Desarrollo sostenible del sector olivarero español: análisis del cicle de vida

M.Bonazzi*, R. Zurita**
[Matteo Bonazzi, Raúl Zurita Milla]
*Centro de Recursos de Olivo, Apto de Correos 2 C.P. 23440 Baeza (Jaén) **c/. Cidros, 1 - casa 8 C.P. 14001 Córdoba
[*Móvil: 629 238 551 fax: 953 771 010 e-mail: mbonazzi@promojaen.es ** Tel: 957 480 482 móvil: 627 266 437 e-mail: g62zumir@uco.es]

Resumen

En este trabajo se formula un marco metodológico para la identificación y evaluación de la sostenibilidad de los sistemas de producción olivarera, el cual permite configurar el análisis de los impactos medioambientales asociados a la misma. Dicho marco metodológico procede de un desarrollo ad hoc de la metodología análisis del ciclo de vida (ACV), convirtiéndose de este modo en una herramienta puntera y novedosa para la evaluación del desarrollo sostenible y de los impactos medioambientales, gracias a su capacidad para optimizar los recursos invertidos y producir una mejora ambiental en los sistemas de producción olivarera.

El ACV es un planteamiento metodológico de sistemas ideado para recopilar, examinar y analizar todos los inputs y outputs de materias y energías asociados a un sistema, y como éstos repercuten en los impactos medioambientales directamente atribuibles a un producto, proceso o actividad. El estudio incluye el ciclo completo de esos productos, procesos o actividades y tiene en cuenta las etapas de extracción y procesado de materias primas, la producción, el transporte, la distribución, y la disposición, uso, y reutilización o reciclado de los residuos. Su aplicación a los patrones de producción más importantes (olivar intensivo, convencional y ecológico) implica el estudio de categorías de impacto tales como: el paisaje, los recursos bióticos (flora y fauna), la erosión, la toxicidad para el suelo, aire y agua, así como para el hombre, la eutrofización, los residuos sólidos, la contaminación fotoquímica, la acidificación, el efecto invernadero, el uso del territorio, los recursos abióticos, y el consumo de energía. Esto nos permite la evaluación y cuantificación del impacto medioambiental propio de cada uno de estos sistemas de producción, para posteriormente, tras un análisis comparativo, determinar la compatibilidad de éstos con el entorno medioambiental, y configurar -en algunos casos-, indicadores claves de sostenibilidad. Finalmente, esta metodología permite identificar los estrangulamientos actuales y perspectivas futuras para el desarrollo sostenible del sector olivarero.

Este trabajo es fruto del Proyecto Óleo-life, el cual se enmarca dentro de los proyectos cofinanciado por los fondos Life de la Unión Europea, DG ENV, (LIFE 99/ENV/E/000351), y la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO).

Introducción: Importancia

El propósito de este artículo es exponer una metodología, para la identificación y evaluación de la sostenibilidad de los principales sistemas de producción olivarera, esto es: olivar intensivo, convencional y ecológico. Para conseguir este objetivo hemos tenido que estructurar un sistema de análisis de los impactos medioambientales asociados a dichos sistemas.

Este marco metodológico es consecuencia de los trabajos realizados por y para el Proyecto Óleo-life, que se convierte de este modo en el primer proyecto europeo que estudia al sector oleícola español enfocándolo desde la perspectiva más novedosa del desarrollo sostenible. Óleo-life se enmarca dentro de los programas de cofinanciación de los fondos Life de la Unión Europea, DG ENV, (LIFE 99/ENV/E/000351), y de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO).

Los impactos medioambientales estudiados se dividen en dos categorías atendiendo al sistema donde se producen. Así pues, tenemos los impactos generados en el sistema primario (la finca), y los del sistema secundario (el entorno, el planeta). Paralelamente, estos impactos pueden también clasificarse considerando la repercusión de sus efectos, esto es: impactos locales (erosión, perdida de biodiversidad y riqueza ecosistémica, etc.) e impactos globales (efecto invernadero, "smog" fotoquímico, ecotoxicidad, etc.)

Esta metodología permite a través de un proceso de normalización que se puedan comparar entre sí todos los impactos, independientemente de su naturaleza, y de este modo obtener un indicador de sostenibilidad medioambiental propio de cada uno de los sistemas en estudio.

