La Psicología Educativa de Hoy

Reflexiones sobre el Papel del Psicólogo Educativo en el Proceso Educativo de Cara al Nuevo Siglo

Licda. Pura Sánchez
Colegio Escuela Nueva

Introducción

El propósito de estas reflexiones es compartir mis inquietudes sobre el proceso de las reformas educativas que vive nuestro país inscritas en el Plan Decenal de Educación y la participación activa de psicólogos y pedagogos; no sólo en los procesos de implementación, sino en todo lo que tiene que ver con los procesos de capacitación, ajustes y adecuaciones a nuestra compleja realidad educativa.

Desde el mismo momento en que nos integramos a la elaboración de la propuesta curricular para cada uno de los niveles, ciclos y modalidades, comenzamos a percibir la ausencia y a la vez necesaria presencia de psicólogos y pedagogos con dominio de los fundamentos teóricos metodológicos que sustentan cada una de estas propuestas, ya que parten de premisas teóricas totalmente diferentes a las que predominan en el quehacer educativo.

Los fundamentos psicológicos provenientes de la psicología cognitiva y de la psicología socio-cultural, articulados en el constructivismo, resultaban nuevas, no sólo para los maestros y maestras dominicanos, sino también para la mayoría de los psicólogos educativos.

Sin pretender ser exhaustiva o presentar una propuesta acabada, voy a intentar hacer una lectura de algunos fundamentos psicopedagógicos que sustentan la propuesta curricular, con la finalidad de ubicar aspectos centrales de la misma que comprometen el accionar de psicopedagogos dominicanos en un movimiento socio educativo que busca: "garantizar que todos los niños (as) y jóvenes construyan los conocimientos, valores y actitudes que requieren para su desarrollo como sujetos libres, activos, críticos y conscientes para el mejoramiento de la calidad de vida, de su comunidad y de la sociedad en su conjunto, así como para su incorporación, creativa, eficiente y solidaria a la producción, a la sociedad ya la construcción de la democracia" (Por qué y para qué de la transformación curricular, pág. 21).

Como se puede observar claramente, se está operando con un nuevo paradigma de desarrollo humano que implica la potenciación de las capacidades para vivir, sobrevivir y aprender, y estos aspectos fundamentales, deberían constituir un reto y un desafío para nuestro sector profesional de cara al nuevo siglo.

Psicología y Currículum

Uno de los aspectos centrales de los fundamentos del nuevo curriculum que implican una ruptura con el modelo tradicional, es la definición de los sujetos entendidos como personas y sujetos activos en su proceso de aprendizaje.

Ese sujeto ubicado como ser activo, contrasta con el ser pasivo reproductor acrítico de la información del modelo anterior.

En esta nueva perspectiva el ser humano en su accionar cotidiano, se va construyendo como persona y como sujeto en la medida en que tiene posibilidad de actuar, argumentar y elegir, es decir, en capacidad plena de ser agente creador, planificador y conductor de su propia vida.

Estas condiciones de este ser humano que se privilegia en el nuevo curriculum, requieren para su formación que se diseñen ámbitos de aprendizajes en donde pueda desarrollarse como persona libre, crítica, autocrítica, dueña de sus propios procesos de vida, con una alta capacidad propositiva, con procesos de autoestima e identidad personal equilibrados, que le permitan asumir una escala de valores en responsabilidad y en pleno ejercicio de sus deberes y derechos.

Para que los ámbitos de aprendizaje promuevan todos los procesos cognitivos, afectivos y sociales que se proponen, deben reunir una alta significación para el sujeto que aprende, tanto en lo que se refiere a la satisfacción de sus intereses intelectuales, como a la movilización de su curiosidad, como al deseo de aprender más y mejor.

En consonancia con esta nueva perspectiva se han formulado una serie de propósitos educativos enmarcados al proyecto curricular y que resituan la concepción de aprendizaje, lo cual implica que las premisas psicológicas en las cuales se inscribe, nos aboquen a un proceso de estudio e investigación profundo de la misma.

Para dar sólo algunos ejemplos de lo que acabamos de plantear, enumeraré las dimensiones y reseñaré algunos de sus presupuestos básicos.

En la dimensión "Formar sujetos capaces de interactuar en sus ambientes naturales y sociales" encontraremos que se pretende fomentar el desarrollo de seres humanos libres, reflexivos, autocríticos, dueños de sí mismos, creativos y capaces de producir respuestas imaginativas en proyectos de trascendencia personal y social.

En la dimensión "Formar ciudadanos democráticos y participativos" se plantea fomentar seres humanos que desde las aulas se formen en el respeto, la tolerancia, la autogestión, la equidad, la justicia, la paz y en las máximas capacidades de constituirse en corresponsabilidad con otros.

En la dimensión "Formar sujetos capaces de recuperar, reelaborar y producir conocimiento", es situado el aprendizaje desde los conocimientos previos de los sujetos, en un diálogo de saberes con el saber acumulado por la ciencia y en una dinámica y significativa relación con el saber pedagógico de maestros y maestras en una dinámica de búsqueda, indagación, descubrimiento y de trabajo compartido, que redimensionan el valor del trabajo como medio esencial para su desarrollo personal y social, que es otra de las dimensiones de relevancia que plantean los propósitos educativos, la cual, junto con las demás dimensiones, plantean una reconceptualización de las relaciones maestro(a)-alumno(a), Escuela-Sociedad.

Así como en las dimensiones de sujetos capaces de expresarse en sus diferentes lenguajes y de desarrollar al máximo su creatividad y talentos, encontramos un énfasis fundamental en un ser humano que construye sus conocimientos en un ambiente de libertad y expresión espontánea de sus necesidades y en búsqueda de un desarrollo integral y armónico de todo su ser: inteligencia, afectividad y motricidad.

