Asociaciones de productores y consumidores de productos ecológicos en Andalucia: una experiencia de canales cortos de distribución de productos de calidad

A.M. Alonso Mielgo y G.I. Guzmán Casado. Instituto de Sociología y Estudios Campesinos.
Universidad de Córdoba.
Avda. Menéndez Pidal s/n. 14004. Córdoba.
Teléfono: 957-218541;
Fax: 957-218563;
Correo electrónico: ec1segue@uco.es

Resumen

La creación de canales cortos de comercialización ha sido un denominador común en las etapas iniciales del desarrollo de la agricultura ecológica en Europa, siendo las asociaciones y cooperativas de consumidores una de las fórmulas más usuales y exitosas. En el estado español también ha sido así. Ante la inexistencia inicial de mercado para estos productos, estas organizaciones se convirtieron en uno de los principales catalizadores de su desarrollo. En Andalucía, las primeras asociaciones de productores y consumidores se crearon en 1993, siendo por tanto organizaciones muy jóvenes. Sin embargo, la amplia gama de productos que presentan y su precio asequible hace que sean referencia obligada en muchas zonas para aquellas personas que pretenden una alimentación a base de productos ecológicos.

El objetivo general de la presente investigación es analizar el efecto que estas redes tienen sobre el medio rural y urbano en términos de generación de rentas y empleo. Los resultados obtenidos muestran lo siguiente: por un lado, se incrementan las rentas de los agricultores que las abastecen al eliminar intermediarios, se contribuye a la generación de empleo en el medio rural al necesitar los cultivos ecológicos analizados mayor cantidad de mano de obra, y se minimiza el impacto ambiental negativo al emplear técnicas de la agricultura ecológica. Por otro lado, los consumidores de los centros urbanos consiguen productos ecológicos a buen precio (incluso por debajo de sus homólogos convencionales), se contribuye a generar empleo al profesionalizarse gradualmente las asociaciones y se contribuye a la conservación del medio ambiente al fomentar, entre otros aspectos, la reutilización y reciclaje de los envases.

Esta propuesta forma parte de un proyecto de investigación financiado por la Comisión Europea (FAIR-CT98-4288), en el que participan 6 países de la Unión Europea.

Palabras clave: agroecología, agricultura ecológica, desarrollo rural, comercialización

1. Introducción

La agricultura ecológica en España está creciendo muy rápidamente (tabla 1), al igual que en otros países europeos (Italia, Alemania, Austria...), sobre todo a partir de 1995, año en el que comienzan a establecerse ayudas económicas para favorecer la transición a la producción ecológica. A finales de 1998 existían 269465 has y 7782 operadores dedicados a la producción ecológica en España (Alonso Mielgo et al., 2000; MAPA, 1999; MAPA, 1998), lo que supone un incremento respecto al año anterior del 77% y 104% respectivamente. Esta evolución ascendente muestra, entre otros aspectos, la existencia de un número cada vez mayor de agricultores y agroindustrias que buscan ingresos adicionales en la agricultura y manufacturas ecológicas.

Tabla 1. Evolución de la Agricultura Ecológica en España

 

1985

1990

1995

1996

1997

1998

% 97/98

Has

2140

3650

24079

103735

152105

269465

77.15

Operadores

264

350

1042

2161

3811

7782

104.19

Fuente: Alonso Mielgo et al. (2000) y MAPA (1999)

La agricultura ecológica en España es un sector en expansión. Las nuevas disposiciones en materia de política agraria y desarrollo rural la convierten en un sector estratégico para afrontar los nuevos retos socioeconómicos del medio rural. Sin embargo, el gran incremento de la producción ecológica en España no se ha visto acompañada de un desarrollo en el mercado interno de estos productos. En Andalucía la presencia de estos productos en los canales comerciales convencionales es muy escasa. Es necesario destacar que más del 90% de la producción andaluza se destina a la exportación, estando el resto dirigido principalmente hacia los incipientes mercados de otras regiones españolas (Cataluña, Madrid y País Vasco), y un porcentaje muy pequeño se comercializa en Andalucía (Casero Rodríguez, 1999).

A principios de los 90, cuando se generaron las primeras asociaciones de consumidores y productores de Andalucía, no existía el mercado regional, por lo que se convirtieron en el principal catalizador de su desarrollo. En la actualidad el mercado interno se halla escasamente desarrollado aunque en esta última década se ha producido un cierto auge de la demanda de productos ecológicos como consecuencia del incremento de la oferta y la labor de difusión realizada por las asociaciones de consumidores de estos productos, por los propios agricultores y por algunos organismos de control. Según algunos expertos, la cuota de mercado de productos ecológicos en España en 1998 era alrededor del 1%, pudiendo situarse en torno al 30-40% en el año 2010. Esta cuota en Suiza en 1998 era del 8% con la perspectiva de situarse alrededor del 30% en el 2001 (Chicot Armero, 1998; Casero Rodríguez, 1999). El mercado futuro también presenta unas expectativas favorables en España, tal y como se refleja en una serie de estudios de potencial de demanda para los productos ecológicos: DOXA (1991), CEPA (1993), Calatrava Requena et al. (1994), Aguirre Jiménez y López Rivares (1995), Aguirre Jiménez et al. (1996), Cenit et al. (1998), Sánchez y Etxaniz (1998), Albardíaz Segador et al. (1998) y Gracia Royo et al. (1998). Las cifras de demanda potencial que presentan tales investigaciones son variables, aunque todos coinciden en señalar una elevada predisposición (por encima del 40%) a consumir productos ecológicos, siempre que su precio no sea superior al 20% del precio del producto convencional. Sin embargo, cabe señalar los limitantes que según estos estudios frenan la expansión del consumo de productos ecológicos en España: existe una desinformación generalizada sobre lo que son los productos ecológicos: faltan puntos de venta de estos productos; en los pocos sitios donde se encuentran (algunos hipermercados y tiendas especializadas) son muy caros; y existe una cierta desconfianza entre los consumidores ante la posibilidad de fraude.