Materiales y métodos

Una de las herramientas más punteras y novedosas para la evaluación del impacto medioambiental es la aplicación de la metodología Análisis del Ciclo Vida (ACV), más conocida por su sigla inglesa LCA (Life Cycle Assessment), ya que a través de su aplicación es posible optimizar los recursos invertidos, y producir una mejora ambiental en los sistemas, o procesos en estudio.

En este trabajo se configura un sistema de análisis global del desarrollo sostenible inspirado en esta metodología, pero que incorpora apartados que nunca antes habían sido analizados conjuntamente -ni siquiera en el propio ACV-, i.e. análisis social, económico, cultural y político. Además, por lo que concierne al análisis medioambiental se analizan el triple de las categorías tradicionalmente estudiadas por el ACV, introduciendo análisis completamente novedosos en las relacionadas con los recursos bióticos (flora y fauna), ecosistémicos y del paisaje. De esta forma nuestra metodología se puede definir como un sistema de análisis "holistico", es decir, global (Bonazzi, 1999).

Existen numerosas definiciones acerca del ACV, pero hasta el momento la más extendida es la dada por la SETAC (Society of Environmental Toxicology and Chemistry, esto es, la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental). Sin embargo, podemos encontrar otras definiciones, como la existente en el aún borrador del grupo de trabajo ISO/TC207/SC 5, el cual está estandarizando esta metodología como una norma internacional, la ISO/DIS 14040:1996 (E). Las definiciones aportadas por estas instituciones son:

SETAC: el ACV es un proceso objetivo para evaluar las cargas ambientales asociadas a un producto, proceso o actividad identificando y cuantificando el uso de materia y energía y los vertidos al entorno; para determinar el impacto que ese uso de recursos y esos vertidos producen en el medio ambiente, y para evaluar y llevar a la práctica estrategias de mejora ambiental. El estudio incluye el ciclo completo del producto, proceso o actividad, teniendo en cuenta las etapas de: extracción y procesado de materias primas; producción, transporte y distribución; uso, reutilización y mantenimiento, y reciclado y disposición del residuo.

ISO/DIS 14040:1996 (E): el ACV es una técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados a un producto mediante: la compilación de un inventario de las entradas y salidas relevantes del sistema; la evaluación de los impactos ambientales potenciales asociados a estas entrada y salidas, y la interpretación de los resultados de las fases de inventario y de impacto en relación con los objetivos del estudio.

Aunque en un principio el ACV fue ideado para su aplicación a los procesos industriales, gracias a su versatilidad es capaz de adaptarse y poder ser empleado en los sistemas agrarios; de hecho, este trabajo es un ejemplo de esa aplicación.

El ACV esta estructurado en 4 fases, a saber: definición de objetivos y alcance, análisis de inventario, evaluación de impacto, e identificación de soluciones. En cada una de ellas se ha de describir, cuantificar, o evaluar una serie de subapartados, que podemos ver en la Tabla 1, y que serán con posterioridad descritos y particularizados para el análisis de la producción olivarera.

En la primera fase: Objetivos y alcance, se define el objetivo del ACV (que es generalmente la comparación de procesos o productos alternativos, a través de sus costes medioambientales y económicos), la función del sistema en estudio, el conjunto de procesos unitarios que permiten realizarla, el contenido de los mismos, los limites del sistema y finalmente la unidad funcional, que es la unidad respecto a la cual se normalizan las entradas y salidas (y consecuentemente los impactos).

La fase de Análisis de inventario es la más desarrollada de esta metodología, en ella se identifican todos los datos significativos relativos a las entradas y salidas que caracterizan al sistema de producción, es decir, todos los flujos de materia y energía necesarios para el proceso productivo, así como los residuos, efluentes y emisiones producidos por el mismo.

En la fase de Evaluación de impactos se estructuran indicadores para el conjunto de impactos medioambientales que se estudian, a través de un proceso de clasificación, caracterización, y valoración.

Todo esto permite que en la última fase, Identificación de soluciones, se formulen estrategias para minimizar el impacto que dicha actividad o proceso implica.