Para que la educación dominicana pueda cumplir con estos propósitos formativos que trasciende a la mera acumulación de conocimientos y que privilegian procesos fundamentales para la vida de los seres humanos, se requiere incentivar procesos de comprensión, representación y razonamiento, que posibiliten el desarrollo intelectual para la investigación, descubrimiento, la aprehensión de la realidad, mediante la invención y el aprovechamiento de múltiples alternativas, en la solución de problemas, en la toma de decisiones, en la elaboración y reelaboración de nuevas formas de aprender y en la adquisición de una autoconciencia de sí mismo y de sus potencialidades personales y sociales.

Con esta breve panorámica se puede ver claramente que en nuestra transformación curricular subyacen conceptos y teorías psicológicas, a lo que suele denominarse "fuentes psicológicas del curriculum" que los docentes, técnicos y supervisores, deben tener en cuenta a la hora de concretar una serie de actividades y dispositivos encaminados a estimular, organizar y poner en funcionamiento las capacidades y disposiciones de los y las individuos que aprenden.

Cuando se enuncia partir del nivel de desarrollo de los alumnos y las alumnas, asegurar la construcción de aprendizajes significativos, desarrollar estrategias para que los aprendices aprendan a aprender, cuando se plantea la reconstrucción de las experiencias previas para establecer ricas y duraderas relaciones entre el nuevo conocimiento y los esquemas de conocimientos preexistentes que la experiencia cotidiana le aporta al aprendizaje; estamos hablando de planteos provenientes de las teorías del conocimiento y que resultan problemáticos en su aplicación en el contexto educativo, sino se cuenta con especialistas psicopedagogos que puedan hacer las adecuaciones de lugar.

Si un maestro(a) no conoce cómo estimular los procesos cognitivos de sus alumnos(as) y cómo garantizar aprendizajes más efectivos y duraderos, estará queriendo encauzar su práctica con acciones o técnicas que aunque novedosas, no se adecuan al contexto de su clase ni a las características de sus alumnos (as). Estas prácticas de ensayos y errores se tornan en obstáculos insalvables y llevarán al docente a apelar constantemente a las prácticas anteriores, pudiéndose tornar éstas, por su eficacia para él o ella, en herramientas de resistencia para los cambios expresados en el nuevo contexto de la transformación curricular, donde no hay recetas, ni técnicas únicas, ni mucho menos programas estructurados que indiquen un sólo y único camino para que el quehacer pedagógico, pues de lo que se trata es de encontrar múltiples y válidas maneras para que él o la que aprenda se convierta en sujeto activo(a) en el proceso de aprender y el que enseñe, guíe, oriente y también aprenda en su proceso de enseñar.

Por lo anteriormente expuesto, que es sólo un esbozo simple del conjunto de implicaciones psicológicas subyacentes en la reforma educativa, se podrá observar que se pretende dar un vuelco a la educación tradicional que no sólo tiene que ver con la adquisición de conocimientos por parte de los alumnos (as), sino que implica la formación de unos ciudadanos (as) con mejor capacidad de solucionar problemas de forma crítica y creativa y de adentrarse en su cultura, para conocerla y transformarla.

¿Cuáles son pues estas premisas psicológicas?

¿En cuál o cuáles corrientes están inscritas?

En términos generales, la mayoría están inscritas dentro del constructivismo que salvando las diferentes tendencias que hay en su interior, poseen más elementos comunes que diferencias, entre las cuales podemos citar la teoría de Piaget, Vygotsky, Ausubel, Bruner, entre otros.

Sin embargo, es bueno aclarar que las investigaciones en el campo de la psicopedagogía constructivista no son acabadas, se siguen retrabajando, por lo tanto, aplicarlas dogmáticamente al ámbito educativo, no contribuirían en nada a los procesos de cambios reales que se esperan se produzcan en la educación de hoy, muy por el contrario, nuestra propuesta se inscribe en que los psicólogos nos dediquemos a un proceso de investigación-acción de estos principios o fundamentos y los revisemos a la luz de los datos recogidos en nuestro quehacer en el ambiente escolar con maestros, psicólogos, sociólogos y demás profesionales interesados, y de esta forma estaremos contribuyendo a potenciar una educación más cualitativa a través de una revisión teórica y una renovación metodológica y práctica que afectan la filosofía, estrategias y actividades que le dan identidad al modelo curricular que nos proponemos, que implica como propósito fundamental el desarrollo de las máximas capacidades de los que aprenden, por medio de la resolución de problemas, toma de decisiones, alto nivel de razonamiento lógico, creatividad, criticidad, originalidad y autenticidad. (Ver ¿Por qué y para qué de la transformación curricular?, págs. 53-57).

Premisas Psicopedagógicas y Procesos a Trabajar en el Aula

Para poder hacer de las teorías psicopedagógicas una guía o referente en el quehacer cotidiano de la escuela, se requiere su traducción operacional entre esas teorías y las prácticas educativas, entre la planificación y la acción, entre el diseño y la implementación, entre lo que se preescribe y lo que realmente sucede en el día a día en las aulas escolares.

Si los procesos educativos se basan en los principios psicopedagógicos, antropológicos, o socio-culturales, es obvio que los psicólogos, no sólo manejemos las teorías, sino que con nuestro accionar al interior de los centros hagamos de éstas, verdaderas herramientas para diseñar actividades para ponerla en ejecución y hacer de ellas una guía de investigación e intervención permanente.