En los siguientes apartados vamos a analizar el impacto socioeconómico de estas redes socioeconómicas sobre el medio rural (productores) y sobre ellas mismas (consumidores), en términos monetarios y de creación de empleo, teniendo como referencia los datos del año 1998 y en el ámbito de Andalucía. Se ha acotado el análisis a la producción y consumo de frutas y hortalizas (utilizaremos indistintamente el término de productos frescos y su abreviatura PF), al existir una relación de comercialización directa de estos productos entre los actores sociales implicados.

La presente investigación se enmarca, como parte de un estudio de caso, dentro del Proyecto Europeo titulado The socio-economic impact of rural development policies: realities and potentials (FAIR-CT98-4288). Está financiado por la Comisión Europea (Dirección General VI) y tiene por objetivo general el análisis del impacto socio-económico en el medio rural de aquellas actividades de desarrollo rural relacionadas con el sector primario en seis países de la Unión Europea: Alemania, Gran Bretaña, Irlanda, Italia, Holanda y España.

2. Metodología

El análisis realizado abarca aspectos cuantitativos y cualitativos de la producción y el consumo de productos frescos, tanto ecológicos como convencionales. De todas las Asociaciones de Productores y Consumidores de Productos Ecológicos y Artesanales de Andalucía (Tabla 2), se eligieron tres de ellas (Almocafre, Encinar y Ortiga, las más antiguas y desarrolladas) para un análisis en profundidad. De estos registros se obtuvo el consumo de productos ecológicos frescos en 1998, cuya media ponderada per capita extrapolamos al resto de las asociaciones (excluyendo a la asociación Ecosur al no disponer de sus datos en el momento de realizar este análisis) en función de su número de socios y tiempo de funcionamiento. La cantidad resultante no es, por tanto, exactamente igual a la real, aunque es probable que sea muy parecida, ya que se ha obtenido a partir del 73% de los consumidores en estudio.

Para la obtención de datos comparativos entre el cultivo ecológico y convencional se realizaron, entrevistas abiertas a los productores habituales de frutas y hortalizas de las asociaciones. Si bien obtuvimos información general de las explotaciones y opiniones sobre el funcionamiento de las asociaciones y Federación, fue imposible obtener datos económicos. Las razones son varias. De los 20 agricultores habituales existentes en 1998, 3 habían desaparecido (el trabajo de campo se realizó durante los meses de junio a agosto de 1999); 14 eran agricultores no profesionales y sólo 3 (cooperativas) se dedicaban exclusivamente a la actividad agraria. De los 14 agricultores no profesionales, 13 tenían menos de 1 ha, y 1 tenía 3 ha (aunque manejaba menos de 1 ha de cultivos ecológicos). Todos ellos cultivaban numerosas especies en terrenos muy pequeños y no llevaban ningún tipo de registro de labores, haciendo inviable su valoración económica. De las tres cooperativas restantes, en dos de ellas se volvía a repetir el problema anterior: muchos cultivos en terrenos muy pequeños donde se entrecruzaban las labores, y no existencia de registro de las mismas. Unicamente de una finca (manejada por la cooperativa de trabajo asociado El Romeral) se pudieron obtener datos óptimos, al cultivar bajo técnicas ecológicas y convencionales. Además, dado que existían registros históricos, utilizamos datos primarios y secundarios para comparar ambos sistemas de cultivo. Los cultivos comparados bajo uno y otro manejo han sido los siguientes: ajo, cebolla, col, espárrago, lechuga, pimiento, puerro, tomate (en invernadero) y judía (en invernadero). Estos productos representan el 27,2 % del consumo total de productos frescos de las asociaciones analizadas.

La superficie que destinan los productores a las asociaciones se ha calculado a partir de los datos agregados de consumo de productos frescos (a precios pagados al productor) y los ingresos medios por hectárea del productor. La superficie resultante de esta relación nos sirve de base para el cálculo del empleo y valor añadido extra generados en la producción ecológica respecto a la producción convencional por hectárea cultivada de frutas y hortalizas.

En el análisis del impacto socioeconómico en las asociaciones, se ha sustituido el indicador de valor añadido por el de ahorro de los socios en el acto de compra de productos ecológicos en estas redes respecto a la compra tanto de producto fresco convencional como de producto ecológico comprado en hipermercados. Para ello, hemos utilizado el estudio de Aguirre et al. (1996) y los datos de consumo (a precios de compra) de productos frescos de las asociaciones. También se ha analizado el empleo generado en estas organizaciones.

Para el cálculo del empleo generado, tanto en el medio rural como en el urbano, se ha utilizado como base un sueldo anual (incluidos seguros) de 1.800.000 pts, cantidad aproximada que han cobrado en 1998 los trabajadores eventuales y los socios de la cooperativa analizada. Esta cantidad supone aproximadamente el doble del salario mínimo interprofesional para ese año.

3. Resultados y discusión

3.1. Antecedentes e historia

Existen numerosos casos de sistemas de conexión directa entre productores y consumidores ecológicos en todo el mundo: Bio-Coop (Lisboa, Portugal), Bio-Consumer Unión of Attica (Grecia), Jan & Tim Deane’s Box (Devon, Inglaterra), Tagwerk Co-operative (Alemania), Dublin Food Co-op (Dublin, Irlanda), Organic Roundabout (Birmingham, Inglaterra), Seikatsu Club Consumer Cooperative (Kanagawa, Japón), son algunos ejemplos (ECCE, 1995 y 96; Gravina Ramos, 1999; Miele, 1998). Algunas de estas organizaciones han adquirido un gran desarrollo. Es el caso de Seikatsu en Japón; fue fundada en 1965 como asociación, en 1968 se convirtió en cooperativa y en la actualidad cuenta con más de 500.000 socios.