Los últimos trabajos (Clift, 1996 y Bonazzi, 1999) identifican que los planteamientos tradicionales del ACV (anteriormente descritos) analizan sólo un aspecto de la globalidad del problema de la sostenibilidad, esto es: los impactos medioambientales. Por esta razón, se propone un replanteamiento metodológico basado en la sostenibilidad global aplicada a los sistemas, es decir, en " los modelos en los cuales las sociedades humanas organizan sus actividades de producción usando los recursos naturales, sociales, económicos, humanos y culturales de una forma renovable y equitativa." (Bonazzi, 2000).

Tabla 1. Fases de un informe ACV

Fase

Subapartados

Objetivos y Alcance

Función del Sistema

Unidad Funcional

Sistema de Producción: metodología

Contenido del Sistema

Límites del Sistema

Análisis de Inventario

Sistema de Producción

Flujos

Entradas y Salidas

Evaluación de Impacto

Clasificación

Caracterización

Normalización

Valoración

Identificación de Soluciones

Hipótesis Planteadas

Estrangulamientos y Perspectivas del Método

Mejoras y Soluciones

Modificado de Udo de Haes (1996)

Esta visión de la sostenibilidad nos permite identificar en todo proceso o actividad productiva los siguientes sistemas:

El Sistema Primario (Foreground System): contiene el grupo de procesos y operaciones de interés primordial en el estudio. Se describe según datos específicos para cada tecnología y lugar, aunque suelen usarse datos promedios, si no se dispone de los mismos.

El Sistema Secundario (Background System): Es el conjunto de procesos y operaciones, y de espacios socioeconómicos, culturales, medioambientales y políticos, que estando fuera del sistema primario contribuyen de manera decisiva al desarrollo del mismo. En general, este sistema podría ser asimilado a la porción del planeta que participa de forma relevante en los procesos productivos que tienen lugar en el sistema primario, contribuyendo, o viéndose afectados por los flujos de materia y energía que se establecen en dicho sistema (i.e. producción de energía, de maquinaria, de agroquímicos, de edificios, etc.).

grafico

Figura 1. Sistema Primario y Secundario

A la vista de la Figura 1, es fácil comprender que el problema del desarrollo sostenible abarca muchísimas dimensiones, y que todas ellas han de estar armónicamente conjuntadas. No obstante, es importante señalar que la sostenibilidad global de los sistemas arraiga en la sostenibilidad medioambiental de los recursos que lo sustentan, por tanto, se hace necesario un estudio previo de la misma: toda actividad productiva conlleva impactos medioambientales, los cuales son consecuencia de la necesidad de responder a los flujos de entrada y salida que cualquier proceso requiere.

A través del análisis de estos impactos nuestro marco metodológico permite elaborar un indicador de sostenibilidad, cuya importancia radica en que nos permite saber si nos encontramos en una de las zonas estables de calidad ecológica y, por tanto, dicho proceso es sostenible.

En efecto, diversos estudios (Bonazzi, 2000) han demostrado que la sostenibilidad medioambiental se realiza según intervalos de interacción estable entre los sistemas naturales y humanos. Éstos se corresponden con diferentes niveles de calidad ecológica, tal y como se ilustra en la Figura 2 para el caso del olivar, y es precisamente en esos intervalos donde la actividad es sostenible.

Si la presión ejercida por los impactos supera los niveles característicos de esos intervalos, entonces la calidad ecológica del (agri)ecosistema se transforma, es decir, se degrada hacia otro (agri)ecosistema de menor calidad, pero igualmente sostenible si volvemos a una zona estable.

grafico

Figura 2. Niveles de calidad ecológica.

Ante esta perspectiva cabe preguntarse cuál es el nivel optimo de desarrollo sostenible, y la respuesta a este interrogante pasa inevitablemente por hacer un análisis global que incorpore aspectos medioambientales, culturales, socioeconómicos, y políticos; y esto, es precisamente lo que hace nuestro planteamiento metodológico.

Una vez definidos el sistema primario y el secundario (Figura 1), se procede a estudiar los flujos que se establecen entre ellos, o sea, entramos en la fase de análisis de inventario. En esta fase, que es la más desarrollada del ACV, se trata de realizar un balance completo de materia y energía del proceso en estudio, a través de la cuantificación de los flujos que atraviesan los límites que definen nuestro sistema. Para realizar esto es necesario una evaluación del consumo de materias primas y de energía, así como de los productos, coproductos, subproductos y servicios proporcionados por nuestro sistema.