Reviste una importancia crucial que el psicólogo educativo trabaje e investigue sobre los procesos de aprendizaje y de desarrollo de los (as) alumnos (as) y a la manera de influir sobre esos procesos con una finalidad educativa.

Es por esto que el papel del psicopedagogo debe estar involucrado en el diseño del currículo general de un país, en los diseños particulares de cada centro, en la formación de los maestros (as), en las dinámicas de relación y organización de los centros, en la confección de las unidades de aprendizajes, en los procesos de evaluación y en la relación escuela-comunidad, incluyendo en esta, como aspecto fundamental, la relación con las familias con el fin de que los proyectos familia-escuela, configuren un todo armónico que proyecte un ser humano más integral y equilibrado.

El desarrol1o y crecimiento de las potencialidades humanas, requiere que se establezcan a la luz de las teorías psicopedagógicas, las mejores maneras de promoverlo. Los procesos de desarrol1o y los procesos de aprendizaje, están íntimamente vinculados. Cuando no se tienen claros ambos procesos, se pueden estar aplicando programas educativos que parecen efectivos de manera inmediata, pero que no repercuten en los niveles de desarrol1o a mediano y largo plazo.

Los niveles de crecimiento de las potencialidades humanas deben estar previstas en las acciones pedagógicas, con el fin de garantizar competencias cognitivas generales, cuidar y garantizar procesos de desarrol1o, pues como argumentar (Cote y Scribner, 1974), a partir de sus investigaciones que hay unos procesos cognitivos universales que se encuentran en todos los grupos culturales estudiados por el1os, pero lo que difiere es que su puesta en funcionamiento o la utilización, depende de la naturaleza de los aprendizajes específicos que promueven las experiencias educativas.

Las informaciones e investigaciones que provienen del campo de la psicología, son útiles para seleccionar objetivos, para ubicar destrezas de pensamiento para cada conjunto de contenidos, para diseñar secuencias de aprendizajes que favorezcan al máximo su asimilación, para orientar en las maneras de enseñar o compartir la enseñanza, es decir, enseñar a: aprender a aprender. Y la mejor manera de evaluar si se han conseguido los aprendizajes previstos en la extensión y profundidad deseada.

Un maestro (a) no propiciará tan fácilmente procesos de indagación, búsqueda, comparación, inferencias, deducción, formulación de hipótesis, descubrir, inventar o formular reglas para resolver problemas, sino están conscientes de los procesos de desarrollo cognitivos que se están desarrollando, ampliando o fortaleciendo, cuando los alumnos (as) se involucran activamente en sus procesos de aprender y sobre todo, cuando de acuerdo a sus intereses y necesidades, los mismos surgen espontáneamente, creándose otra dificultad, pues tampoco se recuperan estos intereses para incentivar aprendizajes autónomos y niveles de desarrollo superior.

Estos niveles de desarrollo cognitivos tan presentes en la teoría piagetiana, se ven enriquecidos por aportes de la teoría de Vygotsky, como lo es el de zona de desarrollo próximo, que no es más que la distancia entre el nivel de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver problemas de forma independiente y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de problemas bajo la guía de un adulto o en colaboración con sus compañeros más capaces (Vygotsky, 1978, pág. 133-134 de la traducción castellana).

Este planteo de Vygotsky de la zona de desarrollo próximo, replantea un nuevo rol para el que enseña como guía y propiciador de nuevos retos para el que aprende y pone nuevos énfasis a los procesos vinculados con el aprendizaje general. Es decir, mientras más oportunidades de aprender encuentran los (as) alumnos (as) (no sólo se adquiere información significativa, sino de desarrollar destrezas de pensamiento), mejor será su desarrollo cognitivo.

Otro aspecto que adquiere una dimensión especial en nuestro currículo y que debe ser también objeto de estudio e investigación, es el papel que se le asigna al lenguaje. Al plantearse como relevante que los (as) alumnos (as) sean capaces de expresarse en sus diferentes lenguajes, se evidencia claramente la importancia del lenguaje como instrumento que cumple una función de mejorar los procesos cognitivos y por ende potencia sus capacidades de entender la realidad, actuar activamente en el1a y transformarla, mediante la construcción y reconstrucción de conocimientos en un ambiente de colaboración e intercambio con los saberes previos de cada uno de los y las estudiantes, con los saberes acumulados por la ciencia y el saber pedagógico en un amplio diálogo de saberes en donde se propicie el debate, el análisis, la discusión en grupo, se favorezca el pensamiento divergente, la argumentación, entre otros.

En el párrafo anterior señalamos uno de los aspectos de importancia capital en nuestro diseño curricular que tiene una trascendencia en las concepciones psicológicas que sustenta el nuevo currículo y es el de recuperar los aprendizajes previos.

Este concepto novedoso y significativo para los procesos de aprendizaje, implica que en cualquier nivel educativo, se parta de lo que los y las estudiantes conocen sobre lo que se quiere que aprendan, pues de este modo, el nuevo conocimiento tendrá el papel de reestructurar los esquemas o preconceptos inadecuados o ampliar y redefinir una mayor edad de significados que favorecerán la construcción de aprendizaje y permitirán que se aumente la capacidad de seguir aprendiendo.

La crisis se evidencia al enfrentar una concepción del aprendizaje que prescribe la organización de los contenidos de forma lineal y rígida y la repetición mecánica y memorística de estos, por otra concepción que plantea el aprendizaje como una actividad significativa para los sujetos que aprenden.