Aunque presentan distintos tipos de organización (asociación, cooperativa, grupo autogestionado...) todas ellas tienen en común la búsqueda de una relación directa producción-consumo. De esta manera, el consumidor adquiere un producto de calidad, con la garantía adicional que supone al relación directa y a buen precio; el productor recibe un precio más alto por sus productos al eliminar intermediarios; y se establece un diálogo permanente productor-consumidor que permite revalorizar y difundir la producción y consumo de producto ecológicos, como una forma de respeto hacia el medio ambiente y los recursos naturales.

Tabla 2. Asociaciones de productores y consumidores de productos ecológicos en Andalucía

Nombre

Lugar

Fecha inicio

Socios-97

Socios-98

La Ortiga

Sevilla

Jun-93

126

182

El Encinar

Granada

Oct-93

82

138

Almocafre

Córdoba

Oct-94

78

83

La Tagarnina

Cádiz

Oct-94

30

30

La Breva

Málaga

Abr-95

23

27

Sierra de las Cumbres

Ronda

May-95

15

X

El Zoco

Jerez de la Frontera

May-98

X

45

Vital

Jaén

Nov-98

X

18

El Majuelo

Baena-Priego

Oct-97

6

11

Er Topo Andalú

Sanlúcar de Barrameda

Oct-97

12

19

Ecosur

Motril

Ene-96

32

40

Elaboración propia

En el estado Español existen algunas experiencias de este tipo desde principios de los 80 (dígase El Brot y el Rebost en Cataluña), sin embargo, el auge de las mismas se produce en los 90. Como podemos ver en la Tabla 2 en 1993 se crean las primeras asociaciones en Andalucía. Las 6 primeras fundan en septiembre de 1995 una Federación regional (FAACPPEA), con las funciones principales de representación de las asociaciones, coordinación de la producción y transvase de mercancías entre las asociaciones y con el exterior, y fomento de la agricultura ecológica. En mayo de 1996 la Federación se integra en la Coordinadora que a nivel estatal representa a los consumidores de productos ecológicos en España. Posteriormente se crean otras, aunque en 1998 desaparece Sierra de las Cumbres. En este último año son 10, por tanto, las asociaciones de consumidores de productos ecológicos en Andalucía.

El bajo número de socios (593) de todas las asociaciones que se registra en 1998 nos permite adelantar que nos encontramos ante una serie de organizaciones relativamente jóvenes, cuyo grado de desarrollo cuantitativo es aún pequeño.

Cada asociación tiene una serie de agricultores fijos que son socios y la abastecen de productos frescos (frutas y hortalizas). Cuando éstos no tienen algunos productos la asociación recurre a agricultores fijos de otras asociaciones. Si aún existen carencias se recurre a agricultores ajenos, preferentemente de otras organizaciones afines del resto de España para evitar posibles fraudes y precios elevados.

Cuando varios productores fijos de una asociación tienen los mismos productos se realiza una rotación, es decir, cada semana un productor distinto se encarga de abastecer esos productos. Esta circunstancia contribuye a incrementar la diversidad de la oferta, al mantener el abastecimiento de los agricultores no profesionales. Sin embargo, afecta negativamente a los agricultores que más diversifican y mayores producciones tienen, al dificultar en gran medida la comercialización de los cultivos.

Salvo algunas excepciones, se trata de una relación directa asociación-agricultor (estos últimos llevan personalmente los productos), lo que permite reducir los intermediarios y distribuir el valor añadido entre ambas partes: los agricultores reciben una mayor precio que el del producto convencional, y los consumidores obtienen unos precios similares al del producto convencional y mucho menores que los del producto ecológico existente en los pocos establecimientos comerciales donde se puede encontrar. Esta relación directa también contribuye a evitar fraudes. En efecto, las fincas de los agricultores están permanentemente "abiertas" para los socios de las asociaciones. De hecho, son utilizadas comúnmente para realizar reuniones y actividades de ocio.

Los agricultores fijos y representantes de las asociaciones se reúnen anualmente para fijar un precio máximo anual para cada producto con el objetivo de conseguir precios estables atractivos para ambas partes. En algunos productos se establecen dos precios máximos en función de la época del año en que se cultivan.

El mantenimiento de los precios también está relacionado con la forma de abastecimiento, mediante la cual está asegurada la venta de una parte de los productos que llegan a cada asociación. En efecto, cuando el socio llega al local de venta tiene información de los productos que puede solicitar para la semana siguiente; de esta manera, puede rellenar un formulario con su solicitud. Esto no es obligatorio, sin embargo, los productos que llegan a la asociación y no han sido previamente solicitados tienen un precio más alto (entre un 5% y un 10% según asociaciones). Por ello, la cantidad de productos "extra" (no solicitados) que llega a las asociaciones para cubrir la posible demanda de los socios que no han hecho solicitud y para cubrir imprevistos (nuevos socios, socios que demandan más de lo que han solicitado...) es pequeña, y oscila entre el 15% y el 20% según asociaciones.

Sin embargo, esta forma tradicional de funcionamiento mediante el "pedido anticipado" también presenta efectos negativos para el consumidor: ralentiza su acopio de productos en el local y lo "obliga" a planificar lo que va a consumir la semana siguiente. Según los encargados de las asociaciones de El Encinar (Isabel Camacho) y La Ortiga (Fernando Alvarez) esta circunstancia ha provocado históricamente un consumo por socio bajo y el abandono de numerosos socios después de estar en la asociación un corto periodo de tiempo.

En cada asociación existe tradicionalmente un día para recibir los productos frescos, y uno o dos días para que los socios hagan sus compras. El horario de apertura del local de venta oscila entre las 4 y 6 horas al día. Esta rigidez temporal se justifica por el carácter voluntario del trabajo de atender a los socios y por la existencia de locales inadecuados (pequeños, cerrados, sin cámara frigorífica...) para esta actividad. Esto provoca incomodidad a los socios, al tener que emplear en algunas ocasiones mucho tiempo para hacer su compra y planificar sus actividades para que les dé tiempo a acercarse al local en ese horario. La parte positiva de esta circunstancia es el bajo coste que supone mantener los locales (alguno de los cuales es cedido por otra organización) y el coste nulo del trabajo.