Dado el enfoque de este artículo nos centraremos específicamente en el estudio de las entradas procedentes de la esfera tecnológica y de la medioambiental, y de todas las salidas, sean funcionales (las perseguidas por la función del sistema = la producción), o no. Todos estos flujos los podemos clasificar de la siguiente manera:

Entradas de recursos: están asociados con: (i) aquellos recursos empleados para la producción de componentes tecnológicos - i.e., maquinaría, edificios, productos agroquímicos, accesorios, etc.-, ya que son necesarios para el proceso productivo; (ii) los recursos intrínsecos – i.e. el agua, el aire, el suelo, los recursos bióticos (flora, fauna), el ecosistema, y el paisaje- asociados con el lugar de la producción (sistema primario).

Salidas de emisiones: proceden de la producción de los componentes tecnológicos (en el sistema secundario), y del uso de los mismos (en el sistema primario).

Todos los flujos contribuyen a una o más categorías de impacto, a través de modelos que son objeto de la siguiente fase (evaluación del impacto). En general, en esta fase tan solo se anticipa la existencia de 3 macrocategorías de impacto (Tabla 2): el empobrecimiento de recursos naturales, que se asocia a los flujos tecnológicos de entrada; el desarrollo, asociado a las interacciones dinámicas -en el espacio y el tiempo-, de los recursos intrínsecos, y que esencialmente se producen en el sistema primario. Y finalmente, la contaminación de recursos naturales que se asocia a las emisiones y a las salidas no funcionales, cuando éstas no tienen una aplicación o destino concreto.

Tabla 2. Flujos y categorías de impacto asociadas

Análisis de inventario

Evaluación de impactos

Tecnológicos à

ENTRADA DE RECURSOS

 

EMPOBRECIMIENTO

Intrínsecos à

 DESARROLLO

 

SALIDA DE EMISIONES

à De producción

CONTAMINACIÓN

à De uso

El objetivo de la fase de evaluación de impactos es interpretar los datos obtenidos en la fase anterior, con el fin de identificar los efectos medioambientales asociados a los flujos evaluados en el inventario. La metodología para realizar esta fase se compone de los siguientes pasos:

Clasificación: los impactos que van a ser estudiados se agrupan en las tres macrocategorías anteriormente comentadas, empobrecimiento, desarrollo, y contaminación; y se les asignan los flujos correspondientes.

Caracterización: se cuantifican cada uno de los impactos identificados, mediante la aplicación de complejos modelos de cálculo.

Normalización: los diferentes valores de impacto obtenidos para cada categoría y en cada sistema de producción se dividen por el valor más bajo de cada categoría, de esto modo serán comparables posteriormente i.e podrán agregarse realizando un balance con las medias de los impactos positivos y las de los negativos

Valoración: los datos obtenidos para las distintas categorías de impacto (ya normalizados) se agregan, para obtener un único índice de desarrollo sostenible.

Tabla 3. Clasificación de las categorías de impacto medioambiental

Empobrecimiento

Desarrollo

Contaminación

Consumo de energía (EC) *

Calidad ecológica de los recursos bióticos (BR)

Calentamiento global / Efecto Invernadero (GE)*

Empobrecimiento de recursos abióticos (AD)*

Diversidad ecosistémica (LC)

Empobrecimiento de la capa de ozono (OD)*

Erosión (SL)

Conectividad del paisaje (LD)

Toxicidad ecológica (ET)*

Empobrecimiento de acuíferos (WU)

 

Toxicidad humana (HT)*

Residuos sólidos (SW)

 

Formación de compuestos fotoxidantes (PS) *

Uso del territorio (LU)

 

Acidificación (AC) *

  

Eutrofización (EU) *


*Categorías de impacto consideradas en métodos ACV convencionales. En cursiva están indicadas las nuevas categorías de impactos que son consideradas en el presente estudio; y entre paréntesis su abreviatura.

Como ya hemos comentado, en el proceso de caracterización se emplean complejos modelos de cuantificación de impacto; tanto, que consideramos que su descripción detallada queda fuera de los límites de la presente comunicación. Sin embargo, sí que se van a describir (aunque someramente) algunos de los impactos evaluados con este método, y que figuran en la tabla anterior, puesto que en muchos de ellos su nombre no resulta completamente aclaratorio. Así pues:

Empobrecimiento de recursos abióticos (AD): valora el consumo de materias primas y de recursos energéticos.