El grado de significatividad dependerá pues, de la existencia de relaciones entre el conocimiento nuevo y el que ya posee el que aprende. En esta dinámica de reconstrucción y construcción del conocimiento, es más importante los procesos de evocación, recuerdo, conexión, ubicación y estructuración (asimilación, acomodación, adaptación, equilibrio), que el mero resultado memorístico que los alumnos (as) exhiban al aplicársele una situación de examen o evaluación.

El recuperar el error no para calificarlo o valuarlo, sino para precisamente estar informados de cuál es el nivel de reelaboración o no de los aprendizajes que se están trabajando, es otro aspecto que los psicólogos educativos deben trabajar para reorientar conjuntamente con los pedagogos, nuevas prácticas educativas que permitan a los alumnos (as) pasar de unos conocimientos menos elaborados o incorrectos, a otros más elaborados, a través de los organizadores previos o puentes cognitivos como los llama Ausubel.

Procesos de Memoria, Atención, Comprensión, Generalización y Metacognición. Satisfacción por Aprender

En un ambiente educativo dominado por la concepción de que los aprendizajes escolares se retienen por el mayor número de práctica que se pueda hacer con ellos o en esquemas de refuerzos para garantizar la memoria y retención, sin que se produzcan aprendizajes efectivos y duraderos, se requieren una amplia discusión, análisis e investigación para resituar el aprendizaje, ya no como acumulación pasiva y repetitiva de conocimiento, sino desde otro paradigma que nos sitúa en cómo esos conocimientos se organizan en la mente del que aprende, y de la significación que tienen los conocimientos para la vida del que aprende.

El énfasis en este momento reside pues, en lo que Mario Carretero, sitúa en su libro Constructivismo y Educación, en los procesos de comprensión, en la actividad cognitiva que debe desplegar el alumno (a) para lograr comprender "para qué aprende y cómo lo aprende" y la relación inicial que tiene lo que pretendemos enseñarle con lo que ya él o ella conocen, han vivido y experimentado.

Otros de los dilemas centrales en estos momentos que ha sido planteado por múltiples investigadores psicólogos y pedagogos de los últimos 10 años, es: ¿cuáles prácticas educativas tienen más resultados: las planificadas o estructuradas con alta significación para el que enseña o las estructuradas, planificadas o no, pero con alta significación para el que aprende?

Muchos son los resultados de las investigaciones que reflejan que las prácticas educativas más eficaces son aquellas donde se involucran los intereses personales del que aprende, despierta la necesidad de aprender, se basan en la comprensión y se pueden generalizar a múltiples contextos y situaciones.

También las teorías actuales que trabajan la motivación a la luz de los avances de la psicología cognitiva, han elaborado posiciones más complejas y trascendentales para trabajar y propiciar los estados motivacionales en los y las a1umnos (as) que aprenden, el planteo de que hay que explorar los diferentes sistemas y estilos de motivaciones que tienen los alumnos (as). Resulta chocante para la mayoría de los docentes que están acostumbrados a referirse a la motivación extrínseca que ellos implementan como garantía de movilización de las conductas que esperan que observen los estudiantes, que muy a su pesar, muchos, tal y como se puede registrar, "no se motivan". Nada más incierta que esta afirmación, pues cada quien de acuerdo a su historia previa de socialización, conserva un estilo motivacional propio que lo conduce a actuar y a reaccionar de una manera particular.

Resulta pues vital, que los psicopedagogos se aboquen a un estudio en este particular, que permita que los docentes puedan entender que las tareas que debe realizar un alumno (a) para favorecer un aprendizaje eficaz, debe estar acorde con su estilo motivacional, pues de él dependerá la buena marcha de los aprendizajes, ya que no se trata de que pueda dar una respuesta inmediata, sino que lo que se aprenda permita resolver problemas y facilitar futuros aprendizajes.

Otros de los procesos psicológicos presentes en nuestro curriculum, como parte esencial al tipo de aprendizaje que se debe propiciar, es el de aprendizaje autónomo o aprender a aprender.

Subyacente a los procesos de aprendizaje autónomo está el de metacognición, que desde hace más de 20 años ha ocupado un lugar de primer orden en los estudios experimentales de los principales psicólogos del mundo, cuyos precursores se encuentran en la Escuela de Würzburg de Alemania.

El término Metacognición se refiere a la posibilidad del ser humano de reflexionar acerca de su capacidad cognitiva, es decir, que el acto mismo de conocer se convierte en objeto de conocimiento. También en los procesos de auto-evaluación que plantea el mismo currículum, se trabaja metacognición, cuando los que aprenden revisan lo que aprendieron: cómo lo aprendieron; qué dudas le quedaron, entre otras y tienen que replantearse nuevas metas de conocimiento, cambio de actitudes, retrabajar lo conocido y aprender del proceso de conocer.

La metacognición, que en sus inicios fue objeto de estudio de los filósofos (Spinosa, Hegel, entre otros), y posteriormente trabajado por William James, Flavell, Ana Brown, Kainer, Klurwe, Piaget, Bruner, etc., no es en este momento un problema teórico, sino que las implicaciones prácticas de su estudio reviste importancia trascendente para la psicología educativa, pues esta capacidad está íntimamente relacionada no sólo con las situaciones de aprendizaje que se propicien, sino como la capacidad de reflexión sobre los procesos cognitivos que hagan los y las estudiantes y posibilitan un mayor y mejor aprendizaje y cómo se convierten en experiencias de vida.

Por lo tanto, los procesos de metacognición están encaminados a que los y las alumnos puedan dirigir su aprendizaje por sí mismos, mediante la adquisición de estrategias de un saber práctico, que les permitirá involucrarse de lleno, responsable y reflexivamente, en todo el proceso de aprender, diagnóstico, planeación, ejecución, control y evaluación de los procesos de aprender.

