El desarrollo sustentable: un desafio a la ética y a la creatividad humana

Dr. Andrés Yurjevic Marshall
Director del Centro de Desarrollo Sustentable
Universidad Católica de Temuco
Director Ejecutivo CLADES

A modo de introducción

En el próximo año la comunidad internacional se reunirá para evaluar el cumplimiento de los acuerdos de la Cumbre de Río 1992. Lo harán no sólo los representantes de los gobiernos y organismos internacionales, sino las múltiples expresiones de la sociedad civil, que en los hechos han sido las grandes impulsoras del desafío de la sustentabilidad; la conciencia crítica que presiona a las autoridades públicas y que son los más entusiastas impulsores de programas de desarrollo medioambientalmente compatibles.

Es razonable que un enfoque que nace desde la gente, y no desde la academia o desde las esferas del poder, esté impregnado por los problemas que vive el ciudadano común, los que se resumen en una sensación de falta de bienestar. Por igual razón su construcción conceptual ha ido de la mano de una praxis del desarrollo, que ha debido permanentemente transformar objetivos estratégicos en metas pragmáticas de corto plazo, que muestren que hay caminos aún no suficientemente explorados para enfrentar los viejos problemas que dificultan un real desarrollo humano.

Las causas levantadas contra el desarrollo convencional siguen siendo las mismas de hace diez años, incluso algunas de ellas se han agravado. La ambición desmedida y depredadora de relativamente pocas pero enormes empresas es un hecho imposible de negar. Lamentablemente también lo son las erradas políticas gubernamentales, sea porque incentivan la destrucción ambiental, o porque no son capaces de crear políticas e incentivos para que el desarrollo y la protección del medio ambiente no sean dos objetivos contradictorios. Pero, no menos responsable de la pérdida de calidad de los servicios ecológicos (o bienes libres) es el mercado, mecanismo que subvalora los recursos naturales, acelerando en forma innecesaria su consumo por los bajos precios que éstos tienen en los mercados internacionales. Igualmente grave resulta la masiva pobreza cuya subsistencia depende de la obtención directa de biomasa, sea en la forma de alimentos o de energía.

En esta conferencia me quiero centrar en las avenidas que siguen abiertas para hacer de la sustentabilidad una meta posible. Los ejemplos en que me apoyaré los veo como una reivindicación de los pobres, a quienes se les ha negado la posibilidad de generar riqueza. Ellos, a los ojos de la sociedad, no están entre los innovadores sino entre los que hay que subsidiar por la carga social que representan.

Antes de analizar ejemplos y enseñanzas de desarrollo sustentable, quisiera brevemente comentar los factores en los cuales los ciudadanos depositan su esperanza de que los problemas ambientales no nos desbordarán. Los dos más comúnmente escuchados son el mayor énfasis que se está dando a la educación ambiental y, no separado de éste, la apreciación que la generación joven viene con una conciencia ecológica muy superior a la de sus padres. A primera vista lo señalado es bueno, pero es insuficiente si apreciamos que todavía prevalece la visión de la economía como un "animal" que tiene un gran sistema circulatorio, pero que carece de sistema digestivo. Pareciera que tampoco nos damos cuenta que si los servicios ecológicos se hacen escasos deberemos pagar por ellos, haciéndonos más pobres. Igualmente que si no se regulan las fuerzas que controlan los mercados en materia de extracción de materia y energía, los mismos que tienen una fe ciega en el mercado, terminarán aumentando la ingerencia pública fruto del sin número de regulaciones que habrá que dictar.

Lo dicho anteriormente es sólo para ilustrar que sólo podremos confiarnos en el desarrollo de la conciencia colectiva cuando ésta movilice a la población a proteger y regenerar el ambiente, al menos a la misma velocidad que se le está dañando.