Residuos sólidos (SW): este impacto deriva de la demolición de componentes tecnológicos, que van a vertedero sustrayendo espacio utilizable.

Uso del territorio (LU): considera los efectos ambientales de los usos alternativos del suelo, ya que éste es un recurso de producción limitado.

Calidad ecológica de los recursos bióticos (BR): la calidad ecológica se compone de la diversidad biológica de individuos dentro de la misma especie, la diversidad de especies y la diversidad de hábitats. Se calcula como el producto del índice de calidad ecológica de la vegetación (función de la biomasa, de la diversidad y de la potencialidad biodinámica - abundancia relativa de las especies y su grado de sensibilidad a la calidad ambiental-), por el índice de calidad ecológica de la fauna, que representa el perfil de fauna asociada a nuestro sistema, y que es función de la densidad de población, de su sensibilidad (vulnerabilidad), y de la potencialidad biodinámica.

Diversidad ecosistémica (LD): grado de diversificación del hábitat constituido en el total de agri-ecosistema.

Conectividad del paisaje (LC): grado de interconexión entre dos elementos constitutivos de un paisaje

Empobrecimiento de la capa de ozono (OD): conlleva el aumento de la radiación ultravioleta. Se calcula a través de los potenciales de destrucción de ozono que son establecidos por la Oficina Mundial de Meteorología.

Toxicidad ecológica y humana (ET, HT): considera el efecto de una sustancia dada, su destino en el medio, la influencia de las condiciones preexistentes, y los horizontes geográficos y temporales, para valorar los efectos sobre la salud humana y del ecosistema en general.

Contaminación fotoquímica (PS): la reacción de NOx con los Compuestos Orgánicos Volátiles y junto a los rayos ultravioleta, conduce a la creación de oxidantes fotoquímicos que causan la esta contaminación.

Acidificación (AC): este impacto se manifiesta con la lluvia ácida. Se calcula a partir de los iones H+ emitidos, por ejemplo por los abonos.

Por último, en la fase identificación de soluciones se obtienen los sistemas sostenibles, y a través de una posterior interpretación de los resultados se pueden identificar las posibles mejoras y estrategias a seguir para conseguir ser uno de ellos.

Una vez descrito el método, éste se particulariza para el caso de la producción olivarera de la siguiente manera:

En la primera fase se definen los objetivos y alcance; que en nuestro caso se trata de la comparación de los principales sistemas de producción olivarera existentes en España para identificar los patrones que son sostenibles.

Los modelos de producción que van a ser estudiados son los siguientes: sistemas intensivos, donde hay un alto consumo de inputs y de maquinaria, y una despreocupación por los recursos naturales, sistemas convencionales, en los que se reducen considerablemente estas las entradas de inputs, tanto tecnológicos como químicos, y sistemas ecológicos, caracterizados por una elevada conservación de los recursos bióticos y del suelo, además de por la ausencia de inputs químicos En la Tabla 4 quedan reflejadas las características especificas de estos sistemas, y la nomenclatura empleada en el presente estudio.

El siguiente paso es describir la función del sistema, que en este estudio es obviamente producir aceitunas, (aunque en los sistemas de "policultivo" y/o con ganado, podrían considerarse otras), puesto que sólo se consideran los impactos que son directamente atribuibles a la consecución de dicha función

Posteriormente se describe la unidad funcional, ya que para que dos sistemas sean comparables además de producir lo mismo han de tener sus todas sus entradas y salidas referidas a la misma unidad, es decir, que si las entradas dependen de la tecnología empleada, por ejemplo el uso de maquinaria, se normalizan para una unidad de producción, en nuestro caso 1000 Kg de aceituna, mientras que cuando se trate de características intrínsecas del ecosistema (biodiversidad, suelo, etc.), se normalizan por hectárea de cultivo

