Análisis general de la situación local y servicios públicos

Ahora bien, Tanto Mechongué como San Agustín son localidades emplazadas en el ámbito pampeano. Poseen características similares en su estructura. Una plaza central, la delegación, el tanque de agua, la estación (o ex estación) del ferrocarril y diferentes comercios. Estas características que se enlazan al paisaje de la llanura, hacen de estas dos localidades, vistas por el viajero, similares, o casi idénticas a otras. Sin embargo existen particularidades, más allá del tamaño o del proceso de despoblamiento que indican diferencias marcadas, sobre todo en lo que es la proyección social local o bien, el sentido de pertenencia a la localidad por parte de sus habitantes, en relación con los servicios públicos.

Hemos adelantado que durante 2005 y 2006 realizamos entrevistas a informantes clave. Estas entrevistas no solamente nos otorgaron información o nos ayudaron a cotejar datos, sino que al mismo tiempo nos dieron cuenta de situaciones particulares íntimamente relacionadas con la cuestión social y en particular con la identidad o sentido mismo hacia el "pueblo", la localidad.

Las entrevistas versaron sobre múltiples aspectos locales, entre ellos: los servicios públicos, provisión y conectividad. En primer lugar, y no hace falta entrevistar a nadie para advertirlo, una primera aproximación personal a ambas localidades nos da cuenta de dos tradiciones locales diferenciales con respecto a los servicios públicos: el cooperativismo local explotado en Mechongué, en contrapartida con la inclusión de operadoras y empresas proveedoras de servicios uso externo, dominante de San Agustín. Esto se sintetiza en que, para Mechongué: agua, desagües cloacales, luz, teléfono y en un futuro, gas, se proveen o gestionan mediante la administración de cooperativas. Por otro lado en San Agustín, el agua es administrada por la municipalidad de Balcarce, la luz por la distribuidora regional Empresa Distribuidora de Energía Atlántica y, el teléfono por la regional sur: Telefónica de Argentina. No posee desagües cloacales.

Las entrevistas muestran principalmente dos posiciones diferentes para las dos localidades. En Mechongué, la tradición cooperativista se incluye en las entrevistas en un sentido de pertenencia de los servicios públicos. –Acá el agua y los teléfonos lo hicimos todo nosotros con las cooperativas. Ahora, estamos tratando de traer el gas y se está empezando con el tema de las cloacas- expresaba una docente de la escuela media de Mechongué. A veinte kilómetros, en San Agustín, un ex delegado ante la consulta sobre la prestación de servicios como agua, gas o la llegada de asfalto comentaba: -Las obras del asfalto se comenzaron alrededor de 1973, y la terminaron los radicales en el ‘83, me parece... ...el agua corriente hace poco llegó, me parece que fue en el ‘99, fijáte que el tanque del agua atrás de la escuela tiene la fecha, sí es en el ‘99 que se terminaron las obras... ...no, acá el gas es todo envasado, y pensá que encima es mucho más caro, pero viste... mientras no pase un gasoducto por acá cerca, no van traer el gas.- Estas dos declaraciones muestran en síntesis lo que en varias entrevistas se repitió: un sentido de pertenencia del servicio expresado en el hicimos, trajimos en Mechongué diferenciado del van a traer, la terminaron manifestado en San Agustín.

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Sería erróneo generar conexiones directas entre la prestación de servicios públicos y la problemática del despoblamiento en las localidades. Como ya mencionamos antes el tema de la pérdida de población no es un hecho aislado ni de estas localidades, ni de la región sudeste, en la pampa. Sin embargo existen cuestiones intrínsecas al carácter local social que relacionan a la población con su territorio y sus estructuras de servicios de manera particular y disímil.

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Ejemplo de esto es lo que anteriormente expresamos sobre el tema de la prestación de servicios públicos; también coexisten dentro del territorio y como constitutivos de éste, elementos que hacen al carácter social y que se vinculan a su vez con los servicios públicos. En este sentido citamos a los servicios de flujos. Los servicios de flujos, sobre todo aquellos con carácter regional o nacional; como lo constituyen el gas, la energía eléctrica, el teléfono y el transporte hacen de manera concreta de conectadores pero, al mismo tiempo efectúan un rol de vértebra simbólica. Los servicios de flujo incluyen o excluyen a lo local del territorio. Hay una suerte de territorialización a través del servicio público.