Simplemente para efectos de tener un orden mayor en la presentación, he ordenado los ejemplos y las conclusiones en siete avenidas, que son:

  1. El aprendizaje de las experiencias exitosas
  2. La posibilidad de mirar en forma renovada a las fuentes de bienestar
  3. El manejo de las externalidades en situaciones diversas
  4. La necesidad de valorar los escenarios de oportunidades en el espacio local
  5. El diseño de incentivos gubernamentales
  6. El fortalecimiento de sectores productivos específicos
  7. La formación masiva de cuadros para un desarrollo sustentable

1. Primera avenida: aprendizaje masivo de las experiencias exitosas

a) Programa Tomé

En un pueblo llamado Tomé, históricamente sede de la industria textil chilena, hoy prácticamente desaparecida por la apertura externa indiscriminada, un grupo pequeño de mujeres deciden realizar acciones que les garanticen gradualmente su seguridad alimentaria familiar, aumenten sus ingresos, mejoren las relaciones de género y fortalezcan la calidad del medio ambiente. Dedican sus energías a realizar huertas familiares orgánicas; reciclan las basuras domiciliarias con métodos artesanales; se transforman en micro empresarias y expanden su experiencia primero en el pueblo y luego, entregan servicios de asistencia técnico-social a otras comunidades. Generan organizaciones funcionales y surge un liderazgo plenamente legitimado. Llegan ser 1.500 familias, transformándose en una verdadera "masa crítica" del pueblo, que incluso influye en las elecciones municipales. Salen de una pobreza agobiante a una vida sencilla y digna. El programa de la televisión canadiense de David Susuki (programa de características similares al de Jacques Coustou) con una audiencia de 600 millones de personas solicita filmar esta experiencia de desarrollo sustentable. Igualmente lo hace la televisión de Montreal, la que a petición de su teleaudiencia invita a que una líder del programa viaje a dicha ciudad.

Es evidente para quien tenga experiencia en el campo del desarrollo, cuyo objetivo intransable es la superación de la pobreza, que no se trata de una experiencia cualquiera. Pero, ¿qué es lo singular que tiene?.

La revisión crítica nos muestran que las acciones realizadas, la capacitación entregada, la interacción entre las propias mujeres y con las autoridades, ha gatillado un profundo proceso de desarrollo humano. En la figura sobre Indicadores Humanos podemos apreciar que en cuatro años esas mujeres de sentirse no queridas, sienten que reciben el afecto esperado, que la identidad con su pueblo ha crecido al doble, que de ser cuasi prisioneras en sus propias casas, hoy gozan de una libertad plena y, que de una bajísima auto estima han llegado a sentirse personas altamente creativas. En síntesis se ha producido un desarrollo humano, sin el cual el desarrollo sustentable sería sólo una ilusión.

El bienestar humano ya no es una función lineal del ingreso monetario disponible sino que se nos presenta como un fenómeno multidimensional, que responde en forma armónica a pocas pero cruciales necesidades humanas: subsistencia, protección, ocio, afecto, creación, entendimiento, identidad, medio ambiente sano, libertad, participación y trascendencia, tal como se muestra en la figura Necesidades Humanas. El desarrollo humano es el resultado de dedicarse a lo que es la vocación personal, de obtener lo que se necesita, de sentirse más persona y lograr los espacios vitales y funcionales para la vida íntima, privada y social.

b) Programa de Arequipa

Evaluando un programa de desarrollo en Arequipa, en la costa sur del Perú, descubro que 2000 familias campesinas han unidos sus predios para responder en forma conjunta a una demanda por ajo y cebolla orgánica desde USA. Cada familia tiene entre 0.5 y 1.5 há de tierra cuyos títulos de propiedad no están saneados. Mientras los más viejos quieren que el gobierno les otorgue una donación disfrazada de préstamo, los jóvenes saben que la única salida es negociar con un banco comercial. Se organizan en grupos de diez familias de acuerdo a lazos de confianza y constituyen cada grupo una garantía solidaria. Al banco le interesan además los negocios colaterales (transporte, seguros) y sabe que el abandono de los campesinos les ha costado 10.000 muertos por Sendero Luminoso. Además creen que el negocio orgánico es rentable y que tiene una demanda creciente. Se otorga el crédito y la tasa de recuperación llega al 100%.

¿Qué nos enseña esta experiencia de desarrollo sustentable?.

Primero, que el capital social puede ser un capital económico. Segundo, hay que construirlo con organizaciones eficaces y eficientes y, tercero, hay que protegerlo con una legislación adecuada.

