Alarcón Víllora, R.; García Gonzalo, P.; Tardío Pato, J.
Instituto Madrileño de Investigación Agraria y Alimentaria (IMIA) Finca "El Encín" Apdo. 127 28800 Alcalá de Henares (Madrid) encmrav@encin.alcala.es

Palabras clave: etnobotánica, alimentos silvestres; recursos fitogenéticos, domesticación.

RESUMEN

Hasta el comienzo de la Agricultura el Hombre sólo utilizaba alimentos silvestres, tanto de origen animal como vegetal. Aunque a partir de entonces esta actividad se ha ido marginando, especialmente en los últimos 50 años, existen algunas especies que, aún hoy en día, siguen siendo recolectadas en prácticamente todos los lugares donde habitan. Este es el caso de la colleja (Silene vulgaris) y el cardillo (Scolymus hispanicus), dos especies usadas tradicionalmente como verduras silvestres.

En este trabajo, continuación de los estudios etnobotánicos sobre plantas silvestres alimentarias en la Comunidad de Madrid, se exponen los resultados de las investigaciones realizadas, hasta el momento, para la puesta en cultivo de estas dos especies. El plan de trabajo consiste, básicamente, en la recolección de germoplasma de diferentes poblaciones ambas especies, y posteriormente la multiplicación, caracterización y evaluación agronómica de las mismas. Hasta la fecha, se han recolectado 23 poblaciones de colleja (Silene vulgaris) y 7 de cardillo (Scolymus hispanicus). En parte de estas poblaciones se han realizado estudios preliminares sobre su biología, estudiando aspectos tales como la germinación, siembra, trasplante al suelo, desarrollo vegetativo y biología floral de ambas especies. En cuanto a la germinación, ha podido comprobarse que la viabilidad de la semilla del cardillo está muy relacionada con el estado de la infrutescencia en el momento de la recolección. Se han realizado igualmente pruebas de fecha de siembra en campo y se ha observado que en ambas especies, con el fin de optimizar el aprovechamiento del cultivo, la siembra otoñal podría ser la más adecuada pues permite alargar el ciclo del cultivo y por tanto alargar el período de recolección. Las observaciones realizadas sobre el desarrollo vegetativo y biología floral, permiten apuntar una elevada diversidad fenotípica tanto intra como interpoblacional en ambas especies.

INTRODUCCIÓN

Hasta hace sólo unos 10.000 años el hombre utilizaba exclusivamente alimentos silvestres, tanto de origen animal como vegetal. Con el desarrollo de la Agricultura, el hombre ha ido poniendo en cultivo un gran número de especies vegetales, comenzando por los cereales y las leguminosas. Aunque el uso de los alimentos silvestres fue disminuyendo en favor de las plantas cultivadas, la inseguridad de las cosechas debida a motivos diversos (meteorología adversa, guerras, etc.) hizo que se mantuviera, especialmente en ambientes rurales, suponiendo un importante aporte nutritivo adicional en caso de necesidad.

Por otra parte, en el transcurso de la Historia de la Agricultura hay unos momentos clave que significan un cambio profundo, tanto en las especies cultivadas como en los modos de producir alimentos.

Uno de ellos fue el producido a partir del s. XV, tras el descubrimiento de América, con la introducción de gran cantidad de nuevos cultivos (patata, maíz, tomate, etc.), que llevó aparejado el abandono de un buen número de especies que se cultivaban. Esto tuvo probablemente una fuerte repercusión sobre el uso de los alimentos silvestres en las economías de subsistencia, al incrementar enormemente la oferta.

Sin embargo, es en la segunda mitad del siglo XX cuando se han producido los cambios más importantes en el medio rural, que han llevado consigo un abandono casi total del uso de determinadas plantas silvestres, entre ellas las comestibles.

De la necesidad de que no se pierdan esos conocimientos ancestrales sobre usos de plantas, en general y sobre las plantas alimentarias en particular, surge la Etnobotánica, ciencia que estudia las relaciones entre el hombre y las plantas. Como resultado de estudios etnobotánicos realizados en la Comunidad Madrid (Tardío, Pascual y Morales, 1999) se ha podido comprobar que en dicha Comunidad existen algo más de 100 especies silvestres alimentarias de uso tradicional, mientras que en toda España hay cerca de 300.

De todas las plantas silvestres alimentarias, uno de los grupos más importante es el de las verduras silvestres y entre ellas podríamos destacar algunas cuyo uso tradicional se encuentra más extendido geográficamente, al tiempo que se mantiene relativamente vigente en la actualidad. Este es el caso de la colleja (Silene vulgaris) y el cardillo (Scolymus hispanicus). Estas dos especies son recolectadas y usadas tradicionalmente en prácticamente todos los lugares en los que habitan e incluso en algunos lugares llega a producirse la comercialización de material procedente de recolección silvestre, a unos precios elevados pues se trata de una producción escasa.