La metacognición reviste crucial importancia para los procesos de evaluación educativa, ya que desde la perspectiva de la transformación curricular, la evaluación es entendida como el proceso a través del cual se posibilita volver a recorrer el camino transitado en el proceso de aprendizaje para identificar cuánto aprendí, cómo lo aprendí, qué falta por aprender y qué debe hacerse para recuperar los aprendizajes problemáticos o no adquiridos. A este proceso de evaluación se le llama Autoevaluación (tanto para alumnos (as) como para docentes), con el cual culmina y cobra sentido el proceso de evaluación auténtica.

Pudiéramos seguir ampliando, detallando otros aspectos psicológicos, donde la metacognición juega un papel de trascendencia, como los procesos de auto-control, para el manejo y regulación de los procesos de disciplina auto-regulada, en la toma de decisiones, en los procesos de auto-estima y seguridad en sí mismo, y en todos aquellos procesos que implican reflexión, toma de consciencia. Por ahora sólo me interesa plantear la necesidad de estudiar y profundizar en estos procesos vitales para el logro de un ser humano más capaz, consciente y crítico.

Necesidad de un Relanzamiento de la Psicología Educativa en Nuestro País

Como hemos venido reseñando, hay principios generales del aprendizaje que se plantean en el curriculum, que tienen que hacerse prácticos en el salón de clases, que deben ser validados empíricamente para concretarlos a los diferentes contextos educativos y por qué no decirlo, que deben ser trabajados, discutidos, analizados e investigados desde las aulas universitarias, para poderlos relacionar con la naturaleza de los procesos de aprendizaje en el salón de clases y con las características de los factores cognitivos, afectivos y sociales de nuestros alumnos(as), y maestros (as).

No es posible quedarnos como en el pasado que los principios psicológicos del aprendizaje que manejaban los (as) estudiantes de psicología en las aulas universitarias, no guardaban ninguna relación con los procesos de enseñanza que se manejaban en el salón de clases.

Es imprescindible vincular a los estudiantes de psicología y sobre todo aquellos que van haciendo su opción por la psicología educativa, con el quehacer educativo, ya que la función principal de la misma debería ser la adecuación de los principios de aprendizaje con la implementación del aprendizaje concreto en el aula, las condiciones o el diseño de ámbitos adecuados con métodos adecuados, los factores que influyen y su evaluación en él.

El psicólogo educativo se ocupará de armonizar la teoría del aprendizaje significativo con las teorías pedagógicas, para que se implementen las investigaciones psicopedagógicas, ya que las primeras dan dirección general a las prácticas educativas, pero necesitan traducirse y ajustarse a las complejidades de un salón de clase con estudiantes con distintas aptitudes, disposiciones e intereses, como también las características propias de cada área de estudio, sobre la que deben operar los principios generales del aprendizaje significativo.

Los psicólogos deben poner sus conocimientos sobre capacidades, procesos de adquisición cognitiva, al servicio de la enseñanza, pues por un lado se garantizarán mejores procesos de enseñanza-aprendizaje, como también los procesos de investigación necesarios para ir recogiendo y reencauzando procesos.

En la aplicación de estos principios de aprendizaje se requiere crear constantemente, para lo cual se necesita conocer los principios e innovar con ellos.

Un cuerpo de principios teóricos no podrá convertirse en premisas válidas al menos que no se avalen con hallazgos empíricos en diferentes situaciones, por lo cual el papel del psicólogo educativo será vital para el avance de esta rama tan importante de la psicología en nuestro país.

La pedagogía y la psicología se necesitan. Los maestros aportan al psicólogo problemas prácticos, ya sea de alumnos en particular o de grupos, así cuestiones vitales de los procesos de enseñanza-aprendizaje que acontecen en la clases y que en la mayoría de las veces parten por un lado del desconocimiento de las características particulares o generales de los sujetos que aprenden (intelectuales, afectivos o sociales) y por el otro de las dificultades que provienen de los métodos que se usan para enseñar.

Tanto uno como el otro tienen consecuencias psicológicas que de no ser encarados, pueden provocar problemas en la autoestima del que aprende, fatiga, miedos, desencanto, entre otros, imposibilitando que se desencadenen procesos positivos de disfrute, alegría, espontaneidad e iniciativa en los grupos de clase.

Nos falta mucho por investigar sobre cuáles características cognitivas y de la personalidad de los y las estudiantes, afectan los resultados del aprendizaje y cuáles serían las condiciones más propicias para organizar y presentar materiales de aprendizaje que permitan ajustarse no sólo a grupos completos, sino a características particulares o formas de aprender diferentes.

El psicopedagogo debe partir de que el proceso educativo presupone transformar a los y las individuos y ayudarlos a desarrollar sus máximas capacidades, así la prevención activa de sus perturbaciones o desequilibrios, sean estas sociales, escolares o afectivas, son elementos imprescindibles en su accionar al interior de las escuelas.

Los contextos familiares son también, elementos importantes en la acción del psicólogo educativo, dada la influencia de la familia en el marco de referencia cultural que los (as) alumnos traen a la escuela, es evidente la necesidad de que haya una estrecha relación entre la familia y la escuela.

Esta relación podrá insertarse en dos grandes procesos vitales:

1. Lograr que las familias adquieran conciencia sobre el rol que les corresponde jugar en la educación de sus hijos e hijas.