Relacionado con esto último, es necesario mencionar que tradicionalmente todas las actividades de las asociaciones (incluida la gestión comercial) se ha realizado de forma voluntaria por los socios. La constitución de la Federación a finales de 1995 da lugar al inicio de la profesionalización de las asociaciones. Dados los buenos resultados iniciales, comienza por remunerase económicamente al coordinador a principios de 1996. Entre finales del 96 y principios del 97 las asociaciones de Sevilla, Granada y Córdoba comienzan a remunerar con pequeñas cantidades las actividades de abastecimiento y venta de productos ecológicos. Esta remuneración ha ido incrementándose en estas asociaciones (a medida que se aumentaban sus ingresos) e implementándose en las otras (incluso desde su formación como una manera de acelerar la captación de socios).

Hemos mencionado anteriormente que, además del bajo grado de profesionalización que ha caracterizado la corta historia de las asociaciones, existen otros factores que tradicionalmente han limitado el desarrollo de las mismas. Entre ellos caben destacar los horarios de venta reducidos, el pedido anticipado de los productos y los locales inadecuados.

Desde mediados de 1998 las asociaciones más antiguas, La Ortiga (Sevilla) y El Encinar (Granada), han modificado sustancialmente estos aspectos. Instalados en locales grandes y bien equipados, han eliminado el pedido y han ampliado el horario de apertura de los locales (hasta 5 días por semana en horario comercial). Las consecuencias positivas han sido inmediatas: un incremento en el número de socios en 1998 del 44% en La Ortiga y del 68% en El Encinar. En el primer semestre de 1999 el número de socios de estas asociaciones ha ascendido a 234 y 182, respectivamente, incrementándose considerablemente sus volúmenes de consumo. Este hecho no sólo ha provocado el crecimiento de estas dos asociaciones, sino que ha ampliado las expectativas de crecimiento de las demás, al demostrar que sin modificar sustancialmente el modelo de funcionamiento (es decir, sin que ello afecte a las características positivas obtenidas hasta ahora), se obtienen unos buenos resultados.

3.2. Valoración del impacto socioeconómico actual

En este estudio se presenta una doble valoración. En primer lugar se analiza cuantitativamente el impacto de estas redes sobre el medio rural en términos de empleo y rentas. En segundo lugar se analiza la repercusión que tienen las asociaciones sobre el medio urbano en términos económicos (diferencia de precio con respecto a los productos convencionales y a los ecológicos comprados en otro establecimiento) y en términos de empleo generado.

3..2.1. Impacto en el medio rural (productores)

En la Tabla 3 se presenta el balance económico medio por hectárea de los cultivos ecológicos y convencionales, base sobre la que se calcula el impacto socioeconómico en el medio rural.

Tabla 3. Balance económico de cultivo ecológico y convencional por ha (*1000 pts)

 

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

Ecológico

447

16

48

123

30

4

668

1081

413

33,6

446,6

Convencional

383

19

28

155

29

19

633

995

362

0

362

E-C

64

-3

20

-32

1

-15

35

86

51

X

85

% E/C

16,7

-15,8

71,4

-20,6

3,4

-78,9

5,5

8,6

14,1

X

23,4

1=Mano de obra, 2=Maquinaria, 3=Abono, 4=Semillas, 5=Agua, 6=Fitosanitarios, 7=Costes directos, 8=Ingresos, 9=Margen Bruto, 10=Subvencióm, 11=Margen Bruto+subvención

Fuente: Elaboración propia a partir de datos primarios y secundarios (Guzmán Casado et al., 1997, y Alonso Mielgo, 1997)

El margen bruto es un 14.1% más alto en el cultivo ecológico que en el convencional (Tabla 3). Si al margen bruto obtenido se le añade el subsidio medio (calculado en función de los diferentes cultivos estudiados y de los diferentes porcentajes que se cobran durante 5 años), este porcentaje se incrementa hasta el 23.4%. Las diferencias en el ingreso y el coste de ambos tipos de cultivo no son grandes, 8.6% y 5.5% respectivamente, aunque se aprecian grandes diferencias en las partidas de los costes. De todas ellas, es especialmente relevante para el presente estudio el coste de la mano de obra: un 16.7% más alto en el cultivo ecológico (debido principalmente a los costes de escarda). Dado que el precio de la mano de obra en uno y otro caso es idéntico, podemos concluir que el cultivo ecológico emplea un 16.7% más de mano de obra que el convencional. Estos datos se encuentran en consonancia con otros estudios similares realizados en diversos países (Sweezy et al., 1994; Zanoli and Fiorani, 1997; Hanniotakis, 1997; Gliessman et al., 1990; varios en Lampkin and Padel, 1994).

Respecto a otros factores de producción, se observa una menor intensidad de uso de maquinaria en el cultivo ecológico, debido principalmente a la menor aplicación de productos fitosanitarios. El coste de la fertilización es mayor en el cultivo ecológico, ya que el precio del estiércol y compost es relativamente alto. En el apartado de semillas podemos observar una diferencia notable a favor del cultivo ecológico. La razón que lo justifica es la utilización de algunas semillas de variedades autóctonas (reproducibles), cuyo coste de recolección y almacenamiento es sensiblemente menor que el precio de las semillas comerciales, y evidentemente, mucho menor que el precio de las semillas híbridas. La diferencia en el coste del agua se debe a la utilización, en los casos analizados de un algo más de este factor en el cultivo ecológico.