Sin embargo, para los grandes organismos multilaterales sigue siendo un capital invisible, es decir, uno en el cual no vale la pena invertir, tal como se ha desconocido el trabajo de la mujer en el hogar, el aporte del sector informal a la economía y el valor de los servicios ecológicos.

c). Programa de la Cordillera

En la zona denominada la Cordillera en Paraguay, existe una organización que es un híbrido entre una Federación sindical, una Cooperativa campesina y una ONG. Su labor ha sido actuar en el frente productivo generando una transformación productiva a través de la introducción de cítricos, cuyos frutos tienen un buen mercado en el Brasil; introduciendo yerba mate, la bebida nacional en el Paraguay, en medio del bosque para que las familias no lo vendan a los aserraderos; barreras de contención del suelo para evitar que la lluvia tropical lave los suelos, entre otras actividades. El manejo de los viveros les ha creado un mercado nacional, lo que los ha entusiasmado a producir plantas exóticas y flores. Los campesinos están organizados por zonas geográficas donde viven y tienen el acompañamiento de técnicos que hablan guaraní. El prestigio alcanzado les ha permitido recibir donaciones y generar recursos propios, los cuales han sido destinados a créditos ajustados a la realidad de los productores, utilizando el sistema de la devolución en productos. La institución ha sufrido los vaivenes de la política interna paraguaya, porque tiene un compromiso político-social efectivo. El grado de conciencia ecológica es altísimo porque el medio ambiente está en las raíces de la cultura guaraní, lo que los hace concientes del peligro que enfrentan con la deforestación masiva que han generado los consorcios madereros.

¿ Qué hemos aprendido de esta experiencia?.

 

Primero, que la sustentabilidad debe considerar el mercado, razón por la cual la diversificación productiva debe hacerse hacia productos rentables. En este caso al generarse fruta orgánica, su precio mejora por ser un bien superior. Segundo, que la organización construida sirve para resolver necesidades diversas, constituyéndose en un satisfactor sinergético y, tercero que el compromiso social y político son dimensiones que fortalecen y viabilizan la conciencia ecológica.

2. Segunda avenida: una mirada renovada a las fuentes de bienestar

De los tres ejemplos anteriores se deduce que, espacialmente en el desarrollo local, es necesaria una mirada atenta a las fuentes generadoras de bienestar, las que se pueden dividir en aquellas de carácter económico y las no económicas. En el primer tipo de fuente están los stocks de capital humano, construido, natural, social e informático. En la segunda categoría están las personas, las familias, la vecindad y la comunidad, adicionalmente encontramos los ecosistemas.

Lo relevante de lo señalado es que la sociedad a veces usando el criterio de las compensaciones ha sacrificado la familia por dar movilidad al factor trabajo, pensando que el ingreso a obtener permitirá cubrir los deterioros que sufra esta fuente de bienestar, igual efecto podría tener una migración forzada por razones de pobreza o guerra. La experiencia demuestra que el trabajo y la familia generan contribuciones al bienestar de muy diferente naturaleza, no siendo posible usar el criterio de compensación como un argumento válido. Lo mismo puede señalarse sobre la forma en que la modernidad ha tratado a las comunidades, generando gentes carentes de afecto, sin identidad propia, que se suman a los contingentes de pobreza y miseria que rodean las urbes.

Las fuentes no económicas por tanto, son para los pobres una red de seguridad y subsistencia mientras que para quienes tienen recursos constituyen espacios para el desarrollo personal. Se ha incluido a los ecosistemas porque éstos no sólo generan el medio ambiente con sus stocks de recursos naturales, sino que nos entregan servicios ecológicos directamente, sin los cuales no podríamos hacer la vida. Estas fuentes no económicas son la base a partir de la cual se construyen las de tipo económico, por tanto es una falacia separar ambas como sí constituyeran dimensiones totalmente independientes. Con el correr del tiempo, las fuentes económicas generadoras de capitales han sufrido cambios en número, naturaleza y significado, por ejemplo, el capital construido es cada vez más sinónimo de tecnología, mientras el capital social adquiere más legitimación y el capital informático irrumpe como una nueva fuente de riqueza, uno entre muchos otros productos o flujos será contar con información oportuna. Estas ideas han sido representadas en la figura Fuentes Económicas y no Económicas de Bienestar.

3. Tercera avenida: el manejo de las externalidades

No se trata de un tema nuevo en la ciencia económica, sólo que su relieve aumenta al considerar que el desarrollo sustentable es por naturaleza generador de externalidades positivas. Considerando que las externalidades son beneficios reales que obtienen terceros sin haber realizado ningún tipo de inversión, se propone que los que las han generado sean compensado por los beneficios que no fueron capturados a través de los precios de mercado.