2. Armonizar los procesos de potencializar capacidades y de reestructurar esquemas o pre-conceptos que los ambientes familiares vivencian en la cotidianidad y que se manifiestan en las escuelas como elementos que hay que tomar en cuenta para partir de los aprendizajes previos de los y las estudiantes, los cuales juegan un papel trascendental en la concepción de aprendizaje que se maneja en la transformación curricular.

Es pues necesario, que el psicólogo educativo encuentre en su formación elementos básicos que le permitan armonizar y encauzar las relaciones escuela-familia-sociedad, pues de nada valdrían sus herramientas para operar al interior de la escuela, si unos ámbitos cercanos a él-familia-sociedad mantienen una influencia permanente y decisiva de la misma.

Como se infiere de todo lo anteriormente expuesto, el campo de acción del psicólogo educativo es directamente el salón de clases, el sistema de relaciones del ámbito educativo, los procesos de evaluación y los contextos socioculturales de los estudiantes que afecten su aprendizaje y el más relevante de ellos sus contextos familiares.

Con estas reflexiones no me animo a entrar en la polémica de Gage (1964, Pág. 268-269), la cual plantea que las teorías del aprendizaje tienen poca o ninguna probabilidad de encontrar aplicación en el accionar educativo y que por el contrario deberían se reemplazados por teorías de enseñanza (como se ha venido haciendo hasta ahora) o las consideraciones de Smith (1960), mucho más racionales y entendibles, cuando sitúa que el aprendizaje y la enseñanza son fenómenos distintos, lo cual lo considero obvio de mis reflexiones. Lo que sí deseo que quede esclarecido es que debe haber una articulación entre las teorías de aprendizaje que subyacen a las técnicas provenientes de las teorías de enseñar, pues será sumamente difícil encauzar una investigación sobre los efectos de los procesos de enseñanza, sino tenemos claras las premisas teóricas metodológicas de las teorías de aprendizaje que subyacen, las cuales son puertos de partida y confieren dirección y sentido a la enseñanza misma. Además no sólo por lo que afirma Ausubel (1991, pág. 27), "buscar métodos de enseñanza más eficaces, que puedan describirse tan sólo en términos de características del acto de enseñar y que no puedan relacionarse con las leyes de aprendizaje, es derrochar tiempo y esfuerzo", sino que tanto nuestra Ley Orgánica de Educación, como todos y cada uno de los documentos de nuestra transformación curricular, sitúan muy claramente los procesos de aprendizaje que se deben privilegiar y cuáles las estrategias de enseñanza que deben implementar.

Le tocará ahora a las escuelas de psicología del país, readecuar sus programas de estudios así como sus líneas de acción a estas necesidades que tiene la educación nacional y favorecer que sus egresados con opción a la psicología educativa cuenten con las herramientas idóneas para favorecer la implementación de este proyecto educativo con los necesarios procesos de investigación que toda nueva propuesta psicopedagógica requiere para que pueda ser implementada, seguida y reformulada cuando sea necesario.

Es por esta razón que afirmamos que los conocimientos psicológicos tienen una utilidad inmensa para encauzar el acercamiento de una práctica educativa diferente en las aulas, pues al educador se le pide que diseñe un curriculum, pero estos no cuentan con los referentes teóricos para inventar, innovar o crear a partir de una propuesta curricular abierta y flexible.

Fuentes Consultadas

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Conocimiento, Aprendizaje y Enseñanza. Temas Relevantes en la Reforma Educativa

Licda. Minerva Vincent
Secretaría de Estado de Educación y Cultura (SEEC)

En la escuela dominicana del presente se producen transformaciones que tendrán repercusiones trascendentes en la sociedad. Esas transformaciones se sustentan en procesos que se impulsan para promover el desarrollo pleno de las potencialidades y capacidades humanas.

Aspiramos a contribuir, desde la educación, a la construcción de la sociedad que merecemos los dominicanos y las dominicanas; una sociedad orientada hacia un modelo de desarrollo autosostenible, donde prime el bienestar, la equidad y la justicia. Pero, en un evento de esta naturaleza la pregunta pertinente va orientada al papel jugado y por jugar por nuestra ciencia, la Psicología, en la reforma educativa en marcha.

Para responder a dicha interrogante describiremos de manera muy breve en un primer momento lo que está sucediendo en la actualidad en nuestras escuelas, las concepciones que sobre el conocimiento, el aprendizaje y la enseñanza subyacen en los procesos que se impulsan, y en lo específico cómo los/as psicólogos/as del área educativa hemos ido construyendo explicaciones, definiendo estrategias y dándole seguimiento a dichos procesos en un trabajo colectivo en el que participamos junto a pedagogos, orientadores y especialistas de las diferentes áreas de la ciencia, la tecnología y el arte. En un segundo momento expondremos, con la brevedad que el tiempo que se nos ha asignado nos impone, el por qué y para qué de las reformas que e impulsan.

¿Cuáles son los cambios que están sucediendo en la escuela dominicana?

Los cambios se expresan en una nueva mentalidad, conciencia, compromiso, actitudes y ruptura de esquema de parte de todos los actores involucrados en la Reforma Educativa. Un cambio en la mentalidad de los actores fundamentales de los procesos educativos, el cual se expresa en una conciencia cada vez creciente de la necesidad de cambio. Los múltiples diagnósticos realizados como paso previo a la definición y puesta en marcha del Plan Decenal de Educación -hito glorioso en la historia educativa nacional- dan cuenta de la magnitud de los problemas, entre los que se destacaron problemas graves de infraestructura, equipos y mobiliario, analfabetismo, cobertura, repitencia, deserción, sobreedad, deficientes niveles de formación del magisterio, bajos salarios, transferencia de profesores a otros sectores, obsolescencia curricular y descuido en el ámbito político, social, comunitario y familiar para sólo referimos a indicadores tradicionalmente considerados.