El empleo de productos fitosanitarios presenta las mayores diferencias. Dos son las razones principales que contribuyen a explicar este hecho. En primer lugar, debido a que buena parte de la eliminación de hierbas en el cultivo convencional se hace mediante la aplicación de herbicidas (que se contabilizan en este apartado), mientras que en el caso del cultivo ecológico se eliminan las hierbas a través de escarda manual (que se contabiliza en el apartado de mano de obra). En segundo lugar, debido a la "lógica" en el tratamiento de plagas y enfermedades. En el manejo convencional se aplican tratamientos preventivos e incluso curativos en función mas de la recomendación de los proveedores (basada en fechas probables de aparición de problemas y en intereses comerciales) que de la existencia real de plagas y enfermedades. Sin embargo, en el manejo ecológico se hace un seguimiento de los cultivos para conocer la necesidad real de hacer los tratamientos lo que hace innecesarias las aplicaciones en numerosas ocasiones. En este sentido cabe apuntar que otras prácticas que se realizan en el manejo ecológico (como rotaciones de cultivo, mantenimiento de setos y vegetación espontánea en los bordes, aplicación de materia orgánica...) pueden estar contribuyendo, tal y como reflejan diversos autores (Altieri, 1992; Carrol et al., 1990; Gliessman, 1997) a que la incidencia de plagas y enfermedades sea menor en los cultivos ecológicos analizados que en sus homólogos convencionales.

Tabla 4. Superficie que se "consume" en las asociaciones de Andalucia (ha) e incremento de la mano de obra empleada en el cultivo ecológico respecto al convencional (ptas/ha)

 

Consumo PF
(pts)

Ingreso
(pts/ha)

Superficie
(ha)

MO E-C
(pts/ha)

MO total
(pts)

Asociaciones

14.795.327

1.801.000

13,69

64.000

876.160

MO=Mano de obra, E=Ecológico, C=Convencional

Elaboración propia

Para el cálculo de la superficie (ha) de productos frescos que se consumen en las asociaciones nos basamos en la cantidad monetaria (a precios pagados al agricultor) de productos frescos consumidos (14.795.327 pts) y en el ingreso medio por hectárea que perciben los agricultores. Así pues, nos encontramos con que en las asociaciones se consumen 13.69 ha (Tabla 4), cifra aún pequeña dada la juventud de esta organización. La diferencia del coste de la mano de obra empleada en el cultivo ecológico y convencional es de 64.000 pts/ha, lo que implica para la superficie utilizada 876.160 pts, poco menos de medio empleo, como veremos a continuación.

Tabla 5. Extra empleo y valor añadido generado en el medio rural

 

Extra Empleo (nº)

Extra VA (pts)

Extra VA con subsidio (pts)

Productores

0.48

698022

1163370

Elaboración propia

Con las cifras de las tablas 3 y 4 calculamos el extra empleo y valor añadido generado en el medio rural (Tabla 5). Con un sueldo anual (incluidos seguros) de 1.800.000 pts, nos encontramos con que la producción ecológica conectada a este tipo de mercado está generando en el medio rural 0.48 puestos de trabajo al año más que la producción convencional. Al mismo tiempo, los agricultores vinculados a las asociaciones están obteniendo un extra valor añadido de 698.022 pts (34.900 pts/productor). Si a esta última cantidad le adicionamos la subvención media, el extra valor añadido se incrementa hasta las 1.163.370 pts (58.170 pts/productor).

3.2.2. Impacto en las asociaciones

El funcionamiento de las asociaciones también incide en la autocreación de empleo y en el ahorro económico para los socios.

El mantenimiento de precios bajos en las asociaciones permite añadir un elemento más de valoración, el ahorro de los socios, no sólo con respecto al producto ecológico fresco si lo hubieran comprado en hipermercados (únicos establecimientos donde existían) sino también con respecto al producto convencional comprado en dichos hipermercados. Según el estudio realizado por Aguirre et al. (1996) en Sevilla y los datos de los precios de los productos frescos de La Ortiga (La Ortiga, 1999) nos encontramos con que los productos ecológicos y convencionales frescos de los hipermercados son un 114.4% y 16.4% respectivamente, más caros que los de esta asociación (Tabla 6).

Tabla 6. Comparación de precios de los productos ecológicos de La Ortiga con los ecológicos y convencionales de hipermercados en 1996 (pts)

Producto

EH*

CH*

EA*

% EH/EA

% CH/EA

Aguacate

525

265

275

90,9

-3,6

Alcachofa

385

125

193

99,5

-35,2

Apio

295

115

110

168,2

4,5

Calabacín

265

110

110

140,9

0,0

Cebolla

194

95

99

96,0

-4,0

Limón

310

194

122

154,1

59,0

Naranja

250

164

95

163,2

72,6

Níspero

530

530

303

74,9

74,9

Patata

225

19

77

192,2

-75,3

Pomelo

240

145

137

75,2

5,8

Puerro

320

175

110

190,9

59,1

Zanahoria

240

115

132

81,8

-12,9

MEDIA

314,9

171,0

146,9

114,4

16,4

*E=Ecológico, H=Hipermercado, C=Convencional, A=Asociación

Fuente: Elaboración propia a partir de Aguirre Jiménez et al. (1996)

En 1998 el gasto total de los socios de las asociaciones andaluzas en productos ecológicos frescos se eleva a 17.754.392 pts. Si aplicamos los porcentajes de ahorro obtenidos en la Ortiga al resto de las asociaciones (excluyendo a Ecosur como comentamos en la metodología) sobre tal cantidad monetaria, tenemos que los socios de éstas tienen un ahorro extra de 20.311.025 pts (36.728 pts/socio) respecto al mercado ecológico de hipermercados y de 2.911.720 pts (5.265 pts/socio) respecto al mercado convencional de hipermercados (Tabla 7). Por otro lado, cada asociación tiene una o dos personas dedicadas a la coordinación del acopio y venta de productos. Estas personas reciben por su actividad una retribución económica, variable en cada caso. Teniendo en cuenta la retribución total de los coordinadores de todas las asociaciones y el coste anual equivalente a un puesto de trabajo (utilizamos la misma cantidad del apartado anterior, es decir 1.800.000 pts/año), tenemos que en la Federación se han creado 2.33 puestos de trabajo en 1998.