No se trata de un tema fácil de abordar, porque no todos los recursos naturales son de la misma naturaleza, ni siempre el beneficio recibido por un tercero es de tipo monetario, para poder proceder a la compensación.

Cuando estamos en presencia de recursos naturales fijos, entonces es más fácil definir sistemas de negociación, mientras que cuando se trata de recursos móviles como las aguas y los ecosistemas atmosféricos sólo se puede acudir a la negociación voluntaria entre quienes generan el beneficio y quienes por razones éticas deciden compensar por la parte la parte del beneficio que han captado inmerecidamente.

a) Plan Sierra: externalidades generadas por manejo de recursos naturales fijos

República Dominicana no cuenta con hidrocarburos para su abastecimiento de energía, motivo por el cual debe importar el 100% de sus necesidades. Sólo cuenta con una significativa caída de agua en una gran cuenca que le permite generar energía hidroeléctrica. En las laderas de la cuenca viven miles de familias campesinas pobres y en la salida de la cuenca están la hidroeléctrica y los sistemas de regadío de las grandes plantaciones que cubren el valle.

Una creativa institución de desarrollo planteó a campesinos, gobierno y hacendados que podría haber una negociación buena para todas las partes. Los agricultores harían agricultura sustentable con lo cual no cultivarían en contra de la pendiente de la ladera y protegerían el suelo, evitando enviar sedimento por lluvias tropicales y malas prácticas agrícolas a la central hidroeléctrica y a los canales de regadío. Además enriquecerían sus huertas con sistemas de agroforestería, los que aumentarían la producción de leña y café, que es un cultivo generador de ingresos. Así los productores protegían sus recursos naturales y aumentaban la productividad de sus pequeños pedazos de tierra, la hidroeléctrica no entraba en costos de reparaciones por acumulación de sedimentos y los grandes propietarios no verían dañados sus sistemas de regadío.

Se realizaron los cálculos de las externalidades capturadas por la hidroeléctrica y los hacendados y se estableció el monto de las compensaciones que tendrían que pagar a los campesinos, fondos que sólo se destinarían a programas de desarrollo sustentable. El gobierno desafortunadamente no jugó el papel mediador que debía y los grandes propietarios temieron que al compensar a los campesinos pobres se les acusara de haber aceptado tener una responsabilidad directa en la pobreza reinante.

En síntesis, la negociación final estuvo lejos del óptimo porque los actores no se comprometieron con la solución, principalmente por razones de economía política.

¿Qué aprendimos de esta experiencia?

Que el manejo de las externalidades identificables y negociables requiere de: a) la voluntad de los actores involucrados para poder implementarlas; b) contar con planteamientos claros para cada actor involucrado, de modo que la negociación pueda efectivamente llevarse a cabo y; c) una menor ingenuidad respecto de la economía política del desarrollo.

b) Negociación Ambiental directa entre Costa Rica y Holanda

 

Costa Rica tiene una importante reserva forestal tropical rica en biodiversidad en peligro de extinción por presiones poblacionales. Holanda, por su parte, ha querido poner en práctica su compromiso ético de aportar a la reducción de emisión de gases a la atmósfera y aumentar el pulmón verde del planeta. Ambos países han llegado a un acuerdo por medio del cual Holanda entrega una cuota de dinero a Costa Rica por servicios ecológicos entregados, mientras el país tropical se compromete a buscar con las poblaciones lugareñas y colonos nuevas fuentes de ingresos que no signifiquen depredar la foresta existente.

¿Qué hemos aprendido de esta experiencia?

Primero, que la voluntad política y responsabilidad ética es esencial para manejar los recursos naturales móviles y proteger los grandes ecosistemas que conforman la biosfera. Segundo, que en la gran mayoría de los casos en que se quiere proteger ecosistemas planetarios se termina buscando soluciones, que exigen acciones al nivel microeconómico o local. Tercero, que los acuerdos internacionales ayudan a aumentar el compromiso de los países, pero si la población de mayor ingreso per cápita no destina una cantidad de fondos a regenerar el medio ambiente es muy difícil implementar dichos acuerdos.