A la vista de las definiciones dadas para el ACV, no es de extrañar que la filosofía de esta metodología sea resumida con la expresión "de la cuna a la tumba", ya que estudia de manera exhaustiva el ciclo completo de un producto, proceso o actividad. No obstante, en el presente trabajo esta idea es transformada en: "de la cuna a la verja", es decir, hemos limitado el estudio únicamente a la producción de aceituna desde la finca hasta la verja de la almazara, y, de momento, no estudiamos su transformación en la industria, y posterior comercialización que cerrarían el ciclo del producto. Esta consideración no es banal, puesto que con ella estamos estableciendo el alcance de nuestro trabajo (primer subapartado de la fase1). Sin embargo, esto no es suficiente para conocer el sistema, por eso, es igualmente necesario la definición de un límite espacial: que separe los procesos según tengan una dimensión local (perdida de biodiversidad, de suelo, etc.) o planetaria (por ejemplo, contribución al efecto invernadero de la maquinaria, etc.), y que en este caso es la finca; y la definición de un límite temporal, que en nuestro caso es anual, es decir, se estudian todas las labores de mantenimiento propias de un olivar en pleno rendimiento a lo largo de un año.

Tabla 4. Sistemas de producción estudiados.

Sistema de producción

Tipo

Características Específicas

Intensivo

1

Finca en llanura y con sistema de riego, muy alta productividad

2

Finca en colina, baja productividad

Convencional

1

Suelo desnudo, laboreo tradicional, alta productividad

2

Cubierta vegetal cultivada, alta productividad

Ecológico

1

En zona de pendiente moderada a baja, económicamente bastante eficiente, alta productividad

2A

Integrado con ganado, no importa fertilizantes, requiere zona de pastos, finca en colina, baja productividad

2B

Finca en colina, baja productividad, necesidad de importar materia orgánica del exterior.

En la siguiente fase, análisis de inventario, se identifican, evalúan y cuantifican los flujos (Figura 1) que se producen entre nuestro sistema primario (la finca), y el secundario (el entorno).

Los flujos de entrada a la finca son tecnológicos, esto es, maquinaria para laboreo, abonos, productos fitosanitarios, etc., e intrínsecos, i.e. el suelo el agua, la flora y fauna, etc. Mientras que los de salida se clasifican en: funcionales, es decir, los que busca la función del sistema: la aceituna, y no funcionales: los subproductos (restos de poda o limpia, empleados como leña, como abono orgánico, o simplemente destinados a la quema) y las emisiones de uso de los componentes tecnológicos.

En la fase de evaluación de impacto es donde se identifican los efectos medioambientales asociados a estos flujos (Tabla 2), a través de los procesos de clasificación, caracterización, normalización y valoración.

En la clasificación los impactos se agrupan en las 3 macrocategorías anteriormente comentadas (Tabla 3). Nótese, como efectivamente el empobrecimiento es consecuencia de la entrada de los componentes tecnológicos, ya que su fabricación implica el consumo de los recursos naturales procedentes del sistema secundario, que el desarrollo se debe a una mejora de las interacciones dinámicas de los recursos intrínsecos, y que la contaminación es debida a las emisiones, por ejemplo de gases como el CO2, el CH4, o el N2O que contribuyen al efecto invernadero, o como el NH3, NOx, SO2, HCl, y HF que producen acidificación, etc.

Tras el complejo proceso de caracterización se procede al de normalización de los impactos, que permite que éstos sean comparables entre si independientemente de su unidad de medida. Esto se consigue dividiendo el impacto absoluto obtenido en cada categoría por el valor más bajo que éste asume en los distintos sistemas de producción olivarera, así de este modo, podemos conocer la performance relativa de cada sistema por cada categoría de impacto, i.e cuantas veces es menos eficiente un sistema con respecto al que se comporta mejor para cada impacto.

Los valores que se obtienen de este proceso se encuentran reflejados en la Tabla 5, así como las medias de los impactos negativos y las de los positivos, que sirven para elaborar un indicador sintético de sostenibilidad en el que se considera el mismo peso o importancia para cada categoría.