Tabla 7. Extra ahorro en el consumo de productos frescos a precios de consumidor (pts) y generación de empleo (nº)

 

Consumo PF
(pts)

Extra Ahorro
Eco-Hiper
(pts)

Extra Ahorro
Conv-Hiper
(pts)

Empleo
(nº)

Asociaciones

17.754.392

20.311.025

2.911.720

2,33

Fuente: Elaboración propia

Tanto el ahorro extra como el número de empleos generados podrían ser más elevados si el consumo de productos ecológicos en las asociaciones fuera mayor; sin embargo existen algunos factores que lo limitan. En la Tabla 8 se comparan los gastos medios en alimentación de los socios (familias) de las asociaciones con los de una familia media en España. Podemos observar que el consumo medio absoluto de las familias integradas en las asociaciones de productores y consumidores andaluzas es más bajo que el de las familias que se abastecen en otros canales de comercialización, representando el 27% del consumo total y el 52% del consumo de productos frescos respecto a la media estatal. Las encuestas internas que se han realizado en las asociaciones de la Ortiga, El Encinar y Almocafre en diferentes años, y las entrevistas realizadas a los coordinadores de las mismas, nos dan una serie de claves para interpretar estos datos. El bajo consumo relativo total en las asociaciones está determinado principalmente por la oferta y el precio de los productos no perecederos. La existencia de una baja variedad de productos ecológicos transformados y el alto precio que tienen (hay que tener en cuenta que en la mayoría de estos productos la relación directa productor-consumidor se pierde en favor de empresas de distribución que encarecen su precio) limitan su venta en estas organizaciones.

La principal causa de que el consumo de frutas y hortalizas ecológicas en las asociaciones sea relativamente mayor (un 52% respecto a la media española) que el de los productos no perecederos es el factor "tiempo y espacio de compra". Así, los consumidores de productos convencionales tienen numerosos establecimientos abiertos todos los días de la semana (excepto el domingo) para hacer su compra. Por el contrario, los consumidores de las asociaciones tienen un local abierto 1-2 días a la semana en horario reducido para comprar productos ecológicos frescos. Esta circunstancia hace que no puedan abastecerse de todo lo que necesitan semanalmente.

Tabla 8. Gastos medios en alimentación en la Federación y en España

 

Consumo total*/familia

Consumo PF/familia

Consumo PF/Total (%)

Asociaciones (pts)

83.356

32.111

38,5

España** (pts)

303.976

61.726

20,3

Asociaciones/España (%)

27,4

52

X

*Sin carne ni pescado; **1 familia=3,2 personas

Fuente: INE (1998), MAPA (http://www.mapya.es)

También la oferta condiciona estas cifras. El consumidor tiene a su disposición numerosos productos "frescos" convencionales (provenientes de otros países o de cámaras de conservación) durante todo el año. Las asociaciones se abastecen de productos ecológicos frescos de temporada: de la zona donde se localizan en primer lugar, de otras zonas de Andalucía (conexión entre asociaciones) en segundo lugar, y eventualmente, de otras zonas de España (principalmente a través de otras asociaciones). Por ello, la oferta de productos ecológicos frescos en las asociaciones es menos variada, aunque su calidad (referida al momento idóneo de recolección y al tiempo entre la recolección y el consumo) es mayor.

De otra parte, podemos observar que el consumo relativo de productos frescos es mayor en las asociaciones que la media estatal: un 38,5% frente al 20,3%. De hecho, la existencia de productos frescos es uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la estabilidad y el crecimiento de las asociaciones: los socios de las mismas quieren no sólo que los alimentos frescos no lleven productos químicos, sino también que tales alimentos les lleguen en un estado óptimo de maduración. Es por tanto previsible que los productos frescos de las asociaciones presenten una mayor calidad (referida al momento idóneo de recolección y al tiempo entre la recolección y el consumo) que los que siguen otros canales de distribución.

3.2.3. Otros impactos

Los agricultores de las asociaciones cultivan bajo las normas de la Agricultura ecológica. Ello consiste en la utilización de una serie de prácticas (rotaciones de cultivos, siembra de cubiertas vegetales y abonos verdes, uso de fertilizantes orgánicos, creación y mantenimiento de setos...) que permiten minimizar los impactos negativos que la agricultura industrializada está provocando sobre los recursos naturales (erosión de suelo, contaminación de acuíferos...) y los seres vivos (intoxicación, malformación y muerte por ingestión de plaguicidas y nitratos...) (Alonso Mielgo, 1996).

Este respeto hacia los recursos naturales es cada vez más valorado socialmente en España, no sólo desde la perspectiva del consumo de alimentos de calidad, sino también desde la perspectiva del "consumo de paisaje". Existen en España un número creciente de establecimientos que ofrecen productos ecológicos. El incremento de la demanda por este tipo de productos está influenciado principalmente por razones de salud. En este sentido, ha jugado un papel importante la información, cada vez más frecuente, que los medios de comunicación ofrecen sobre los efectos en la salud de determinadas tecnologías utilizadas en la agricultura industrializada.

Sin embargo, no se puede menospreciar la labor de difusión, sobre todo a nivel local, realizada por las asociaciones de consumidores de productos ecológicos. A modo de ejemplo mencionaremos el caso de Málaga y Córdoba, donde personas relacionadas con las asociaciones de estos lugares abrieron en 1996 y 1997, respectivamente, las primeras tiendas exclusivas de productos ecológicos. Además, en Málaga y Sevilla se ofertan este tipo de productos en herboristerías desde 1996, debido a acuerdos realizados con las asociaciones y sus productores para asegurar un abastecimiento regular.