4. Cuarta avenida: fomento del desarrollo local

Hace unos meses tuve la oportunidad de participar en un diálogo chileno – argentino de alcaldes de regiones específicas en cada país. En mi calidad de profesional experto se me preguntó cuáles eran las exigencias que le hacía el desarrollo sustentable al desarrollo local. Respondí que básicamente dos: a) cumplir con lo que señala la agenda local 21 aprobada en Río 92, en la cual se incentiva a generar una gobernabilidad local que implique una responsabilidad compartida entre comunidad local y autoridades municipales. Se reconoce que muchas veces la comunidad no está preparada, ni motivada, ni organizada (o sus organizaciones están en pleno proceso de deterioro) para esta tarea, razón por la cual entonces la obligación es crear las condiciones adecuadas para que al más breve plazo la población local asuma su cuota de responsabilidad en el ejercicio del gobierno y, b) construir escenarios de desarrollo local, lo que implica: cambiar subsidios por inversiones; crear una capacidad de gestión social, económica y ambiental en la población; consensuar un plan de desarrollo de mediano plazo de acuerdo a las ventajas competitivas del lugar; impulsar iniciativas privadas rentables y sustentables potencialmente exitosas; proteger los mercados locales en el contexto de una globalización arrasadora.

Adicionalmente señalé que para el sector rural se requería de un enfoque multifuncional basado en al menos cuatro ejes específicos, entre los que se pueden mencionar: la inversión en las fuentes económicas y no económicas; la búsqueda de tecnologías ecológicamente compatibles; la formación masiva de empresarios rurales y; el diálogo articulado entre población local y las diversas expresiones institucionales que operan en dicho espacio.

También afirmé que se debe diseñar una estrategia consistente con metas pragmáticas relativas a los ingresos; la seguridad alimentaria; la equidad de género y la sustentabilidad ambiental

Finalmente expresé que los medios existen y se sabe como diseñar las políticas adecuadas, que lo importante era que los municipios involucraran a universidades, ONGs y a otros organismos públicos en los desafíos planteados y que se construyan alianzas intermunicipales de modo que el espacio político se compatibilice con el espacio económico, sea este una comarca, una micro- región o micro- cuenca.

¿Qué hemos aprendido sobre el desarrollo local?

Primero, que no hay defensa de los recursos naturales si no hay defensa del territorio. Segundo, que las opciones de desarrollo deben nacer de las fortalezas, oportunidades, amenazas y debilidades existentes, las que con los instrumentos adecuados se pueden evidenciar y; tercero que la descentralización que siempre ha estado orientada a proveer servicios sociales, debe en los tiempos actuales asumir un rol activo en la economía local, generando oportunidades de empleos e ingresos.

5. Quinta avenida: políticas de incentivo gubernamentales

Debiera constituir una política de Estado fomentar entre los jóvenes la vocación por ser empresarios innovadores. Exigir garantías reales a los potenciales contaminadores así como dar incentivos visibles a los que protegen y restauran recursos naturales. Que las políticas se deben ajustar a las realidades regionales, ya que deberían ser incentivos adaptables a condiciones diversas. Incentivar a que cada rama de actividad productiva genere su propio código ambiental, sin perjuicio de las normas que establezca la autoridad pública. En síntesis transferirle a la sociedad civil la oportunidad de hacer rentable el uso del ambiente, a través de proyectos evaluables.

6. Sexta avenida: fortalecimiento de sectores productivos ecológicos específicos

Productores Orgánicos Austriacos

En Austria no existe la gran propiedad agrícola, prácticamente toda la tierra agrícola está en manos de pequeños productores, de cuyo total el 20% realiza producción orgánica, la que incluye: productos lácteos, carnes, vinos, hortalizas, frutas y productos agroindustriales caseros.

En algunos productos como la leche, la oferta orgánica existente ya afecta su precio porque su volumen se ha acercado mucho a las necesidades de los consumidores. Como se trata de producciones masivas, la única forma de distribución racional es a través de cooperativas que negocian precios y cantidades con las grandes cadenas de supermercados.

Los productores han enfrentado dos tipos de problemas: a) la acción de las cadenas de supermercados y, b) la acción del comercio local.

La situación con los supermercados tiene su origen en la negativa de éstos a pagar un sobre precio por la leche orgánica, debido a que existe una oferta creciente de un producto perecible.

El conflicto con el mercado local se produce al intentar los pequeños agricultores que rodean la ciudad de Viena, diversificar sus rentas realizando acciones turísticas con el público que los visita.