Tabla 5. Valores normalizados de los impactos

Impacto

Inten-1

Conven-1

Conven-2

Ecol-1

Inten- 2

Ecol-2A

Ecol-2B

EC

1,72

6,02

5,85

1,00

15,15

6,92

7,78

AD

1,72

6,02

6,02

1,00

15,15

6,92

7,78

LU

1,00

1,71

1,71

1,30

6,98

12,97

6,49

GE

3,07

43,66

43,66

1,00

17,91

7,88

8,48

AC (max)

2,48

16,71

16,61

1,00

8,61

4,47

14,91

PS (NOx)

1,00

67,14

67,14

5,34

50,84

17,10

21,01

SW

1,60

94,20

94,13

1,00

11,90

10,25

11,23

EU

1,00

4,17

4,02

1,13

6,80

4,29

19,36

ET

3,22

24,96

24,95

1,00

7,29

7,48

12,57

HT

13,29

5,38

5,37

1,00

9,11

8,18

9,53

SL

100,00

100,00

5,00

1,00

200,00

1,50

1,50

1

-11,83

-33,63

-24,95

-1,43

-31,80

-8,00

-10,97

BR

1,08

1,00

8,05

9,14

1,15

12,96

12,96

LD

0,003

0,00

4,00

2,75

2,75

9,65

12,00

LC

0,00

0,00

0,00

0,00

0,00

33,33

36,36

2

0,36

0,33

4,02

3,96

1,30

18,65

20,44

1: media de los impactos negativos. 2: ídem de los positivos. 3: valores normalizados con el índice de Shannon.

En las Figuras 3a y 3b, podemos observar la representación gráfica de los impactos normalizados, y de este indicador sintético de sostenibilidad elaborado, como ya sabemos, a partir de las medias de los mismos.

grafico

Figura 3a. Impacto medioambiental de los diferentes sistemas de producción olivarera.

LC: conexión entre paisajes; LD: diversidad de paisaje; BR: calidad ecológica de los recursos bióticos; SL: erosion; HT: toxicidad humana; ET: ecotoxicidad; EU: eutrofización; SW: residuos sólidos; PSnox: contaminación fotoquímica; ACmax: acidificación; GE: efecto invernadero; LU: uso del suelo; AD: recursos abióticos; EC: consumo energético

grafico

Figura 3b. Media de los impactos positivos y negativos.

En el último subapartado de esta fase, la valoración, se agrupan los valores normalizados para obtener un único índice de desarrollo sostenible, a partir del cual comparar los diferentes sistemas de producción.

En el caso de la producción olivarera, y a partir de la Figura 3b se observa como los sistemas ecológicos son, de lejos, los más sostenibles, puesto que en ellos se cumple la condición de estabilidad comentada anteriormente (Figura 2), es decir, los valores positivos de impacto son superiores a los negativos y, por tanto, nos encontramos en una zona de interacción estable.

Conclusiones

Dado que el proyecto Óleo-life no ha finalizado, aún no se han obtenido unos datos definitivos. Sin, embargo, a través de los estudios preliminares (y desde un punto de vista meramente medioambiental) podemos extraer las siguientes conclusiones:

El olivar intensivo y convencional (es decir, intensivo a menor escala) no protegen el medioambiente, sino lo destruyen y perjudican a medio plazo su rentabilidad económica.

El olivar ecológico es el único sistema de producción que promueve el desarrollo sostenible: en efecto, integra las prerrogativas de la producción biológica con otras orientadas a la conservación de los recursos naturales como cubiertas vegetales espontáneas y linderos. Esto le permite desempeñar un efecto multiplicador en la preservación y desarrollo de todos los otros recursos naturales como suelo, agua, y calidad ecológica y ecosistémica y del paisaje.

Para que el olivar ecológico sea económicamente viable y socialmente sostenible tiene que ser enmarcado en un conjunto de acciones y políticas específicas, que sean coherentes, relacionadas e interactivas: la reformulación de las políticas de ayuda y de conservación de los recursos naturales y de formación de los recursos humanos son ejes imprescindibles para fomentar estas dinámicas.

Más específicamente, las acciones de formación tienen que enfocarse hacia la promoción de una "cultura de los recursos", esto es, hacia una valorización económica y sociocultural de los patrimonios humanos y naturales que se imbrican en todo el espacio rural, y concretamente en el olivarero.

Dicha valorización debe estar orientada a la rentabilización económica y a la comercialización de los productos agrícolas, así como a la de servicios medioambientales y culturales, que son la riqueza potencial del olivar.

Palabras Clave

Olivo, impacto ambiental, medioambiente, ACV, LCA., sostenibilidad, España

Bibliografía

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Clift, R. (1996) Positions and Applications of LCA. En Summary of LCANET-Network Meeting, 14 March, 1996 (Jensen, A.A , Werther I. eds.) Domus Technica; Copenhague, Dk.Teknik, Copenhague.

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