cuando las lluvias se retrasan hasta el mes de julio, los productores dejan los terrenos para el cultivo de trigo y si no se pudo sembrar ningún cultivo los suelos se dejan en descanso y cosechan al final del período de lluvias las hierbas (malezas) que crecen en los terrenos para la alimentación de los animales. Dentro del período de lluvias la sequía es otro problema que continuamente obliga a los productores a tomar ciertas previsiones, así cuando la sequía se prolonga por más de 45 días, las cosechas se pierden pero el productor durante el deshierbe deja las plantas "acahual" (Simsia amplexicaulis), "quintonil" ( Amaranthus hybridus) y "malva de campo" (Malva parvifolia), que como última oportunidad se cosecha para alimentar a sus animales. Las variedades de maíz que ha desarrollado también se caracterizan por una alta resistencia a la sequía, ya que el caso del frijol ayocote es capaz de rebrotar de las raíces que quedan después de una sequía severa.
Los insumos más importantes para la producción agrícola los proporcionan los animales domésticos, la fuerza de tracción para las labores procede de los bovinos y equinos, los fertilizantes provienen del estiércol de los animales y los ingresos para comprar fertilizantes se obtienen de la venta de pequeños rumiantes, aunque en años recientes se ha utilizado como biofertilizante al Azospiryllum spp, que es una bacteria que al inocularse en la siembra proporciona ventajas por la fijación de nitrógeno que realiza la planta de maíz; los productores mencionan que el Azospiryllum tiene la ventaja de que en los años malos (de lluvia escasa y mal distribuida) proporcionan igual rendimiento que la utilización de fertilizantes químicos, pero en años buenos (precipitación uniforme a través de la estación de lluvias) la mejor cosecha es con fertilizantes químicos.
Con la integración del componente arbóreo en las áreas de cultivo como lo señala Torquebiau (1993), los campesinos están aprendiendo a manejar una parcela agroforestal multiuso, que produce granos, forrajes, leña e ingresos por la venta de otros productos como fibra y aguamiel; por lo que en el futuro el manejo agrícola de las áreas deterioradas de subsistencia será la utilización de los sistemas agroforestales con especies nativas como lo reporta Epplin (1991), Blklacich et al. (1991) y Altieri (1995) y con la integración la producción animal como se ha reportado por Sánchez (1995).
En el componente ganadero, los campesinos no tienen una cultura bien desarrollada para el manejo de los animales domésticos, ya que ésta es una actividad relativamente nueva (70 años) si se compara con los conocimientos que se tienen para los cultivos agrícolas tradicionales. La disponibilidad de mano de obra y de terrenos agrícolas son los dos factores más importantes para definir que especies animales se van a criar en la unidad de producción, siendo la producción de aves y cerdos criadas por las familias más empobrecidas, seguidas por las que crían pequeños rumiantes (ovinos y caprinos) y los que tienen mayores recursos se orientan a la cría de bovinos de trabajo. Los productores de subsistencia han seleccionados animales que pueden desarrollarse y aún producir en condiciones de subnutrición y sin ningún calendario de manejo.
Como problemas se pueden señalar, que la ganadería ha contribuido al deterioro del suelo y vegetación, al mantener una alta carga ganadera como lo señala FAO (1993), que en las fotografías áreas de la región de estudio se observó un deterioro radial alrededor de las comunidades, ya que son las áreas de pastoreo cercanas donde los animales pasan el mayor tiempo, lo que no da oportunidad al rebrote de las plantas, por lo que, para un manejo futuro de las áreas de agostadero, se debe sustentar en la dinámica de crecimiento (tasa de rebrote) de las principales especies forrajes que consumen los animales. Por otro lado se pudo observar que, en las comunidades que han cambiado su actividad económica hacia la artesanía, los suelos se han cubierto de gramíneas que son fuente de combustibles para los incendios; por lo que el sobreuso por los animales domésticos y el descanso total son perjudiciales a la vegetación y suelo, como lo señala Dalibard (1995).
Las alternativas que los productores han estado introduciendo en la ganadería son el desecho de animales de poco uso o improductivos, implementación de calendarios de manejo, cambiar de un sistema extensivo a un sistema semiestabulado en la época de mayor escasez de forraje, mejora genética de los animales criollos, introducción de nuevas especies forrajeras en su sistema de producción agrícola tradicional para la producción de grano y forraje (girasol, sorgo, trébol), incorporación de criterios económicos para la selección de las especies animales a manejar y una intensa capacitación de los productores para crear una cultura ganadera dentro de un sistema de agricultura de subsistencia
Conclusiones
La estrategia de sobrevivencia de las familias en el sistema de producción de subsistencia de la región semiárida de Puebla, México, está determinada por el conocimiento que los productores tienen de las plantas nativas, cultivos y animales, así como de un amplio conocimiento del clima y de las políticas de estado; todos estos factores unidos a la cultura de los pueblos determinan el funcionamiento de su sistema de producción. Los componentes principales del sistema fueron la familia, ganadería, la parcela agrícola y el agostadero, los cuales proporcionan la fuerza de trabajo, alimentos para el consumo de las familias y sus animales y los productos generadores de ingreso. Es la agricultura la actividad productiva donde se ha generado el más amplio conocimiento de tecnologías y para adaptar al medio biofísico las plantas nativas y cultivadas, por lo que la parcela agrícola es un ecosistema modificado donde el hombre forma parte de la cadena trófica, al utilizar para su alimentación plantas e insectos que son perjudiciales a los cultivos. La producción animal se encuentra integrada a la producción agrícola, mediante el intercambio de productos e insumos, así la agricultura proporciona los forrajes y granos que requiere la producción animal y la ganadería contribuye con la fuerza de trabajo y los abonos orgánicos. El agostadero es utilizado como una importante fuente de leña, forraje y fibra para artesanías, que por la alta densidad de población que existe en las comunidades, estos recursos son sometidos a altas presiones de utilización, por lo que los productores están manejando como alternativas a las parcelas agroforestales para autoabastecerse en forma permanente de los productos que requiere para su sobrevivencia.
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Figura 1. El sistema de producción de subsistencia en la región semiárida de Puebla, México
Tabla 1. Principales alimentos consumidos por las familias.
Tabla 2. Características del componente agrícola, producciones e insumos.
Tabla 3. Especies de animales en manejo en la ganadería familiar de Puebla, México.