De lo anteriormente expuesto se desprende que la puesta en cultivo y posterior comercialización de verduras silvestres, que han sido usadas tradicionalmente, pero que mucha gente no conoce en la actualidad, podría tener un gran éxito. Se trataría a la vez de unos productos nuevos para la mayoría de la población, pero con la diferencia de que muchos han oído hablar de ellos a sus mayores, lo cual les haría más receptivos a probarlos y quizás consumirlos posteriormente con asiduidad.

Además, en la actualidad todos los organismos nacionales e internacionales relacionados con la Agricultura consideran a las especies silvestres vegetales como importantes reservorios de genes favorables para el desarrollo de cultivos más productivos y de mejor calidad que los existentes. En este sentido, el material objeto de estudio tiene unos intereses añadidos tanto por la importancia del estudio de la biodiversidad genética de estas especies como por la potencial implantación de nuevos cultivos "en un sistema agroecológico". En efecto, la evaluación del potencial agronómico en estos materiales proporcionará información, inédita hasta la fecha, para su explotación comercial dentro de los canales de mercado ecológico.

CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

Colleja (Silene vulgaris (Moench) Garcke, Cariophyllaceae).

La colleja es una planta perenne, de origen euroasiático, ampliamente distribuida en Europa, aunque en la actualidad se encuentra introducida en gran parte del mundo. Mientras que en el Norte y Centro de Europa se encuentra exclusivamente en hábitats alterados (bordes de caminos, márgenes de cultivos) en el Sur de Europa y la región mediterránea aparecen además otras "razas geográficas" en hábitats montañosos naturales o semi-naturales (Jalas y Souminen, 1986). Probablemente estas poblaciones más septentrionales se hayan extendido siguiendo la expansión de la agricultura (Runyeon y Prentice, 1997).

Se trata de una especie muy polimórfica, con una gran variabilidad tanto inter como intrapoblacional, por lo que se han descrito multitud de subespecies y de tipos biológicos. Por ello a veces se habla, desde el punto de vista taxonómico, del complejo o grupo Silene vulgaris (Wall y Morrison, 1990). Esta gran variabilidad ha sido observada tanto en estudios llevados a cabo mediante la observación fenotípica de caracteres morfológicos (Williams, 1908; Marsden-Jones y Turrill, 1957; Aeschimann y Bocquet, 1980), como en estudios isoenzimáticos (Prentice y Giles, 1993; Runyeon y Prentice, 1997) y en evaluaciones agronómicas (Wall y Morrison, 1990). Todo ello pone de manifiesto el potencial de los recursos genéticos de esta especie silvestre.

La parte aprovechable son sus brotes tiernos, antes de que aparezcan los tallos floríferos, que se utilizan como verdura en numerosos puntos de España e incluso se comen crudos en ensalada.

Cardillo (Scolymus hispanicus L., Compositae).

El cardillo, también denominado tagarnina en el sur de la península y card de moro en Cataluña, Región Valenciana y Baleares, es una planta perenne, que se distribuye por los países meridionales de Europa y norte de Africa, llegando por el este hasta Turquía y por el norte hasta el noroeste de Francia. Además, tenemos otra especie del mismo género (S. maculatus), que ha sido igualmente empleada como verdura silvestre. Esta especie, a diferencia del cardillo, es una planta anual y en España habita fundamentalmente en el sur, por debajo de los 700 m de altitud y en áreas con pocos días de heladas (Vázquez, 2000).

Su uso como planta comestible está ya citado por autores griegos como Teofrasto (Rivera y Obón,1991). De ella se dice que ha sido ocasionalmente cultivada (Grau J et al., 1985; Nuez y Hernández Bermejo, 1992), pero sin llegar a obtenerse una verdadera planta cultivada con variedades mejoradas por lo que existen escasas referencias sobre ella, sobre su cultivo, formas reproductivas, variabilidad morfológica, etc.

Por otra parte existen algunos estudios farmacológicos bastante recientes (Sanz et al., 1993; Kirimer et al., 1997; Erciyas y Baysal, 1989; Abak y Duzenli, 1989) que tratan de sus propiedades medicinales (diurético, colerético), las cuales de confirmarse podrían ser un aliciente más para su cultivo y su uso alimentario.

En España, la parte aprovechable mayoritariamente son las "pencas" de las hojas basales, es decir los peciolos y los nervios de dichas hojas, aunque también puede comerse (y existen referencias de su uso) la raíz y los tallos verdes pelados. Esto deberá tenerse en cuenta en el futuro para seleccionar formas con hojas basales de nervios gruesos, tiernos y jugosos.

Asimismo, dada la fuerte espinosidad del cardillo, especialmente de las hojas caulinares, con espinas grandes y duras, éste es un inconveniente para su manejo, por lo que sería interesante seleccionar formas menos espinosas (Nuez y Hernández Bermejo, 1992). Para ello es menester relizar amplias colecciones de material, intentando recuperar, si aún es posible, los antiguos cultígenos (formas de cultivo, poco evolucionadas, que no llegan a ser variedades), con objeto de caracterizarlos y seleccionarlos.