La asunción de un compromiso en la tarea de elevar la calidad de la educación de nuestro pueblo (empresarios, trabajadores, profesionales, académicos, políticos, religiosos, sindicalistas, padres y madres de familia) participan de manera activa y entusiasta en las:

- Juntas Administrativas Distritales

- Asociaciones de Padres, Madres y Amigos de la Escuela

- Comisiones y Consejos Técnicos y de Apoyo, tales como los que impulsan la ejecución de la nueva Ley de Educación, de apoyo y mantenimiento de la infraestructura escolar, el programa masivo de alfabetización y a la transformación curricular, producción de libros de texto entre otros proyectos y programas priorizados por la Secretaría de Estado de Educación y Cultura en la presente gestión.

Una ruptura con los esquemas tradicionales de pensar y hacer educación, en los cuales nos centraremos a continuación.

Pero lo más importante una actitud sorprendentemente positiva hacia el cambio, que nos impulsa a todos/as a aprovechar cualquier espacio y momento para aprender uno/a de los/as otros/as.

La ruptura a que aludimos se expresa en un repensar, en una reflexión colectiva, en el estudio concienzudo, en la discusión franca y abierta de los saberes y experiencias que cada uno la de los/as que participamos en la reforma hemos ido incorporando a la formación y al quehacer profesional y social.

Procurando consensos hemos diseñado un curriculum dominicano, en el cual se establecen los fines, propósitos, procesos y estrategias de la educación en el momento histórico actual. Los conceptos claves que manejamos se sintetizan en los fundamentos del curriculum, Tomos I y II, de amplia circulación en el medio educativo.

A partir de la articulación de visiones, del entramado de ideas y acciones que se derivan del curriculum se promueven procesos que superan situaciones y prácticas, en un intento de responder a los requerimientos de un país que apuesta a la educación, como vía para incorporar a su gente a los esfuerzos de la humanidad por construir un mundo más justo, equitativo y competente. El cambio de dirección de estos procesos abarca aspectos tan disímiles como complejo es el acto educativo.

Concepciones sobre el Conocimiento, Aprendizaje y Enseñanza

Las transformaciones que se vienen dando en las prácticas cotidianas que se desarrollan en la escuela, se sustentan en nuevas concepciones sobre el conocimiento, el aprendizaje y la enseñanza.

Es así como el conocimiento lo entendíamos y lo trabajábamos en educación, como la incorporación a nuestra memoria de un cúmulo de verdades, (informaciones, datos y hechos) que constituían el acervo cultural, científico, tecnológico, artístico y las costumbres, usos y normas requeridas para el buen desenvolvimiento de las personas en la cotidianidad de sus vidas.

Hoy el conocimiento más que en la acumulación pone énfasis en la construcción. Lo que interesa es la formación de "esquemas" (en el sentido piagetiano del término), que posibiliten la integración de nuevas actitudes, aptitudes, habilidades, destrezas, conocimientos que posibiliten entender y actuar en y sobre el mundo.

La idea de aprendizaje (como proceso de integración de dichos esquemas) que de esta concepción se deriva supone a sujetos que en vez de reaccionar a estímulos (antecedentes y/o consecuentes a la conducta) se implican activamente, con toda la subjetividad y carga energética que caracteriza a las personas en el acto de aprender.

Esta concepción de aprendizaje, que se inscribe en una perspectiva cognitiva, ha sido socializada en nuestro medio como "aprendizaje significativo". El cual, como todos los colegas saben, puede ser integrado por estrategias receptivas y/o por descubrimiento. Por lo tanto, métodos y técnicas tradicionales y exitosas como la lectura, el estudio individual, la recepción por múltiples medios de información no pueden ser descartados.

Las formas de representación de la realidad (que vienen a constituirse en "el conocimiento" a que aludíamos en el punto anterior) que posibilitan integrar un conocimiento con sentido para los sujetos han sido retomados de los planteamientos desarrollados por Vygotsky, Bruner, Ausubel, el maestro Piaget y sus discípulos.

Son estos aportes desde la Psicología los que vienen a sustentar las nuevas estrategias de aprendizaje que se promueven. Estas estrategias (de recuperación de la percepción individual, de problematización, recepción, descubrimiento, inserción en el entorno, socialización y proyectos) han desplazado el énfasis en la vieja concepción de enseñanza, entendida como transmisión de informaciones, hechos, datos, conceptos, procedimientos, valores, actitudes y normas que los estudiantes debían recibir acríticamente porque constituían los conocimientos y una determinada ética, considerada como la representación de la cultura hegemónica, al menos en el mundo occidental.

Hoy el nuevo curriculum conceptualiza la enseñanza como un proceso de orientación, acompañamiento, seguimiento y animación a los procesos de aprendizaje en los que se involucran todos los actores.

De esta reconceptualización se deriva toda una revisión del rol de los actores involucrados en los procesos de enseñanza y de aprendizaje; considerando importante destacar la idea de que se trata de procesos en los que, independientemente del papel que desempeñemos en un escenario particular (estudiante, maestro, directivo, personal de apoyo, técnico, padre, madre o simple ciudadano implicado en los asuntos educativos) vamos aprendiendo los unos de los otros, conceptualización que se articula con la conciencia de la necesidad de promover procesos en los cuales el aprendizaje sea considerado como una actividad a desarrollarse a lo largo de toda la vida.