Quizás alguno de ellos, como la energía eléctrica o el teléfono se hayan actualmente tan extendidos (en la región pampeana), que no constituyan en sí, un factor de inclusión o exclusión, pero sí otros. Y en esos otros incluimos: la salud, la educación, el transporte y obras serviles a éste como el asfalto. Vimos anteriormente los gráficos 6, 7 y 8 en donde se observa la relación del despoblamiento con el levantamiento o clausura de ramales ferroviarios. Pero sería inmaduro plantear que el despoblamiento o la exclusión se producen esencialmente por el cierre de ramales ferroviarios, en el sentido de su cancelación de la imposibilidad de efectuar transporte de pasajeros. La idea que intentamos plantear impone que existe una relación mucho más profunda entre la prestación de servicios y la cuestión social, que supera a la simple cobertura de una necesidad; y que a su vez impacta de modo concreto en el territorio. Damos un ejemplo concreto. A mediados de siglo XX tanto San Agustín como Mechongué poseían servicio de transporte por ferrocarril con conexión diaria (a veces más de una vez al día) con las principales ciudades de la provincia y el país (Mar del Plata, Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca) Un entrevistado de San Agustín nos expresaba al respecto: por acá pasaba un tren a la mañana temprano que iba a Necochea y se podía ir a Bahía Blanca, después también había uno que iba para Mar del Plata, y después al revés; para Buenos Aires... y si uno tenía que ir a La Plata o Ayacucho también podía. Paralelamente los caminos en momento eran de tierra. –Había asfalto por la 88- [ruta provincial 88] –Había un movimiento bárbaro, sobre todo en la época de cosecha. Acá en San Agustín teníamos hoteles y sabían venir más de dos mil personas temporarias que también paraban en el campo-. Vemos que además de la inclusión con el resto del territorio existía una vida económica que, de modo principal, otorgaba dinamismo al funcionamiento de la localidad. –Cuando sacaron el ferrocarril [1978 (5)] quedamos aislados, además ya se había comenzado a ir la gente antes... Ya había asfalto pero no era lo mismo. Primero hubo un colectivo que venía de Quequén y Lobería que entraba y después iba para Balcarce. Después había también uno que iba a Miramar y pasaba por Mechongué, pero ahora no están más.- Hay una relación estrecha y casi innegable entre la existencia del transporte de pasajeros con la posibilidad de transportar a pasajeros. Pero al mismo tiempo existe una relación simbólica que asocia a las transformaciones territoriales con períodos de bienestar o malestar social.

Beatriz Sarlo, al respecto dice "Frente a transformaciones que alteran las relaciones sociales y económicas... ...los planos, las perspectivas del paisaje, las topografías naturales, la cultura suele elaborar estrategias simbólicas y de representación..." (Sarlo. 2000) Esto convertido en tópico ha merecido el nombre de "edad dorada". Una identidad social basada en la construcción de la memoria donde se incluye un pasado estructurado y ordenado. Según Raymond Williams, citado por Sarlo, esta configuración de ideas y cultura, emerge de una particular "estructura de sentimiento". En un artículo anterior, y sobre esta misma idea agregábamos que "se interrelacionan en esta » estructura de sentimiento» varios componentes vinculados con la idealización de orden pasado, integración de la sociedad, organicidad y justicia.

Podemos decir que esta estructura se halla vinculada con el desarrollo de la construcción de la identidad, fuertemente arraigada en el territorio, el trabajo y el bienestar, y apoyada por un pasado ficticio o real que se relee como socialmente justo, y aparentemente anterior a las políticas deconstructoras de los bienestares otorgados por el Estado" (Diez Tetamanti. 2004).

Vinculado con nuestro tema de estudio, esta idea se relaciona con dos puntos. Por un lado una ausencia o disminución actual de servicios de transporte que se observa concreta en la ausencia de conexión entre Mechongué y San Agustín, éstas de modo directo con principales ciudades, o bien con carácter disminuido con relación al ejemplo Mechongué – Mar del Plata o Miramar con dos servicios diarios. Por otra parte la desconexión plantea, además de inconvenientes concretos, una noción de no-pertenencia al sistema de territorio incluido, al que en un pasado sí pertenecieron en lo social y económico y hoy intentan reestablecer.

La forma de (re)pertenencia al territorio incluido ante la imposibilidad de reestablecerlo en conexión horizontal territorial, debido a las políticas de Estado deconstructoras de las décadas del 1970, ’80 y ’90, se expresa en otros planos. La apropiación de los servicios como modo de reproducción y sostenimiento de sistemas (cooperativas locales), la realización de eventos culturales propios, como las fiestas tradicionalistas o la adhesión a nuevas políticas sociales (algunas territoriales) que en sus objetivos plantean una nueva y diferente forma de inclusión al sistema.