Con respecto a la conservación de los recursos naturales, los principales esfuerzos directos de las asociaciones han estado dirigidos a la minimización en el uso de envases. Así, las asociaciones compran los productos frescos a granel, y los socios evitan o reutilizan los envases difícilmente reciclables (como el plástico) para llevarse los productos a casa.

Todo este conjunto de acciones influye, directa e indirectamente, de forma positiva sobre el paisaje rural. En España se ha producido recientemente un auge del turismo rural, que busca principalmente lugares donde la combinación de paisaje natural y etnológico sea especialmente atractivo. Por ello, la realización de prácticas ecológicas puede producir sinergias con el turismo rural, contribuyendo a dotar de nuevos/antiguos valores a determinadas zonas.

4. Conclusiones

La agricultura ecológica en España y en Andalucía esta creciendo de forma continua; aunque el mercado interno está aún poco desarrollado varios estudios muestran una demanda potencial notable, demanda que podrá ser satisfecha si se ponen los medios necesarios para subsanar los principales limitantes que frenan su desarrollo. De estos limitantes, destacan dos por la relativa facilidad para amortiguarlos: la existencia tanto de una desinformación generalizada sobre lo que son los productos ecológicos, como de una cierta desconfianza entre los consumidores ante la posibilidad de fraude. Con respecto al primero de ellos, es muy posible que, al igual que se ha hecho con otros productos, una campaña de información a través de los medios de difusión y con la colaboración conjunta de las distintas administraciones públicas y el sector, podría resolverlo en gran medida. Del mismo modo, una campaña informativa, unida a un soporte institucional mayor a los organismos de control, permitiría eliminar buena parte del segundo.

Por otro lado, las asociaciones de consumidores de productos ecológicos de Andalucía tienen, al igual que han tenido en otros países, una especial relevancia desde una triple perspectiva.

Desde la perspectiva del consumo son los principales centros de abastecimiento, ya que aunque existen algunos establecimientos (hipermercados, tiendas especializadas y herboristerías) que venden productos ecológicos, o bien presentan muy poca cantidad y variedad, o bien tienen unos precios excesivamente altos (Aguirre Jiménez, 1999).

Desde una perspectiva productiva, son el principal referente para los pequeños productores de frutas y hortalizas, que encuentran en ellas sitios donde vender pequeñas cantidades de producto a buen precio.

Desde una perspectiva social forman estructuras que tienen como objetivo principal el fomento de la producción y consumo de productos ecológicos, así como de todos aquellos productos cuyo proceso de elaboración sea respetuoso con el medio ambiente. De esta manera, constituyen centros permanentes, tanto en sus locales como en los distintos foros donde acuden, de difusión de las bondades de la producción ecológica.

El impacto socio-económico de estas organizaciones en Andalucía es aún pequeño. No obstante, los resultados obtenidos muestran lo siguiente: por un lado, se incrementan las rentas de los agricultores que las abastecen al eliminar intermediarios, se contribuye a la generación de empleo en el medio rural al necesitar los cultivos ecológicos analizados mayor cantidad de mano de obra, y se minimiza el impacto ambiental negativo al emplear técnicas de la agricultura ecológica. Por otro lado, los consumidores de los centros urbanos consiguen productos ecológicos a buen precio (incluso por debajo de sus homólogos convencionales), se contribuye a generar empleo al profesionalizarse gradualmente las asociaciones y se contribuye a la conservación del medio ambiente al fomentar, entre otros aspectos, la reutilización y reciclaje de los envases.

La consecución de un impacto socio-económico futuro mayor va a depender en gran medida de la capacidad de superar los principales frenos que limitan su crecimiento: los horarios de apertura reducidos, la baja profesionalización, el pedido anticipado de los productos y los locales inadecuados. En este sentido, se ha podido constatar que en algunas asociaciones se han dado pasos para solventarlos, con buenos resultados. Su conversión en sociedades mercantiles de carácter social (cooperativas), siguiendo pautas de otros ejemplos exitosos, podría contribuir al desarrollo de estas redes, al poder acceder a ayudas públicas y consolidar su estructura organizativa.

En definitiva, las asociaciones de consumidores y productores de productos ecológicos de Andalucía son organizaciones jóvenes, caracterizadas por transformaciones constantes y crecimiento continuo. Su capacidad de adaptación a situaciones desfavorables y estancamientos puede ser la clave para seguir desarrollándose, contribuyendo a una mayor socialización del consumo interno de productos ecológicos e incrementando su importancia socio-económica en esta región.

8. Bibliografía

Aguirre Jiménez, I. (1999) "Las asociaciones de productores y consumidores de productos ecológicos y artesanales en Andalucía". En IV Jornadas Internacionales de Agricultura Ecológica. Mayo. Córdoba.

Aguirre Jiménez, I., E.P. López Rivares, (1995) Estudio de viabilidad de diferentes alternativas de comercialización de productos ecológicos y su puesta en marcha. Proyecto de Concertación 1994 entre la Junta de Andalucía y la Unión de Agricultores y Ganaderos de Andalucía. Sevilla (sin publicar).

Aguirre Jiménez, I., J. Madrid Rojo, M.J. Rodríguez García (1996) Establecimiento de pautas de consumo y presentación de productos ecológicos en Sevilla. Proyecto de Concertación 1995 entre la Junta de Andalucía y la Unión de Agricultores y Ganaderos de Andalucía. Sevilla (no publicado).

Albardíaz Segador, M.A., S. Álvarez, J. Briz, N. Muñoz (1998) "Análisis del consumo de alimentos ecológicos". En Actas del II Congreso de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Agricultura Ecológica y Desarrollo Rural. Pamplona-Iruña, 25-28 de septiembre de 1996. Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Barcelona.

Alonso Mielgo, A.M. (1997) Dossier de datos sobre costes de cultivo en la Sociedad Coopertaiva Andaluza "El Romeral" durante los años 1994-1996 (no publicado).