OBJETIVOS Y METODOLOGÍA

Este trabajo es la continuación de los estudios de etnobotánica sobre plantas silvestres alimentarias que se están llevando a cabo en la Comunidad de Madrid, los cuales incluían además la recolección de germoplasma de algunas de las especies usadas tradicionalmente.

Recolección de germoplasma

Los condicionantes ecológicos tienen una gran influencia en la diversidad genética tanto de las plantas cultivadas como de las silvestres, siendo factores determinantes en los procesos evolutivos de las especies. Por ello, para intentar conseguir la mayor variabilidad posible, deben recolectarse las poblaciones, estableciendo los límites en términos ecológicos (Tyler et al., 1987). Las áreas de recolección se delimitarán en función de las características climáticas, microclimáticas, geológicas, edafológicas, topográficas, y de prácticas agrícolas.

Con las poblaciones previamente recolectadas y las procedentes de futuras prospecciones, se está creando una colección de germoplasma, cuyos criterios de conservación serán los mismos que los utilizados en los bancos de germoplasma existentes en la actualidad. Posteriormente se realizarán estudios de caracterización y evaluación agronómica, junto a trabajos de multiplicación.

Caracterización y evaluación agronómica

Teniendo en cuenta que el IPGRI (International Plant Genetic Resources Institute) no ha desarrollado descriptores específicos para estas especies, ni siquiera para plantas de los mismos géneros, se están elaborando nuevos descriptores específicos para llevar a cabo los estudios de caracterización morfológica y evaluación agronómica. Con este fin nos basamos en los criterios adoptados en descriptores del IPGRI para especies hortícolas afines (acelga, coles, Eruca) cultivadas por sus hojas. Con estos descriptores se pretende elaborar una tabla de fenología que permita establecer los momentos de mayor interés agronómico para el cultivo. En estos estados fenológicos se realizará un muestreo para determinar la biomasa y el índice de área foliar.

Además de estudiar los caracteres cualitativos y cuantitativos de interés agronómico, (la producción de biomasa, ciclo vegetativo, fertilidad, etc.). También se analizarán algunos caracteres descritos en su clasificación taxonómica (cáliz, cápsula, hoja, peciolo, etc), así como la respuesta de las plantas a enfermedades y su adaptación a las condiciones de cultivo ecológico. Por otra parte en aquellas poblaciones seleccionadas por sus características agronómicas se llevarán a cabo el análisis de su valor nutritivo (proteínas, hidratos de carbono, lípidos, fibra, vitaminas y minerales).

RESULTADOS PREVIOS

Los trabajos realizados hasta la fecha han consistido, primeramente, en la recolección de germoplasma en distintos puntos de España. De momento la colección incluye las poblaciones reflejadas en las Tablas 1 y 2.

Tabla 1. Poblaciones recolectadas de diferentes táxones del grupo Silene vulgaris s.l.

Parte de estas poblaciones han sido objeto de unos estudios preliminares sobre su biología, especialmente sobre las condiciones de germinación de ambas especies. Así mismo se ha podido comprobar que en el cardillo, la viabilidad de la semilla está muy relacionada con el estado de la infrutescencia en el momento de la recolección.

Se han realizado pruebas de fecha de siembra en campo y se ha observado, con el fin de obtener una producción temprana que la siembra otoñal es más adecuada, en ambas especies. La siembra otoñal permite alargar el ciclo del cultivo y por tanto alargar el período de recolección.

Tabla 2. Poblaciones de Scolymus hispanicus recolectadas.

Cabe destacar, por otra parte, que en el caso de S. vulgaris, es posible emplear la reproducción vegetativa, ya que se trata de una especie que en la Naturaleza se propaga por su rizoma. Por eso es preciso realizar una evaluación desde el punto de vista agronómico de los dos tipos de reproducción posible (vegetativa y sexual).

Se ha observado para S. hispanicus que, contrariamente a lo que aparece en la bibliografía no es una planta bienal y que presenta floración en su primer año de vida.

Las observaciones preliminares realizadas en las parcelas de campo permiten apuntar una elevada diversidad fenotípica a nivel intra e interpoblacional en ambas especies. Concretamente en S. vulgaris destaca un elevado polimorfismo con respecto al tamaño de la hoja, inflorescencia, número y tamaño de las cápsulas, así como en pigmentos antocianinas que afectan a tallo, hoja y flor. En S. hispanicus también se ha detectado variabilidad a nivel de tamaño de las rosetas y pigmentos antocianinas en las mismas.

BIBLIOGRAFÍA

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Erciyas E. y M. Baysal (1989). Alpha-Amyrin tetratriacontanoate, a new triterpene from Scolymus hispanicus L.

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Autores:

Alarcón Víllora, R.; García Gonzalo, P.; Tardío Pato, J.
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