En la primera situación de conflicto planteada, los productores toman conciencia que controlan toda la cadena de productos orgánicos y no aceptan negociar con los supermercados producto a producto. De esta forma usan su capacidad de negociación, como si fueran un monopolio, para enfrentar la capacidad de negociación de los supermercados. La postura de los productores ha consistido en ofertar una canasta de bienes orgánicos, cada uno de ellos a un precio que remunere su condición de bienes alimentarios limpios. El mejor aliado con que han contado los productores han sido los consumidores, ya que si un supermercado no tiene productos orgánicos el público traslada su poder comprador a otros supermercados.

En la segunda situación de conflicto, la venta en el predio de alimentos orgánicos de fácil procesamiento ha transformado los predios en verdaderos lugares de recreación para un sector de la población vienesa. A esta situación ha reaccionado negativamente el comercio gastronómico establecido, argumentando frente a la autoridad local, que los productores han trasgredido la frontera propia de sus actividades como productores agrícolas.

En este caso, la negociación es promovida por cada municipio, los cuales no quieren ver dañado al comercio establecido, pero tampoco quieren ver empobrecerse a un sector que podría intentar solicitar mayores subsidios si no logra rentas diferenciadas. La solución en este caso ha pasado por clarificar la frontera para cada sector en litigio, de modo que continúe el atractivo por visitar las granjas orgánicas, pero sin que esto merme en forma seria los ingresos del comercio establecido.

¿Qué nos enseña esta experiencia?

Primero, que la producción orgánica en gran escala es una actividad factible y que se adecua muy bien a la pequeña propiedad agrícola. Y, que dicha producción puede ser variada e industrializada, generándose nuevos productos más acorde con el tipo de dieta considerada adecuada hoy día para a salud.

Segundo, que la oferta de bienes superiores no puede aumentar sin que simultáneamente aumente la capacidad de negociación de los productores, a través de la creación de cooperativas de comercialización. Tercero, que los mejores aliados de los productores orgánicos son los consumidores, especialmente las dueñas de casas. Cuarto, que la producción orgánica genera un atractivo que al intentar capturarlo a través de una oferta turística, los intereses ya establecidos responden negativamente, lo que obliga a los productores a tener fuerza en el gobierno municipal, que es el árbitro en este tipo de negociación.

 

7. Séptima avenida: formación de cuadros para el desarrollo sustentable

El interés de las universidades por la formación de profesionales con una perspectiva de desarrollo sustentable es sólo reciente, al igual que el de las autoridades gubernamentales nacionales e internacionales. Esta carencia de profesionales se ha traducido en una falta de profesores universitarios, de técnicos, profesores y profesoras rurales y líderes de base. También esto ha afectado a la acción de los organismos públicos, los cuales al definir prioridades, políticas e incentivos consideran sólo escasamente la dimensión de la sustentabilidad.

Esta carencia ha sido suplida, en América Latina por un Consorcio de Organismos no Gubernamentales, llamado CLADES, el cual apoyándose crecientemente en universidades ha logrado formar más 4.000 cuadros en siete países de Sudamérica y Cuba. El reconocimiento de su labor le ha permitido actuar con plena legitimidad en el plano de la capacitación y formación. De hecho en convenios con universidades como la Internacional de Andalucía, la Universidad Católica de Temuco (Chile), la Nacional Agraria de La Molina (Perú), la de San Andrés en Bolivia, la de la Habana en Cuba, la de Extremadura, entre muchas otras, las ha podido comprometer crecientemente con el tema tratado.

Ahora la urgencia real en América Latina es formar doctores para poder dictar cursos en disciplinas diversas, realizar investigación de calidad y lograr que las 500 universidades que tiene la región se comprometan con los desafíos de la sustentabilidad.

Sería de enorme trascendencia que América Latina y Extremadura, por la historia que las une, se encontraran en un gran esfuerzo por formar doctores, que asumieran el rol de "formadores de formadores". En este esfuerzo la Universidad de Extremadura respondería también a una demanda insatisfecha en España. Un programa de esta naturaleza tendría una rentabilidad enorme, en adición a lo que significaría que América Latina y Extremadura actuaran en sociedad en un tema tan apremiante.

A modo de síntesis final

En mi opinión el Desarrollo Sustentable es aquel que "desarrolla las capacidades humanas para que se logre una gestión óptima de las fuentes de bienestar económicas y no económicas para responder a las necesidades humanas de la generación presente y futura".

 

Septiembre, 2000.