Alonso Mielgo, A.M., G.I. Guzmán Casado, M. Cenit Molina (1996) Las externalidades en las explotaciones de Agricultura Ecológica: aportaciones a su valoración económica. Proyecto Mixto de Colaboración entre la Consejería de Agricultura y Pesca y UAGA-COAG. Junta de Andalucía. Dirección General de Investigación Agraria. Sevilla.

Alonso Mielgo, A.M., G.I. Guzmán Casado, M. Cenit Molina (2000) "Caracterización de la agricultura ecológica en España. Análisis de una estrategia de comercialización directa: el caso de la SCA El Romeral". En Introducción a la Agroecología como Desarrollo Rural Sostenible. Mundi-Prensa. Madrid.

Altieri, M.A. 1992. Biodiversidad, agroecología y manejo de plagas. CETAL. Valparaiso. Chile.

Calatrava Requena, J., M.C. González Roa (1994) Actitud de los consumidores respecto a los alimentos ecológicos: Comentarios a un sondeo piloto en la zona metropolitana de Granada (Proyecto ECOMARKET: Documento de trabajo). Departamento de Economía y Sociología Agrarias, CIDA, Granada.

Carrol, R.C.; J.H. Vandermeer, P. Rosset (eds.) (1990) Agroecology. Mac Graw-Hill. New York.

Casero Rodríguez, F. 1999. Desarrollo y perspectivas de la agricultura ecológica en Andalucía. Comité Andaluz de Agricultura Ecológica. Sevilla (no publicado).

Cenit, M.; A. Alonso, A., F. Guzmán (1998) "Estudio de mercado para productos ecológicos: estudio del segmento de demanda de los centros permanentes de consumo en la provincia de Málaga". En Actas del II Congreso de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Agricultura Ecológica y Desarrollo Rural. Pamplona-Iruña, 25-28 de septiembre de 1996. Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Barcelona.

Chicot Armero, R. (1998) "Representantes de toda España se reúnen en Loja (Granada) para analizar la problemática de la Agricultura Ecológica", en Valencia Fruits, núm. 1886, de 3 de noviembre. Valencia.

Confederación Ecologista Pacifista Andaluza (CEPA) (1993) Investigación en Agricultura Ecológica. Sevilla (no publicado).

DOXA S.A. (1991) Estudio sobre el mercado de la agricultura ecológica. Realizado para el Instituto Nacional de Denominaciones de Origen (INDO). Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid.

European Cooperative and Community Exchange (ECCE) (1995) "Eco-op 95. Working together for a common future". 1 International Event of Responsible Cooperation, june 30-july 3. Dublin (Ireland).

European Cooperative and Community Exchange (ECCE) (1996) "Eco-op 96. Nuestro futuro es rural". II Encuentro Internacional de Agroecología, Consumo Responsable e Iniciativas de empleo en el Mundo Rural, 22-27 de abril. La Barca de la Florida. Cádiz (España).

Gliessman, S.R. (1997). Agroecology. Ecological processes in Sustainable Agriculture. Ann Arbor Press. Chelsea.

Gliessman, S.R., S.L. Swezey, J. Allison, J. Cochran, J. Farrell, R. Kluson, F. Rosado-May, M. Werner (1990) "Strawberry production systems during conversion to organic management". En California Agriculture, Vol 44, number 4.

Gracia Royo, A.; J.M. Gil Roig, M. Sánchez García (1998). Potencial de mercado de los productos ecológicos en Aragón. Diputación General de Aragón. Zaragoza.

Gravina Ramos, H. (1999). "Algunas razones para impulsar el comercio directo de productos ecológicos y de calidad". 2º Foro por un Medio Rural Vivo, 19-21 de marzo. El Escorial. Madrid.

Guzmán Casado, G.I., A.M. Alonso Mielgo, Y. Pouliquen, E. Sevilla Guzmán (1997) "On-farm development and evaluation of organic farming systems: the role of livestock and agroforestry". Proyecto AIR·-CT93-0852 de la Comisión Europea. Cofinanciado por la CICYT.

Guzmán Casado, G.I, E. Sevilla Guzmán, M. González de Molina (eds.) (2000) Introducción a la Agroecología como Desarrollo Rural Sostenible. Mundi-Prensa. Madrid.

Hanniotakis, G.E. (1997) "From Conventional to Organic Olive Culture". In Steps in the Conversion and Development of Organic Farms. Proceedings of the Second ENOF Workshop. Barcelona, 3-4 October 1996.

Instituto Nacional de Estadística (INE). 1998. España en cifras. Madrid.

Lampkin, N.H., S. Padel (1994) The economics of Organic Farming. CAB International. Wallingford (UK).

Miele, M. (1998) La commercializzazione dei prodotti biologici in Europa. ARSIA. Firenze.

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). (http://www.mapya.es.

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) (1999) Estadísticas 1998. Agricultura Ecológica. España. Subdirección General de Denominaciones de Calidad. Madrid (no publicado).

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentción (MAPA) (1998) Dosier sobre la evolución de la Agricultura Ecológica en Europa. Subdirección General de Denominaciones de Calidad. Madrid (no publicado).

Sánchez, M., M. Etxaniz (1998) "Estudio de las preferencias en el consumo de productos de agricultura ecológica". En Actas del II Congreso de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Agricultura Ecológica y Desarrollo Rural. Pamplona-Iruña, 25-28 de septiembre de 1996. Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Barcelona.

Swezey, S.L., J. Rider, M.R. Werner, M. Buchanan, J. Allison, S.R. Gliessman (1994) "In Santa Cruz County Granny Smith conversions to organic show early success". En California Agriculture, Vol. 48, number 6.

Zanoli, R., S. Fiorani (1997) "Determinants of the performance of a sample of organic farms in Central Italy". In Steps in the Conversion and Development of Organic Farms. Proceedings of the Second ENOF Workshop. Barcelona, 3-4 October 1996.