Significación de Estos Cambios. El por qué y para qué de la Reforma

Los cambios, a nivel mundial y nacional, que se operan en todos los ámbitos: político, económico, social, cultural, científico, tecnológico y en la cotidianidad misma de nuestras vidas, imponen un cambio de rumbo. Se trata de dar el salto hacia la modernidad o quedamos rezagados en un mundo que marcha a ritmos y en direcciones insospechadas hasta hace tan sólo pocos años. La revolución tecnológica ocurrida en el ámbito de las comunicaciones y en la informática abre posibilidades que nos hacen tomar muy en serio ideas que en otros tiempos pasábamos por alto.

Cuando desde el paradigma positivista entendíamos el conocimiento, el aprendizaje y la enseñanza como objeto a estudiar desde la "objetividad", "verificalidad", "predictibilidad", y "replicabilidad" preconizada por el conductismo, respondíamos también al "espíritu de la época". El orden socioeconómico y político se sustentaba en el capitalismo industrial, por lo que a la educación se le pedía la formación de obreros y cuadros capaces de continuar produciendo en un mundo caracterizado por la mecanización y la reproducción en cadena. Poco importaba la subjetividad, lo intangible, el universo simbólico en que se movían los sujetos y tan siquiera las creencias y la afectividad de la gente en un mundo centrado en el consumo y en el placer por el disfrute de sus logros materiales.

Pero como paradoja de la vida, ha sido la explosión de la ciencia y la tecnología la que nos ha devuelto hacia el mundo del espíritu, de lo intangible. Ya los psicólogos no nos sentimos acorralados, ruborizados por no poder dar cuenta de manera medible y replicable de esferas del ser humano que manejábamos como la "caja negra", la cual nunca hemos negado pero hoy reconocemos como las energetizantes de la actividad humana.

Hoy devolvemos a la educación, con todo el rigor, el estudio de la percepción, la motivación, la emoción, el pensamiento. Por eso hablamos al inicio de un cambio en el paradigma dominante. La Psicología Cognitiva, de la Personalidad, de la Emoción recuperan el lugar que, sin desconocer sus valiosos aportes, ocuparon en su momento los representantes de la Psicología Experimental, abogada por los conductistas, a los cuales muchos de nosotros/as nos afiliábamos.

El acceso instantáneo a la información que posibilita la Informática, el predominio de las imágenes, las comunicaciones que han convertido el mundo en una aldea, la revalorización del mundo subjetivo devuelven el verdadero sentido de sujetos a los seres humanos, explicando la amplitud de los múltiples aportes que la Psicología puede hacerle a la educación.

¿Pero por qué la educación es considerada hoy como elemento clave del desarrollo? ¿No siempre fue así? ¿Por qué el renglón más importante en los Presupuestos Nacionales es hoy en día reservado a la educación?

Muchos factores pueden explicar este fenómeno. Nosotros destacaremos tres:

- Desde que el mundo recibió los resultados de lo que ha sido denominado el milagro de los tigres asiáticos, entendió la significación de la educación vista como inversión y no como gasto. La década de los años 80 fue escenario propicio para la diseminación de esas ideas, bajo el nuevo concepto de capital humano.

- Un mundo signado por cambios acelerados, que se expresan a un ritmo vertiginoso y en direcciones impredecibles tiene que centrar en la gente, en la persona, en los seres humanos, como especie "inteligente" del planeta, el "control" de la situación. Un "control", entendido como ese equilibrio entre nuestras intencionalidades más privadas hasta el compromiso con la satisfacción de expectativas sociales, sólo puede ser ejercido por personas que hayan tenido la posibilidad de desarrollar al máximo sus potencialidades y capacidades. Y esto, como lo entendemos hoy, se alcanza cuando la persona se implica en procesos constructivos que le posibilitan el desarrollo de la inteligencia, el compromiso social, el despliegue de la creatividad y de los talentos particulares que caracterizan al ser humano. Es en este contexto que la triada conocimiento, aprendizaje, enseñanza, como conceptos que aluden a resultados, procesos y estrategias vienen a articularse.

- La Reforma Educativa que en el orden institucional y académico se desarrolla en República Dominicana, se plantea como el camino más seguro para avanzar hacia la satisfacción de las aspiraciones que de manera valerosa y responsable han impulsado el accionar público y privado de los mejores hombres y mujeres de nuestro pueblo.

Entendiendo que el progreso, el desarrollo, la justicia, la equidad se sustentan en el conocimiento, no en la fuerza bruta y brutal; no en las máquinas sino en la riqueza espiritual y material de los pueblos, los educadores y demás profesionales al servicio de la educación apostamos a la educación de nuestra gente, niños/as, jóvenes y adultos, reconociendo que es en ese espacio que se llama escuela, en ese tiempo que se permanece en ella donde se da la posibilidad de formar la conciencia y la inteligencia de las futuras generaciones de dominicanos/as.

Sólo elevando el nivel educativo estaremos en capacidad de construir el país que deseamos. Un país donde se respete y preserve el medio ambiente, con identidad propia, que valore la diversidad que potencializa la creatividad que nos caracteriza como pueblo, competentes para articularnos a un mundo global y plural, para lo cual el concepto de "aprender a aprender", que venimos trabajando en Psicología desde principios de siglo, nos permitirá integrar los avances que se operan en la ciencia y la tecnología, y modestamente contribuir como país al salto necesario de una sociedad de la información hacia la sociedad del conocimiento. En fin un pueblo sano y feliz que valore el trabajo como medio de realización personal y social, siendo éstos los principios en que se fundamenta nuestro Sistema Educativo, los cuales han quedado formulados en nuestra recientemente promulgada Ley de Educación.

Bibliografía

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